domingo, 30 de septiembre de 2012

La ventilación por dilución (V)

Hay que subrayar que cuando se inyecta aire en un espacio determinado (especialmente si se hace a alta velocidad), la corriente de aire así creada ejerce una fuerza considerable sobre el aire circundante. A continuación, el aire se mezcla con la corriente y reduce su velocidad, creando además una turbu- lencia cuantificable. En consecuencia, este proceso hace que el aire ya presente en el recinto se mezcle impetuosamente con el aire fresco inyectado, generando corrientes de aire internas. Predecir estas corrientes, incluso en términos generales, requiere una gran dosis de experiencia (véase la Figura 45.5).

A fin de evitar los problemas que provocaría que los trabaja-
dores se vieran sometidos a corrientes de aire a velocidades rela- tivamente altas, el aire suele inyectarse por medio de rejillas difusoras diseñadas para facilitar la rápida mezcla del aire fresco con el aire ya presente en el recinto. Así se consigue que las zonas en las que el aire se mueve a alta velocidad tengan la menor extensión posible.
Tales corrientes no se producen en las proximidades de los puntos de evacuación o extracción del aire a través de puertas, ventanas, extractores u otras aberturas. El aire llega a las rejillas de extracción desde todas las direcciones, de modo que, incluso
a una distancia relativamente corta de las mismas, el movi- miento del aire no se percibe fácilmente como corriente de aire. En cualquier caso, cuando de lo que se trata es de la distribu- ción del aire, es importante situar los puestos de trabajo, en la medida de lo posible, de manera que el aire fresco llegue a los trabajadores antes que a las fuentes de contaminación.
Si existen fuentes importantes de calor en el recinto, el movimiento de aire vendrá condicionado en gran medida por las corrientes de convección provocadas por las diferencias de densidad entre el aire frío, más denso, y el aire caliente, más ligero. En espacios de este tipo, el diseñador de la distribución del aire ha de tener presente la existencia de tales fuentes de calor, o el movimiento de aire podría ser muy diferente del previsto.
Por otra parte, la presencia de contaminación química no altera la densidad del aire de manera cuantificable. Aunque los contaminantes en su estado puro pueden tener una densidad muy diferente de la del aire (normalmente mucho mayor), dadas las concentraciones reales en el lugar de trabajo, la mezcla de aire y contaminante no tiene una densidad significativamente diferente a la del aire puro.

sábado, 29 de septiembre de 2012

La ventilación por dilución (IV)

En cualquier caso, para utilizar la fórmula anterior se requiere un conocimiento bastante exacto de los valores de a y K que deberán utilizarse, por lo que aquí se ofrecen algunas sugerencias al respecto.
Por lo común es posible calcular la cantidad de contaminante generada a partir de la cantidad de determinados materiales consumidos en el proceso generador del contaminante. De modo que, en el caso de un disolvente, la cantidad utilizada será una buena indicación de la cantidad máxima que pueda existir en el ambiente.
Como ya se ha indicado, el valor de K deberá determinarse en función de la eficacia de la mezcla de aire. Por consiguiente, ese valor será menor cuanto más uniforme sea la distribución de la concentración del contaminante existente en cualquier punto del espacio en cuestión. Ello, a su vez, dependerá de cómo se distribuya el aire dentro del espacio ventilado.
De acuerdo con estos criterios, deberán utilizarse valores mínimos de K cuando se inyecte aire de manera que éste se reparta uniformemente, por ejemplo, utilizando una cámara de sobrepresión) y cuando la inyección y extracción del aire se realicen en extremos opuestos del espacio dado. Por otra parte, deberán utilizarse mayores valores de K cuando el aire se suministre de manera puntual y se extraiga en puntos cercanos a la entrada de aire fresco (véase la Figura 45.4).


viernes, 28 de septiembre de 2012

Historia de los problemas microbiológicos de la calidad del aire interior

Durante más de un siglo se han realizado investigaciones microbiológicas del aire en viviendas, colegios y otros edificios. Las primeras investigaciones estaban relacionadas a veces con la
“pureza” microbiológica relativa del aire en diferentes tipos de edificios y con la posible relación que pudiera tener con la tasa de mortalidad entre los ocupantes. Junto con el prolongado interés por la diseminación de patógenos en los hospitales, el desarrollo de muestreadores volumétricos microbiológicos de aire en los decenios de 1940 y 1950 condujo a investigaciones sistemáticas de microorganismos transmitidos por el aire en los hospitales, y posteriormente de mohos alergénicos conocidos en el aire de viviendas y edificios públicos así como en el aire atmosférico. En los decenios de 1950 y 1960 se investigaron las enfermedades respiratorias profesionales, como el pulmón del granjero, el pulmón del trabajador de la malta y la bisinosis (entre los trabajadores del algodón). Aunque la fiebre seudogripal por humidificadores en un grupo de trabajadores se describió por primera vez en 1959, transcurrieron entre diez y quince años antes de que se comunicaran nuevos casos. Con todo, incluso ahora se desconoce la causa específica de esta enfermedad, aunque se ha implicado a los microorganismos en su patogenia. También se han sugerido como posible causa del “síndrome del edificio enfermo”, pero las pruebas obtenidas hasta ahora sobre esta relación son muy escasas.
Aunque actualmente se conocen bien las propiedades alér- gicas de los hongos, el primer informe acerca de problemas de salud debidos a la inhalación de toxinas micóticas en un lugar de trabajo no industrial, un hospital de Quebec, no apareció hasta 1988 (Mainville y cols. 1988). Los síntomas de fatiga extrema entre el personal del hospital fueron atribuidos a micotoxinas de tricoteceno en esporas de Stachybotrys atra y Trichoderma viride, y desde entonces el “síndrome de fatiga crónica” causado por exposición a polvo micotóxico fue detectado entre profesores y otros trabajadores de un colegio. El primero ha sido causa de enfermedad en trabajadores de oficina, y mientras que algunos de los efectos sobre la salud eran de naturaleza alérgica, otros correspondían a un tipo asociado más a menudo a una toxicosis (Johanning y cols. 1993). En otros lugares, la investigación epide- miológica ha indicado que podría existir algún factor o factores no alérgicos asociados a hongos que afectan al estado de salud respiratorio. Las micotoxinas producidas por especies indivi- duales de mohos podrían desempeñar un papel importante en este proceso, pero también es posible que otros atributos más generales de los hongos inhalados sean nocivos para el estado de salud del sistema respiratorio.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Compuestos orgánicos volátiles microbianos

Los compuestos orgánicos volátiles microbianos varían considera- blemente en su composición química y su olor. Algunos son producidos por una amplia variedad de microorganismos, pero otros están asociados a especies particulares. El denominado alcohol del champiñón, 1-octen-3-ol (que posee un olor a cham- piñones frescos) se encuentra entre los producidos por numerosos mohos diferentes. Otros compuestos volátiles menos frecuentes son la 3,5-dimetil-1,2,4-tritiolona (descrito como “fétido”); la geosmina, o 1,10-dimetil-trans-9-decalol (“terroso”); y la 6-pen - til--pirona (“coco”, “mohoso”). Entre las bacterias, especies de Pseudomonas producen pirazinas con un olor a “patata mohosa”. El olor de cualquier microorganismo es el producto de una mezcla compleja de COVM.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Protozoos

Los protozoos, como Acanthamoeba y Naegleri son animales unicelu- lares microscópicos que se alimentan de bacterias y otras partículas orgánicas presentes en humidificadores, reservorios y bandejas de drenaje de sistemas CVAA. Pueden formarse aero- soles de partículas de estos protozoos, que se han citado como causas posibles de fiebre por humidificadores.

martes, 25 de septiembre de 2012

Hongos (II)

Los edificios proporcionan numerosos nichos o rincones que contienen el material orgánico muerto que sirve como nutriente a la mayoría de los hongos y bacterias para su crecimiento y producción de esporas. Los nutrientes están presentes en materiales como los siguientes: madera; papel, pintura y otros revesti- mientos de superficies; mobiliario como alfombras y muebles tapizados; tierra de macetas; polvo; escamas de piel y secreciones de seres humanos y de otros animales; y en alimentos cocinados y sus ingredientes crudos. El hecho de que tenga lugar
o no el crecimiento de estos microorganismos depende del nivel de humedad. Las bacterias sólo son capaces de crecer en superficies saturadas, o en el agua de las bandejas de drenaje, reservorios y similares de los equipos CVAA. Algunos mohos también requieren condiciones de casi saturación, pero otros son menos exigentes y pueden proliferar en materiales húmedos aunque no estén totalmente saturados. El polvo puede ser un lugar de depósito y, si está suficientemente húmedo, un lugar de cultivo para los mohos. Por consiguiente, una cantidad impor- tante de esporas entran en suspensión en el aire cuando se mueve el polvo.


lunes, 24 de septiembre de 2012

Tasa de sudoración prevista durante 4 horas (TSP4)

Los pasos necesarios para obtener el valor del índice TSP4 son resu- midos por McIntyre (1980) así:

domingo, 23 de septiembre de 2012

Tasa de sudoración requerida

Al igual que los otros índices racionales, SWreq se deriva de los seis parámetros básicos: temperatura del aire (Ta), temperatura radiante (Tr), velocidad del aire con esa humedad relativa (v), aislamiento de la ropa (Icl), tasa metabólica (M) y trabajo externo (W). Son necesarios también los valores de la superficie efectiva de radiación para distintas posturas (sentado = 0,72, de pie = 0,77). A partir de estos valores, la evaporación necesaria se calcula como:

sábado, 22 de septiembre de 2012

Indice de estrés térmico (ITS)

La ecuación del equilibrio térmico perfeccionada es:
Ereq = H – (C + R) – Rs donde Ereq es la evaporación necesaria para mantener el equilibrio térmico, Rs es la carga solar y H es la producción de calor g a metabólico, que se utiliza en lugar de la tasa metabólica para tener en cuenta el trabajo externo. Una importante mejora introducida en esta nueva ecuación es el reconocimiento de que no todo el sudor se evapora (p. ej., una parte gotea), de manera que la tasa de sudoración requerida está relacionada con la tasa de evaporación según la expresión:


viernes, 21 de septiembre de 2012

Predicción de la frecuencia cardíaca como índice (II)

Si  P  3   90  lpm  y  P  3  – P  1  =  10  lpm,  indica  una  carga  de trabajo  grande,  aunque  con  sólo  un  pequeño  aumento  de  la temperatura corporal. Si P 3  >90 lpm y P 3   – P 1   <10 adoptar="adoptar" ar="ar" br="br" calor="calor" deben="deben" demasiado="demasiado" dise="dise" el="el" es="es" estr="estr" grande="grande" lpm="lpm" medidas="medidas" para="para" s="s" se="se" trabajo.="trabajo." trabajo="trabajo" y="y">Vogt y cols. (1981) e ISO 9886 (1992) propusieron un modelo
(Tabla 42.5) que utiliza la frecuencia cardíaca para evaluar las condiciones térmicas:
El componente de carga térmica (posible índice de estrés por calor) puede calcularse a partir de:
HRt  = HRr  – HR0




jueves, 20 de septiembre de 2012

Actuación en caso de emergencia (I)

Para evitar la confusión durante una emergencia, es fundamental que todas las personas conozcan su papel y el de los demás en caso de emergencia. Deberá elaborarse y divulgarse un plan de emergencia bien estudiado, con el que deberá familiarizarse todo el personal. En dicho plan se indicarán de forma concreta y clara las responsabilidades de cada persona y la correspondiente jerar- quía de mando. Un plan de emergencia debe incluir como mínimo:
1. El nombre de la industria
2. La dirección de las instalaciones, con número de teléfono y plano de localización
3. El objetivo del plan de emergencia y la fecha efectiva de su entrada en vigor
4. El área cubierta y un plano de localización
5. La organización de emergencia, indicando la jerarquía de mando encabezada por su director
6. Los sistemas contra incendios y los equipos móviles y portá- tiles, detallados
7. Detalles de la disponibilidad de asistencia
8. Las alarmas contra incendios y los equipos de comunicación
9. La actuación en caso de emergencia, definiendo por separado
y de forma concreta las acciones que debe emprender:
• la persona que detecta el incendio;
• el cuerpo de bomberos particular de la empresa;
• el jefe de la sección implicada en la emergencia;
• los jefes de otras secciones no implicadas en la emergencia;
• la organización de seguridad;
• el jefe de bomberos, en su caso;
• el director de la empresa,
• otros.
10. La jerarquía de mando en la escena del accidente. Se consi- derarán todas las situaciones posibles, indicando claramente la persona que debe asumir el mando en cada caso y las circunstancias en que debe solicitarse ayuda a otra organización.
11. Las medidas que deben tomarse después del incendio. Se indicarán las responsabilidades en materia de:
• reposición o rellenado de todos los sistemas, equipos y fuentes de agua de protección contra incendios;
• investigación de la causa del incendio o la explosión;
• preparación y presentación de los informes,
• adopción de medidas que eviten que vuelva a producirse una emergencia similar.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Fase 6

Con el fin de garantizar la plena participación de todos los empleados, se deberá:
1. Formar a todo el personal en las medidas de prevención que deben tomar en su trabajo diario y en el papel que tengan asignado en caso de incendio o explosión. Dicha formación incluirá el manejo de los equipos de protección contra incendios.
2. Garantizar el estricto cumplimiento de las medidas de prevención por parte de todo el personal afectado mediante revisiones periódicas.
3. Inspeccionar regularmente y asegurar un buen manteni- miento de todos los equipos y sistemas de protección contra incendios. Cualquier defecto observado deberá subsanarse lo antes posible.

martes, 18 de septiembre de 2012

Fase 5

Si por las dimensiones de la industria, los peligros asociados o una ubicación alejada se requiere la presencia continua de un cuerpo de bomberos, se deberá organizar, equipar y formar a personal con dedicación exclusiva y nombrar a un jefe de lucha contra incendios también con dedicación exclusiva.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Fase 4 Durante la construcción, se deberá

1. Comunicar al contratista y a sus empleados las políticas de gestión del riesgo de incendio, y asegurarse de que se cumplan.
2. Comprobar exhaustivamente todas las instalaciones y equipos de protección contra incendios antes de aceptar la obra.

domingo, 16 de septiembre de 2012

El incendio

El lunes 10 de mayo era un día normal de trabajo en la fábrica Kader. Aproximadamente a las 4.00 p.m., cuando iba a terminar el turno de día, se descubrió un pequeño incendio en el primer piso, cerca del extremo sur del edificio Uno. Esta zona se utili- zaba para empaquetar y almacenar los productos acabados, de modo que contenía una considerable carga de combustible (véase la Figura 39.14). Todos los edificios de la fábrica contenían una carga combustible compuesta de telas, plásticos y materiales de relleno, así como de otros materiales normales de trabajo.
Los guardias de seguridad cercanos al incendio trataron de extinguir las llamas sin éxito; a las 4.21 p.m. llamaron a la brigada de bomberos de la policía local. Las autoridades reci- bieron dos llamadas más, a las 4.30 p.m. y a las 4.31 p.m. A pesar de que la fábrica Kader se encuentra justo fuera del territorio jurisdiccional de Bangkok, respondieron a la llamada tanto los bomberos de Bangkok como los de la provincia de Nakhon Pathom.
Mientras los trabajadores y los guardias de seguridad trataban en vano de extinguir el fuego, el edificio empezó a llenarse de humo y de productos de combustión. Los supervivientes contaron que en el edificio Uno no llegó a sonar la alarma de incendio, pero que muchos trabajadores se alarmaron al ver humo en los pisos superiores. Parece ser que, a pesar del humo, los guardias de seguridad dijeron a algunos trabajadores que permanecieran en sus puestos de trabajo, ya que se trataba de un incendio menor que no tardarían en controlar.

sábado, 15 de septiembre de 2012

La fábrica Kader (II)

La información sobre el número total de trabajadores presentes en la fábrica es contradictoria. La Federación de industrias tailandesas se comprometió a ayudar a 2.500 trabajadores que quedaron sin empleo a causa del incendio, pero no está claro cuántos se encontraban allí en un momento dado. En el momento del incendio, se notificó que había 1.146 trabajadores en el edificio Uno: 36 en el primer piso, 10 en el segundo, 500 en el tercero y 600 en el cuarto. En el edificio Dos había 405 trabajadores: 60 en el primer piso, 5 en el segundo, 300 en el tercero y 40 en el cuarto. No está claro cuántos trabajadores había en el edificio Tres, pues parte de él aún estaba en obras. La mayoría de los trabajadores de la fábrica eran mujeres.



viernes, 14 de septiembre de 2012

La fábrica Kader (I)

La fábrica Kader, que producía juguetes de trapo y muñecas de plástico fundamentalmente para su exportación a Estados Unidos y otros países desarrollados, estaba ubicada en la localidad de Sam Phran, en la provincia de Nakhon Pathom, prácticamente a medio camino entre Bangkok y la cercana ciudad de Kanchana- buri, donde se encontraba el vergonzoso puente ferroviario sobre el río Kwai de la segunda Guerra Mundial.
Todas las estructuras destruidas en el incendio eran propiedad de Kader, dueño y gestor de la fábrica. Kader tiene dos empresas hermanas que también operan en este lugar en virtud de un acuerdo de arrendamiento.
La sociedad Kader Industrial (Thailand) Co. Ltd. se registró por primera vez el 27 de enero de 1989, pero se suspendió el permiso a la empresa el 21 de noviembre del mismo año, tras un incendio acaecido el 16 de agosto de 1989, que destruyó la nueva fábrica. El incendio se atribuyó a la ignición de una tela de poliéster utilizada para la fabricación de muñecas en un hilador. Tras la reconstrucción de la fábrica, el Ministerio de Industria autorizó su reapertura el 4 de julio de 1990.
Entre la reapertura de la fábrica y el incendio de mayo de
1993, se produjeron numerosos incendios de menor impor- tancia. Uno de ellos, el acaecido en febrero de 1993, dañó consi- derablemente el edificio Tres, que aún se estaba reparando en el momento del incendio de mayo de 1993. El incendio de febrero se produjo por la noche, en una zona de almacenamiento, y afectó a materiales de poliéster y algodón. Varios días después, un inspector del trabajo visitó la instalación y emitió un informe en el que se indicaba la necesidad de introducir en la fábrica encargados de seguridad, equipos de seguridad y un plan de emergencia.
En los primeros informes del incendio de mayo de 1993 se señala que la fábrica Kader constaba de cuatro edificios: tres de ellos destruidos por el fuego. En cierto sentido, es cierto; sin embargo, esos tres edificios formaban en realidad una sola estructura en forma de letra E (véase la Figura 39.13), cuyas tres partes principales recibían el nombre de edificios Uno, Dos y Tres. Cerca, había un taller de un piso de altura y otra estructura de cuatro pisos denominada edificio Cuatro.
La construcción en forma de E era una estructura de cuatro alturas a base de bloques de hormigón sobre una estructura de acero. Había ventanas en torno al perímetro de cada piso, y el tejado era levemente inclinado, rematado en pico. Cada parte del edificio contaba con un ascensor de mercancías y dos esca- leras de 1,5 metros de ancho. Los ascensores de mercancías eran jaulas de barrotes.
Todos los edificios de la fábrica estaban equipados con sistemas de alarma contra incendios. Ninguno de ellos disponía de rociadores automáticos de agua, sino de extintores portátiles,
y había mangueras contra incendios instaladas en los muros exteriores y en los huecos de las escaleras de cada edificio. Ninguna parte de la estructura de acero del edificio estaba reves- tida contra incendios.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Cuestiones de economía mundial

En Tailandia, el incendio de Kader despertó un gran interés por las medidas nacionales de seguridad contra incendios y, en parti- cular, por los requisitos en materia de construcción y las políticas de aplicación. Chuan Leekpai, Primer Ministro de Tailandia, que se trasladó esa misma tarde al lugar del incendio, prometió que el Gobierno se ocuparía de los problemas de la seguridad contra incendios. Según el Wall Street Journal (1993), Leekpai pidió la adopción de medidas rigurosas contra quienes infrinjan las normas de seguridad y Sanan Kachornprasart, ministro de Industria, declaró que “las fábricas que no tengan sistemas de prevención de incendios recibirán la orden de instalarlos o serán cerradas”.
Seguidamente, el Wall Street Journal afirma que, en opinión de líderes sindicales, expertos en seguridad y funcionarios, aunque el incendio de Kader puede contribuir a hacer más estrictos los códigos de construcción y los reglamentos de seguridad, es de temer que aún esté lejos un progreso duradero, pues las empresas ignoran las normas y los gobiernos consideran más importante el crecimiento económico que la seguridad de los trabajadores.
Dado que la mayor parte de las acciones de Kader Industrial (Thailand) Co. Ltd. estaban en manos extranjeras, el incendio impulsó también el debate internacional sobre la responsabi- lidad de los inversores internacionales en la seguridad de los trabajadores de los países en que invierten. El 20 % de los accio- nistas de Kader son de Taiwan y el 79,96 % de Hong Kong. Sólo el 0,04 % de Kader es propiedad de tailandeses.
La mundialización de la economía significa que los productos se fabrican en un lugar y se utilizan en otros, a veces muy distantes. El deseo de competitividad en este nuevo mercado no debe llevarnos a poner en peligro las normas básicas de segu- ridad contra incendios industriales. Tenemos la obligación moral de ofrecer a los trabajadores un nivel adecuado de protección contra incendios, estén donde estén.