martes, 24 de noviembre de 2009

Necesidades de investigación

En los artículos siguientes del presente capítulo se intenta dejar claro que los efectos de la mayoría de los tipos de ruido sobre la audición son perfectamente conocidos. Hace ya unos 30 años que se elaboraron criterios relativos a los efectos del ruido continuo, variable e intermitente, que en lo esencial permanecen inalte- rados. En cambio, la situación no es la misma para el ruido de impulso. Para una misma energía sonora y a niveles relativa- mente bajos, el ruido de impulso parece no ser más perjudicial —y quizá lo sea menos— que el ruido continuo. Pero a niveles altos parece ser más perjudicial, sobre todo si se sobrepasa un nivel crítico (o, dicho más propiamente, una exposición crítica). Es necesario continuar investigando para definir con más exac- titud la forma de la curva de daño/riesgo.
Otro punto que es necesario aclarar es el referente al efecto perjudicial del ruido, tanto para la audición como para la salud en general, combinado con otros agentes. Aunque los efectos combinados del ruido y de los fármacos ototóxicos se conocen bastante bien, crece la preocupación por la combinación del ruido con los productos químicos industriales. Los disolventes y otros agentes parecen aumentar su carácter neurotóxico cuando la exposición a ellos se combina con altos niveles de ruido.
Los trabajadores expuestos al ruido en el sector de fabricación y en las fuerzas armadas reciben en todo el mundo la mayor atención. En cambio, son muchos los trabajadores de la minería, la construcción, la agricultura y el transporte que están también expuestos a niveles peligrosos de ruido, como se señala en la Figura 47.1. Hay que evaluar las necesidades singulares asociadas a estos puestos de trabajo y que extender a ellas las medidas de control del ruido y otros aspectos de los programas de conservación de la audición. Por desgracia, facilitando estos programas a los trabajadores expuestos al ruido no se garantiza la prevención de la pérdida auditiva ni de sus otros efectos perju- diciales. Aunque existen métodos normalizados de evaluación de la eficacia de dichos programas, pueden ser muy complicados y no se utilizan mucho. Es preciso elaborar métodos de evaluación sencillos al alcance de empresas grandes o pequeñas, o que dispongan de recursos mínimos.
Como ya se ha mencionado, aunque existe la tecnología necesaria para eliminar la mayoría de los problemas de ruido, se observan grandes lagunas en su aplicación. Es necesario desa- rrollar métodos para suministrar información sobre cualesquiera soluciones de control del ruido a todos los que la necesiten. Es preciso informatizar los datos sobre control del ruido y ponerlos
a disposición no sólo de los usuarios de los países en desarrollo, sino también de las naciones industrializadas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Alcance de la exposición al ruido

Como ya se ha mencionado, el ruido es especialmente imperante en las industrias de fabricación. El Departamento de Trabajo de Estados Unidos ha calculado que el 19,3 % de las personas que trabajan en entornos de fabricación y empresas de agua, gas y electricidad se ven expuestas diariamente a niveles medios de ruido de 90 dBA o más, el 34,4 % a niveles superiores a 85 dBA, y el 53,1 % a niveles superiores a 80 dBA. Estas estimaciones deben ser bastante típicas del porcentaje de trabajadores expuestos a niveles peligrosos de ruido en otras naciones. Es probable que los niveles sean algo mayores en los países menos desarrollados, donde no se utilizan tanto los controles técnicos, y algo inferiores en países con programas de control del ruido más rigurosos, como los países escandinavos y Alemania.
Muchos trabajadores de todo el mundo experimentan exposiciones muy peligrosas, muy por encima de los 85 o 90 dBA. Por ejemplo, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos ha calculado que, sólo en las industrias de fabricación, casi medio millón de trabajadores se ven expuestos diariamente a niveles medios de ruido de 100 dBA o más, y más de 800.000 a niveles de entre 95 y 100 dBA.
En la Figura 47.1 se enumeran las industrias de fabricación más ruidosas de Estados Unidos por orden decreciente, de acuerdo con el porcentaje de trabajadores expuestos a más de 90 dBA, y se indican estimaciones de exposición por sectores industriales.





sábado, 21 de noviembre de 2009

NATURALEZA Y EFECTOS DEL RUIDO: La omnipresencia del ruido en el trabajo

La omnipresencia del ruido en el trabajo El ruido es uno de los peligros laborales más comunes. En Estados Unidos, por ejemplo, más de 9 millones de trabajadores se ven expuestos diariamente a niveles de ruido medios de 85 decibelios ponderados A (en adelante, dBA). Estos niveles de ruido son potencialmente peligrosos para su audición y pueden producir además otros efectos perjudiciales. Existen aproximadamente 5,2 millones de trabajadores expuestos a niveles de ruido aún mayores en entornos de fabricación y empresas de agua, gas
y electricidad, lo cual representa alrededor del 35 % del número total de personas que trabajan en el sector de fabricación en Estados Unidos.
Los niveles de ruido peligrosos se identifican fácilmente y en la gran mayoría de los casos es técnicamente viable controlar el exceso de ruido aplicando tecnología comercial, remodelando el equipo o proceso o transformando las máquinas ruidosas. Pero con demasiada frecuencia, no se hace nada. Hay varias razones para ello. En primer lugar, aunque muchas soluciones de control del ruido son notablemente económicas, otras son muy caras, en particular cuando hay que conseguir reducciones a niveles de 85u 80 dBA.
Una razón muy importante de la ausencia de programas de conservación de la audición y de control del ruido es que, lamentablemente, el ruido suele aceptarse como un “mal nece- sario”, una parte del negocio, un aspecto inevitable del trabajo industrial. El ruido peligroso no derrama sangre, no rompe huesos, no da mal aspecto a los tejidos y, si los trabajadores pueden aguantar los primeros días o semanas de exposición, suelen tener la sensación de “haberse acostumbrado” al ruido. Sin embargo, lo más probable es que hayan comenzado a sufrir una pérdida temporal de la audición, que disminuye su sensibilidad auditiva durante la jornada laboral y que a menudo persiste durante la noche. Esa pérdida auditiva avanza luego de manera insidiosa, ya que aumenta gradualmente a lo largo de meses y años, y pasa en gran medida inadvertida hasta alcanzar proporciones discapacitantes.
Otra razón importante de la falta de reconocimiento de los peligros del ruido es que el deterioro auditivo resultante implica un estigma. Como Raymond Hétu ha demostrado tan claramente en su artículo sobre rehabilitación de la pérdida auditiva inducida por ruido en esta misma Enciclopedia, la opinión que suele tenerse de las personas que sufren deterioros auditivos es que están avejentadas y son mentalmente lentas e incompetentes en términos generales, y quienes corren el riesgo de sufrir este tipo de deterioro son reacios a reconocer ni su deficiencia ni el riesgo por miedo a ser estigmatizados. Esto es muy de lamentar, porque la pérdida auditiva inducida por ruido llega a ser perma- nente y, sumada a la que se produce a consecuencia de la edad, puede dar lugar a cuadros de depresión y aislamiento en personas de mediana edad y mayores. Las medidas preventivas deben tomarse antes de que comience la pérdida auditiva.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Criterios de rendimiento: Vida útil de la lámpara

la mayoría de las lámparas tienen que ser reemplazadas varias veces durante la pervivencia de la instalación de alumbrado y los diseñadores deben reducir al mínimo los inconvenientes para los ocupantes como consecuencia de las averías esporádicas y del mantenimiento. Las lámparas tienen muy diversas aplicaciones. La previsión de vida útil media suele ser un compromiso entre coste y rendimiento. Por ejemplo, la lámpara de un proyector de diapositivas durará unos cuantos cientos de horas, porque es importante que alcance el máximo rendimiento lumínico para conseguir una imagen de buena calidad. Por el contrario, algunas lámparas de alumbrado de carreteras pueden durar hasta dos años, lo que representa unas 8.000 horas de encendido.
Además, la vida útil de la lámpara se ve afectada por las condiciones de trabajo, por lo que no existe una cifra válida para todas las situaciones. De igual manera, la duración efectiva de la lámpara puede venir determinada por diferentes formas de deterioro. El fallo físico, como la rotura del fila- mento o de la propia lámpara, puede venir precedido de una reducción del rendimiento lumínico o de cambios en la coloración. La duración de la lámpara resulta afectada por condi- ciones ambientales externas como la temperatura, la vibración, la frecuencia de encendido, las fluctuaciones de la tensión de alimentación, la orientación, etcétera.
Es preciso observar que la vida media establecida para un tipo de lámpara es el tiempo que tardan en fallar el 50 % de las lámparas de una partida de pruebas. No es probable que esta definición de vida útil sea aplicable a muchas instala- ciones comerciales o industriales, por lo que la duración de una lámpara suele ser inferior en la práctica a los valores publicados, que sólo deberán utilizarse a efectos de comparación.
Eficiencia: como norma general, la eficiencia de un tipo determinado de lámpara será mejor cuanto mayor sea el régimen de potencia, porque la mayoría de las lámparas tienen cierta pérdida fija. Ahora bien, comparando diferentes tipos de lámparas se observan marcadas variaciones de eficiencia. Es conveniente utilizar las lámparas de mayor eficiencia, siempre que se cumplan al mismo tiempo los criterios de tamaño, color y vida útil. No debe ahorrarse energía a expensas del confort visual o del rendimiento de los ocupantes. En la Tabla 46.2 se ofrecen algunos valores típicos de eficiencia.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Criterios de rendimiento: Coloración y reproducción del color:

Se aplican escalas y valores numéricos independientes a la coloración y a la reproducción del color. Es importante recordar que las cifras sólo son orientativas y que algunas sólo son aproximaciones. Siempre que sea posible, deberán realizarse valoraciones de idoneidad con lámparas reales y con los colores o materiales aplicables a la situación.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Criterios de rendimiento: Rendimiento lumínico

Los criterios de rendimiento varían según la aplicación. En general, no existe una jerarquía concreta de importancia de estos criterios.

Rendimiento lumínico: la emisión de lúmenes de una lámpara determinará su idoneidad en relación con la escala de la instalación y la cantidad de iluminación necesaria.

martes, 17 de noviembre de 2009

Control del ambiente

Los ambientes interiores de edificios no industriales suelen tener muchas fuentes de contaminación que, además, tienden a estar dispersas. El sistema más empleado para corregir o prevenir los problemas de contaminación en interiores es, por consiguiente, la ventilación, ya sea general o de dilución. Lo que se hace es mover y dirigir el flujo de aire para capturar, retener y transportar los contaminantes desde su fuente hasta el sistema de ventilación. Por añadidura, la ventilación general también permite el control de las características térmicas del ambiente interior acondicio- nando y recirculando el aire (véase más adelante, en este mismo capítulo, la sección “Objetivos y principios de la ventilación general y de la ventilación de dilución”).
A fin de diluir la contaminación interna, sólo es aconsejable aumentar el volumen de aire exterior si el sistema es de tamaño apropiado y no se provoca falta de ventilación en otras zonas ni se impide el correcto acondicionamiento del aire. Para que un sistema de ventilación sea lo más eficaz posible, es conveniente instalar extractores localizados en las fuentes de contaminación; el aire mezclado con contaminación no deberá volver a utilizarse; los ocupantes deberán situarse junto a los difusores de aire y las fuentes de contaminación junto a los extractores; los conta- minantes deberán expulsarse por la vía más corta posible, y los recintos que tengan fuentes de contaminación localizadas deberán mantenerse a presión negativa en relación con la presión atmosférica exterior.
La mayoría de las deficiencias de ventilación parecen ir ligadas a una cantidad inadecuada de aire exterior. Con todo, una distribución inadecuada del aire de renovación también puede dar lugar a problemas de calidad del aire. Por ejemplo, en habitaciones con techos muy altos, que reciban aire caliente (menos denso) desde arriba, pueden ocurrir problemas de estratificación y entonces la ventilación no podrá diluir la contaminación presente en la habitación. La ubicación y colocación de los difusores y retornos de aire en relación con los ocupantes y las fuentes de contaminación es una cuestión que requiere especial atención a la hora de diseñar el sistema de ventilación.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Control de la fuente de contaminación

La fuente de contaminación puede controlarse por varios medios, entre los que cabe citar:

1. Eliminación. Eliminar la fuente de contaminación es el método ideal para controlar la calidad del aire en interiores. Se trata de una medida permanente que no requiere operaciones de mantenimiento posteriores. Se aplica cuando se conoce la fuente de la contaminación, como en el caso del humo del tabaco, y no precisa la sustitución del agente en cuestión.

2. Sustitución. En algunos casos hay que sustituir el producto que origina la contaminación. A veces es posible cambiar los productos utilizados (para limpieza, decoración, etc.) por otros que presten el mismo servicio pero que sean menos tóxicos o presenten un riesgo menor para las personas que los utilizan.
3. Aislamiento o confinamiento espacial. El objeto de estas medidas es reducir la exposición limitando el acceso a la fuente. Es un método por el que se interponen barreras (parciales o totales)
o medidas de contención alrededor de la fuente de contami- nación para minimizar las emisiones al aire circundante y limitar el acceso de personas a la zona próxima a la fuente de contaminación. Los recintos deben estar equipados con sistemas de ventilación suplementarios que puedan extraer aire y suministrar un flujo de aire dirigido adonde sea necesario. Ejemplos de este enfoque son los hornos cerrados, las salas de calderas y las salas de fotocopiadoras.
4. Sellado de la fuente. En este método se utilizan materiales y/o productos que eviten o minimicen la emisión de contaminación. Se ha propuesto como medio para evitar la dispersión de fibras de amianto sueltas de antiguos aislantes, así como para reducir la emisión de formaldehído de las paredes tratadas con resinas. En edificios contaminados por gas radón, esta técnica se utiliza para sellar bloques de hormigón
y fisuras en paredes de sótanos, utilizándose polímeros para evitar la inmisión de radón del suelo. Las paredes de sótanos también pueden tratarse con pintura epoxídica y un sellador polimérico de polietileno o poliamida para evitar contaminación que pueda filtrarse a través de las paredes o por el suelo.
5. Ventilación por extracción localizada. Los sistemas de ventilación localizados funcionan capturando el contaminante en la propia fuente, o lo más cerca posible de ella. La captura se realiza con una campana concebida para atrapar el contami- nante en una corriente de aire que fluye entonces a través de conductos hacia el sistema de depuración con ayuda de un ventilador. Si no es posible depurar o filtrar el aire extraído, deberá evacuarse al exterior y no volverá a utilizarse en el edificio.

domingo, 15 de noviembre de 2009

EL AIRE EN INTERIORES: METODOS DE CONTROL Y DEPURACION

La calidad del aire dentro de un edificio depende de una serie de factores entre los que cabe citar la calidad del aire exterior, el diseño del sistema de ventilación y de aire acondicionado, el funcionamiento y mantenimiento del sistema y las fuentes de contaminación interior. En términos generales, el nivel de concentración de un contaminante en un espacio interior vendrá determinado por el equilibrio existente entre la generación del contaminante y su velocidad de eliminación.
En cuanto a la generación de contaminantes, las fuentes de contaminación también pueden ser internas o externas. Entre las fuentes externas cabe citar la contaminación atmosférica producida por procesos industriales de combustión, el tráfico rodado, las centrales eléctricas y demás; la contaminación emitida cerca de las galerías de entrada de aire al edificio, como la procedente de torres de refrigeración o salidas de escape de otros edificios; y las emanaciones de suelos contaminados, como el gas radón, las fugas de depósitos de gasolina o los pesticidas. Entre las fuentes de contaminación interna, merece la pena mencionar las asociadas con los propios sistemas de ventilación y aire acondicionado (principalmente la contaminación microbio- lógica de cualquier parte de dichos sistemas), los materiales utili- zados en la construcción y la decoración del edificio y los ocupantes del edificio. Fuentes específicas de contaminación interior son el humo del tabaco, las fotocopiadoras, los laboratorios en general, los fotográficos en particular, las prensas de imprenta, los gimnasios, los salones de belleza, las cocinas y cafeterías, los cuartos de baño, los aparcamientos y las salas de calderas. Todas deben tener un sistema de ventilación general y el aire extraído de estas zonas no debe volver a utilizarse en el edificio. Cuando la situación lo exija, también deberán tener un sistema de extracción localizada.
La evaluación de la calidad del aire interior supone, entre otras tareas, la medición y evaluación de los contaminantes que pueda haber en el edificio. Se utilizan varios indicadores para averiguar la calidad del aire en el interior. Entre ellos cabe citar las concentraciones de monóxido de carbono y dióxido de carbono, la cantidad total de compuestos orgánicos volátiles (TCOV), la cantidad total de partículas en suspensión (TSP) y la velocidad de ventilación. Existen varios criterios o valores diana recomendados para la evaluación de algunas de las sustancias presentes en los espacios interiores, que vienen enumerados en diferentes normas o directrices, como las directrices para la calidad del aire en interiores adoptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), o las normas de la Sociedad Ameri- cana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Acondicionamiento del Aire (American Society of Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers, ASHRAE).
Ahora bien, no hay normas definidas para muchas de estas sustancias. Por ahora, la línea de acción recomendada es aplicar los valores y normas para ambientes industriales indicados por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (American Conference of Governmental Industrial Hygienists, ACGIH), (ACGIH 1992). Después se aplican factores de seguridad o de corrección del orden de la mitad, la décima o la centésima parte de los valores especificados.
Los métodos de control del aire interior pueden dividirse en dos grupos principales: el control de la fuente de contaminación y el control del ambiente mediante estrategias de ventilación y depuración del aire.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Advertencias en los paquetes de cigarrillos

Una de las primeras medidas adoptadas en muchos países es exigir que los paquetes de cigarrillos muestren de forma clara la advertencia de que el consumo de tabaco perjudica seriamente la salud del fumador. El objetivo no es ejercer un efecto inmediato sobre el fumador, sino más bien demostrar que el gobierno está preocupado por el problema y que está creando un ambiente psicológico que favorecerá la adopción de medidas posteriores con las que, de otra manera, podría sentirse agredida la población fumadora.
Algunos expertos defienden la inclusión de estas advertencias en los puros y en el tabaco de pipa. Pero la opinión más general es que tales medidas son innecesarias, ya que las personas que utilizan esta clase de tabaco no suelen inhalar el humo, y a lo que conduciría probablemente la ampliación de este tipo de advertencias es a un descuido de los mensajes en su conjunto. Por eso la opinión que prevalece es que las advertencias deben aplicarse sólo a los paquetes de cigarrillos. Por el momento, no se ha considerado la referencia al humo pasivo, pero es una opción que no debe descartarse.

viernes, 13 de noviembre de 2009

REGULACION DEL CONSUMO DE TABACO

Por lo que se refiere a la adopción de medidas para disminuir el consumo de tabaco, los gobiernos deberían tener en consideración que aunque dejar de fumar es una decisión que las personas toman por sí mismas, es responsabilidad del gobierno adoptar todas las medidas necesarias para animarles a ello. Los legisladores y los gobiernos de muchos países han dado pasos dubitativos, debido a que aunque la disminución en el consumo de tabaco es una mejora indiscutible de la salud pública, con el consiguiente ahorro en el gasto sanitario público, habría una serie de pérdidas y trastornos económicos en muchos sectores, al menos de forma temporal. La presión que las organizaciones y agencias internacionales para la salud y el medio ambiente pueden ejercer en este sentido es muy importante, ya que muchos países podrían suavizar sus medidas en contra del consumo de tabaco debido a problemas económicos, especialmente si el tabaco es una fuente importante de ingresos.
En el presente artículo se describen de manera concisa las medidas reguladoras que pueden adoptarse para disminuir el consumo de tabaco en un país.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Humo de tabaco ambiental y medio ambiente en el trabajo

Aunque los estudios epidemiológicos no han demostrado hasta ahora una relación causal entre la exposición al HTA y el cáncer de pulmón, es conveniente proteger a los trabajadores de la exposición al humo de tabaco ambiental en el lugar de trabajo. Tal concepto se apoya en la observación de que la exposición prolongada de personas no fumadoras al HTA en el lugar de trabajo puede causar un deterioro de la función pulmonar. Además, en ambientes profesionales con exposición a cancerígenos, el tabaquismo involuntario puede aumentar el riesgo de cáncer. En Estados Unidos, la Envi- ronmental Protection Agency ha clasificado el HTA como cancerí- geno del grupo A (cancerígenos humanos conocidos); por consiguiente, en Estados Unidos la ley exige la protección de los trabajadores frente a la exposición al HTA.
Pueden adoptarse varias medidas para proteger a las personas no fumadoras de la exposición al HTA: prohibir el consumo de tabaco en el lugar de trabajo, o al menos separar a los fuma- dores de los no fumadores donde sea posible, y asegurarse de que las habitaciones para fumadores tengan un sistema de aspi- ración de humos independiente. El enfoque más gratificante y, con mucho, más prometedor es ayudar a los trabajadores que fumen cigarrillos a intentar que abandonen su hábito.
El lugar de trabajo proporciona una excelente oportunidad de aplicar programas para dejar de fumar; de hecho, en numerosos estudios se ha demostrado que los programas en lugares de trabajo tienen resultados más satisfactorios que los programas en clínicas, debido a que los programas patrocinados por el empresario son más intensos y ofrecen incentivos económicos o de otro tipo (Inspector general de Sanidad de EE. UU. 1985). También se ha afirmado que la eliminación de las enfermedades pulmonares crónicas y del cáncer profesionales exige un intento de convertir a los fumadores en no fumadores. Además, las intervenciones en el lugar de trabajo, como los programas para dejar de fumar, pueden originar cambios duraderos en la reducción de algunos factores de riesgo cardiovascular para los trabajadores (Gomel y cols. 1993).

martes, 10 de noviembre de 2009

Otras medidas

Se han formulado muchas otras propuestas para mejorar la situación de las personas que trabajan por turnos, como el ejercicio físico (Härmä y cols. 1988a, b), la ayuda farmacológica (Rosa y cols. 1990), el consejo familiar (Rosa y cols. 1990), la mejora del medio ambiente de trabajo (Knauth y cols. 1989), la apertura de vías de comunicación entre las personas que trabajan por turnos
y sus sindicatos o representantes parlamentarios (Monk 1988; Knauth y cols. 1989), o la implantación en la empresa de un “Programa de sensibilización respecto al trabajo por turnos”
(Monk 1988). La ausencia de una solución ideal para los problemas del trabajo por turnos debe impulsar la búsqueda de soluciones creativas (Colquhoun y cols. 1996).

FIN DEL CAPITULO HORAS DE TRABAJO

lunes, 9 de noviembre de 2009

Remuneración económica

Aunque existen numerosos planes de remuneración aplicables a las personas que trabajan por turnos (prima por turnos), las retribuciones en metálico no constituyen una compensación adecuada de los eventuales efectos negativos sobre la salud y la alteración de la vida social.

Es evidente que el mejor modo de solucionar un problema consiste en eliminar o mitigar sus causas. Sin embargo, como la eliminación total del trabajo por turnos es imposible, existen medidas alternativas que merecen tomarse en consideración, como la reducción de las horas de trabajo no usuales para las personas; la reducción del turno de noche; la eliminación de la parte no imprescindible del trabajo nocturno (a veces, la reorga- nización del trabajo permite transferir algunas actividades al turno de mañana o de tarde); la implantación de sistemas mixtos de trabajo en los que cada trabajador se libre del sistema de trabajo por turnos, como mínimo, un mes al año; la creación de nuevos equipos de trabajo por turnos, pasando, por ejemplo, de un sistema de tres turnos a otro de cuatro, o de un modelo de cuatro turnos a otro de cinco, o bien reduciendo el número de horas extraordinarias. Otra posibilidad consiste en reducir las horas de trabajo en el sistema de turnos, estableciendo una jornada semanal más corta para los trabajadores por turnos que para los trabajadores de día, además de pausas retribuidas y vacaciones más largas. Otras posibles soluciones consisten, bien en incrementar los días libres, bien en un sistema de jubilación anticipada o gradual.
Todas estas propuestas se han aplicado en algunas empresas industriales y de servicios (véase Knauth y cols. 1990).

domingo, 8 de noviembre de 2009

Técnicas de comportamiento individual

Se han realizado pocos estudios de la capacidad de las personas que trabajan por turnos para combatir el estrés (Olsson y cols. 1987; Olsson y Kandolin 1990; Kandolin 1993; Spelten y cols. 1993). Las estrategias activas —consistentes, por ejemplo, en comentar los problemas con otras personas— parecen más idóneas para combatir el estrés que las pasivas, como el consumo de alcohol (Kandolin 1993). No obstante, se echan en falta estudios longitudinales en los que se examine la relación entre las técnicas de comportamiento o la estrategia de afrontamiento y estrés.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Medidas de salud en el trabajo

Algunos autores (por ejemplo, Rutenfranz y cols. 1985; Scott y LaDou 1990) recomiendan una exploración y supervisión médica del personal con anterioridad a su incorporación al trabajo por turnos. Se desaconseja el trabajo nocturno de los trabajadores que se encuentren en alguno de los casos siguientes:
• un historial de trastornos gastrointestinales, como úlcera péptica recurrente o síndrome de colon irritable, siempre que los síntomas sean graves;
• diabetes mellitus insulinodependiente;
• tirotoxicosis;
• enfermedad coronaria, en especial si existe angina inestable o antecedentes de infarto de miocardio;
• narcolepsia y otras afecciones que produzcan perturbaciones crónicas del sueño;
• epilepsia;
• trastornos psiquiátricos graves, especialmente depresión crónica;
• asma que precise medicación, en especial si el paciente depende de los esteroides;
• tuberculosis activa y extendida;
• alcoholismo o drogadicción,
• deficiencia acusada de la visión o hemeralopia (ceguera diurna)
demasiado grave para una corrección efectiva.


Además, Scott y LaDou (1990) mencionan algunas “contraindicaciones relativas” utilizables principalmente en el asesoramiento de los futuros empleados, como unos hábitos de sueño rígidos con acusada tendencia “matinal”. Deberían tenerse en cuenta la edad y el alcance de las responsabilidades familiares. Hermann (1982) propone un calendario para las exploraciones médicas periódicas. La segunda de ellas se debe realizar dentro de los doce meses siguientes al inicio del trabajo nocturno; posteriormente, los menores de 25 años se deben someter a exploración cada dos años como mínimo; los trabajadores de entre 25 y 50 años de edad, cada cinco años; los de 50
a 60 años de edad, cada dos o tres años; y con una frecuencia anual o bienal los que cuenten más de 60 años.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Características del ser humano que influyen en la adaptación: Trastornos de la salud y otros factores de estrés

La tolerancia al calor de un trabajador en un día cualquiera puede verse reducida por una serie de trastornos de la salud. Como ejemplos pueden citarse las enfermedades febriles (temperatura corporal mayor de la normal), vacunación reciente o gastroenteritis asociada a una alteración del equilibrio hídrico o electrolítico. Las afecciones cutáneas, como quemaduras solares y eritemas, pueden reducir la capacidad de sudoración. Además, el riesgo de sufrir un trastorno por calor aumenta en ocasiones con la prescripción de algunos medicamentos, entre ellos simpatomiméticos, anticolinérgicos, diuréticos, fenotiazinas, antidepresivos cíclicos e inhibidores de la monoaminooxidasa.
El consumo de alcohol es un problema frecuente y grave entre los trabajadores expuestos al calor. El alcohol no sólo reduce la ingesta de alimentos y agua, sino que también actúa como un diurético (aumenta la cantidad de orina excretada) y altera la capacidad de razonamiento. Los efectos nocivos del alcohol persisten muchas horas después del momento de su consumo. Los alcohólicos que sufren un golpe de calor tienen una tasa de mortalidad mucho mayor que los no alcohólicos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Características del ser humano que influyen en la adaptación: Aclimatación al calor.

. La aclimatación al trabajo en ambientes calurosos puede aumentar considerablemente la tolerancia del ser humano a este factor de estrés, de manera que una tarea que en un principio la persona no aclimatada es incapaz de realizar, se convierte en un trabajo más fácil al cabo de un período de ajuste gradual. Las personas en muy buena forma física suelen aclimatarse al calor y ser capaces de completar el proceso en menos tiempo y con menos estrés que las personas sedentarias. La estación afecta también a la duración de este proceso; los trabajadores contratados en verano pueden estar ya parcialmente aclimatados al calor, mientras que los contratados en invierno necesitarán un período más largo de ajuste.
En la mayoría de las situaciones, la aclimatación puede conse- guirse mediante la incorporación gradual del trabajador a la tarea expuesta al calor. Por ejemplo, el trabajador nuevo puede ser asignado al trabajo sólo por las mañanas y durante períodos de tiempos cada vez mayores durante los primeros días. Es un tipo de aclimatación en el puesto que debe realizarse bajo la estrecha supervisión de personal experimentado; el nuevo trabajador debe estar autorizado en todo momento a retirarse a ambientes más frescos en cuanto experimente síntomas de intole- rancia. Las condiciones extremas pueden exigir un protocolo formal de exposición progresiva al calor, como el utilizado para los trabajadores de las minas de oro en Sudáfrica.
El mantenimiento de la plena aclimatación al calor en el trabajo exige la exposición al calor mientras se trabaja entre tres
y cuatro veces a la semana; una menor frecuencia o una exposi- ción pasiva al calor tendrá un efecto mucho más débil y puede reducir gradualmente la tolerancia al calor. En todo caso, el descanso laboral durante los fines de semana no parece tener un efecto apreciable en la aclimatación. La interrupción de la exposición durante 2 o 3 semanas hace que se pierda parte de la acli- matación, aunque algo permanecerá en las personas que habitan en zonas cálidas y/o que realizan ejercicio aeróbico regular. Obesidad. Un alto contenido de grasa corporal tiene escaso efecto en la regulación térmica, ya que para la disipación de calor en la piel participan los capilares y la glándulas sudoríparas que se encuentran más cerca de la superficie de la piel que de la capa de grasa subcutánea. Desde luego, las personas obesas están en desventaja por su exceso de peso corporal, ya que todos los movimientos les exigen un mayor esfuerzo muscular y, por consi- guiente, generan más calor que en las personas delgadas. Además, la obesidad suele reflejar un estilo de vida sedentario que reduce la capacidad aeróbica y dificulta la aclimatación al calor.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Características del ser humano que influyen en la adaptación: Capacidad física

La capacidad aeróbica máxima (VO2max) es probablemente el principal determinante de la capacidad de una persona para realizar un trabajo físico prolongado en condi- ciones de calor. Como se comentaba antes, las diferencias observadas en un principio entre distintos grupos en cuanto a la tolerancia al calor y que se atribuyeron al sexo, la raza o la edad, se achacan ahora a diferencias en la capacidad aeróbica y la aclimatación al calor.
Para conseguir y mantener una buena capacidad física para el trabajo, el sistema de transporte de oxígeno tiene que desafiarse repetidamente mediante un esfuerzo intenso mantenido durante al menos 30 o 40 minutos, 3 o 4 días a la semana. En algunos casos, la actividad laboral proporciona la preparación física necesaria, pero la mayoría de los puestos de trabajo en la industria son menos extenuantes y deben complementarse con un programa de ejercicio regular para adquirir una forma física óptima.
La pérdida de capacidad aeróbica (pérdida de forma física) es relativamente lenta, de manera que la inactividad durante los fines de semanas o durante unas vacaciones de 1 o 2 semanas produce sólo cambios mínimos. Por el contrario, cuando la persona se ve obligada a cambiar su forma de vida durante semanas o meses por una lesión, una enfermedad crónica u otros factores de estrés, se produce una marcada reducción de la capacidad aeróbica en el plazo de semanas o meses.

martes, 3 de noviembre de 2009

Protección contra rayos: Medidas de protección en edificios

En la norma Standard for the Installation of Lightning Protection Systems 780 del NFPA (1995b) se recogen los requisitos en materia de diseño para la protección de los edificios contra rayos. Aunque se sigue investigando la causa exacta de la descarga por rayo, la protección se basa en disponer de un medio para que la descarga del rayo pueda penetrar en la tierra o abandonarla sin dañar los edificios.
Los sistemas de pararrayos tienen pues dos funciones:

• interceptar la descarga del rayo antes de que alcance al edificio,
• proporcionar una vía inofensiva de descarga a tierra.

A tal fin, los edificios deben estar equipados con:
• pararrayos;
• conductores de bajada,
• buenas conexiones a tierra, de 10 ohm o inferiores.

Para más detalles sobre el diseño de protecciones antirrayo en edificios, consúltese el artículo de Davis (1991) en el Fire Protection Handbook del NFPA (Cote, 1991) y el Code of Practice (1992) del British Standards Institute.
Las descargas directas de los rayos pueden dañar cables de transmisión aéreos, transformadores, subestaciones exteriores y otras instalaciones eléctricas. También los equipos de transmi- sión eléctrica pueden recibir voltajes inducidos y sobrevoltajes que, al penetrar en los edificios, den lugar a incendios, destrucción de instalaciones y graves interrupciones de funcionamiento. Para evitarlo, es necesario disponer de disipadores de sobrevoltajes que desvíen a tierra estos picos de voltaje a través de tomas de tierra efectivas.
Los sobrevoltajes transitorios inducidos en cables eléctricos y de comunicación de muchos edificios pueden causar daños en los equipos informáticos de gran sensibilidad, de creciente utilización en el comercio y en la industria. Por esta razón, hay que disponer de una protección transitoria como la descrita en la obra The Protection of Structures Against Lightning del British Standards Institute BS 6651:1992.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Protección contra rayos

El rayo es una de las causas más frecuentes de incendios con víctimas mortales en muchos países del mundo. En Estados Unidos, fallecen cada año unas 240 personas al ser alcanzadas por un rayo.

El rayo es una forma de descarga eléctrica entre las nubes y la Tierra. En la Ficha publicada por la FM sobre este tema (1984) se indica que la intensidad del rayo puede oscilar entre 2.000 y 200.000 A y la diferencia de potencial que se establece entre las nubes y la Tierra puede ser de 5 - 50x106 V.
La frecuencia de los rayos varía según los países y las zonas en función, esencialmente, del número de días de tormenta al año. La magnitud de los daños causados por los rayos depende en gran medida del tipo de suelo, y son mayores en zonas donde la tierra presenta una alta resistividad.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Procesos de soldadura y corte: Medidas de protección y precaución

Manz (1991) en el Fire Protection Handbook del NFPA estudia las buenas prácticas de seguridad, entre las que cita:

• diseño, instalación y mantenimiento adecuado de los equipos de soldadura y corte, y en especial control del almacenamiento de los cilindros de combustible y oxígeno y de posibles fugas de los mismos;
• preparación adecuada de las áreas de trabajo para eliminar todos los peligros de ignición accidental de materiales combustibles próximos;
• riguroso control de todos los procesos de soldadura y corte;
• formación de todos los trabajadores en las prácticas de seguridad
• utilización de ropa ignífuga y protección facial de los trabajadores y las personas que trabajen en sus proximidades,
• ventilación adecuada para evitar que los trabajadores y las personas que trabajen en las proximidades estén expuestos a gases y humos nocivos.


Para soldar o cortar tanques u otros depósitos que han contenido materiales inflamables se requieren unas precauciones especiales. Cabe citar a este respecto la guía Recommended Safe Practices for the Preparation for Welding and Cutting of Containers that have held Hazardous Substances (1988) de la American Welding Society.
Para las zonas de construcción puede resultar útil la guía inglesa Fire Prevention on Construction Sites (1992) del Loss Preven- tion Council, que contiene un modelo de autorización para controlar las operaciones de corte y soldadura aplicable a cualquier planta o instalación industrial. Un modelo de autorización similar se encuentra en las Fichas de la FM para procesos de corte y soldadura (1977).