viernes, 25 de septiembre de 2009

Diseño arquitectónico: Los sistemas de ventilación y el control de los climas en interiores (IV)

Si el aire fluye a velocidad reducida a través de un número significativo de estos terminales (sucede cuando los termostatos de diferentes zonas alcanzan la temperatura deseada) y se reduce automáticamente la potencia de los ventiladores que impulsan el aire, pueden surgir dificultades. Por ejemplo, que el flujo total de aire que circula por el sistema sea menor, en algunos casos mucho menor, o incluso que se interrumpa total- mente la “entrada” de aire fresco del exterior. La colocación de sensores que controlen el flujo de aire exterior en el punto de entrada del sistema puede asegurar el mantenimiento de un flujo mínimo de aire fresco en todo momento.
Otro problema habitual es el bloqueo del flujo de aire debido a la colocación de divisiones totales o parciales en el espacio de trabajo. Hay muchos medios de corregir esta situación. Uno de ellos es dejar un espacio abierto en el borde inferior de los tabiques que dividen los cubículos. Otros son la instalación de ventiladores suplementarios y la colocación de rejillas difusoras en el suelo. El uso de ventiloconvectores de inducción ayuda a mezclar el aire y permite el control individualizado de las condiciones térmicas de un espacio determinado. Sin restar importancia a la calidad del aire per se ni a los medios de controlarla, hay que tener en cuenta que para conseguir un ambiente inte- rior confortable debe existir un equilibrio entre los diferentes elementos que afectan al mismo. Cualquier medida que se tome —aunque sea positiva— que afecte sólo a uno de los elementos, sin tener en cuenta el resto, puede romper el equilibrio y dar lugar a nuevas quejas por parte de los ocupantes del edificio. En las Tablas 45.3 y 45.4 se ilustra cómo algunas de estas medidas, cuya finalidad es mejorar la calidad del aire interior, provocan el fallo de otros elementos de la ecuación, de modo que la regulación del ambiente de trabajo puede afectar a la calidad del aire interior.
La calidad del ambiente general de un edificio que se encuentra en la fase de diseño dependerá, en gran medida, de las personas encargadas de su gestión, pero sobre todo de que se adopte una actitud positiva con respecto a los ocupantes del edificio. Para los propietarios del mismo, los ocupantes son los sensores más fiables para calibrar el correcto funcionamiento de las instalaciones destinadas a crear un ambiente interior de calidad.

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