domingo, 15 de noviembre de 2009

EL AIRE EN INTERIORES: METODOS DE CONTROL Y DEPURACION

La calidad del aire dentro de un edificio depende de una serie de factores entre los que cabe citar la calidad del aire exterior, el diseño del sistema de ventilación y de aire acondicionado, el funcionamiento y mantenimiento del sistema y las fuentes de contaminación interior. En términos generales, el nivel de concentración de un contaminante en un espacio interior vendrá determinado por el equilibrio existente entre la generación del contaminante y su velocidad de eliminación.
En cuanto a la generación de contaminantes, las fuentes de contaminación también pueden ser internas o externas. Entre las fuentes externas cabe citar la contaminación atmosférica producida por procesos industriales de combustión, el tráfico rodado, las centrales eléctricas y demás; la contaminación emitida cerca de las galerías de entrada de aire al edificio, como la procedente de torres de refrigeración o salidas de escape de otros edificios; y las emanaciones de suelos contaminados, como el gas radón, las fugas de depósitos de gasolina o los pesticidas. Entre las fuentes de contaminación interna, merece la pena mencionar las asociadas con los propios sistemas de ventilación y aire acondicionado (principalmente la contaminación microbio- lógica de cualquier parte de dichos sistemas), los materiales utili- zados en la construcción y la decoración del edificio y los ocupantes del edificio. Fuentes específicas de contaminación interior son el humo del tabaco, las fotocopiadoras, los laboratorios en general, los fotográficos en particular, las prensas de imprenta, los gimnasios, los salones de belleza, las cocinas y cafeterías, los cuartos de baño, los aparcamientos y las salas de calderas. Todas deben tener un sistema de ventilación general y el aire extraído de estas zonas no debe volver a utilizarse en el edificio. Cuando la situación lo exija, también deberán tener un sistema de extracción localizada.
La evaluación de la calidad del aire interior supone, entre otras tareas, la medición y evaluación de los contaminantes que pueda haber en el edificio. Se utilizan varios indicadores para averiguar la calidad del aire en el interior. Entre ellos cabe citar las concentraciones de monóxido de carbono y dióxido de carbono, la cantidad total de compuestos orgánicos volátiles (TCOV), la cantidad total de partículas en suspensión (TSP) y la velocidad de ventilación. Existen varios criterios o valores diana recomendados para la evaluación de algunas de las sustancias presentes en los espacios interiores, que vienen enumerados en diferentes normas o directrices, como las directrices para la calidad del aire en interiores adoptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), o las normas de la Sociedad Ameri- cana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Acondicionamiento del Aire (American Society of Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers, ASHRAE).
Ahora bien, no hay normas definidas para muchas de estas sustancias. Por ahora, la línea de acción recomendada es aplicar los valores y normas para ambientes industriales indicados por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (American Conference of Governmental Industrial Hygienists, ACGIH), (ACGIH 1992). Después se aplican factores de seguridad o de corrección del orden de la mitad, la décima o la centésima parte de los valores especificados.
Los métodos de control del aire interior pueden dividirse en dos grupos principales: el control de la fuente de contaminación y el control del ambiente mediante estrategias de ventilación y depuración del aire.

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