miércoles, 2 de julio de 2008

Supresión o reducción de la generación de cargas electrostáticas

Es la primera medida que debe emprenderse en la prevención electrostática, porque es la única medida preventiva que elimina el problema en su origen. Pero, como se ha descrito antes, las cargas se generan siempre que dos materiales, uno de los cuales como mínimo es aislante, entran en contacto y a continuación se separan. En la práctica, puede haber generación de carga incluso por contacto y separación de un material consigo mismo. En realidad, la generación de carga afecta a las capas superficiales de los materiales. Como la más ligera diferencia de humedad super- ficial o contaminación superficial da lugar a la generación de cargas estáticas, es imposible impedir por completo la generación de cargas.
Para reducir la cantidad de cargas generadas por superficies que entran en contacto, es preciso:

• Evitar que los materiales entren en contacto mutuo si tienen afinidades electrónicas muy diferentes; es decir, si están muy separados en la serie triboeléctrica. Por ejemplo, evitar el contacto entre vidrio y Teflon (PTFE), o entre PVC y polia- mida (nailon) (véase la Tabla 40.3).
• Reducir la tasa de flujo entre materiales, con lo cual disminuye la velocidad de deslizamiento entre materiales sólidos. Por ejemplo, puede reducirse el ritmo de extrusión de películas plásticas, del movimiento de materiales colocados en una cinta transportadora o el caudal de líquidos en una tubería.



No se han establecido límites definitivos de seguridad para medidas de caudal. La norma británica BS-5958- Parte 2 Code of Practice for Control of Undesirable Static Electricity recomienda que el producto de la velocidad (en metros per segundo) y el diámetro de la tubería (en metros) sea inferior a 0,38 para líquidos con conductividades menores que 5 pS/m (en picosiemens por metro) y menor que 0,5 para líquidos con conductividades superiores a 5 pS/m. Tal criterio sólo es válido para líquidos de una sola fase transportados a velocidades no superiores a 7 m/s.
Debe ponerse de relieve que al reducir la velocidad de desliza- miento o de flujo no sólo se disminuye la generación de cargas, sino que también se ayuda a disipar cargas que pudieran haberse generado. Y es así porque al disminuir las velocidades de circulación resultan tiempos de permanencia mayores que los asociados a las zonas de relajación, donde los caudales se reducen por estrategias, como aumentar el diámetro de las tube- rías, lo cual, a su vez, incrementa la puesta a tierra.

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