lunes, 31 de diciembre de 2012

Relación dosis-efecto. (II)

Modelos sin umbral de este tipo se han aplicado a datos epidemiológicos de los supervivientes japoneses de la bomba atómica y a otras poblaciones irradiadas para deducir estimaciones de los riesgos de por vida de diferentes formas de cáncer inducido por radiación (por ejemplo, Tabla 48.5). Pero estas esti- maciones han de interpretarse con precaución cuando se intenta predecir los riesgos de cáncer atribuibles a dosis pequeñas o que se acumulan a lo largo de semanas, meses o años, puesto que los experimentos con animales de laboratorio han demostrado que la potencia cancerígena de los rayos X y gamma disminuye hasta en un orden de magnitud cuando la exposición es muy prolongada. En realidad, como se ha subrayado en otro lugar (NAS 1990), los datos disponibles no excluyen la posibilidad de que haya un umbral en el rango de los milisievert (mSv) de dosis equivalente, por debajo del cual la radiación carecería de carcinogenicidad.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Relación dosis-efecto. (I)

Los datos existentes no bastan para describir de modo inequívoco la relación dosis-incidencia de cualquier tipo de neoplasia o para definir durante cuánto tiempo tras la irradiación continuará siendo elevado el riesgo de un tumor en una población expuesta. Por lo tanto, los riesgos atribuibles a una irradiación de bajo nivel sólo pueden estimarse por extrapolaciones, basadas en modelos que incorporan hipó- tesis sobre dichos parámetros (NAS 1990). De los diversos modelos de dosis-efecto que se han utilizado para estimar los riesgos de la irradiación de bajo nivel, el que se ha considerado que se ajusta mejor a los datos disponibles es de la forma:


donde R0 denota el riesgo básico en función de la edad de falleci- miento por un determinado tipo de cáncer, D la dosis de radia- ción, f(D) una función de la dosis que es cuadrático-lineal para la leucemia y lineal para algunos otros tipos de cáncer y g(b) es una función de riesgo dependiente de otros parámetros, como el sexo, la edad en el momento de la exposición y el tiempo transcurrido desde ésta (NAS 1990).

sábado, 29 de diciembre de 2012

Mecanismos.

. Los mecanismos moleculares de la cancernogénesis radiológica todavía no se han determinado con todo detalle, pero en animales de laboratorio y en células cultivadas se ha observado que los efectos cancerígenos de la radiación incluyen efectos iniciadores, efectos promotores y efectos sobre la progresión de la neoplasia, que dependen de las condiciones experimentales en cuestión (NAS 1990). Los efectos parecen incluir también la activación de oncogenes y/o la inactivación o pérdida de genes supresores de tumores en muchas ocasiones, por no decir en todas ellas. Además, los efectos cancerígenos de la radiación se parecen a los de los cancerígenos químicos en que también son modificables por hormonas, variables nutricionales y otros factores modificadores (NAS 1990). Por otra parte, hay que destacar que los efectos de la radiación pueden ser aditivos, sinérgicos o antagonistas con los de los agentes cancerí- genos químicos, y que dependen de las sustancias químicas específicas y de las condiciones de exposición en cuestión
(UNSCEAR 1982 y 1986).

viernes, 28 de diciembre de 2012

Ventilación del cerramiento.

. En muchos de estos cerramientos, el calor puede resultar excesivo. Para introducir aire fresco en el recinto, deberá instalarse un ventilador con una capacidad de
650 a 750 pies cúbicos/metro en el conducto de salida o descarga. Por último, los conductos de admisión y descarga deben tratarse acústicamente con material absorbente.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Previsión para el acceso de los trabajadores.

. Pueden instalarse puertas y ventanas para dar acceso físico y visual al equipo. Es fundamental que todas las ventanas tengan al menos las mismas pérdidas por transmisión que las paredes del recinto. Además, las puertas de acceso deben cerrar herméticamente por todos sus lados. Para impedir que el equipo funcione con las puertas abiertas, se recomienda incluir un sistema de enclavamiento que sólo permita el funcionamiento con las puertas totalmente cerradas.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Previsión para la circulación del producto

Al igual que ocurre con la mayoría de los equipos de producción, será necesario que el producto entre y salga del recinto. El uso de canales o túneles acústicamente tratados puede permitir la circulación del producto y proporcionar además absorción acústica. Para mini- mizar la fuga de ruido, se recomienda que todas las vías de paso tengan el triple de longitud que el ancho interior de la mayor dimensión de la abertura del canal o túnel.

martes, 25 de diciembre de 2012

Aislamiento del cerramiento.

Es importante que la estructura del cerramiento esté separada o aislada del equipo a fin de evitar que se transmitan vibraciones mecánicas al propio cerramiento. Si alguna pieza de la máquina, como las entradas de tuberías, llega a entrar en contacto con el cerramiento, es importante incluir dispositivos aislantes antivibratorios en el punto de contacto para cortocircuitar cualquier posible vía de transmisión. Finalmente, si la máquina hace que el suelo vibre, también deberá tratarse la base del cerramiento con material antivibratorio.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Iluminación para tareas visuales (II)

Con el fin de producir un ambiente que proporcione satisfac- ción, confort y rendimiento visual, es preciso equilibrar las lumi- nancias existentes dentro del campo de visión. Lo ideal es que las luminancias existentes alrededor de una tarea disminuyan gradualmente, evitándose así fuertes contrastes. La Figura 46.20 ilustra la variación de luminancia recomendada en los alrede- dores de una tarea.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Iluminación para tareas visuales (I)

En la capacidad del ojo humano para distinguir los detalles —agudeza visual— influyen significativamente el tamaño de la tarea, el contraste y el rendimiento visual del observador. El aumento de la cantidad y calidad de la iluminación también mejorará significativamente el rendimiento visual. Los detalles cruciales de la tarea y el contraste entre ésta y su entorno circun- dante influyen en cómo afecta la iluminación a su realización. En la Figura 46.18 se muestran los efectos de la iluminancia sobre la agudeza visual. A la hora de estudiar la iluminación de las tareas visuales, es importante tener en cuenta la capacidad del ojo humano para realizar la tarea con rapidez y precisión, lo que se conoce como rendimiento visual. En la Figura 46.19 se muestran los efectos típicos de la iluminancia sobre el rendimiento visual de una tarea determinada.
La predicción de la iluminancia que alcanzará una superficie de trabajo es de suma importancia para el diseño de la ilumina- ción. Ahora bien, el sistema visual humano responde a la distri- bución de la luminancia dentro del campo de visión. La escena existente dentro de un campo visual se interpreta diferenciando entre el color superficial, la reflectancia y la iluminación. La luminancia depende tanto de la iluminancia sobre una superficie como de la reflectancia de la misma. Tanto la luminancia como la iluminancia son cantidades objetivas. Sin embargo, la respuesta al brillo es subjetiva.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Evaluación de la iluminación Requisitos generales (II)

El uso de luz natural para iluminar tareas tiene tanto ventajas como limitaciones. Las ventanas por las que entra la luz natural a un ambiente interior favorecen la realización de tareas de modelado tridimensional y, aunque la distribución espectral de la luz natural varía a lo largo del día, se considera que, en general, su reproducción del color es excelente.
Con todo, no es posible proporcionar una iluminancia constante para una tarea utilizando sólo la luz natural, debido a su gran variabilidad, y si la tarea está dentro del mismo campo de visión que un cielo brillante, es probable que se produzcan brillos deslumbrantes que entorpecen la realización de la tarea. La utilidad de la luz natural para iluminar tareas es sólo parcial, por lo que la iluminación artificial, sobre la que puede ejercerse un mayor control, tiene un papel importante que desempeñar. Como el ojo humano sólo percibe superficies y objetos a través de la luz que reflejan, de ello se deduce que el aspecto del ambiente se verá afectado por las características de la superficie y los valores de reflectancia, junto con la cantidad y calidad de la luz.
A la hora de estudiar la iluminación de un ambiente interior, es esencial determinar el nivel de iluminancia y compararlo con los niveles recomendados para diferentes tareas (véase la Tabla 46.8).

viernes, 21 de diciembre de 2012

Evaluación de la iluminación Requisitos generales (I)

Los sistemas de iluminación utilizados en interiores comerciales pueden subdividirse en tres categorías principales: iluminación general, iluminación localizada e iluminación local.
Normalmente, las instalaciones de iluminación general proporcionan una iluminancia aproximadamente uniforme en todo el plano de trabajo. Son sistemas que suelen estar basados en el método luménico de diseño, donde una iluminancia media es:

Los sistemas de iluminación localizada proporcionan iluminancia en áreas de trabajo generales con un nivel reducido de iluminancia simultáneo en áreas adyacentes.
Los sistemas de iluminación locales proporcionan iluminancia para áreas relativamente pequeñas que incorporan tareas visuales. Normalmente, estos sistemas se complementan con un nivel especificado de iluminación general. En la Figura 46.17 se recogen las diferencias típicas entre los sistemas descritos.
Cuando hay que realizar tareas visuales, es esencial alcanzar el nivel exigido de iluminancia y estudiar las circunstancias que afectan a su calidad.

jueves, 20 de diciembre de 2012

La unidad olf (I)

Un olf (del latín = olfactus) es la tasa de contaminantes al aire
(bioefluentes) que emite una persona normal, entendiendo por persona normal un adulto de edad media que trabaja en una oficina o en un lugar de trabajo no industrial similar, de forma sedentaria y térmicamente confortable con un nivel de higiene personal de 0,7 baños/día. Se eligió la contaminación de un ser humano para definir el término olf por dos razones: la primera es que los efluvios biológicos emitidos por una persona son bien conocidos, y la segunda es que existía mucha información sobre la insatisfacción provocada por tales efluvios.
Cualquier otra fuente de contaminación puede expresarse como el número de personas normales (unidades olf) necesarias para provocar la misma cantidad de insatisfacción que la fuente de contaminación evaluada.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

La calidad percibida del aire

La calidad del aire interior puede definirse como el grado de satisfacción de las exigencias y necesidades del ser humano. Bási- camente, los ocupantes de un espacio exigen dos cosas con respecto al aire que respiran: percibirlo como aire fresco y no viciado, estancado o irritante; y saber que los efectos perjudiciales para la salud que pueden derivarse de respirar ese aire son despreciables.
Es habitual pensar que el grado de calidad del aire en un espacio determinado depende más de los componentes de ese aire que de la repercusión que tiene en los ocupantes. Por tanto, parece fácil evaluar la calidad del aire, ya que se asume que a partir de su composición es posible conocer su calidad. Es un método de evaluación de la calidad del aire que funciona bien en ámbitos industriales, donde hallamos compuestos químicos que se utilizan en el proceso de producción o se derivan del mismo y donde existen aparatos de medición y criterios de referencia para valorar las concentraciones. Ahora bien, no sirve para ambientes no industriales, que son lugares donde puede haber miles de sustancias químicas, pero a concentraciones muy bajas, quizá mil veces inferiores a los límites de exposición reco- mendados; la evaluación de estas sustancias una por una daría lugar a una falsa valoración de la calidad de ese aire y probable- mente se juzgaría alta. Pero falta aún un aspecto, y es que no se conoce el efecto conjunto de esos miles de sustancias en los seres humanos, razón por la que se percibe el aire como viciado, estancado o irritante.
La conclusión a la que se ha llegado es que los métodos tradi- cionales utilizados en la higiene industrial no están bien adap- tados para definir el grado de calidad que percibirán los seres humanos que hayan de respirar el aire evaluado. La alternativa a los análisis químicos es utilizar personas como dispositivos de medición para cuantificar la contaminación del aire, empleando jurados para realizar las evaluaciones.
Los seres humanos perciben la calidad del aire con dos sentidos: el olfativo, situado en la cavidad nasal y sensible a cientos de miles de sustancias olorosas, y el químico, situado en las membranas mucosas de la nariz y los ojos, que es sensible a un número parecido de sustancias irritantes presentes en el aire. Es la respuesta conjunta de ambos sentidos la que determina cómo se percibe el aire y la que permite que el sujeto juzgue si su calidad es aceptable.

martes, 18 de diciembre de 2012

CRITERIOS DE VENTILACION PARA EDIFICIOS NO INDUSTRIALES (II)

En el año 1975 esta misma organización adoptó el citado mínimo absoluto en su norma nº 90 —en mitad de una crisis energética—, dejando temporalmente a un lado la necesidad de mayores flujos de ventilación para diluir contaminantes, como el humo del tabaco, los efluvios biológicos, etcétera.
En su norma nº 62 (1981), ASHRAE rectificó esta omisión y estableció su recomendación en 34 m3/hora/ocupante para zonas de fumadores y en 8,5 m3/hora/ocupante para zonas de no fumadores.
La última norma publicada por ASHRAE, también con el nº 62 (1989), establece un mínimo de 25,5 m3/hora/ocupante para espacios interiores ocupados, con independencia de si se permite fumar o no. También recomienda aumentar este valor si el aire introducido en el edificio no se mezcla adecuadamente en la zona de respiración o si existen fuentes de contaminación inusuales en el edificio.
En 1992, la Comisión de las Comunidades Europeas editó la publicación Guidelines for Ventilation Requirements in Buildings (Directrices para calcular las necesidades de ventilación en edificios). En contraste con las recomendaciones existentes para normas de ventilación, esta guía no especifica volúmenes de ventilación previstos para un espacio determinado; en su lugar, da recomendaciones de cálculo en función de la calidad deseada del aire interior.
Las normas existentes prescriben unos volúmenes de ventilación predeterminados que deberán suministrarse por ocupante. Las tendencias que evidencian las nuevas directrices demuestran que los cálculos de volúmenes no garantizan por sí solos una buena calidad del aire interior en todos los ámbitos. Hay tres razones fundamentales.
En primer lugar, presuponen que los ocupantes son las únicas fuentes de contaminación. En estudios recientes se ha demos- trado que es preciso tener en cuenta otras fuentes de contamina- ción, como el mobiliario, las tapicerías y el propio sistema de ventilación. La segunda razón es que estas normas recomiendan la misma cantidad de aire exterior con independencia de la calidad del aire que se introduce en el edificio. Y la tercera razón es que no definen claramente la calidad que debe tener el aire en el interior del recinto. Por consiguiente, lo que se propone es que en el futuro las normas de ventilación se basen en las tres premisas siguientes: la elección de una categoría defi- nida de calidad del aire para el espacio que se va a ventilar, la carga total de contaminantes en el espacio ocupado y la calidad del aire exterior disponible.

lunes, 17 de diciembre de 2012

CRITERIOS DE VENTILACION PARA EDIFICIOS NO INDUSTRIALES (I)

Una de las funciones principales de un edificio en el que se realizan actividades no industriales (oficinas, colegios, viviendas, etc.) es proporcionar a los ocupantes un ambiente saludable y confortable para trabajar. La calidad de este ambiente depende, en gran medida, del correcto diseño, mantenimiento y funciona- miento de los sistemas de ventilación y climatización del edificio. Por consiguiente, estos sistemas deben crear condiciones térmicas aceptables (temperatura y humedad) y una calidad del aire interior también aceptable. En otras palabras: conseguir una mezcla adecuada de aire exterior con aire interior y emplear sistemas de filtrado y depuración capaces de eliminar los contaminantes del ambiente interior.
La idea de que el bienestar en espacios interiores requiere el uso de aire limpio del exterior se ha venido expresando desde el siglo XVIII. Benjamin Franklin reconoció que el aire de una habitación es más sano si se puede ventilar de manera natural, abriendo ventanas. La idea de que suministrando grandes canti- dades de aire exterior contribuía a reducir el riesgo de contagio de enfermedades como la tuberculosis ganó credibilidad en el siglo XIX.
Los estudios realizados durante el decenio de 1930 demos- traron que, a fin de diluir los efluvios biológicos humanos en concentraciones que no causaran malestar a causa de los olores, el volumen de aire fresco exterior necesario en una habitación varía entre 17 y 30 metros cúbicos por hora y por ocupante.
La Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refri- geración y Acondicionamiento del Aire (ASHRAE) reco- mendaba, en su norma nº 62 del año 1973, un flujo mínimo de 34 metros cúbicos de aire exterior por hora y por ocupante para controlar los olores. Se recomendaba un mínimo absoluto de 8,5 m3/hora/ocupante para evitar que el dióxido de carbono supere las 2.500 ppm, que es la mitad del límite de exposición establecido para ambientes industriales.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Influencia de los cambios en el diseño de los edificios

Con el paso de los años, el aumento del tamaño de los edificios junto con el desarrollo de sistemas de tratamiento del aire que han culminado en los sistemas CVAA modernos, ha originado cambios cuantitativos y cualitativos en la carga biológica del aire en ambientes de trabajo de interior. En las dos últimas décadas, la tendencia al diseño de edificios con un uso mínimo de energía ha dado lugar al desarrollo de edificios con una infiltración y exfiltración de aire muy reducidas, lo que permite la concentración de microorganismos de transmisión aérea y de otros contaminantes. En este tipo de edificios “herméticos”, el vapor de agua, que anteriormente habría sido ventilado hacia el exterior, se condensa sobre superficies frías, creando las condiciones adecuadas para el crecimiento de microbios. Además, los sistemas CVAA, diseñados únicamente para conseguir una eficacia econó- mica máxima, a menudo favorecen el crecimiento microbiano y constituyen un riesgo para la salud de los ocupantes de edificios grandes. Por ejemplo, los humidificadores que utilizan agua recirculada se contaminan rápidamente y actúan como generadores de microorganismos; los pulverizadores de agua humidificadores aerosolizan microorganismos, y la colocación de filtros en locali- zación retrógrada en lugar de anterógrada con respecto a estas áreas de producción y aerosolización de microbios permite la transmisión anterógrada de aerosoles microbianos al lugar de trabajo. La colocación de entradas de aire próximas a torres de refrigeración u otras fuentes de microorganismos, así como la dificultad de acceso al sistema CVAA para su mantenimiento y limpieza o desinfección, también son defectos de diseño, opera- ción y mantenimiento que pueden poner en peligro la salud, ya que exponen a los ocupantes a cifras elevadas de microorganismos de transmisión aérea específicos, en lugar de las cifras bajas de una mezcla de especies representativa del aire del exte- rior que debería ser la norma.




Tabla 44.15     Microorganismos presentes en el aire interior descritos como causas de alveolitis alérgica extrínseca relacionada con los edificios.

Tipo
Microorganismo
Fuente
Bacterias
Bacillus subtilis
Madera podrida


Faenia rectivirgula
Humidificador



Pseudomonas aeruginosa
Humidificador



Thermoactinomyces vulgaris
Aire acondicionado


Hongos
Aureobasidium pullulans
Sauna; pared de habitación









Cephalosporium sp.                Sótano; humidificador
Cladosporium sp.                   Baños no ventilados
Mucor sp.                           Sistema de calefacción de aire
pulsante
Penicillium sp.                      Sistema de calefacción de aire
pulsante; humidificador
P. casei                                Pared de habitación
P. chrysogenum/P. cyclopium   Suelo
Serpula lacrimans                  Madera podrida en seco
Sporobolomyces                    Pared de habitación; techo
Trichosporon cutaneum             Madera; esteras



sábado, 15 de diciembre de 2012

Microorganismos asociados a la calidad del aire interior y sus efectos sobre la salud (III)

Se conocen poco los efectos sobre la salud de los COVM producidos durante el crecimiento y la esporulación de los mohos, o de sus equivalentes bacterianos. Aunque muchos COVM parecen tener una toxicidad relativamente baja (Sorenson 1989), datos aislados indican que pueden provocar cefaleas, molestias y, quizá, respuestas respiratorias agudas en el ser humano.
Las bacterias presentes en el aire interior generalmente no representan un peligro para la salud, ya que en la flora predominan los microorganismos grampositivos de la piel y de las vías respiratorias altas. Sin embargo, los recuentos elevados de estas bacterias indican exceso de población y mala ventilación. La presencia de un gran número de tipos gramnegativos o de Actinomycetales en el aire indica que existen superficies o materiales húmedos, desagües o, en particular, humidificadores de sistemas CVAA en los que están proliferando. Se ha demostrado que algunas bacterias gramnegativas (o endotoxinas extraídas de sus paredes) provocan síntomas de fiebre por humidificadores. En ocasiones, el crecimiento en humidificadores ha sido suficiente- mente intenso para la producción de aerosoles que contenían una cantidad suficiente de células alergénicas, causando síntomas similares a los de la neumonía aguda de AAE (véase la Tabla 44.15).
En raras ocasiones, los sistemas de recirculación pueden dispersar bacterias patógenas como Mycobacterium tuberculosis en los núcleos de gotitas procedentes de individuos infectados por un medio ambiente cerrado. Aunque el patógeno Legionella pneu- mophila ha sido aislado de humidificadores y sistemas de aire acondicionado, la mayoría de los brotes de legionelosis se han asociado a aerosoles originados en torres de refrigeración o duchas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Microorganismos asociados a la calidad del aire interior y sus efectos sobre la salud (II)

Los hongos de transmisión aérea son mucho más importantes que las bacterias como causas de enfermedad alérgica, aunque parece que, al menos en Europa, los alergenos micóticos son menos importantes que los del polen, los ácaros del polvo de las casas y el detritus animal. Muchos tipos de hongos han demos- trado ser alergénicos. En la Tabla 44.14 se muestran algunos de los hongos presentes en el aire interior citados con mayor



Tabla 44.14    Ejemplos de tipos de hongos en el aire
Alternaria
Geotrichum
Serpula
Aspergillus
Mucor
Stachybotrys
Cladosporium
Penicillium
Stemphylium/Ulocladium
Eurotium
Rhizopus
Wallemia
Fusarium
Rhodotorula/Sporobolomyces


 
interior que pueden causar rinitis o asma.



frecuencia como causa de rinitis y asma. Las especies de Eurotium
y otros mohos extremadamente xerófilos del polvo de casa probablemente sean más importantes como causas de rinitis y asma de lo que se había considerado anteriormente. La derma- titis alérgica debida a hongos es mucho menos frecuente que la rinitis/asma, y en ella se ha implicado a organismos como Alter- naria, Aspergillus y Cladosporium. Los casos de AAE, relativamente raros, se han atribuido a diversos hongos, desde la levadura Sporobolomyces al macrohongo pudridor de la madera, Serpula
(Tabla 44.15). Generalmente se considera que el desarrollo de síntomas de AAE en una persona requiere una exposición a, como mínimo, un millón (probablemente, unos cien millones) de esporas con alergenos por metro cúbico de aire. Tales niveles de contaminación sólo es probable que existan en edificios en los que hay un crecimiento micótico intenso.
Como se comentó anteriormente, la inhalación de esporas de especies tóxicas supone un riesgo potencial (Sorenson 1989; Miller 1993). No son sólo las esporas de Stachybotrys las que contienen concentraciones elevadas de micotoxinas. También las esporas de este moho, que crece en el papel de pared y en otros sustratos de celulosa en edificios húmedos y que también es alergénico, contienen micotoxinas extremadamente potentes; otros mohos tóxicos que se encuentran presentes con mayor frecuencia en el aire interior son Aspergillus (especial- mente A. versicolor), Penicillium (por ejemplo, P. aurantiogriseum y
P. viridicatum) y Trichoderma. Los datos experimentales indican que diversas micotoxinas de las esporas de estos mohos son inmunosupresoras y que inhiben intensamente los procesos de depuración y otras funciones de los macrófagos pulmonares fundamentales para la salud del aparato respiratorio
(Sorenson 1989).