viernes, 28 de septiembre de 2007

Cajones de aire comprimido (III)

Los japoneses han desarrollado un sistema automatizado de cajón de aire comprimido y excavadora, en el cual se utiliza para la extracción una pala excavadora hidráulica, accionada por control remoto, que puede alcanzar todos los extremos del cajón. La pala excavadora, controlada por televisión desde la superficie, vierte la tierra orgánica en los cangilones, que se izan desde fuera de la campana. Con este sistema, el cajón puede descenderse hasta una presión ilimitada. Los trabajadores única- mente necesitan entrar a la cámara de trabajo cuando tienen que reparar la maquinaria excavadora, o bien retirar o destruir los obstáculos grandes que aparecen debajo de los bordes cortantes del cajón y que la pala excavadora controlada desde la superficie no puede retirar. En estos casos, los trabajadores entran por períodos cortos de tiempo, de forma similar a los buzos, y pueden respirar aire o una mezcla de gases a presión elevada para evitar la narcosis por nitrógeno.
Cuando el personal trabaja durante turnos prolongados en aire comprimido, a presiones superiores a 0,8 kg/cm2 (0,8 bars), deben realizar una descompresión por etapas. Para ello se acopla una gran cámara de descompresión, dentro del propio cajón, a la parte superior del cilindro de los trabajadores. Si no hay suficiente espacio, se acoplan al cilindro “cámaras de burbuja”, pequeños recintos que admiten a un número reducido de trabajadores de pie. En ellas se realiza una descompresión preliminar, cuando el tiempo de exposición de los trabajadores ha sido relati- vamente corto. Posteriormente, con un exceso de gas considerable aún en su organismo, los trabajadores realizan una descompresión rápida hasta la superficie. Allí son trasladados inmediatamente a una cámara de descompresión normal, situada en ocasiones en un barco adyacente, donde, tras some- terse de nuevo a la presurización, realizar una descompresión lenta. En el trabajo con aire comprimido, este proceso se denomina “trasiego” y fue bastante común tanto en Inglaterra como en el resto del mundo, pero actualmente está prohibido en Estados Unidos. El objetivo es volver a presurizar a los trabajadores antes de transcurridos cinco minutos, cuando las burbujas pueden aumentar de tamaño y empezar a producir síntomas. Sin embargo, entraña un peligro en sí mismo, debido a la dificultad de trasladar un grupo grande de trabajadores de una cámara a otra. Si un trabajador tiene problemas para destaparse los oídos durante la represurización, puede poner en peligro a todo el grupo. Existe un procedimiento mucho más seguro, la “descopresión de superficie”, utilizada por los buzos, en el que sólo se realiza la descompresión de uno o dos trabajadores al mismo tiempo. A pesar de todas las precauciones adoptadas en el proyecto del Harbour Bridge de Auckland, en ocasiones transcurrieron hasta ocho minutos antes de que pudiera presurizarse nuevamente a los trabajadores.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Fuentes de ignición


En la Figura 41.2 (Ignición dirigida) se muestra de forma esquemática el proceso de ignición. Para que éste tenga lugar, la fuente de ignición no sólo debe ser capaz de elevar la temperatura de la superficie hasta el punto de ignición o por encima del mismo, sino también de conseguir que los vapores entren en combustión. La aplicación de una llama produce ambas cosas, pero un flujo de radiación desde una fuente remota provoca la aparición de vapores a una temperatura superior al punto de ignición sin que lleguen a arder. Ahora bien, si los vapores formados están sufi- cientemente calientes (lo que supone que la temperatura de superficie sea muy superior al punto de ignición) pueden entrar en ignición de forma espontánea al mezclarse con el aire. Este proceso se denomina ignición espontánea.
Existe gran número de fuentes de ignición, que sólo tienen en común el hecho de ser resultado de alguna forma de descuido u omisión. En una lista típica podrían incluirse, por ejemplo, llamas desnudas, “objetos del fumador”, calentamiento por fricción o equipos eléctricos (calentadores, planchas, hornillos, etc.) (véase la Tabla 41.3). Cabe mencionar a este respecto el excelente estudio de Cote (1991).
Hay que tener en cuenta que los cigarrillos que arden sin llama no pueden provocar directamente una combustión con llama (ni siquiera en los combustibles gaseosos habituales), pero sí una combustión sin llama en materiales propensos a este tipo de combustión, que se carbonizan al calentarlos. En la combustión sin llama se oxida la superficie carbonizada, generando localmente el calor suficiente para producir una nueva carbonización del combustible adyacente aún sin quemar. Se trata de un proceso muy lento que, en algunos casos, puede llegar a producir llamas y provocar un incendio que se propagará a gran velocidad.

martes, 25 de septiembre de 2007

Estudio clínico de la descarga eléctrica (III)

Se realizará un seguimiento y los reconocimientos complementarios que exijan las particularidades del accidente. La estrategia utilizada para establecer un pronóstico o con fines médicolegales está determinada, como es natural, por la naturaleza de las complicaciones observadas o esperadas. En electrizaciones de alta tensión (Folliot 1982) y en descargas atmosféricas (Gourbiere y cols. 1994), la enzimología y el análisis de cromoproteínas y de los parámetros de coagulación de la sangre son obligatorios.
Es fácil que el curso de la recuperación del trauma eléctrico se vea comprometido antes o después por complicaciones, en espe- cial las que afectan a los sistemas cardiovascular, nervioso y renal. La envergadura de tales complicaciones es suficiente para hospitalizar a las víctimas de electrizaciones de alta tensión; algunas de ellas pueden dejar secuelas funcionales o que afecten al aspecto externo.
Si el camino de la corriente es tal que el corazón es atravesado por una corriente significativa, aparecerán complicaciones cardiovasculares. De éstas, las observadas con más frecuencia y las más benignas son los trastornos funcionales, con presencia o ausencia de correlatos clínicos. Las arritmias —taquicardia sinusal, extrasistolia, fluter y fibrilación atrial (en este orden)— son las anormalidades electrocardiográficas más corrientes, cuyas secuelas pueden ser permanentes. Los trastornos de conducción son más raros, y además son difíciles de relacionar con accidentes eléctricos en ausencia de un electrocardiograma previo.
También se ha informado de trastornos más graves, como fallo cardíaco, lesión de válvulas y quemaduras miocardiales, pero son raros, aun en víctimas de accidentes de alta tensión. También se ha informado de casos claros de angina e incluso de infarto.
En la semana siguiente a la electrización de alta tensión aparece la lesión periférica vascular. Se han propuesto varios mecanismos patógenos: espasmo arterial, acción de la corriente eléctrica en las capas medias y musculares de los vasos y modificación de los parámetros de coagulación de la sangre.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Características y comportamiento de los animales acuaticos: Moluscos.

Entre los animales pertenecientes a este phylum se encuentran los conivalvos, que pueden ser peligrosos. Viven en fondos de mar arenosos y parecen tener una estructura venenosa formada por una rádula con dientes en forma de aguja, que se proyecta fuera de la boca y puede atacar a la víctima cuando la concha se toca imprudentemente con la mano desnuda. El veneno actúa en los sistemas neuromuscular y nervioso central. La penetración en la piel de un diente produce isquemia temporal, cianosis, embotamiento, dolor y parestesia a medida que el veneno se propaga gradualmente por el organismo. Otros efectos posteriores son: parálisis de los músculos voluntarios, falta de coordinación, visión doble y confusión general. La muerte puede sobrevenir por parálisis respiratoria y colapso circulatorio. Se han registrado unos 30 casos, 8 de los cuales resultaron mortales.


domingo, 23 de septiembre de 2007

Efectos fisiopatológicos de la reducción de la presión barométrica: Hipoxia

La hipoxia se produce con el ascenso a grandes altitudes a causa del descenso de la presión barométrica y de la consiguiente disminución del oxígeno del aire ambiental. Con el ascenso rápido, la hipoxia se produce de forma aguda y el organismo no dispone de tiempo para adaptarse. En general, los alpinistas se encuentran protegidos contra ella gracias al tiempo que transcurre, que permite la aclimatación durante la subida. La hipoxia aguda es un problema tanto para los aviadores como para los equipos de rescate en entornos de gran altitud. La desaturación aguda de la oxihemoglobina, que desciende a valores por debajo de 40-60 %, origina pérdida de conciencia. Con desaturaciones menos graves aparecen cefalea, confusión, somnolencia y pérdida de la coordinación. Al mismo tiempo, la hipoxia induce un estado de euforia que Tissandier, durante su ascenso en globo en 1875, describió como “una alegría interior”. Las desaturaciones más graves provocan la muerte. La hipoxia aguda responde rápida y completamente a la administración de oxígeno o al descenso.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Cajones de aire comprimido (II)

Las personas que trabajan en el cajón presurizado están expuestas al aire comprimido y pueden presentar los mismos problemas fisiológicos que los buzos que trabajan a gran profun- didad. Entre estos están la enfermedad por descompresión, el barotrauma de los oídos, las cavidades sinusales y los pulmones y, si los programas de descompresión son inadecuados, el riesgo de necrosis aséptica ósea (osteonecrosis disbárica) a largo plazo.
Es importante establecer una velocidad de ventilación para eliminar el CO2 y los gases que emanan del suelo orgánico (en especial, metano), así como los humos producidos por las opera- ciones de soldadura o corte en la cámara de trabajo. Una norma general consiste en proporcionar seis metros cúbicos de aire por minuto por cada trabajador en la campana. También se debe considerar el aire que se pierde cuando se utilizan las esclusas para el paso del personal y los materiales. Puesto que el nivel del agua ha de mantenerse justo a la misma altura que el borde cortante, es necesario aplicar aire de ventilación, ya que el exceso de agua tiende a filtrarse por los bordes. Es necesaria una segunda fuente de aire, de la misma capacidad que la primera, con una fuente de alimentación independiente, para situaciones de emergencia en que fallen el compresor o la alimentación. En muchas zonas, esto es un requisito legal.
En ocasiones, si el suelo que se va a dinamitar es homogéneo y de arena, se instalan tubos de extracción que alcanzan la superficie. La presión en el cajón extrae la arena de la cámara de trabajo cuando el extremo del tubo de extracción se coloca en pozo, al que se vierte la arena excavada. Cuando aparece grava gruesa, rocas o bloques de minerales, éstos se fragmentan
y se extraen utilizando los cangilones convencionales.
En caso de que el cajón no se hunda a pesar del peso añadido encima de la misma, puede ser necesario retirar a los trabajadores de la campana y reducir la presión de aire en la cámara de trabajo para que el cajón caiga. Debe añadirse hormigón, o permitir el paso de agua a los pozos de la estructura del muelle que rodean los cilindros de aire sobre el cajón para reducir la tensión sobre el diafragma de la parte superior de la cámara de trabajo. Cuando se inicia un trabajo con un cajón de aire comprimido, es necesario instalar estribos o soportes de segu- ridad en la cámara de trabajo para evitar que el cajón aplaste a los trabajadores en el caso de que caiga bruscamente. Por motivos prácticos, existen limitaciones a la profundidad a la que pueden bajarse los cajones de aire comprimido cuando los trabajadores acostumbran a colocar las minas manualmente en el suelo orgánico. Una presión de 3,4 kg/cm2 en un barómetro
(3,4 bars o 35 m de agua) es el límite máximo aceptable debido a la descompresión de los trabajadores.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Ignición


La ignición de un líquido o de un sólido requiere el aumento de su temperatura superficial hasta que se desprenden vapores a una velocidad suficiente para, una vez iniciada la ignición de estos, mantener la llama. Los combustibles líquidos pueden clasificarse según su punto de inflamación o temperatura mínima a la que puede existir un vapor o una mezcla de aire inflamable en la superficie (es decir, la presión del vapor corresponde al límite inferior de inflamabilidad). En la Tabla 41.2 se incluyen algunos ejemplos típicos de estas temperaturas, que pueden determinarse con un aparato estándar. Para producir un flujo de vapores capaz de mantener una llama de difusión es necesaria una temperatura ligeramente superior, conocida como punto de ignición. Estos conceptos se aplican asimismo a los sólidos combustibles, aunque en éstos las temperaturas son más altas debido a las exigencias de la descomposición química. El punto de ignición se encuentra normalmente por encima de 300 °C dependiendo del combustible. Por lo general, los materiales ignífugos presentan puntos de ignición bastante más altos (véase la Tabla 41.2).

La facilidad de ignición de un material sólido depende, por tanto, de la facilidad con que se eleva su temperatura superficial hasta alcanzar el punto de ignición, por ejemplo, mediante la exposición a un calor radianteoa un flujo caliente de gases. Este proceso depende menos de las características de la descomposi- ción química que del espesor y las propiedades físicas del sólido, como su conductividad térmica (k), densidad () y capacidad calorífica (c). Los sólidos de espesores finos, como las virutas de madera, arden con gran facilidad porque tienen una masa térmica baja, es decir, se necesita una cantidad relativamente reducida de calor para aumentar su temperatura hasta el punto de ignición. En cambio, cuando se aplica calor a la superficie de un sólido de gran espesor, parte del calor pasa de la superficie al interior, lo que reduce el aumento de la temperatura en su superficie. Puede demostrarse teóricamente que la velocidad de aumento de la temperatura en la superficie viene determinada por la inercia térmica del material, es decir, el valor kc del producto. La práctica nos lo confirma, pues los materiales gruesos con una inercia térmica alta (p. ej., madera de roble, poliuretano sólido) necesitan un tiempo prolongado para entrar en ignición cuando se les aplica un flujo de calor determinado, mientras que, en idénticas condiciones, los materiales gruesos con una inercia térmica baja (p. ej., tableros de fibra aislante, espuma de poliuretano) arden muy rápidamente
(Drysdale 1985).

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Estudio clínico de la descarga eléctrica (II)

Las víctimas ocasionales que pierden la conciencia, al cabo de unos cuantos segundos de contacto aparecen pálidos o cianíticos, dejan de respirar, tienen un pulso apenas perceptible y presentan midriasis, indicativa de lesión cerebral aguda. Aunque por lo general se debe a la fibrilación ventricular, la patogénesis precisa de esta muerte aparente carece de importancia. Lo importante es iniciar con rapidez un tratamiento bien definido, puesto que se sabe desde hace algún tiempo que este estado clínico nunca conduce a muerte real. El pronóstico en estos casos de descarga eléctrica (en los cuales es posible la recuperación total) depende de la rapidez y calidad de los primeros auxilios. La estadística demuestra que lo más probable es que éstos sean administrados por personal no médico y, por lo tanto, se recomienda proporcionar formación a todos los electricistas para que puedan realizar las acciones básicas que garanticen la supervivencia.
En casos de muerte aparente tiene que darse prioridad al tratamiento. Pero en otros casos hay que conceder atención a los traumas múltiples resultantes de tétanos violentos, de caídas o de la proyección de la víctima por el aire. Una vez resuelto el peligro inmediato de que la víctima pierda la vida, se debe atender al trauma y las quemaduras, incluidas las provocadas por contactos de baja tensión.
Los accidentes derivados de altas tensiones dan lugar a quemaduras importantes, aparte de los efectos descritos en los accidentes de baja tensión. La conversión de energía eléctrica en calor ocurre en los espacios internos y externos. En un estudio de accidentes eléctricos realizado en Francia por el departamento médico de la empresa suministradora de energía EDF-GDF, casi el 80 % de las víctimas sufrieron quemaduras, que se clasifican en cuatro grupos:

1. quemaduras de arco, que suelen afectar a la piel expuesta y que en algunos casos se complican con quemaduras debidas a ropa ardiendo;
2. quemaduras electrotérmicas múltiples, extensas y profundas, originadas por contactos de alta tensión;
3. quemaduras clásicas, provocadas por ropa ardiendo y por la proyección de material en llamas,
4. quemaduras mixtas, provocadas por arcos, incendio y paso de corriente.

martes, 18 de septiembre de 2007

Elementos del sistema de control de riesgos de accidentes mayores


La diversidad de accidentes importantes ha dado origen al concepto de riesgo de accidente mayor, cuando una actividad industrial requiere controles superiores a los aplicados al funcionamiento de las fábricas normales para proteger tanto a los trabajadores como a las personas que viven y trabajan fuera. Dichos controles no sólo tienen por objetivo prevenir los accidentes, sino también mitigar las consecuencias de cualquier accidente que pueda producirse.
Los controles deben basarse en un enfoque sistemático, con los siguientes componentes básicos:
Identificación de las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores, incluyendo sus cantidades umbrales respectivas y un inventario. Las autoridades públicas y las empresas deben velar por la identificación de las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores, y revisar y actualizar periódicamente la lista de las mismas.
Información sobre la instalación. Una vez que se ha determinado cuáles son las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores, debe recogerse información adicional sobre su diseño y funcionamiento. Dicha información se compilará y organizará de forma sistemática, y estará disponible para todas las partes interesadas dentro y fuera del sector. Para conseguir una descripción completa de los riesgos, puede ser necesario llevar a cabo estudios de seguridad y evaluaciones de riesgos, al objeto de descubrir posibles fallos en los procesos y establecer prioridades durante el proceso de evaluación de riesgos.
Disposiciones especiales para proteger la información confidencial.
Medidas en el marco de la actividad industrial. Las empresas son las principales responsables de gestionar y mantener unas instalaciones seguras. Para ello se requiere una sólida política de seguridad. La inspección técnica, el mantenimiento, la modificación de las instalaciones, la formación y la selección de personal adecuado deben llevarse a cabo de acuerdo con procedimientos normalizados de control de calidad para instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores. Además de la redacción del informe de seguridad, deben investigarse todo tipo de accidentes y presentar a la autoridad competente copias de los informes.
Medidas de la administración y de otras autoridades competentes. Se realizarán evaluaciones de riesgos a los fines de la concesión de permisos (en su caso), inspección y aplicación de la legislación vigente. La planificación de la ordenación del territorio puede reducir considerablemente el potencial catastrófico. La formación de inspectores de fábrica es también una función importante de la administración u otra autoridad competente.
Planes para casos de emergencia. El objetivo es reducir las consecuencias de los accidentes importantes. A la hora de elaborar el plan de emergencia, hay que distinguir entre planificación interna y planificación externa.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Características y comportamiento de los animales acuaticos: Equinodermos


Equinodermos. A este grupo pertenecen las estrellas y los erizos de mar. Ambos poseen órganos venenosos (pedicelarios), pero no son peligrosos para el ser humano. Las púas del erizo de mar penetran en la piel y dejan un fragmento profundamente clavado, lo que produce una infección secundaria seguida de la formación de pústulas y granuloma persistente, muy molestas si las heridas están cerca de tendones o ligamentos. Entre los erizos de mar, sólo de Acanthaster planci parece tener espinas venenosas que pueden ocasionar trastornos generales como vómitos, parálisis y aturdimiento.
Moluscos. Entre los animales pertenecientes a este phylum se encuentran los conivalvos, que pueden ser peligrosos. Viven en fondos de mar arenosos y parecen tener una estructura venenosa formada por una rádula con dientes en forma de aguja, que se proyecta fuera de la boca y puede atacar a la víctima cuando la concha se toca imprudentemente con la mano desnuda. El veneno actúa en los sistemas neuromuscular y nervioso central. La penetración en la piel de un diente produce isquemia temporal, cianosis, embotamiento, dolor y parestesia a medida
que el veneno se propaga gradualmente por el organismo. Otros efectos posteriores son: parálisis de los músculos voluntarios, falta de coordinación, visión doble y confusión general. La muerte puede sobrevenir por parálisis respiratoria y colapso circulatorio. Se han registrado unos 30 casos, 8 de los cuales resultaron mortales.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Efectos fisiopatológicos de la reducción de la presión barométrica

La complejidad de la adaptación fisiológica del ser humano a las grandes altitudes hace posible la diversidad de respuestas desfavorables. Aunque estos síndromes se describen por separado, en muchos aspectos son coincidentes. Es muy probable que enfermedades tales como la hipoxia aguda, el mal de montaña agudo, el edema pulmonar de las grandes altitudes y el edema cerebral de la grandes altitudes constituyan un espectro de anomalías que comparten una fisiopatología similar.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Cajones de aire comprimido (I)

Un cajón de aire comprimido es simplemente un gran cajón invertido, de las mismas dimensiones que los cimientos del muelle, construido por lo general en dique seco y trasladado después al sitio al que está destinado, donde ha de colocarse con mucho cuidado. Una vez allí, se llena de agua y se hunde hasta que toca el fondo. Posteriormente, se aplica peso para desplazar la campana hacia abajo, a medida que se construye el muelle. El objeto del cajón de aire comprimido es proporcionar un método para atravesar un terreno blando y apoyar el muelle sobre la roca sólida o sobre un estrato geológico adecuado que pueda soportar el peso. Una vez que se ha sumergido todo el cajón en el fondo, se introduce aire comprimido en el interior y se extrae el agua, dejando un suelo orgánico que los trabajadores de la campana pueden excavar. Los bordes de la campana consisten en cuñas cortantes de acero que siguen descendiendo a medida que se extrae la tierra de debajo de la campana y se aplica peso por la parte superior durante la construcción del pilar del muelle. Cuando se alcanza el lecho de roca, la cámara de trabajo se llena de hormigón y se convierte en la base permanente para la cimentación del muelle.
Los cajones de aire comprimido se han utilizado con éxito desde hace casi 150 años para trabajos de cimentación a profundidades de hasta 31,4 m por debajo del nivel medio del agua, como en el caso del muelle nº 3 de Harbour Bridge en Auck- land, Nueva Zelanda, en 1958.

El cajón de aire comprimido suele tener un cilindro de acceso para los trabajadores, que pueden descender por una escalera o por un ascensor mecánico, y otro cilindro independiente para los cangilones donde se coloca la tierra extraída. En cada uno de los extremos de los cilindros hay unas compuertas herméticas que permiten mantener constante la presión de la campana durante la entrada y la salida de trabajadores y materiales. La compuerta superior del cilindro para tierra tiene un collarín sellado por presión por el que puede deslizarse el cable elevador de los cangilones de tierra. La compuerta inferior se cierra antes de abrir la compuerta superior. Dependiendo del diseño, puede ser necesario un sistema de enclavamiento de las compuertas para mayor seguridad. La presión debe equilibrarse en ambos lados de la compuerta para poder abrirla. Puesto que las paredes del cajón están hechas por lo general de acero o de hormigón, no existen prácticamente escapes de la cámara cuando está presurizada, excepto por debajo de los bordes. La presión se eleva progresivamente hasta un valor ligeramente superior al necesario para equilibrar la presión del agua en el borde cortante de la cuña.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Obligaciones de los Estados miembros



El Convenio de 1993 obliga a los Estados miembros que no puedan poner inmediatamente en práctica el conjunto de medidas preventivas y de protección previstas en él a:

· elaborar planes, en consulta con las organizaciones más representativas de empresas y de trabajadores y con otras partes interesadas que pudieran verse afectadas, con miras a la aplicación por etapas de dichas medidas, dentro de un plazo fijo;
· adoptar y revisar periódicamente una política nacional coherente relativa a la protección de los trabajadores, la población y el medio ambiente contra los riesgos de accidentes mayores;
· aplicar dicha política mediante disposiciones preventivas y de protección para las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores y, cuando sea posible, promover la utilización de las mejores tecnologías de seguridad disponibles, y
· aplicar el Convenio de conformidad con la legislación y la práctica nacionales.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Estudio clínico de la descarga eléctrica

Es clásica la división de las electrizaciones entre incidentes de baja tensión (de 50 a 1.000 V) y de alta tensión (>1.000 V).
La baja tensión es un peligro cotidiano, desde luego omnipresente, y las descargas originadas por ella se encuentran en entornos domésticos, de ocio, agrícolas y hospitalarios, así como en los industriales.
Para pasar revista ordenadamente las descargas eléctricas de baja tensión, desde la más trivial a la más grave, debemos comenzar con las que no presentan complicaciones. Sus víctimas pueden apartarse por sí mismas del daño, conservan la conciencia y mantienen la ventilación normal. Los efectos sobre el corazón se limitan a una simple taquicardia sinusal con o sin anormalidades cardiográficas leves. A pesar de las consecuencias relativamente leves de estos accidentes, la electrocardiografía sigue siendo una precaución médica y médicolegal adecuada. Se aconseja la investigación técnica de estos incidentes, que pueden llegar a ser graves, como complemento del reconocimiento clínico (Gilet y Choquet 1990).
Las víctimas de descargas algo más fuertes y duraderas debidas a contactos eléctricos experimentan perturbaciones o pérdida de conciencia, pero se recuperan por completo con más o menos rapidez, y el tratamiento acelera la recuperación. Un reconocimiento revela por lo general hipertonías neuromusculares, problemas de hiperventilación reflectiva y congestión, ésta última como efecto secundario frecuente de obstrucción orofaríngea. Los trastornos cardiovasculares son el resultado de hipoxia o anoxia, o bien pueden adoptar la forma de taqui- cardia, hipertensión y, en algunos casos, incluso aborto. Los pacientes en estas condiciones necesitan atención hospitalaria.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Aclimatación (V)


En la exposición precedente se han descrito sólo los fenómenos que tienen lugar en condiciones de reposo. El ejercicio, que incrementa la demanda y el consumo de oxígeno, impone un esfuerzo adicional. La reducción del oxígeno del aire ambiental a grandes altitudes provoca un descenso de la captación máxima de oxígeno y, por tanto, reduce el ejercicio máximo. Además, la menor PO2 inspirada afecta gravemente a la difusión del oxígeno en la sangre, como se demuestra en la Figura 37.7, que refleja la evolución de la difusión del oxígeno hacia los capilares alveolares. A nivel del mar, hay un exceso de tiempo para alcanzar el equilibrio entre la PO2 capilar terminal y la PO2 alveolar, mientras que en la cumbre del Everest, este equilibrio no llega a alcanzarse. La diferencia se debe a la menor concentración de oxígeno en el aire ambiental en las grandes altitudes, que conlleva una disminución del gradiente de difusión entre las PO2 alveolar y venosa. Con el ejercicio, el gasto cardíaco y el flujo sanguíneo aumentan, por lo que el tiempo de tránsito de los eritrocitos a través del capilar alveolar se reduce, contribuyendo a exacerbar el problema. Tras esta exposición, resulta evidente que el desplazamiento hacia la izquierda del O2 y de la curva de disociación de la hemoglobina que tienen lugar en las grandes altitudes es una compensación necesaria del menor gradiente de difusión del oxígeno en el alveolo.
Las alteraciones del sueño son frecuentes entre los que viajan a grandes altitudes. La respiración periódica (Cheyne-Stokes) es universal y se caracteriza por la alternancia de períodos de respiración rápida y superficial (hiperpnea) con otros sin respiración (apnea), que provocan hipoxia. La respiración periódica se acentúa en las personas más sensibles a la hipoxia, por lo que no afecta tanto a los viajeros con RVH más baja. No obstante, presentan períodos ininterrumpidos de hipoventilación que corresponden a reducciones ininterrumpidas de la saturación de oxihemoglobina. Se cree que el mecanismo de la respiración periódica está relacionado con el aumento de la RVH, que aumenta la ventilación como respuesta a la hipoxia. De hecho,el aumento de la RVH provoca un ascenso del pH de la sangre (alcalosis) que, a su vez, suprime la ventilación. A medida que la aclimatación progresa, la respiración periódica mejora. El tratamiento con acetazolamida reduce este trastorno y mejora la saturación arterial de la oxihemoglobina durante el sueño. Ahora bien, deben tomarse precauciones con los medicamentos y el alcohol que suprimen la ventilación, ya que pueden exacerbar la hipoxia del sueño.

martes, 11 de septiembre de 2007

Características y comportamiento de los animales acuaticos: Celentéreos.


. Están representados por numerosas familias de la clase conocida como Hidrozoo, que incluye a la Millepora o corales (coral urticante, coral de fuego), la Physalia (Physalia physalis, avispa marina, carabela portuguesa), la Scyphozoa(medusas) y la Actiniaria (anémona urticante), todos los cuales se encuentran en todas partes del océano. La característica común de estos animales es su capacidad de producir urticaria por la inyección de un potente veneno almacenado en una célula especial (nidoblasto) con un filamento hueco que estalla cuando se toca el tentáculo y penetra en la piel de la víctima. Las distintas sustancias contenidas en el veneno originan síntomas como prurito intenso, congestión hepática, dolor y depresión del sistema nervioso central. Entre dichas sustancias se han identificado talasio, congestina, equinotoxina (que contiene 5-hidroxi- triptamina y tetramina) e hipnotoxina, respectivamente. Los efectos en la persona dependen de la extensión del contacto con los tentáculos y, por consiguiente, del número de pinchazos microscópicos, que puede llegar a varios millares, e incluso causar la muerte de la víctima en cuestión de minutos. Debido a la amplia distribución de estos animales por todo el mundo, se producen numerosos incidentes, aunque el número de casos mortales es relativamente bajo. Los efectos en la piel se caracterizan por un prurito intenso y por la formación de pápulas de color rojo brillante y aspecto moteado, que se transforman en pústulas y ulceraciones. La persona siente un dolor intenso similar a una descarga eléctrica. Otros síntomas son: dificultad para respirar, ansiedad generalizada, alteraciones cardíacas, colapso, náuseas, vómitos, pérdida de conciencia y shock primario.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Perspectiva de la OIT en Desastres Naturales

Gran parte de lo que sigue se ha extraído de dos documentos, Prevención de Accidentes Industriales Mayores (OIT 1991) y Manual Práctico de Control de Altos Riesgos (OIT 1988). El “Convenio sobre la Prevención de Accidentes Industriales Mayores” (OIT 1993)(véase el recuadro adjunto) complementa y actualiza el contenido de los dos documentos anteriores. En todos estos documentos se proponen medios de protección de los trabajadores, de la población y del medio ambiente contra el riesgo de accidentes mayores, mediante: 1) la prevención de accidentes mayores en las instalaciones, y 2) la minimización de las consecuencias de un accidente mayor, tanto en el emplazamiento como fuera de él, por ejemplo, a) estableciendo una separación adecuada entre las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores y las viviendas y otros focos de población cercanos, como hospitales, escuelas o tiendas, y b) una apropiada planificación de emergencia.
Para datos concretos, se remite al Convenio de la OIT de
1993; lo que sigue es más bien un resumen narrativo del documento citado.
Por la naturaleza y la cantidad de sustancias peligrosas presentes, las instalaciones de alto riesgo pueden ocasionar accidentes mayores en una de las categorías generales siguientes:
• emisión de sustancias químicas tóxicas en cantidades (toneladas) letales o dañinas incluso a distancias considerables del punto de emisión debido a la contaminación del aire, el agua o
el suelo;
• emisión de sustancias extremadamente tóxicas en cantidades
(kilogramos) letales o dañinas incluso a distancias considerables del punto de emisión;
• escape de cantidades ingentes (toneladas) de líquidos inflama- bles o gases, que pueden quemarse y producir elevados niveles de radiación térmica o formar una nube de vapor explosiva,
• explosión de materiales inestables o reactivos.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Velocidad de combustión y velocidad de liberación de calor (II)

Parece que el parámetro que más influye en el comportamiento de combustión de un material (o de un conjunto de materiales) es la velocidad de liberación de calor (RHR), que está ligada a la velocidad de combustión con arreglo a la ecuación siguiente:



siendo Hc el calor efectivo de combustión de la sustancia combustible (kJ/g). Actualmente disponemos de nuevas técnicas para determinar el RHR de diferentes flujos de calor (p. ej., el Calorímetro de Cono) y medir el RHR de objetos voluminosos, como muebles tapizados y revestimientos de paredes, con calorímetros de gran capacidad basados en los valores de consumo de oxígeno para determinar la velocidad de liberación del calor (Babrauskas y Grayson, 1992).
No hay que olvidar que, a medida que aumentan las proporciones de un incendio, no sólo se incrementa la velocidad de liberación de calor, sino también la velocidad de aparición de los “productos de combustión”, que contienen sustancias tóxicas y humo formado por partículas, cuyo volumen aumentará a medida que disminuye la ventilación en el recinto cerrado.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Aclimatación (IV)

El último eslabón de la cadena de aporte de oxígeno a los tejidos es la captación y utilización celular del O2. En teoría, pueden producirse dos adaptaciones. En primer lugar, la minimización del recorrido del oxígeno disuelto en la sangre desde el vaso sanguíneo hasta el lugar intracelular responsable del metabolismo oxidativo, las mitocondrias. En segundo lugar, puede haber alteraciones bioquímicas que mejoren la función mitocondrial. El primer mecanismo lo han propuesto varios estudios tras comprobar el aumento de la densidad capilar o del número de mitocondrias en el tejido muscular. Se ignora si estos cambios reflejan un reclutamiento o un desarrollo de nuevos capilares y mitocondrias, o si son un artefacto debido a la atrofia muscular. En cualquier caso, la distancia entre los capilares y las mitocon- drias disminuiría, lo que facilitaría la difusión del oxígeno. Entre las modificaciones bioquímicas que podrían mejorar la función mitocondrial se encuentra la elevación de las concentraciones de mioglobina. Se trata de una proteína intracelular que se une al oxígeno con bajas PO2 tisulares y que facilita su difusión hacia las mitocondrias. La concentración de mioglobina aumenta con el entrenamiento atlético y guarda correlación con la capacidad aerobia de la fibras musculares. Aunque estas adaptaciones son beneficiosas en teoría, no se han logrado pruebas concluyentes. Los primeros informes de los exploradores de las grandes alti- tudes refieren cambios de la función cerebral: disminución de la capacidad motora, sensitiva y cognoscitiva, con disminución de la habilidad para aprender nuevas tareas y dificultad para expresar informaciones verbalmente. Son deficiencias que pueden alterar la capacidad de juicio y provocar irritabilidad, lo que complica aún más los problemas propios de las grandes altitudes.
Al volver al nivel del mar, estas alteraciones mejoran a lo largo de intervalos variables de tiempo; varios informes indican que la afectación de la memoria y de la capacidad de concentración persiste durante días o meses, y la menor capacidad de tabaleo se mantiene durante un año (Hornbein y cols. 1989). Las personas con mayor RVH son las más propensas a sufrir déficit prolongados, posiblemente porque el efecto beneficioso de la hiperventilación en la saturación de la oxihemoglobina arterial resulta contrarrestado por la hipocapnia (descenso de la PCO2 de la sangre), que provoca vasoconstricción de los vasos sanguíneos cerebrales y la consiguiente disminución del flujo sanguíneo cerebral.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Trabajo en cajones de aire comprimido y en la perforación de túneles

En el sector de la construcción se hace necesario a veces excavar o perforar un túnel en un terreno totalmente saturado de agua, que se encuentra debajo del nivel freático local o en el fondo de un curso de agua, como un río o un lago. Un método, comprobado por la experiencia, de resolver esta situación es aplicar aire comprimido al área de trabajo para extraer el agua de la tierra, secándola lo suficiente para que pueda dinamitarse. Se ha aplicado tanto en los cajones de aire comprimido utilizados para la construcción de muelles como para la perforación de túneles en terrenos blandos (Kindwall 1994b).

lunes, 3 de septiembre de 2007

Características y comportamiento de los animales acuaticos: Poríferos.

La esponja común pertenece a este phylum. Los pescadores que tocan esponjas (entre ellos los buzos, los buceadores con equipo autónomo y otros buceadores), pueden contraer dermatitis de contacto, que origina irritación cutánea y vesículas o ampollas. La “enfermedad de los buceadores de esponjas” de la región mediterránea está causada por los tentáculos de un pequeño celentéreo (Sagartia rosea) que parasita a la esponja. La dermatitis conocida como “musgo rojo” se produce en los pesca- dores de ostras de América del Norte por contacto con una esponja de color escarlata que se encuentra en la concha de las ostras. Se han registrado casos de alergia de tipo 4. El veneno secretado por la esponja Suberitus ficus contiene histamina y sustancias antibióticas.