sábado, 11 de abril de 2009

Optimización del sistema de turnos (I)


No existe un sistema de turnos “óptimo” y los directivos y trabajadores de cada empresa deben buscar el mejor equilibrio posible entre las exigencias de la empresa y las necesidades de los traba- jadores en la toma de una decisión que, además, debe fundarse en los principios científicos que informan el diseño de los sistemas de turnos. La estrategia de aplicación influye sensiblemente en la aceptación de un nuevo sistema de turnos. Se ha publicado un gran número de manuales y directrices para la implantación de nuevos horarios de trabajo (OIT 1990). Ocurre con demasiada frecuencia que los trabajadores integrados en los turnos no participan suficientemente en las fases de análisis, planificación y diseño de sus turnos.

La solución que se perfila como la más recomendable consiste en un sistema de turnos continuos con una rotación rápida hacia adelante, ocho horas de jornada laboral, algunos fines de semana libres, un mínimo de dos días consecutivos de descanso y evitando toda modificación brusca. Este esquema básico de turnos de trabajo tiene una duración media de 33,6 horas semanales, que quizás no pueda aceptarse universalmente. Si hay que hacer turnos complementarios, el grado de aceptación aumenta si se establece un calendario con una cierta antelación, por ejemplo, a comienzos de año, con objeto de que los trabajadores puedan planificar sus vacaciones. En algunas empresas no se obliga a los trabajadores de mayor edad a hacer turnos complementarios.

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