miércoles, 29 de octubre de 2008

Predicción de reacciones al antídoto

Es importante saber que la mayoría de las reacciones a los antídotos no están causadas por hipersensibilidad adquirida de Tipo I, IgE mediadas, sino por la activación del complemento mediada por agregados de IgG o fragmentos Fc. Las pruebas de piel y conjuntiva no predicen las reacciones inmediatas (anafilácticas) ni tardías (tipo enfermedad sérica) al antídoto; en cambio, retrasan la instauración del tratamiento y pueden sensibilizar al paciente. Por ello no deben utilizarse.

lunes, 27 de octubre de 2008

Tratamiento contra el veneno: Indicaciones especiales para la administración de antídoto

Algunos países desarrollados disponen de recursos económicos y técnicos para un número mayor de situaciones:

Estados Unidos y Canadá: tras la mordedura de las serpientes de cascabel más peligrosas (C. atrox, C. adamanteus, C. viridis, C. horridus y C. scutulatus), se recomienda la instauración inmediata de un tratamiento contra el veneno antes de que se haga evidente un envenenamiento sistémico. La rápida propagación de la infla- mación local se considera una indicación para la administración de antídoto, como también lo es el dolor inmediato o cualquier otro síntoma de envenenamiento tras la mordedura de serpientes de coral (Micruroides euryxanthus y Micrurus fulvius).

Australia: la administración de antídoto está recomendada en pacientes con sospecha o confirmación de mordedura de serpiente si existe sensibilidad dolorosa de los ganglios linfáticos locales u otras evidencias de difusión sistémica del veneno, y en cualquier persona con mordedura confirmada de una especie identificada como altamente venenosa.

Europa: (víbora común: Vipera berus y otras víboras europeas): el antídoto está indicado para prevenir la morbilidad y acortar el período de convalecencia en pacientes con envenenamiento moderadamente grave, así como para salvar las vidas de pacientes con envenenamiento grave. Las indicaciones son:
1. descenso de la presión arterial (presión sistólica inferior a
80 mmHg, o en más de 50 mmHg con respecto al valor normal o basal) con o sin síntomas de shock;
2. otros síntomas de envenenamiento sistémico (véase lo ante- riormente expuesto), entre ellos hemorragia espontánea, coagulopatía, edema o hemorragia pulmonares (detectados mediante radiografía de tórax), anomalías ECG y leucocitosis periférica manifiesta (más de 15.000/l) y aumento de la concentración sérica de creatinin-quinasa;
3. envenenamiento local grave (inflamación en más de la mitad del miembro afectado por la mordedura en el plazo de
48 horas) incluso sin envenenamiento sistémico,
4. en adultos, inflamación que se extiende en un plazo de cuatro horas por encima de la muñeca tras la mordedura en una mano, o por encima del tobillo tras la mordedura en un pie.

Los pacientes mordidos por víboras europeas que muestren algún síntoma de envenenamiento deben ser hospitalizados para mantenerlos en observación durante al menos 24 horas. El antí- doto debe administrarse siempre que existan evidencias de enve- nenamiento sistémico (véanse los puntos 1 y 2 anteriores) aun si tardan varios días en manifestarse.

sábado, 25 de octubre de 2008

Tratamiento e investigación de seguimiento

La persistencia de los signos y síntomas y las recaídas de las enfermedades por descompresión son frecuentes, por lo que la mayoría de los trabajadores lesionados necesita varias sesiones de recompresión. No se interrumpirán hasta que la lesión se haya corregido y se mantenga sin cambios, o al menos hasta que no se hayan obtenido resultados positivos en dos sesiones sucesivas. La base de la investigación actual es la exploración neurológica clínica detallada (incluido el estado mental), ya que las técnicas existentes de diagnóstico por la imagen o de provocación conllevan una alta tasa de resultados positivos falsos (EEG, explo- raciones óseas con radioisótopos, SPECT) o negativos (TC, RM, PET, respuestas evocadas). Un año después de un episodio de enfermedad por descompresión, el trabajador debe someterse a una exploración por rayos X para determinar si presenta osteo- necrosis disbárica (necrosis aséptica) en los huesos largos.

jueves, 23 de octubre de 2008

Asistencia complementaria

El tratamiento en una cámara de recompresión de un trabajador hiperbárico lesionado no debe interferir con la administración de la asistencia complementaria necesaria, como ventilación, rehi- dratación y monitorización. Una cámara de recompresión adecuada debe tener una interfaz de trabajo con el equipo utili- zado de forma rutinaria en las unidades de cuidados intensivos.

sábado, 18 de octubre de 2008

Efectos combinados de los factores relacionados con el lugar de trabajo

Algunos trabajadores sometidos al sistema de turnos se encuentran además expuestos a otros riesgos en el lugar de trabajo, como los causados por agentes tóxicos o por trabajos que exigen un gran esfuerzo físico o mental. Sin embargo, se han dedicado muy escasos estudios a los problemas producidos por la conjunción del trabajo por turnos y la existencia de unas condiciones de organización, ambientales y de trabajo desfavorables, en las que los efectos negativos del trabajo por turnos pueden deberse, no sólo al desfase entre los ritmos circadianos y las condiciones de vida, sino también a las condiciones de trabajo adversas que pueden asociarse al trabajo por turnos.

La presencia de uno o más factores de riesgo en el lugar de trabajo, como ruidos, condiciones climáticas desfavorables, iluminación deficiente, vibraciones, etc., es en ocasiones más frecuente en los sistemas de tres turnos de trabajo, los sistemas irregulares y los turnos de noche que en los sistemas de sólo dos turnos y en el horario de trabajo diurno.

jueves, 16 de octubre de 2008

HORAS DE TRABAJO

El trabajo por turnos es el que se realiza permanente o frecuente- mente fuera de las horas de trabajo regulares diurnas. En efecto, este tipo de trabajo se puede realizar permanentemente de noche, permanentemente en horario de tarde o en horarios variables. Cada tipo de turnos tiene ventajas e inconvenientes y se asocia a diferentes efectos en el bienestar, la salud, la vida social y el rendimiento laboral.
En los sistemas tradicionales de turnos de rotación lenta, los turnos rotan semanalmente; esto es, a una semana de trabajo nocturno sigue un turno semanal de trabajo de tarde y, a conti- nuación, un turno de mañana. En el sistema de rotación rápida, sólo se trabajan uno, dos o, como mucho, tres días consecutivos en cada turno. En algunos países, como Estados Unidos, se generalizan los turnos de duración superior a 8 horas, en especial los de 12 horas (Rosa y cols. 1990).
El ser humano es un ser básicamente diurno; esto es, su orga- nismo está fundamentalmente “programado” para trabajar de día y solazarse y descansar de noche. Existen mecanismos internos (el denominado reloj biológico) que controlan la fisio- logía y la bioquímica del organismo para ajustarlo al ciclo de
24 horas. Estos ciclos se denominan ritmos circadianos. La perturbación de las variaciones circadianas del funcionamiento fisiológico producido por la necesidad de permanecer despiertos y trabajando en horas biológicamente anómalas, y de dormir durante el día, es uno de los rasgos más estresantes del trabajo por turnos.
A pesar de la suposición generalizada de que la perturbación del sistema circadiano puede tener efectos perjudiciales a largo plazo, no ha resultado fácil establecer una relación causa-efecto. A pesar de la ausencia de pruebas incontrovertibles, existe un amplio consenso en torno a la conveniencia de implantar en el lugar de trabajo unos turnos que eviten, en la medida de lo posible, una perturbación permanente de los ritmos circadianos.

martes, 14 de octubre de 2008

Sudoración

En el ser humano, el sudor contribuye a la regulación térmica y es secretado por entre 2 y 4 millones de glándulas sudoríparas ecrinas repartidas de manera no uniforme por la superficie del cuerpo. Al contrario que las glándulas sudoríparas apocrinas, que tienden a aparecer agrupadas (en el rostro, las manos y las regiones axilar y genital) y que secretan sudor a los folículos pilosos, las glándulas ecrinas secretan sudor directamente a la superficie de la piel. Es un sudor inodoro, incoloro y relativa- mente diluido, puesto que se trata de un ultrafiltrado de plasma, motivo por el cual posee un elevado calor latente de evaporación y es ideal para los fines de la termolisis.
Como ejemplo de la eficacia de este sistema termolítico, un hombre que trabaje con un consumo de oxígeno de 2,3 l/min producirá un calor metabólico neto (M– W) de aproximada- mente 640 W. Sin sudoración, la temperatura corporal aumen-taría a un ritmo aproximado de 1 °C cada 6 o 7 min. Con una evaporación eficiente de unos 16 g de sudor por minuto (una tasa razonable), la velocidad de la pérdida de calor puede igualar a la velocidad de acumulación de calor, de manera que la tempera- tura interna del organismo se mantiene estable; es decir,

M–W  R  C–E =0

Las glándulas ecrinas tienen una estructura sencilla consti- tuida por una parte secretora en forma de espiral, un conducto y un poro cutáneo. El volumen de sudor producido por cada glán- dula depende tanto de la estructura como de la función de la glándula y la tasa total de sudoración depende a su vez del número de glándulas (densidad de glándulas sudoríparas activas)
y de la producción de cada una de esas glándulas. El hecho de que algunas personas suden más que otras puede atribuirse prin- cipalmente a las diferencias en el tamaño de las glándulas sudorí- paras (Sato y Sato 1983). La aclimatación al calor es otro factor importante que determina la producción de sudor. Con la edad, la disminución de la tasa de sudoración se debe no tanto a un menor número de glándulas ecrinas activas como a una menor producción de sudor por glándula (Kenney y Fowler 1988), probablemente como resultado de la combinación de altera- ciones estructurales y funcionales que acompañan al proceso de envejecimiento.
Al igual que las señales vasomotoras, los impulsos nerviosos que reciben las glándulas sudoríparas se originan en los centros supra y preópticos de hipotálamo anterior y descienden a lo largo del tallo encefálico. Las glándulas están enervadas por fibras colinérgicas simpáticas, una rara combinación en el orga- nismo humano. Aunque la acetilcolina es el principal neurotransmisor, los transmisores adrenérgicos (catecolaminas) también estimulan las glándulas ecrinas.
En muchos aspectos, el control de la sudoración es similar al control del flujo sanguíneo periférico. Ambos tienen caracterís- ticas similares de activación (umbral) y una relación lineal con el aumento de Tc. La sudoración suele iniciarse antes en la espalda y el pecho, y las curvas de la relación entre la tasa local de sudoración y Tc tienen una mayor pendiente en estos lugares. Al igual que el FSP, la sudoración se ve modificada por factores no térmicos, como una hidratación insuficiente o la hiperosmola- lidad. Conviene también recordar que existe un fenómeno llamado “hidromeiosis”, que ocurre en ambientes muy húmedos
o zonas de la piel cubiertas constantemente por prendas húmedas. En esas zonas siempre húmedas se reduce el flujo de

sudor, lo que sirve como mecanismo de protección contra la deshidratación continua, puesto que el sudor que permanece en la piel en lugar de evaporarse no sirve para fines termolíticos.
Con una tasa de sudoración adecuada, la pérdida de calor por evaporación depende en definitiva del gradiente de la presión del vapor de agua entre la piel húmeda y el aire que la rodea. Así, una elevada humedad ambiental y el uso de prendas gruesas o impermeables limitan la pérdida de calor por evaporación, mientras que el aire seco, las corrientes de aire sobre el cuerpo y una prendas de vestir finas y porosas facilitan la evaporación. Por otra parte, cuando se realiza un trabajo intenso y se produce una sudoración abundante, la pérdida de calor por evaporación puede también verse limitada por la capacidad del organismo para producir sudor (como máximo entre1y2 l/h).

domingo, 12 de octubre de 2008

Vasodilatación periférica (II)

La necesidad de aumentar el flujo sanguíneo periférico con el fin de ayudar a regular la temperatura tiene un gran impacto en la capacidad del sistema cardiovascular para regular la presión arterial. Por esta razón, se necesita una respuesta coordinada de todo el sistema cardiovascular al estrés por calor. ¿Qué ajustes cardiovasculares tienen lugar para permitir el aumento del flujo y el volumen periféricos? Cuando se trabaja en ambientes fríos o térmicamente neutros, el aumento necesario del gasto cardíaco se ve facilitado por el aumento de la frecuencia cardíaca (FC), puesto que el volumen sistólico (VS) experimenta incrementos mínimos cuando la intensidad del esfuerzo supera el 40 % del esfuerzo máximo. En ambientes calurosos, la FC es mayor con cualquier intensidad de trabajo, para compensar el menor volumen sanguíneo central (VSC) y el menor VS. Con niveles superiores de trabajo se alcanza la frecuencia cardíaca máxima y esta taquicardia es, por consiguiente, incapaz de mantener el gasto cardíaco necesario. La segunda manera de aumentar el FSP es reduciendo el flujo sanguíneo en zonas como el hígado, los riñones y los intestinos (Rowell 1983). El redireccionamiento del flujo puede conseguir un aumento adicional de 800 a 1.000 ml en el flujo sanguíneo periférico y ayuda a compensar los efectos nocivos de la acumulación periférica de sangre.

viernes, 10 de octubre de 2008

Fibras y textiles

La mayoría de los textiles fabricados a base de fibras que se encuentran en el entorno humano son combustibles. La ropa, el mobiliario y el entorno habitable están constituidos en su tota- lidad o en parte por textiles, que representan un peligro tanto durante su producción, procesado y conservación como durante su utilización.
Las materias primas de los textiles pueden ser naturales o artificiales; las fibras sintéticas pueden utilizarse solas o mezcladas con fibras naturales. Químicamente, las fibras naturales de origen vegetal (algodón, cáñamo, yute, lino) están formadas por celulosa, que es combustible, y presentan una temperatura de ignición relativamente alta ( 400 C). Una característica posi- tiva de su combustión es que, cuando se eleva su temperatura, se carbonizan pero no se funden. Esto resulta especialmente beneficioso para el tratamiento médico de las quemaduras.
Las características de riesgo de incendio de las fibras basadas en proteínas de origen animal (lana, seda, pelo) todavía son más positivas que las de las fibras vegetales, ya que presentan una temperatura más alta de ignición (500-600 C) y, en las mismas condiciones, su combustión es menos intensa.
Cada vez adquieren mayor importancia las aplicaciones textiles de la industria de los plásticos, que aprovecha algunas propiedades mecánicas extremadamente positivas de los productos poliméricos. Entre las características de las fibras sintéticas acrílicas, de poliéster y termoplásticas (nylon, polipro- pileno, polietileno), las relativas a la combustión son las menos positivas. La mayoría de estas fibras, a pesar de su elevada temperatura de ignición ( 400-600 C), se funden cuando se exponen al calor, entran fácilmente en ignición, arden con intensidad, gotean o se funden durante la combustión y liberan una cantidad considerable de humo y gases tóxicos. Estas propie- dades pueden mejorarse si se mezclan con fibras naturales, dando lugar a los denominados tejidos con mezcla de fibra. También pueden tratarse con agentes ignífugos. En la fabrica- ción de textiles para la industria y de ropa ignífuga ya se están utilizando mucho productos inorgánicos de fibras no combusti- bles (fibras de vidrio y metálicas).
En los textiles, las propiedades de seguridad más importantes son las relacionadas con la capacidad de ignición, la propagación de la llama y la generación de calor y de productos de combustión tóxicos. Para su determinación, se han desarrollado métodos especiales de ensayo. Los resultados obtenidos se aplican en los lugares donde se utilizan estos productos
(vivienda, mobiliario, tapizado de vehículos, ropa, alfombras, cortinas, ropa de protección contra el calor y las inclemencias) y sirven para elaborar la normativa de seguridad contra los riesgos derivados de su uso. Una tarea fundamental de los investigadores industriales es desarrollar textiles que soporten altas temperaturas mediante un tratamiento ignífugo (difícilmente combustibles, con un tiempo de ignición prolongado, baja velocidad de propagación de la llama, baja velocidad de liberación de calor) y con una producción reducida de productos de combustión tóxicos, a fin de reducir los accidentes por incendio debidos a la combustión de este tipo de materiales

miércoles, 8 de octubre de 2008

Peligros de incendio en materiales y productos: Productos de madera y derivados

La madera es uno de los materiales más comunes del entorno humano. Casas, estructuras de edificios, muebles y bienes de consumo están fabricados en madera y este material también se utiliza mucho para la fabricación de productos como el papel y en la industria química.
La madera y sus derivados son fácilmente combustibles y, cuando entran en contacto con superficies a alta temperatura o quedan expuestos a una radiación de calor, llama abierta o cualquier otra fuente de ignición, se producen procesos de carbonización, calentamiento al rojo, ignición o combustión, dependiendo de las condiciones del proceso. Para ampliar su ámbito de aplicación, es necesario mejorar sus propiedades anticombustión. Las unidades estructurales fabricadas en madera suelen tratarse con agentes ignífugos (p. ej., mediante saturación, impregnación o recubrimiento superficial) para conseguir que sean menos combustibles.
La característica más importante de la combustibilidad de los distintos tipos de madera es la temperatura de ignición. Su valor depende principalmente de algunas propiedades de la madera y de las condiciones en que se realiza la prueba, como densidad , humedad, tamaño, y forma de la muestra de madera y de la fuente de ignición, tiempo e intensidad de exposición, y entorno del ensayo. Es interesante observar las diferencias en la tempera- tura de ignición obtenidas con los distintos métodos de ensayo. La práctica demuestra que los productos limpios y secos presentan una facilidad de ignición extremadamente baja, mien- tras que en madera polvorienta, impregnada de aceite y almace- nada en recintos con una ventilación insuficiente, se han registrado incendios por ignición espontánea. Se ha demostrado empíricamente que un contenido mayor de humedad aumenta la temperatura de ignición y reduce la velocidad de combustión de la madera. La descomposición térmica de la madera es un proceso complejo que consta de las fases siguientes:
• La descomposición térmica con pérdida de masa se inicia ya entre 120 y 200 C; en esta fase se libera el contenido de humedad y se produce la degradación de los materiales no combustibles en el área de combustión.
• Entre 200 y 280 C se producen principalmente reacciones endotérmicas y se absorbe la energía calorífica de la fuente de ignición.
• Entre 280 y 500 C las reacciones exotérmicas de los productos de descomposición se aceleran constantemente dando lugar al proceso primario y, al mismo tiempo, se desarrollan fenómenos de carbonización. En este rango de tempe- ratura tiene lugar ya una combustión sostenida. Después de la ignición, la combustión no es constante debido a la capacidad de las capas carbonizadas para aislar el calor. Por tanto, el calentamiento de las capas más profundas es limitado y lento. Al aumentar la superficie de productos de descomposición combustibles, se completa la combustión.
• A temperaturas superiores a 500 C, la madera carbonizada forma residuos. Al calentarse al rojo, se producen cenizas que contienen materiales inorgánicos sólidos, y concluye el proceso.

lunes, 6 de octubre de 2008

Peligros de incendio en materiales y productos

Obviamente, para que un sistema sea combustible, es imprescindible la presencia en él de material combustible. Los fenómenos de combustión y las fases de la misma dependen básicamente de las propiedades físicas y químicas del material de que se trate. Parece razonable, por tanto, estudiar el carácter y las propiedades de inflamabilidad de los distintos materiales y productos. En la presente sección se han agrupado los materiales de acuerdo con sus características técnicas, en lugar de utilizar conceptos teóricos (NFPA,1991).

sábado, 4 de octubre de 2008

Peligros eléctricos en atmósferas pulverulentas

El polvo fino que entra en las máquinas y en el equipo eléctrico produce abrasión, sobre todo de las piezas móviles. El polvo conductor puede provocar también cortocircuitos, mientras que el polvo aislante interrumpe el paso de corriente y aumenta la resistencia de contacto. Las acumulaciones de polvo fino o grueso alrededor de las cajas de equipo son depósitos potenciales de humedad y agua. El polvo seco es un aislante térmico, que reduce la dispersión del calor y aumenta la temperatura local; este aumento puede dañar los circuitos eléctricos y provocar incendios
o explosiones.
Se deben instalar sistemas estancos al agua y a prueba de explosión en emplazamientos industriales o agrícolas donde se lleven a cabo procesos en que intervengan polvos.

jueves, 2 de octubre de 2008

Introducción a los peligros eléctricos (II)

Entre las causas externas se cuentan:

• factores mecánicos (caídas, golpes, vibración);
• factores físicos y químicos (radiación natural o artificial, tempe- raturas extremas, aceites, líquidos corrosivos, humedad);
• viento, hielo, rayos;
• vegetación (árboles y raíces, secos y mojados);
• animales (en zonas urbanas y rurales), que pueden dañar el aislamiento de líneas de distribución de energía y, por lo tanto, provocar cortocircuitos o falsos contactos,
• y, no menos grave aunque se mencione en último lugar, algunos adultos o niños descuidados, imprudentes o inconscientes de los riesgos y de los procedimientos de funcionamiento.


Otras causas externas son la interferencia electromagnética procedente de líneas de alta tensión, receptores de radio, máquinas de soldar (capaces de generar sobretensiones transitorias) y solenoides.
Las causas de los problemas más habituales proceden del mal funcionamiento o falta de normalización de elementos como:

• equipo protector mecánico, térmico o químico;
• sistemas de ventilación, sistemas de refrigeración de máquinas, equipo, líneas o circuitos,
• coordinación de aislantes empleados en partes diferentes de la planta
• coordinación de fusibles y disyuntores automáticos.


Un solo fusible o disyuntor automático es incapaz de propor- cionar una protección adecuada frente a excesivas corrientes en dos circuitos diferentes. Los fusibles o disyuntores automáticos protegen contra fallos de fase-neutro, pero la protección contra fallos de fase-tierra exige disyuntores automáticos de corriente residual. Se recomiendan las medidas siguientes:
• utilización de relés de tensión y descargadores para coordinar
los sistemas de protección;

• sensores y componentes mecánicos o eléctricos en los sistemas protectores de la instalación;
• separación de circuitos a tensiones diferentes (debe mantenerse una separación de aire adecuada entre conductores; las cone- xiones deben estar aisladas; los transformadores se deben equipar con pantallas conectadas a tierra y protección conveniente contra tensiones excesivas, y con bobinados de primario
y secundario totalmente segregados);
• códigos de colores u otras precauciones útiles para evitar equivocaciones en la identificación de hilos;
• confundir el conductor de la fase activa con el neutro da lugar
a la electrización de los componentes metálicos externos del equipo,
• equipo de protección contra interferencia electromagnética.


La importancia de estas medidas es especial en la instrumen- tación y las líneas utilizadas para la transmisión de datos o el intercambio de señales de protección y/o control. Se debe mantener la separación adecuada entre las líneas o los filtros y pantallas empleados. En los casos más críticos se utilizan a veces cables de fibra óptica.
El riesgo asociado a las instalaciones eléctricas aumenta cuando el equipo trabaja en condiciones extremas, las más corrientes de las cuales se derivan de peligros eléctricos en ambientes húmedos o mojados.
Las finas capas conductoras líquidas que se forman sobre las superficies metálicas y aislantes en ambientes húmedos o mojados crean caminos nuevos, irregulares y peligrosos para la corriente. La infiltración de agua reduce la eficacia del aislamiento y, si el agua llega a penetrar en el aislamiento, puede provocar fugas de corriente y cortocircuitos. Se trata de efectos que no sólo dañan las instalaciones eléctricas, sino que multiplican los riesgos para las personas. Así, este peligro justifica la necesidad de normas especiales para trabajar en ambientes duros, como emplazamientos a la intemperie, instalaciones agrícolas, edificios en construcción, cuartos de baño, minas, bodegas y algunos emplazamientos industriales.
Se dispone de equipo que suministra protección contra la lluvia, las salpicaduras laterales o la inmersión completa. El equipo ideal debe ser cerrado, aislado y anticorrosión. Los recintos metálicos han de estar puestos a tierra. El meca- nismo de fallo en estos ambientes mojados es el mismo que el observado en atmósferas húmedas, pero los efectos son más graves.