lunes, 3 de noviembre de 2008

Inundaciones y maremotos: Definiciones, fuentes y episodios

Las inundaciones se producen como resultado de varias causas distintas. En una misma zona climática, se observan importantes variaciones en materia de inundaciones a causa de las fluctuaciones del ciclo hidrológico y de otras condiciones naturales y artificiales (Chagnon, Schict y Semorin 1983). El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (US National Weather Service) ha definido como inundaciones repentinas las que se producen unas horas después de precipitaciones intensas o excesivas, del fallo de presas o diques, o del escape repentino de agua embalsada por la obstrucción producida por el hielo o por troncos. Aunque la mayor parte de las inundaciones repentinas son consecuencia de una intensa actividad tormentosa local, algunas se producen en conjunción con ciclones tropicales. Las causas primeras de las inundaciones repentinas suelen ser unas condiciones atmosféricas que influyen en la continuidad e intensidad de las precipitaciones. Entre otros factores que contribuyen a las inundaciones repentinas se cuentan la inclinación de las laderas (terreno montañoso), la ausencia de vegetación, la falta de drenaje del suelo, las materias flotantes y los embalses de hielo, el deshielo rápido, los fallos de presas y diques, la ruptura de lagos glaciares y las anomalías volcánicas (Marrero 1979).
En las inundaciones fluviales pueden influir factores que generen inundaciones repentinas, pero se pueden producir inundaciones más lentas como resultado de las características del cauce, del tipo de suelo y de subsuelo y del grado de modificación artificial de sus vías de escape (Chagnon, Schict y Semorin 1983; Marrero 1979). Las inundaciones costeras pueden ser consecuencia de temporales, resultado a su vez de tormentas o ciclones tropicales, o ser ocasionadas por vientos tormentosos que lleven las aguas del mar al interior. El tipo más devastador de inundación costera es el tsunami o maremoto generado por seísmos subma- rinos o erupciones volcánicas. La mayor parte de los tsunamis registrados se han producido en el Pacífico y sus zonas costeras. Las islas Hawai son especialmente propensas a sufrir daños ocasionados por los tsunamis, pues se encuentran en medio del Pacífico (Chagnon, Schict y Semorin 1983; Whitlow 1979).

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