domingo, 28 de julio de 2013

Elaboración de un informe

Se debe cumplimentar un impreso normalizado que se presenta a la persona adecuada dentro de la organización y, en su caso, a la policía local. Se han elaborado y publicado varias muestras de impresos que se pueden adaptar a las necesidades de una organi- zación (Unison 1991; MSF 1993; SEUI 1995). La agregación y el análisis de los informes de incidentes presta información epide- miológica que permite identificar los factores de riesgo de violencia en el lugar de trabajo concreto y señalar la dirección que deberán tomar las acciones preventivas oportunas.

sábado, 27 de julio de 2013

Parte posterior al incidente

Todas las personas implicadas o que hayan sido testigos del inci- dente deben participar en la elaboración de un parte tan pronto como sea posible, o en una sesión de “apoyo en casos de trauma- crisis” impartida por un profesional cualificado del personal propio o por un consultor externo. Ello no sólo facilita apoyo emocional y permite identificar a aquellas personas que necesitan apoyo individual, sino que proporciona detalles más precisos sobre lo ocurrido. Si fuera necesario, además de la sesión de apoyo se creará un grupo de ayuda mutua (CAL/OSHA 1995).

viernes, 26 de julio de 2013

Limpieza del lugar de trabajo

Debe repararse todo daño causado en el lugar de trabajo y eliminar los escombros; deberán revisarse los equipos afectados para garantizar la completa recuperación de la seguridad y la limpieza en el lugar de trabajo (SEUI, 1995).

jueves, 25 de julio de 2013

Asistencia a la víctima

Se deben facilitar los primeros auxilios y la asistencia médica que sean precisos a todos los heridos tan rápidamente como sea posible. Con eventuales fines forenses (por ejemplo, presentación de demandas penales o civiles contra el agresor), se deben describir con detalle las lesiones y, si es posible, fotografiarlas.

miércoles, 24 de julio de 2013

Otros trastornos

Algunos estudios indican que en los trabajadores afectados de VWF la pérdida de audición es mayor de lo esperado en función del envejecimiento y de la exposición al ruido por el uso de herra- mientas vibrantes. Se ha sugerido que los sujetos con VWF pueden presentar un riesgo adicional de deterioro auditivo debido a vasoconstricción simpática refleja, inducida por vibra- ción, de los vasos sanguíneos que irrigan el oído interno. Además de trastornos periféricos, algunas escuelas rusas y japonesas de medicina del trabajo han comunicado otros efectos adversos para la salud que afectan al sistema endocrino y al sistema nervioso central de trabajadores expuestos a vibración (Griffin 1990). El cuadro clínico denominado “enfermedad de las vibraciones”, incluye signos y síntomas relacionados con la disfunción de los centros autónomos del cerebro (p. ej., fatiga persistente, dolor de cabeza, irritabilidad, perturbaciones del sueño, impotencia, anomalías electroencefalográficas). Se trata de hallazgos que han de interpretarse con cautela; hacen falta más trabajos de investi- gación epidemiológica y clínica cuidadosamente diseñados para confirmar la hipótesis de una asociación entre trastornos del sistema nervioso central y la exposición a vibraciones transmi-

tidas a las manos.


martes, 23 de julio de 2013

Trastornos vasculares Fenómeno de Raynaud

Giovanni Loriga, médico italiano, comunicó por primera vez en 1911 que los cortadores de piedra que utilizan martillos neumáticos en bloques de mármol y piedra en algunas serrerías de Roma, sufrían ataques de blanqueado de los dedos, semejantes a la respuesta vasospástica digital al frío o al estrés emocional descrita por Maurice Raynaud en 1862. Observaciones similares fueron realizadas por Alice Hamilton (1918) en cortadores de piedra en Estados Unidos, y más tarde por varios otros investiga dores. En la literatura se han utilizado diversos sinónimos para describir trastornos vasculares inducidos por vibraciones: dedo muerto o blanco, fenómeno de Raynaud de origen profesional, enfermedad vasospástica traumática y, más recientemente, dedo blanco inducido por vibración (VWF). Clínicamente, el VWF se caracteriza por episodios de dedos blancos o pálidos causados por oclusión espástica de las arterias digitales. Los ataques suelen desencadenarse por el frío y duran de 5 a 30 o 40 minutos. Durante un ataque puede experimentarse pérdida completa de sensibilidad táctil. En la fase de recuperación, normalmente acelerada por calor o masaje local, puede aparecer enrojeci- miento de los dedos afectados a causa de un aumento reactivo del flujo sanguíneo en los vasos cutáneos. En los pocos casos avan- zados, los ataques vasospásticos digitales graves y repetidos pueden conducir a alteraciones tróficas (ulceración o gangrena) en la piel de las puntas de los dedos. Para explicar el fenómeno de Raynaud inducido por el frío en trabajadores expuestos a vibra- ciones, algunos investigadores invocan un reflejo vasoconstrictor simpático central exagerado causado por exposición prolongada
a vibraciones perjudiciales, mientras que otros tienden a enfatizar el papel de las alteraciones locales inducidas por las vibraciones en los vasos digitales (p. ej., engrosamiento de la pared muscular, daño endotelial, alteraciones del receptor funcional). En el Taller de Estocolmo 86 (1987), se propuso una escala de gradación para la clasificación del VWF, (Tabla 50.5). También se dispone de un sistema numérico para los síntomas de VWF desarrollado por Griffin y basado en puntuaciones para el blanqueado de las dife- rentes falanges (Griffin 1990). Para diagnosticar objetivamente el VWF se utilizan varias pruebas de laboratorio. La mayoría de ellas se basan en la provocación de frío y en la medida de la temperatura de la piel del dedo o del flujo y la presión de la sangre digital antes y después de enfriar los dedos y las manos. Estudios epidemiológicos han demostrado que la prevalencia de VWF varía ampliamente desde 1 a 100 por cien. Se ha descu- bierto que el VWF está relacionado con el uso de herramientas de percusión para el trabajo de metales, amoladoras y otras herramientas rotativas, martillos percusores y perforadores utili- zados en excavación, maquinaria vibrante empleada en el trabajo forestal y otras herramientas y procesos motorizados. El VWF está reconocido como enfermedad de origen profesional en muchos países. Desde 1975–80 se comunicó un descenso de la incidencia de nuevos casos de VWF entre trabajadores forestales tanto en Europa como en Japón, tras la introducción de sierras de cadena con sistemas antivibración y la aplicación de medidas administrativas que reducen el tiempo de utilización de las sierras. No se dispone aún de hallazgos similares para otros tipos de herramientas.

lunes, 22 de julio de 2013

Musculares

Los trabajadores expuestos a vibraciones pueden quejarse de debilidad muscular y dolor en las manos y brazos. En algunos individuos la fatiga muscular puede causar discapacidad. En algunos estudios de seguimiento de leñadores se ha comunicado una disminución de la fuerza de agarre de la mano. Se han suge- rido lesión mecánica directa o daño del nervio periférico como posibles factores etiológicos de los síntomas musculares. También se han comunicado otros trastornos relacionados con el trabajo en trabajadores expuestos a vibraciones, como tendinitis y tenosi- novitis en las extremidades superiores, y contractura de Dupu- ytren, una enfermedad del tejido fascial de la palma de la mano. Tales trastornos parecen tener relación con factores de estrés ergonómicos derivados del trabajo manual pesado, y la asocia- ción con vibración transmitida a las manos no es concluyente.

domingo, 21 de julio de 2013

Neurológicos

Los trabajadores que manejan herramientas vibrantes pueden sufrir hormigueo y adormecimiento de dedos y manos. Si la exposición a las vibraciones continúa, estos síntomas tienden a empeorar y pueden interferir con la capacidad de trabajo y las actividades de su vida diaria. Los trabajadores expuestos a vibraciones pueden presentar umbrales vibratorios, térmicos y táctiles más elevados en los reconocimientos clínicos. Se ha suge- rido que la exposición continua a las vibraciones no solo puede deprimir la excitabilidad de los receptores de la piel sino también inducir alteraciones patológicas en los nervios de los dedos, tales como edema perineural, seguido de fibrosis y pérdida de fibra nerviosa. Estudios epidemiológicos de trabajadores expuestos a vibraciones señalan que la prevalencia de trastornos neurológicos periféricos varía desde un pequeño porcentaje hasta más del
80 por ciento, y que la pérdida de sensibilidad afecta a usuarios de una amplia variedad de tipos de herramientas. Parece ser que la neuropatía por vibración se desarrolla con independencia de otros trastornos inducidos por las vibraciones. En el Taller de Estocolmo (Stockholm Workshop) 86 (1987) se propuso una escala del componente neurológico de síndrome de HAV, consis- tente en tres fases según los síntomas y los resultados del reconocimiento clínico y las pruebas objetivas (Tabla 50.4). Se requiere un diagnóstico diferencial cuidadoso para distinguir la neuropatía por vibraciones de neuropatías por compresión, tales como el síndrome del túnel carpiano (CTS), un trastorno debido a compresión del nervio mediano a su paso por un túnel anatómico de la muñeca. El CTS parece ser un trastorno común en algunos grupos profesionales que utilizan herramientas vibrantes, tales como los perforadores, los chapistas y los trabajadores forestales. Se cree que los factores de estrés ergonómicos que actúan sobre la mano y la muñeca (movimientos repetitivos, agarre con fuerza, malas posturas), unidos a las vibraciones, pueden causar CTS en trabajadores que manejan herramientas vibrantes. La electroneu- romiografía, que mide las velocidades de los nervios sensoriales y motores, ha demostrado ser útil para diferenciar el CTS de otros trastornos neurológicos.


sábado, 20 de julio de 2013

Fuentes y exposición profesional (II)

La emisión de las fuentes más importantes utilizadas en numerosos procesos industriales se debe a excitación térmica y puede determinarse de modo aproximado utilizando las leyes físicas de la radiación del cuerpo negro si se conoce la tempera- tura absoluta de la fuente. La emisión total (M, en Vm-2) de un cuerpo negro radiante (Figura 49.4) se expresa mediante la ley de Stefan-Boltzmann:

viernes, 19 de julio de 2013

Fuentes y exposición profesional (I)

La exposición a la IR se debe a diversas fuentes naturales y artifi- ciales. La emisión espectral de estas fuentes puede limitarse a una sola longitud de onda (como en el láser) o distribuirse sobre una amplia banda de longitudes de onda En general, los diferentes mecanismos que intervienen en la generación de radiación óptica son los siguientes:
• excitación térmica (radiación del cuerpo negro);
• descarga gaseosa,
• amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación
(láser), siendo el mecanismo de descarga gaseosa menos impor- tante en la banda de IR.


jueves, 18 de julio de 2013

Conceptos y magnitudes

Las longitudes de onda de la radiación infrarroja (IR) están comprendidas entre 780 nm y 1 mm. Según la clasificación de la Comisión Internacional de Iluminación (CIE), esta banda se subdivide en IRA (de 780 nm a 1,4 m), IRB (de 1,4 ma3 m)
e IRC (de 3 m a 1 mm). Tal subdivisión se ajusta de manera aproximada a las características de absorción dependiente de la longitud de onda de la IR en el tejido y a los diferentes efectos biológicos resultantes.
La cantidad y la distribución temporal y espacial de la radiación infrarroja se expresan mediante diferentes magnitudes y unidades radiométricas. Debido a las propiedades ópticas y fisiológicas, especialmente del ojo, normalmente se hace una distin- ción entre fuentes “puntuales”, es decir, pequeñas, y fuentes
“extendidas”. El criterio para esta distinción es el valor en radianes del ángulo () medido en el ojo, subtendido por la fuente. Este ángulo puede calcularse como un cociente, divi- diendo la dimensión D1 de la fuente luminosa por la distancia de visión r. Las fuentes extendidas son aquéllas que subtienden un ángulo de visión en el ojo mayor que min, cuyo valor es normalmente de 11 milirradianes. Para todas las fuentes extendidas hay una distancia de visión en que  es igual a min; a distancias de visión mayores se puede tratar la fuente como puntual. En lo que a protección contra la radiación óptica se refiere, las magni- tudes más importantes relativas a las fuentes extensas son la radiancia (L, expresada en Wm-2sr-1) y la radiancia integrada en el tiempo (LP en J m-2sr-1), que expresan el “brillo” de la fuente.
A efectos de valorar el riesgo para la salud, las magnitudes más importantes relativas a las fuentes puntuales o extensas, a distan- cias de la fuente tales que min, son la irradiancia (E, expresada en Wm-2), que es equivalente al concepto de tasa de dosis de exposición, y la exposición radiante (H, en Jm-2), que equivale al concepto de dosis de exposición.

En algunas bandas del espectro, los efectos biológicos debidos
a la exposición dependen mucho de la longitud de onda. Por lo tanto, es preciso utilizar magnitudes espectrorradiométricas adicionales (por ejemplo, la radiancia espectral, L , expresada en Wm-2 sr-1 nm-1) para ponderar los valores físicos de la emisión de la fuente con el espectro de acción aplicable relacionado con el efecto biológico.



miércoles, 17 de julio de 2013

RADIACION INFRARROJA

La radiación infrarroja es la parte del espectro de radiación no ionizante comprendida entre las microondas y la luz visible. Es parte natural del entorno humano y por lo tanto las personas están expuestas a ella en pequeñas cantidades en todas las situa- ciones de la vida diaria, por ejemplo en el hogar o durante las actividades recreativas realizadas al sol. No obstante, puede producirse una exposición muy intensa debido a ciertos procesos técnicos en el lugar de trabajo.
Muchos procesos industriales implican el curado térmico de distintos tipos de materiales. Normalmente, las fuentes de calor utilizadas o el propio material calentado emiten niveles tan altos de radiación infrarroja que un gran número de trabajadores corren el riesgo de resultar expuestos.

martes, 16 de julio de 2013

Radiación gamma (III)

La acumulación tiene lugar cuando un haz ancho de rayos gamma interactúa con la materia. La intensidad medida en puntos dentro del material aumenta en relación con el valor esperado en “buena geometría” (haz estrecho) a causa de los rayos gamma que se dispersan por los lados del haz directo en el interior del dispositivo de medición. El grado de acumulación depende de la geometría del haz, del material y de la energía de los rayos gamma.

lunes, 15 de julio de 2013

Radiación gamma (II)

La Figura 48.12 ilustra el esquema de desintegración del molibdeno 99 (99Mo). Obsérvese que el núcleo de tecnecio 99 resultante (99Tc) tiene un estado excitado que dura un tiempo excepcionalmente prolongado (t½ = 6 h). Un núcleo excitado de este tipo se denomina isómero. La mayoría de los estados nucleares excitados tienen períodos de semidesintegra- ción comprendidos entre algunos picosegundos (ps) y 1 microsegundo (s).
La Figura 48.13 ilustra el esquema de desintegración del arsé- nico 74 (74As), que demuestra que algunos radionucleidos se desintegran en más de una forma.
Mientras que las partículas alfa y beta tienen alcances defi- nidos en la materia, los rayos gamma experimentan una atenua- ción exponencial (si se pasa por alto la acumulación que resulta de la dispersión dentro de un material) a medida que atraviesan la materia. Cuando puede prescindirse de la acumulación, la atenuación de los rayos gamma viene dada por:
donde I(x) es la intensidad de los rayos gamma en función de la distancia x en el material y  es el coeficiente másico de atenua- ción. El coeficiente másico de atenuación depende de la energía de los rayos gamma y del material con el que interactúan los rayos gamma. Los valores del coeficiente másico de atenuación están tabulados en numerosos documentos de referencia. La Figura 48.14 muestra la absorción de rayos gamma en la materia en condiciones de buena geometría (puede ignorarse la acumulación).

domingo, 14 de julio de 2013

Radiación gamma (I)

La radiación gamma es radiación electromagnética emitida por un núcleo cuando experimenta una transición de un estado de energía más alta a un estado energético más bajo. El número de protones y neutrones del núcleo no varía en estas transiciones. El núcleo puede haber quedado en el estado de más energía después de una desintegración alfa o beta anterior. Es decir, los rayos gamma se emiten a menudo inmediatamente después de una desintegración alfa o beta. Los rayos gamma también pueden ser el resultado de la captura de un neutrón y de la dispersión inelástica de partículas subatómicas por núcleos. Los rayos gamma más energéticos se han observado en los rayos cósmicos.
En la Figura 48.11 se representa el esquema de desintegración del cobalto 60 (60Co). Muestra una cascada de dos rayos gamma emitidos para transformarse en níquel 60 (60Ni), con energías de 1,17 MeV y 1,33 MeV, después de la desintegración beta del 60Co.

sábado, 13 de julio de 2013

Partículas beta (III)

De manera similar a la desintegración con positrón y con captura de electrón, la desintegración con negatrón (–) ocurre en núcleos que tengan exceso de neutrones en comparación con núcleos estables del mismo número másico. En este caso, el núcleo emite un negatrón (electrón energético) y un antineu- trino. Una desintegración típica con negatrón se representa por:

donde el negatrón se representa por – y el antineutrino por . Aquí, el núcleo resultante gana un protón a expensas de un neutrón, pero tampoco cambia su número másico.
La desintegración alfa es una reacción de dos cuerpos, de manera que las partículas se emiten con energías cinéticas discretas. En cambio, la desintegración beta es una reacción de tres cuerpos, de forma que las partículas beta se emiten en un espectro de energías. La energía máxima del espectro depende del radionucleido que se desintegra. La energía beta media del espectro es de alrededor de un tercio de la energía máxima (véase la Figura 48.10).
Las energías beta máximas típicas oscilan desde 18,6 keV para el tritio (3H) a 1,71 MeV para el fósforo 32 (32P).
El alcance de las partículas beta en el aire es de unos 3,65 m por MeV de energía cinética. Se necesitan partículas beta de 70 keV de energía como mínimo para atravesar la epidermis. Las partículas beta son radiación de baja TLE.

viernes, 12 de julio de 2013

Características de los programas eficaces

Los PCA eficaces comparten las siguientes características y promueven una “cultura de seguridad” con respecto a todos los programas de seguridad (gafas de seguridad, cascos, comporta- mientos seguros en la elevación de cargas, etc.).

jueves, 11 de julio de 2013

Mantenimiento de registros

Los requisitos relativos a tipos de registros y tiempo de conservación varían según los países. En los países donde las cuestiones relativas a litigios y compensaciones a los trabajadores son impor- tantes, es preciso mantener los expedientes durante más tiempo del que exigen las reglamentaciones laborales, ya que suelen ser útiles a efectos legales. El objetivo del mantenimiento de los registros es documentar de qué modo se ha protegido a los trabajadores del ruido (Royster y Royster 1989 y 1990). Entre los expedientes especialmente importantes cabe citar los procedimientos de evaluación de ruido y sus resultados, la calibración audiométrica y sus resultados, las actuaciones de seguimiento en respuesta a los cambios auditivos de los trabajadores y la docu- mentación de adaptación de protectores auditivos y formación al respecto. Los registros deben citar los nombres de las personas que se ocuparon de las tareas del PCA así como de sus resultados.

miércoles, 10 de julio de 2013

Evaluaciones audiométricas

Cada persona expuesta debe someterse a un primer chequeo auditivo seguido de chequeos anuales para vigilar su estado audi- tivo y detectar cualquier cambio. Se utiliza una cabina audiométrica para definir los umbrales auditivos del trabajador a 0,5, 1, 2, 3, 4,6y8 kHz. Si el PCA es eficaz, los resultados audiométricos de los empleados no mostrarán cambios significativos asociados con daños auditivos inducidos por el ruido en el trabajo. Si se hallan cambios auditivos sospechosos, el técnico audiometrista y el audiólogo o médico que revise el expediente podrán aconsejar al empleado que lleve los PA más cuidadosa- mente, valorar si se necesitan PA mejor adaptados y motivar a la persona para que sea más diligente en la protección de su oído tanto dentro como fuera del trabajo. A veces pueden identificarse cambios auditivos provocados por causas no laborales, como la exposición a ruidos de aficiones o armas de fuego, o problemas médicos del oído. El control audiométrico sólo es útil si se mantiene un control de calidad de los procedimientos de pruebas
y si se utilizan los resultados para poner en marcha el seguimiento de las personas que presenten cambios auditivos significativos
(Royster 1985).


martes, 9 de julio de 2013

Protección auditiva

El empresario proporciona a los empleados protectores auditivos (tapones, orejeras y dispositivos semiinsertados) para que los lleven mientras existan niveles de ruido peligrosos en el lugar de trabajo. Como no se han desarrollado controles técnicos del ruido viables para muchos tipos de equipos industriales, los protectores auditivos son actualmente la mejor opción para prevenir la pérdida auditiva inducida por el ruido en estas situaciones. Como ya se ha indicado anteriormente, la mayoría de los trabajadores expuestos al ruido sólo tienen que conseguir una atenuación de 10 dB para quedar adecuadamente protegidos del ruido. Con la amplia selección de protectores auditivos disponibles hoy en día, es muy fácil conseguir una protección adecuada
(Royster 1985; Royster y Royster 1986) si se adaptan los protectores individualmente a cada trabajador para conseguir un sellado acústico con una comodidad aceptable y si se enseña al trabajador cómo llevar el protector correctamente para mantener dicho sellado, pero coherentemente siempre que exista un ruido peligroso.

lunes, 8 de julio de 2013

Estudios de iluminación (I)

Frecuentemente se utiliza una técnica de estudio fundamentada en una cuadrícula de puntos de medición que cubre toda la zona analizada. La base de esta técnica es la división del interior en varias áreas iguales, cada una de ellas idealmente cuadrada. Se mide la iluminancia existente en el centro de cada área a la altura del tablero de una mesa (típicamente a 0,85 metros sobre el nivel del suelo) y se calcula un valor medio de iluminancia. En la precisión del valor de iluminancia media influye el número de puntos de medición utilizados.
Existe una relación que permite calcular el número mínimo de puntos de medición a partir del valor del índice de local (Room Index, RI) aplicable al interior analizado.


domingo, 7 de julio de 2013

Deslumbramiento.

Cuando existe exceso de luminancia en el campo de visión se producen brillos y sus efectos en la visión pueden dividirse en dos grupos, denominados deslumbramiento inca- pacitante y deslumbramiento molesto.
Consideremos el ejemplo del deslumbramiento provocado por los faros de un vehículo que se nos aproxima en la oscuridad. Los ojos no pueden adaptarse al mismo tiempo a los faros del vehículo y al brillo de la carretera, muy inferior. Se trata de un ejemplo de deslumbramiento incapacitante, ya que la alta lumi- nancia de las fuentes de luz produce un efecto incapacitante debido a la dispersión de la luz en el medio óptico. El deslum- bramiento incapacitante es proporcional a la intensidad de la fuente de luz perjudicial.
El deslumbramiento molesto, que es más probable que se produzca en interiores, puede reducirse o incluso eliminarse por completo reduciendo el contraste entre la tarea y su entorno. Es preferible que las superficies de trabajo tengan acabados mate, de reflexión difusa, en lugar de acabados de reflexión especular, y la posición de cualquier fuente de luz perjudicial deberá quedar fuera del campo normal de visión. En general, se consigue un rendimiento visual correcto cuando la propia tarea es más brillante que su entorno inmediato, pero no demasiado.
A la magnitud de deslumbramiento molesto se le da un valor numérico y se compara con valores de referencia a fin de predecir si será aceptable. En el apartado de “Medición” se analiza el método de cálculo de los índices de deslumbramiento que se utiliza en el Reino Unido y en otros lugares.



sábado, 6 de julio de 2013

Características de la tarea.

. Entre ellas cabe citar:
• la configuración de los detalles;
• contraste del detalle con el fondo;
• luminancia del fondo,
• la especularidad del detalle.
Por lo que respecta a tareas específicas, es preciso responder a las siguientes preguntas:
• ¿Resulta fácil ver los detalles de la tarea?
• ¿Es probable que la tarea se realice durante períodos prolongados?
• Si se cometen errores al realizar la tarea, ¿serán graves sus consecuencias?
A fin de crear condiciones óptimas de iluminación en el lugar de trabajo, es importante analizar lo que se exige de la instala- ción de alumbrado. Lo ideal sería que la iluminación de tareas revelase las características de color, tamaño, relieve y superficie de una tarea, evitando al mismo tiempo la creación de sombras posiblemente peligrosas, brillos deslumbrantes y un entorno
“difícil” para la propia tarea.

viernes, 5 de julio de 2013

Características del observador.

Entre ellas cabe citar:

• la sensibilidad del sistema visual de la persona al tamaño, el contraste y el tiempo de exposición;
• las características de adaptación transitoria;
• la susceptibilidad al deslumbramiento;
• la edad,
• las características psicológicas y de motivación.

jueves, 4 de julio de 2013

Definición y descripción del ambiente térmico (I)

Un requisito exigible a cualquier sistema de calefacción o aire acondicionado que funcione correctamente es que tenga en cuenta el control de las variables que definen el ambiente térmico dentro de límites especificados en cada estación del año. He aquí las variables:
1. la temperatura del aire;
2. la temperatura media de las superficies interiores que delimitan el recinto;
3. la humedad del aire,
4. las velocidades y la uniformidad de las velocidades del aire dentro del recinto

miércoles, 3 de julio de 2013

SISTEMAS DE CALEFACCION Y AIRE ACONDICIONADO

Las necesidades de una persona determinada en relación con la calefacción dependerán de muchos factores, que pueden clasifi- carse en dos grupos principales: los relacionados con el entorno y los relacionados con factores humanos. Entre los primeros podríamos citar la geografía (altitud y latitud), el clima, el tipo de exposición que conlleva el espacio en el que se encuentra la persona, o las barreras que protegen a dicho espacio del ambiente exterior, etc. Entre los segundos se encuentran el consumo de energía por parte del trabajador, el ritmo de trabajo o la cantidad de esfuerzo necesario para realizarlo, la ropa o las prendas utilizadas contra el frío y los gustos o preferencias personales.
La necesidad de calefacción es estacional en muchas regiones, pero esto no significa que pueda prescindirse de la calefacción durante la estación fría. El frío afecta a la salud, al rendimiento físico y mental, a la precisión y, ocasionalmente, puede aumentar el riesgo de accidentes. El objetivo de un sistema de calefacción es mantener condiciones térmicas agradables que eviten o mini- micen los efectos perjudiciales para la salud.
Las características fisiológicas del cuerpo humano le permiten soportar grandes variaciones de las condiciones térmicas. Los seres humanos mantienen su equilibrio térmico por medio del hipotálamo, a través de los receptores térmicos de la piel; así la temperatura del cuerpo se mantiene entre 36 y 38 C, como puede verse en la Figura 45.10.
Los sistemas de calefacción requieren mecanismos de control muy precisos, especialmente en aquellos casos en los que los trabajadores realizan sus tareas sentados o en una posición fija que no estimula la circulación de la sangre hasta sus extremi- dades. Si el trabajo realizado permite una cierta movilidad, el control del sistema puede ser algo menos preciso. Finalmente, si el trabajo se realiza en condiciones anormalmente adversas, como en cámaras frigoríficas o en condiciones climáticas muy frías, pueden tomarse medidas complementarias de protección, tejidos especiales, regular el tiempo que se pasa en tales condi- ciones o suministrar calor por medio de sistemas eléctricos incorporados en el atuendo del trabajador.

martes, 2 de julio de 2013

Necesidades de ventilación a efectos de protección de la salud

Con un procedimiento similar al descrito en el apartado anterior, pero utilizando la ecuación (2) de la Figura 45.8, se obtendrá el valor de la corriente de ventilación necesaria para prevenir problemas de salud. Para calcular este valor es necesario identi- ficar la sustancia o el grupo de sustancias químicas críticas que nos propongamos controlar y calcular sus concentraciones en el aire; también es necesario considerar diferentes criterios de evaluación, teniendo en cuenta los efectos del contaminante y la sensibilidad de los ocupantes a los que deseamos proteger niños o ancianos, por ejemplo.
Lamentablemente, sigue siendo difícil calcular las necesidades de ventilación a efectos de protección de la salud, debido a la falta de información sobre algunas de las variables que forman parte de los cálculos, como las emisiones de contaminantes (G), los criterios de evaluación para espacios interiores (Cv) y otras.
Los estudios realizados en este campo demuestran que en los espacios que precisan ventilación para conseguir condiciones confortables, las concentraciones de sustancias químicas son bajas. Ahora bien, esos espacios pueden contener fuentes de contaminación peligrosas. Lo mejor en estos casos es eliminar, sustituir o controlar las fuentes de contaminación en lugar de diluir los contaminantes mediante la ventilación general.

lunes, 1 de julio de 2013

Necesidades de ventilación a efectos de confort

Los primeros pasos para el cálculo de las necesidades a efectos de confort consisten en decidir el nivel de calidad que se desea que tenga el aire en el interior del espacio ventilado (véase la Tabla 45.7), y en calcular la calidad del aire exterior disponible

El siguiente paso es calcular la carga sensorial, utilizando las Tablas 45.8, 45.9 y 45.10 para seleccionar las cargas en función de los ocupantes y sus actividades, del tipo del edificio y del nivel de ocupación por metro cuadrado de superficie. El valor total se obtiene sumando todos los datos.
En función del principio de funcionamiento del sistema de ventilación y utilizando la Figura 45.8, es posible calcular la eficacia de la ventilación. Aplicando la ecuación (1) de la Figura 45.8 se obtendrá el valor de la cantidad de ventilación necesaria.


domingo, 30 de junio de 2013

Eliminación del contaminante

Hay veces en que no es posible evitar las emisiones de ciertas fuentes de contaminación, como en el caso de las emisiones debidas a los ocupantes del edificio. Entre ellas se incluyen el dióxido de carbono y los efluvios biológicos, la presencia de mate- riales con propiedades no controladas de ninguna manera o la realización de las tareas diarias. En estos casos, una forma de reducir los niveles de contaminación es a través de sistemas de ventilación y otros medios utilizados para limpiar el aire interior.
La ventilación es una de las opciones en las que más se confía para reducir la concentración de contaminantes en espacios interiores. Claro está que la necesidad de ahorrar energía también requiere que la entrada de aire exterior para renovar el aire interior sea lo menor posible. Existen patrones a este respecto que especifican tasas de ventilación mínima, basadas en la renovación del volumen de aire interior por hora con aire del exterior, o que establecen una contribución mínima de aire por ocupante o unidad de espacio, o que tienen en cuenta la concen- tración de dióxido de carbono considerando las diferencias entre los espacios con y sin fumadores. En el caso de los edificios con

ventilación natural, también se han establecido los requisitos mínimos para las diferentes partes de un edificio, como las ventanas.
Entre las referencias citadas con mayor frecuencia por la mayoría de los patrones existentes, tanto nacionales como inter- nacionales —aunque no sean legalmente vinculantes— se encuentran las normas publicadas por la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Acondiciona- miento del Aire (American Society of Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers, ASHRAE). Se formularon para ayudar a los profesionales del acondicionamiento del aire en el diseño de sus instalaciones. En la norma 62-1989 de la ASHRAE (ASHRAE 1989), se especifican las cantidades mínimas de aire necesarias para ventilar un edificio, así como la calidad del aire interior aceptable para sus ocupantes con el fin de prevenir efectos adversos sobre la salud. Para el dióxido de carbono (un compuesto que la mayoría de los autores no consi- deran un contaminante dado su origen humano, pero que se utiliza como indicador de la calidad del aire interior para esta- blecer el correcto funcionamiento de los sistemas de ventilación), esta norma recomienda un límite de 1.000 ppm para cumplir los criterios de bienestar (olor). En esta norma también se especifica la calidad del aire atmosférico requerida para la renovación del aire interior.
En los casos en los que la fuente de contaminación —sea inte- rior o exterior— no es fácil de controlar y en los que es nece- sario utilizar un equipo especial para eliminarlo del medio ambiente, existen patrones para garantizar su eficacia, como los que definen métodos específicos para comprobar el funciona- miento de un cierto tipo de filtro.

sábado, 29 de junio de 2013

Control de las fuentes de contaminación (II)

Con respecto a las actividades que pueden tener lugar en un edificio, el principal foco de atención lo constituye el mantenimiento del edificio. En estas actividades, el control puede establecerse en forma de reglamentos sobre la realización de ciertas tareas, como recomendaciones relativas a la aplicación de plaguicidas o la reducción de exposición al plomo o al amianto durante la renovación o la demolición de un edificio.
Debido a que el humo del tabaco —generado por los ocupantes de un edificio— es muy a menudo causa de contaminación del aire interior, merece un tratamiento especial. Muchos países tienen leyes, a escala estatal, que prohíben fumar en ciertos lugares públicos, como restaurantes o teatros, pero son muy frecuentes otras disposiciones que permiten fumar en ciertas partes especialmente diseñadas de un edificio concreto. Cuando se prohíbe el uso de ciertos productos o materiales, estas prohibiciones se basan en sus efectos nocivos sobre la salud declarados, que están relativamente documentados para los niveles presentes en el aire interior. Otra dificultad es que a menudo no se dispone de suficiente información o conocimiento acerca de las propiedades de los productos que pudieran utili- zarse en su lugar.

viernes, 28 de junio de 2013

Control de las fuentes de contaminación (I)

Una de las formas más eficaces de reducir los niveles de concen- tración de un contaminante en el aire interior es controlar las fuentes de contaminación del interior del edificio. Entre ellas, los materiales utilizados en la construcción y la decoración, las activi- dades que tienen lugar dentro del edificio y los propios ocupantes. Si se juzga necesario regular las emisiones debidas a los mate- riales de construcción empleados, existen patrones que limitan directamente el contenido en estos materiales de compuestos para los que se han demostrado efectos nocivos para la salud. Algunos de estos compuestos se consideran cancerígenos, como el formaldehído, el benceno, algunos plaguicidas, el amianto, la fibra de vidrio y otros. Otro método es regular las emisiones estableciendo patrones de emisión.
Tal posibilidad presenta muchas dificultades prácticas, entre las que destacan la falta de acuerdo con respecto a cómo deter- minar estas emisiones, la falta de conocimiento acerca de sus efectos sobre la salud y el bienestar de los ocupantes del edificio,
y las dificultades inherentes de la identificación y la cuantifica- ción de los cientos de compuestos emitidos por los materiales en cuestión. Una forma de establecer patrones de emisión es a partir de un nivel aceptable de concentración del contaminante
y calcular una tasa de emisión que tenga en cuenta las condi- ciones ambientales —temperatura, humedad relativa, tasa de intercambio de aire, factor de carga, etc.— representativas de la forma en que se utiliza realmente el producto. La principal crítica a este método es que más de un producto puede generar el mismo compuesto contaminante. Los patrones de emisión se obtienen a partir de determinaciones realizadas en atmósferas controladas en las que las conducciones estás perfectamente definidas. Se han publicado normas para Europa (COST 613
1989 y 1991) y para Estados Unidos (ASTM 1989). Las críticas planteadas habitualmente contra estas normas se basan en los siguientes aspectos: a) la dificultad para obtener datos compara- tivos, y b) los problemas surgidos cuando un espacio de interior tiene fuentes intermitentes de contaminación.

jueves, 27 de junio de 2013

REGLAMENTOS, RECOMENDACIONES, • NORMAS Y PATRONES

La definición de normas y patrones específicos para el aire interior es producto de una política proactiva en este campo por parte de los organismos responsables de su establecimiento y del mantenimiento de la calidad del aire interior a niveles aceptables. En la práctica, las tareas se dividen y comparten entre numerosas entidades responsables de controlar la contaminación, mantener la salud, garantizar la seguridad de los productos, vigilar la higiene profesional y regular la edificación y la construcción.
El establecimiento de un reglamento está encaminado a limitar o reducir los niveles de contaminación en el aire interior. Tal objetivo puede alcanzarse controlando las fuentes de conta- minación existentes, diluyendo el aire interior con aire exterior y comprobando la calidad del aire disponible. Se requiere para ello el establecimiento de límites máximos específicos para los contaminantes presentes en el aire interior.
La concentración de cualquier contaminante en el aire interior sigue un modelo de masa equilibrado expresado en la siguiente ecuación:
Generalmente se observa que, en condiciones estáticas, la concentración de los contaminantes presentes dependerá en parte de la cantidad del compuesto liberado al aire por la fuente de contaminación y su concentración en el aire atmosférico, y de los diferentes mecanismos por los que se elimina el contami- nante. Los mecanismos de eliminación incluyen la dilución del contaminante y su “desaparición” con el tiempo. Todos los reglamentos, recomendaciones, normas y patrones que pueden establecerse para reducir la contaminación deben considerar estas posibilidades.

miércoles, 26 de junio de 2013

Fórmulas y definiciones

En general existe una relación de raíz cuadrada entre el grosor d de una capa de aire estático y la velocidad del aire v. La función exacta depende del tamaño y la forma de la superficie, pero para el cuerpo humano se puede realizar la siguiente aproximación:

martes, 25 de junio de 2013

Transferencia de calor por radiación

La radiación es otro importante mecanismo para la transferencia de calor. Todas las superficies irradian calor y absorben el calor irradiado por otras superficies. El flujo de calor radiante es aproximadamente proporcional a la diferencia de temperatura entre las dos superficies que participan en el intercambio. Una capa de ropa entre ambas superficies interferirá en la transferencia de calor radiante al interceptar el flujo de energía; la ropa alcanzará una temperatura próxima a la temperatura media de las dos superficies, reduciendo a la mitad la diferencia de temperatura entre ellas y, por consiguiente, reduciendo también a la mitad el flujo de calor radiante. Al aumentar el número de capas interpuestas, disminuye la velocidad de transferencia de calor.
Por consiguiente, las capas múltiples reducen la transferencia de calor radiante. Cuando se utilizan trajes de guata o de fibra, la radiación es interceptada por las fibras distribuidas, más que por una capa de tejido. La densidad del material de fibra (o más bien la superficie total de material de fibra por volumen de tejido) es un parámetro crítico para la transferencia de radiación dentro de esos trajes de fibra. A igualdad de peso, las fibras delgadas proporcionan más superficie que las fibras gruesas.

lunes, 24 de junio de 2013

Conducción de calor del aire inmóvil y en movimiento

El aire inmóvil actúa como una capa aislante que tiene una conductividad constante con independencia de la forma del material. Las alteraciones de las capas de aire produce una pérdida de grosor efectivo; estas alteraciones pueden estar causadas no sólo por el viento, sino también por el movimiento de la persona que lleva la ropa, desplazamiento de todo el cuerpo (un componente del viento) y movimiento de ciertas partes del cuerpo. A este efecto se suma la convección natural. En la Figura 42.7 se muestra un gráfico del efecto de la velocidad del aire en la capacidad aislante de una capa de aire.

domingo, 23 de junio de 2013

Capas de aire y movimiento del aire

La idea de que es el aire, y en particular el aire inmóvil, el que proporciona aislamiento, sugiere que las capas gruesas de aire aumentan el aislamiento. Y no deja de ser cierto, aunque el grosor de las capas de aire está físicamente limitado. Las capas se forman por adhesión de moléculas de gas a cualquier superficie, por cohe- sión de una segunda capa de moléculas a la primera, y así sucesivamente. Con todo, las fuerzas que unen a las sucesivas capas son cada vez más débiles, de manera que las moléculas exteriores se mueven incluso con movimientos externos de aire muy pequeños. Cuando el aire está inmóvil, las capas de aire pueden tener un grosor de hasta 12 mm, pero cuando el movimiento del aire aumenta, como en el caso de una tormenta, el grosor se reduce a menos de 1 mm. En general, existe una relación de raíz cuadrada entre el grosor de las capas de aire y el movimiento del aire (véase el recuadro de “Fórmulas y Definiciones”). La función exacta depende del tamaño y la forma de la superficie.

sábado, 22 de junio de 2013

Vertido controlado

Las zonas bajas o depresiones suelen utilizarse como vertedero de materiales residuales hasta que se nivelan con las áreas colin- dantes. Entonces, se aplastan los residuos, se cubren con tierra y se pasa una apisonadora. A continuación, el terreno puede utili- zarse para edificar o con otros fines.
Para que la operación de vertido controlado sea satisfactoria debe elegirse el lugar teniendo en cuenta la proximidad de tube- rías, desagües, cables de energía, pozos de petróleo y gas, minas
o cualquier otro peligro. Los residuos se mezclan con tierra y se distribuyen de forma homogénea en una depresión o una zanja amplia. Cada capa vertida debe compactarse mecánicamente antes de añadir la siguiente.
Normalmente, se añade una capa de 50 cm de tierra por encima de los residuos y se compacta, dejando suficientes respi- raderos en el suelo para que pueda salir el gas producido por la actividad biológica. También debe procurarse un drenaje adecuado del área de vertido controlado.

A veces, los residuos, dependiendo de sus constituyentes, pueden entrar en ignición en el vertedero. Por esta razón, deben vallarse estas áreas adecuadamente y mantener una vigilancia permanente hasta que se considere que ha pasado el peligro de ignición. También hay que tomar las medidas necesarias para extinguir un posible incendio de los residuos en el vertedero.

viernes, 21 de junio de 2013

Incineración

Es uno de los métodos más seguros y satisfactorios de eliminación de residuos, siempre que se utilice un incinerador bien diseñado y bajo control. Ahora bien, hay que vigilar que las sustancias puedan incinerarse de forma segura y sin causar problemas o peligros especiales. Casi todos los incineradores industriales disponen de un equipo de control de la contaminación, que debe ser cuidadosamente elegido e instalado teniendo en cuenta la composición del efluente de carga registrado por el incinerador durante la combustión de los residuos industriales.
Durante el funcionamiento del incinerador, hay que evitar que su temperatura se eleve de forma excesiva debido a la producción de una gran cantidad de gases volátiles o a la natu- raleza de los residuos incinerados. Puede producirse un fallo por una temperatura excesiva o, al cabo del tiempo, por corrosión. El depurador de gases también debe ser revisado periódica- mente para comprobar si presenta signos de corrosión por el contacto con ácidos, y es necesario realizar un mantenimiento regular del sistema de depuración de gases para garantizar su correcto funcionamiento.



jueves, 20 de junio de 2013

Enterramiento

Los residuos, especialmente los químicos, se eliminan a menudo mediante enterramiento. Es una práctica peligrosa tratándose de productos químicos activos porque, pasado un tiempo, las sustancias enterradas pueden quedar al descubierto o ser desenterradas
y arrastradas por la lluvia hasta los cursos de agua. La sustancia expuesta o el material contaminado pueden tener efectos fisiológicos negativos al entrar en contacto con el agua que ingieren personas o animales. Se han registrado casos de contaminación de agua a los 40 años de haber enterrado productos químicos peligrosos.

miércoles, 19 de junio de 2013

Biodegradación

Muchos productos químicos se destruyen totalmente en períodos que oscilan entre6y 24 meses si se mezclan con unos 15 cm de la capa superior del suelo. Este fenómeno se conoce como biodegradación y se debe a la acción de las bacterias existentes en el suelo. Pero no todas las sustancias se comportan de esta forma.

martes, 18 de junio de 2013

Recomendaciones sobre la preparación de Hospitales

Como sugiere lo anterior, la preparación de los hospitales para posibles catástrofes constituye un importante cometido de la Oficina para la preparación de emergencias y el socorro en catás- trofes de la OPS. En los últimos diez años, ha animado a los Estados miembros a emprender actividades con este objetivo, entre las que se incluyen las siguientes:

• clasificación de los hospitales en función de sus factores de riesgo y puntos débiles;
• desarrollo de planes de respuesta internos y externos para hospitales y formación del personal;
• desarrollo de planes de emergencia y establecimiento de medidas de seguridad para el personal profesional y técnico,
• refuerzo de los sistemas de apoyo que ayudan a los hospitales a funcionar en situaciones de emergencia.

Más en general, un objetivo capital de la actual Década de las
Naciones Unidas para la Reducción de las Catástrofes Naturales
(IDNDR) es atraer, motivar y comprometer a las autoridades sanitarias y políticas de todo el mundo para que refuercen los servicios sanitarios encargados de la asistencia en catástrofes y reduzcan su fragilidad en los países en desarrollo.

lunes, 17 de junio de 2013

Factores de riesgo en terremotos (II)

En junio de 1990, un terremoto en Irán provocó daños de importancia similar, ocasionó la muerte a unas 40.000 personas, hirió a otras 60.000, dejó sin hogar a 500.000 y derrumbó entre el 60 % y el 90 % de los edificios en las áreas afectadas (UNDRO 1990).
Para enfrentarse a este tipo de calamidades, se celebró en 1989 en Lima, Perú, un seminario internacional sobre la planificación, diseño, reparación y organización de hospitales en zonas propensas a los terremotos. Este seminario, patrocinado por la OPS, la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú y el Centro Peruano-Japonés de Investigación Sísmica (CISMID), reunió a arquitectos, ingenieros y gestores hospitalarios para estudiar los diversos aspectos de las instalaciones sanitarias localizadas en dichas zonas. El seminario aprobó una serie de recomendaciones y requisitos técnicos para realizar los análisis de vulnerabilidad de las infraestructuras hospitalarias, mejorar el diseño de las nuevas instalaciones y establecer medidas de seguridad en los hospitales ya existentes, con especial atención a los situados en zonas de alto riesgo sísmico (CISMID 1989)1

domingo, 16 de junio de 2013

Factores de riesgo en terremotos (I)

De los distintos tipos de catástrofes naturales repentinas, los terre- motos son, con mucho, los más dañinos para los hospitales. Natu- ralmente, cada terremoto presenta sus propias características en cuanto a epicentro, tipo de ondas sísmicas, naturaleza geológica del suelo por el que se propagan las ondas, etc. No obstante, los estudios han puesto de manifiesto la existencia de una serie de factores comunes que tienden a ocasionar muertes y lesiones, y algunos otros que tienden a impedirlas. Entre ellos se encuentran las características estructurales relacionadas con el derrumbe de edificios, factores asociados al comportamiento humano y deter- minadas características de los equipos no estructurales, mobiliario
y otros artículos, del interior de los edificios.
En los últimos años, estudiosos y planificadores han prestado especial atención a la identificación de los factores de riesgo en hospitales con la esperanza de elaborar mejores recomendaciones y normas para la construcción y organización de éstos en áreas muy vulnerables. Una breve enumeración de los factores de riesgo se muestra en la Tabla 39.38. Se ha obser- vado que estos factores de riesgo, y especialmente los relacionados con los aspectos estructurales, influyeron en las pautas de destrucción de un terremoto ocurrido en Armenia en diciembre de 1988, que ocasionó la muerte a unas 25.000 personas, afectó a 1.100.000 y destruyó o dañó gravemente 377 escuelas, 560 instalaciones sanitarias y 324 centros públicos y culturales (USAID 1989).

sábado, 15 de junio de 2013

Infraestructura sanitaria (IV)

Actualmente, la capacidad de muchos hospitales de América Latina para resistir a catástrofes sísmicas es incierta. Son muy numerosos los instalados en estructuras antiguas, algunas ellas de la época colonial española; y aunque otros muchos ocupan edificios contemporáneos de atractivo diseño arquitectónico, la laxa aplicación de las normas de construcción pone en duda su capacidad de resistencia a terremotos.

domingo, 9 de junio de 2013

Después del incidente

Algunas de las medidas de intervención que se han de adoptar inmediatamente después del incidente son:

sábado, 8 de junio de 2013

El trastorno por estrés postraumático (TEPT)

El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un síndrome psicológico concreto que puede desarrollarse después de grandes catástrofes y de casos de agresiones violentas, no sólo en las personas directamente implicadas en el incidente, sino en los testigos presenciales. Aunque suele estar relacionado con amenazas de muerte o accidentes mortales, el TEPT puede desencadenarse después de sufrir una agresión relativamente trivial, que se perciba como una amenaza de muerte (Foa y Rothbaum 1992). Los síntomas son: aparición de recuerdos y pesadillas recurrentes e intrusivos (escenas retrospectivas o flashbacks), que hacen revivir el incidente, sentimiento permanente de sobresalto y ansiedad, con tensión muscular, hiperacti- vidad autonómica, pérdida de concentración y reactividad exacerbada. Se suelen evitar consciente o inconscientemente las circunstancias que recuerdan el incidente. Aunque el período de discapacidad puede ser largo, los síntomas suelen responder a una psicoterapia de apoyo. Es posible evitarlos mediante un parte realizado lo antes posible tras el incidente, seguido de consejo psicológico a corto plazo, si es preciso (Foa y Rothbaum 1992).

viernes, 7 de junio de 2013

Efectos de la violencia en la víctima

El trauma resultante de la agresión física depende de la naturaleza del ataque y de las armas empleadas. Las víctimas suelen presentar magulladuras y cortes en las manos y en los antebrazos
si han intentado defenderse. Puesto que el rostro y la cabeza son objetivos habituales, las magulladuras y las fracturas de los huesos faciales son frecuentes y pueden causar traumas psicológicos, ya que la hinchazón y la equimosis resultan muy llamativas y tardan semanas en desaparecer (Mezey y Shepherd 1994).
Los efectos psicológicos causan más problemas que los trau- matismos, sobre todo si un trabajador sanitario ha sido agredido por un paciente. Las víctimas experimentan una pérdida de serenidad y de autoconfianza en su competencia profesional, a lo que se añade un sentimiento de culpa por haber provocado la agresión o por no haberla previsto. Persiste en ellas una cierta rabia, indiscriminada o personalizada, ante el aparente rechazo de sus bienintencionados esfuerzos profesionales y una pérdida de confianza en sí mismos, así como una desconfianza hacia sus compañeros y supervisores, que puede afectar a su rendimiento en el trabajo. Todo ello va acompañado de insomnio, pesadillas, aumento o disminución del apetito, mayor consumo de tabaco, alcohol o drogas, retraimiento social y absentismo laboral
(Mezey y Shepherd 1994).

jueves, 6 de junio de 2013

El trabajo en la asistencia sanitaria y en los servicios sociales

Además de los intentos de robo, como ya se ha indicado, el personal de asistencia sanitaria suele ser objeto de actos violentos por parte de pacientes en estado de ansiedad y con trastornos, sobre todo en departamentos de urgencias y ambulatorios, donde son frecuentes las largas esperas y el trato impersonal y donde la ansiedad y la rabia pueden desembocar en agresiones verbales o físicas. Pueden ser, asimismo, víctimas de las agresiones de fami- liares o amigos de pacientes que han sufrido un desenlace adverso que aquéllos, con razón o sin ella, atribuyen a negaciones, retrasos o errores en los tratamientos. En esos casos, pueden agredir al trabajador o trabajadores sanitarios que consideran responsable en particular, o bien pueden ejercer esa violencia de forma aleatoria contra cualquier miembro del personal del servicio médico.

miércoles, 5 de junio de 2013

Efectos no vasculares Esqueléticos

Las lesiones óseas y articulares inducidas por las vibraciones son objeto de controvertida. Diversos autores consideran que los tras- tornos de huesos y articulaciones en trabajadores que utilizan herramientas vibrantes de mano, no tienen carácter específico ni son similares a los originados por el proceso de envejecimiento y por el trabajo manual pesado. Por otra parte, algunos investigadores han comunicado que la exposición prolongada a vibraciones transmitidas a las manos puede producir alteraciones esqueléticas características en las manos, muñecas y codos. Estudios radiológicos realizados en un primer momento revelaron una alta prevalencia de vacuolas y quistes óseos en las manos y muñecas de trabajadores expuestos a vibraciones, pero otros estudios más recientes no han mostrado ningún aumento significativo con respecto a grupos de control integrados por trabajadores manuales. Se ha comunicado una prevalencia elevada de osteoartrosis de muñeca y artrosis y osteofitosis de codo en mineros del carbón, trabajadores de la construcción de carreteras y trabajadores del metal expuestos a choques y a vibración de baja frecuencia y gran amplitud producida por herramientas neumáticas de percusión. Por el contrario, hay poca evidencia de aumento de la prevalencia de trastornos óseos y articulares degenerativos en las extremidades superiores de los trabajadores expuestos a vibraciones de mediana o alta frecuencia procedentes de sierras de cadena o amoladoras. El esfuerzo físico intenso, un agarre con fuerza y otros factores biomecánicos pueden ser la causa de la mayor aparición de lesiones esqueléticas encontrada en trabajadores que utilizan herramientas de percusión. El dolor localizado, la hinchazón y la rigidez y deformidades de las articulaciones pueden estar relacionados con hallazgos radiológicos de degeneración ósea y articular. En unos cuantos países (Francia, Alemania e Italia entre ellos), se considera que los trastornos óseos y articulares que aparecen en trabajadores que utilizan herramientas de mano vibrantes, son una enfermedad de origen profesional, y los trabajadores afectados son indemnizados.

martes, 4 de junio de 2013

Perturbación de la actividad

La exposición aguda a vibraciones transmitidas a las manos puede causar un aumento temporal de los umbrales vibrotáctiles debido a una depresión de la excitabilidad de los mecanorrecep- tores de la piel. La magnitud de la variación temporal de estos umbrales, así como el tiempo de recuperación están sujetos a la influencia de distintas variables, tales como las características del estímulo (frecuencia, amplitud, duración), la temperatura y la edad y exposición anterior a la vibración del trabajador. La expo- sición al frío agrava la depresión táctil inducida por las vibra- ciones, debido a que la baja temperatura tiene un efecto vasoconstrictor en la circulación digital y reduce la temperatura de la piel de los dedos. En trabajadores expuestos a vibraciones que trabajan habitualmente en ambientes fríos, los episodios repetidos de deterioro agudo de la sensibilidad táctil puede conducir a una reducción permanente de la percepción sensorial
y a la pérdida de destreza de manipulación lo que, a su vez, puede interferir en la actividad laboral y elevar el riesgo de lesiones graves por accidentes.

lunes, 3 de junio de 2013

Efectos agudos Malestar subjetivo

La vibración es detectada por diversos mecanorreceptores de la piel, situados en los tejidos (epi)dérmicos y subcutáneos de la piel lisa y desnuda (glabra) de los dedos y manos. Tales receptores se clasifican en dos categorías —de adaptación lenta y rápida— según sus propiedades de adaptación y su campo receptor. En las unidades mecanorreceptoras de adaptación lenta se encuentran los discos de Merkel y las terminaciones de Ruffini, que responden a la presión estática y a pequeñas variaciones de pre- sión y son excitados a baja frecuencia (<16 Hz). Las unidades de adaptación rápida tienen los corpúsculos de Meissner y de Paci- nian, que responden a variaciones rápidas de los estímulos y se encargan de producir la sensación de vibración en la gama de frecuencia entre 8 y 400 Hz. La respuesta subjetiva a las vibraciones transmitidas a las manos se ha utilizado en varios estudios para obtener valores umbral, contornos de sensación equivalente
y límites de sensación desagradable o de tolerancia a los estímulos vibratorios a diferentes frecuencias (Griffin 1990). Los resultados experimentales indican que la sensibilidad humana a la vibración disminuye a medida que aumenta la frecuencia, tanto en lo que se refiere a los niveles de vibración confortables como molestos. La vibración vertical parece causar mayor malestar que la vibra- ción en otras direcciones. Se ha observado también que el malestar subjetivo está en función de la composición espectral de la vibración y de la fuerza de agarre ejercida sobre la empuñadura que vibra.

domingo, 2 de junio de 2013

Factores que influyen en la dinámica de los dedos y la mano

Cabe suponer que los efectos adversos de la exposición a las vibraciones están relacionados con la energía disipada en las extremidades superiores. La absorción de energía depende en gran medida de factores que afectan al acoplamiento del sistema dedos-mano a la fuente de vibraciones. Variaciones de la presión de agarre, fuerza estática y postura, modifican la respuesta dinámica del dedo, la mano y el brazo y, por consiguiente, la cantidad de energía transmitida y absorbida. Por ejemplo, la presión de agarre influye considerablemente en la absorción de energía y, en general, cuanto mayor es esta presión mayor es la fuerza transmitida al sistema de la mano y el brazo. Los datos de respuesta dinámica pueden suministrar infor- mación importante para valorar el potencial de las vibraciones de la herramienta para producir lesiones y para facilitar el desa- rrollo de dispositivos antivibración tales como empuñaduras
y guantes.




sábado, 1 de junio de 2013

Conclusiones Constantemente se producen daños moleculares

Constantemente se producen daños moleculares de los principales componentes celulares debidos a la exposición a la RUV pero existen mecanismos de reparación para contrarrestar la exposición de la piel y los tejidos oculares a la radiación ultravio- leta. Sólo cuando estos mecanismos de reparación se ven desbor- dados se producen lesiones biológicas agudas (Smith 1988). Por estas razones reducir la exposición a la RUV de origen profe- sional sigue siendo una importante preocupación para el personal de seguridad y salud en el trabajo.

viernes, 31 de mayo de 2013

Medición

Dada la estrecha dependencia entre los efectos biológicos y la longitud de onda, la medida principal de cualquier fuente de RUV es su potencia espectral o la distribución de su irradiancia espectral. Esta debe medirse con un espectrorradiómetro, consti- tuido por un sistema óptico de entrada adecuado, un monocromador y un detector e indicador de RUV. Este tipo de instrumento no es de uso frecuente en higiene industrial.
En muchas situaciones prácticas se utiliza un medidor de RUV de banda ancha para determinar las duraciones de exposi- ción seguras. A efectos de seguridad se puede configurar la respuesta espectral con arreglo a la función espectral utilizada para las directrices de exposición de la ACGIH y de la IRPA. Si no se utilizan instrumentos adecuados, se producirán graves errores en la valoración del riesgo. También existen dosímetros personales de RUV (por ejemplo, película de polisulfona), pero su aplicación se ha limitado en gran parte a la investigación de la seguridad en el trabajo en lugar de a estudios de evaluación de riesgos.

jueves, 30 de mayo de 2013

Protección en el trabajo

La exposición laboral a la RUV debe minimizarse en la medida de lo posible. En lo referente a las fuentes artificiales deberá darse prioridad en lo posible a medidas técnicas tales como filtrado, blindaje y confinamiento. Los controles administrativos, tales como la limitación de acceso, pueden reducir los requisitos de protección individual.
Los trabajadores que actúan a la intemperie, como los obreros agrícolas, peones, trabajadores de la construcción, pescadores, etc. pueden reducir al mínimo su riesgo de exposición a la radiación UV solar utilizando ropa apropiada de tejido tupido y, lo que es más importante, un sombrero con ala para reducir la exposición de la cara y el cuello. Para reducir aún más la exposición pueden aplicarse filtros solares a la piel expuesta. Deben disponer de sombra y se les debe proporcionar todas las medidas protectoras necesarias antes indicadas.
En la industria existen numerosas fuentes que pueden producir lesiones oculares agudas con una exposición breve. Hay diversos protectores oculares con distintos grados de protección apropiados para cada uso. Entre los de uso industrial se encuen- tran los cascos para soldadura (que además ofrecen protección frente a la radiación intensa visible e infrarroja y protegen la cara), las caretas, las gafas de seguridad y las gafas con absorción UV. En general, los protectores oculares para uso industrial deben ajustarse perfectamente a la cara de manera que no haya intersticios por los que la RUV pueda llegar directamente al ojo
y deben estar bien construidos para evitar lesiones físicas.
La idoneidad y selección de los medios de protección ocular dependen de los siguientes puntos:

• la intensidad y las características de la emisión espectral de la fuente de RUV;
• los patrones de comportamiento de las personas situadas cerca de fuentes de RUV (son importantes la distancia y el tiempo de exposición);
• las propiedades de transmisión del material de las gafas protectoras,
• el diseño de la montura de las gafas, para evitar la exposición periférica del ojo a RUV directa no absorbida.

En las situaciones de exposición industrial se puede valorar el riesgo ocular midiendo y comparando los niveles de exposición con los límites recomendados (Duchene, Lakey y Repacholi 1991).

miércoles, 29 de mayo de 2013

Normas de seguridad

Se han establecido límites de exposición profesional LE a RUV que incluyen una curva de espectro de acción que engloba los datos umbral correspondientes a los efectos agudos determinados en estudios sobre dosis mínima de eritema y queratoconjuntivitis
(Sliney 1972; IRPA 1989). Esta curva no difiere sensiblemente de los datos umbral colectivos, aun teniendo en cuenta los errores de medida y las variaciones de respuesta individual, y está muy por debajo de los umbrales cataratogénicos de la UVB.
El límite de exposición a la RUV es mínimo a 270 nm (0,003 J/cm2 a 270 nm) y, por ejemplo, a 308 nm es de
0,12 J/cm2 (ACGIH 1995, IRPA 1988). El riesgo biológico es el mismo tanto si la exposición consiste en unas cuantas exposi- ciones en forma de impulsos a lo largo del día como en una exposición única de muy corta duración o en 8 horas de exposi- ción a algunos microvatios por cm2, y los límites antes indicados se aplican a la jornada de trabajo completa.


martes, 28 de mayo de 2013

Partículas beta (II)

En la desintegración, la captura de un electrón compite con la pérdida de un positrón. En la desintegración con captura de electrón, el núcleo absorbe un electrón orbital y emite un neutrino. Una desintegración típica con captura de electrón viene dada por:
La captura de un electrón es posible siempre que el núcleo resultante tenga una energía total menor que la del núcleo inicial. En cambio, la desintegración con positrón exige que la energía total del átomo inicial sea mayor que la del átomo resultante en más de 1,02 MeV (dos veces la energía másica residual del positrón).

lunes, 27 de mayo de 2013

Partículas beta (I)

El positrón es la antipartícula del electrón. Tiene la misma masa y la mayoría de las demás propiedades del electrón, salvo su carga, cuya magnitud es exactamente la misma que la del electrón, pero de signo positivo.) Los radionucleidos emisores beta pueden ser de peso atómico alto o bajo.
Los radionucleidos que tienen exceso de protones en comparación con nucleidos estables de número másico similar al suyo pueden desintegrarse cuando un protón del núcleo se convierte en neutrón. Cuando así sucede, el núcleo emite un positrón y una partícula extraordinariamente ligera y que muy rara vez interactúa llamada neutrino. (El neutrino y su antipartícula carecen de interés en protección radiológica.) Cuando ha cedido la mayoría de su energía cinética, el positrón termina por colisionar con un electrón, con lo que se aniquilan ambos. La radiación de aniquilación producida es casi siempre la de dos fotones de 0,511 keV (kiloelectronvoltios) que se desplazan en sentidos separados por 180 grados. La desintegración típica con emisión de un positrón se representa por:

donde el positrón está representado por + y el neutrino por . Obsérvese que el nucleido resultante tiene el mismo número másico que el nucleido padre y un número atómico (de protones) menor en una unidad y un número de neutrones mayor en una unidad que los del nucleido original.

domingo, 26 de mayo de 2013

Partículas alfa (II)

Los emisores alfa corrientes emiten partículas alfa con ener- gías cinéticas entre unos 4 y 5,5 MeV. El alcance de estas partículas alfa en el aire no sobrepasa los 5 cm (véase la Figura 48.9). Se necesitan partículas alfa con una energía de 7,5 MeV para penetrar la epidermis (capa protectora de la piel, de 0,07 mm de espesor). Los emisores alfa no plantean por lo general ningún peligro de radiación externa. Sólo son peligrosos si se captan al interior del cuerpo. Como depositan su energía a corta distancia, las partículas alfa constituyen una radiación de alta transferencia lineal de energía (TLE) y tienen un factor de ponderación radiológica elevado, cuyo valor típico es wR = 20.


sábado, 25 de mayo de 2013

Partículas alfa (I)

Una partícula alfa es un conjunto de dos protones y dos neutrones estrechamente unidos. Es idéntica a un núcleo de helio
4 (4He). De hecho, su destino último después de haber perdido la mayoría de su energía cinética es capturar dos electrones y convertirse en un átomo de helio.
Los radionucleidos emisores de partículas alfa son en general núcleos relativamente pesados. Casi todos los emisores alfa tienen números atómicos iguales o superiores al del plomo (82Pb). Cuando un núcleo se desintegra y emite una partícula alfa, su número atómico (el número de protones) y su número de neutrones disminuyen en dos, mientras que su número másico se reduce en cuatro. Por ejemplo, la desintegración alfa del uranio 238 (238U) a torio 234 (234Th) se representa por:



El superíndice de la izquierda es el número másico (número de protones más neutrones), el subíndice de la izquierda es el número atómico (número de protones) y el subíndice de la derecha es el número de neutrones.

viernes, 24 de mayo de 2013

Lista de control de prácticas adecuadas del PCA.


jueves, 23 de mayo de 2013

Formación y motivación

Ni los miembros del equipo PCA ni los trabajadores participarán en la conservación de la audición hasta que comprendan su objetivo, cómo se beneficiarán directamente del programa y que el cumplimiento de los requisitos de seguridad e higiene de la empresa es una condición del empleo. Sin una adecuada formación que motive las acciones individuales, el PCA fracasará (Royster y Royster 1986). Entre otros, deberán tratarse los siguientes temas: la finalidad y los beneficios del PCA, los métodos y los resultados de la evaluación de ruido, el uso y mantenimiento de los tratamientos técnicos de control del ruido para reducir la exposición al mismo, exposiciones a ruidos peligrosos fuera del trabajo, de qué modo daña el ruido al oído, las consecuencias de la pérdida auditiva en la vida diaria, la elección y adaptación de protectores auditivos y la importancia de llevarlos con coherencia, de qué modo se identifican los cambios en la capacidad auditiva por medio de pruebas audiométricas para indicar la necesidad de aumentar la protección y las políticas PCA del empresario. Lo ideal es que se expliquen estos temas a pequeños grupos de trabajadores en reuniones de seguridad, disponiendo de tiempo suficiente para que planteen preguntas. En los PCA eficaces, la fase formativa es un proceso continuo —no sólo una presentación anual— ya que el personal del PCA aprovecha cada día las oportunidades de recordar a los demás cómo conservar su capacidad auditiva.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Controles técnicos y administrativos del ruido

Los controles de ruido pueden reducir la exposición de los empleados hasta un nivel seguro, eliminando la necesidad de un programa de conservación de la audición. Los controles técnicos (ver artículo “Técnicas de control del ruido” en este mismo capí- tulo) implican modificar la fuente de ruido (como incorporar silenciadores en toberas de salida de aire), la vía de transmisión (como encerrar el equipo en un recinto insonorizante) o el receptor (como instalar un cerramiento alrededor del puesto del empleado). Normalmente es necesario que el trabajador participe en el diseño de tales modificaciones para que sean prácticas y no dificulten su trabajo. Obviamente, siempre que sea práctico y factible deberá reducirse o eliminarse la exposición del empleado a ruidos peligrosos por medio de controles técnicos.
Entre los controles administrativos del ruido cabe citar la sustitución de equipos anticuados por nuevos modelos más silen- ciosos, el cumplimiento de los programas de mantenimiento de equipos relativos al control del ruido, y la realización de cambios en los planes de trabajo de los empleados para reducir las dosis de ruido limitando el tiempo de exposición cuando resulte prác- tico y técnicamente aconsejable. El trabajo de planificación y diseño para reducir el ruido a niveles no peligrosos a la hora de poner en línea nuevas instalaciones de producción es un control administrativo que también puede eliminar la necesidad de un PCA.

martes, 21 de mayo de 2013

Determinación de la exposición al ruido

Los sonómetros o los dosímetros de ruido personales se utilizan para medir los niveles de ruido en el lugar de trabajo y calcular la exposición de los trabajadores al ruido para determinar si se necesita un PCA; en tal caso, los datos así recogidos permiten establecer políticas apropiadas para proteger a los trabajadores
(Royster, Berger y Royster 1986). Los resultados de la evaluación identifican qué trabajadores (por departamento o puesto de trabajo) serán incluidos en el PCA, en qué áreas deberá exigirse el uso de protectores auditivos y qué protectores auditivos se considerarán adecuados. Es necesario tomar muestras en condiciones de producción representativas para clasificar las exposi- ciones en rangos (menos de 85 dBA, 85-89, 90-94, 95-99 dBA, etc.). La medición de niveles de ruido con factor de ponderación A durante la evaluación general suele identificar las fuentes de ruido dominantes en áreas de la fábrica donde posteriores estu- dios de control técnico del ruido pueden reducir significativa- mente la exposición de los trabajadores.

lunes, 20 de mayo de 2013

Condiciones óptimas de iluminación para el confort y el rendimiento visual

Al investigar las condiciones de iluminación adecuadas para el confort y el rendimiento visual, es apropiado estudiar los factores que afectan a la capacidad de ver los detalles. Pueden subdivi- dirse en dos categorías: las características del observador y las características de la tarea.

domingo, 19 de mayo de 2013

Refracción

En este método se utiliza el efecto “prisma”, por el que un material prismático de vidrio o plástico “curva” los rayos luminosos y, al hacerlo, enfoca la luz de nuevo hacia el punto donde es necesaria. Es un método muy apropiado para la iluminación general de interiores. Tiene la ventaja de combinar un buen control del brillo con una eficacia aceptable. En la Figura 46.25 se muestra la influencia de la refracción en control óptico.
En muchos casos, se utilizará en la luminaria una combinación de los métodos de control óptico aquí descritos.


sábado, 18 de mayo de 2013

Difusión

Si se instala una lámpara dentro de un material translúcido, aumenta el tamaño aparente de la fuente de luz y se obtiene al mismo tiempo una reducción de brillo. Lamentablemente, los difusores prácticos absorben parte de la luz emitida, reduciendo en consecuencia la eficiencia global de la luminaria. El principio de difusión se recoge en la Figura 46.24.


viernes, 17 de mayo de 2013

Reflexión

En este método se utilizan superficies reflectantes, que pueden variar desde un acabado mate hasta un acabado de tipo espe- cular. Es un método de control más eficaz que la obstrucción, ya que se recoge la luz dispersa y se vuelve a enfocar hacia el punto donde es necesaria. El principio de reflexión se ilustra en la Figura 46.23.

jueves, 16 de mayo de 2013

Cálculo de las necesidades de ventilación

En la Figura 45.9 se presentan las ecuaciones utilizadas para calcular las necesidades de ventilación desde el punto de vista del confort y de la protección de la salud.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Eficacia de los sistemas de ventilación

Otro factor importante, que afectará al cálculo de las necesidades de ventilación de un espacio determinado, es la eficacia de la ventilación (Ev), que se define como la relación entre la concentración de contaminantes en el aire extraído y (Ce) y la concentración en la zona de respiración (Cb).
La eficacia de la ventilación depende de la distribución del aire y de la ubicación de las fuentes de contaminación en el espacio en cuestión. Si la mezcla de los contaminantes con el aire es completa, la eficacia de la ventilación será igual a uno; si la calidad del aire en la zona de respiración es mejor que la del aire extraído, entonces la eficacia será mayor que uno y se podrá conseguir la calidad deseada del aire con menores velocidades de ventilación. Por otra parte, será necesario aumentar la ventilación si su eficacia es menor que uno, o para decirlo de otro modo, si la calidad del aire en la zona de respiración es inferior a la calidad del aire extraído.
Para calcular la eficacia de la ventilación, resulta útil dividir los espacios en dos zonas: por una de ellas entra el aire y la otra comprende el resto de la habitación. En los sistemas basados en el principio de mezcla, la zona por la que entra el aire suele estar por encima de la zona de respiración y se alcanzan las mejores condiciones cuando la mezcla es tan completa que ambas zonas se convierten en una. En los sistemas de ventilación basados en el principio de desplazamiento, el aire entra en la zona ocupada por las personas y la zona de extracción suele quedar por encima de las cabezas; en este caso, las mejores condiciones se alcanzan cuando la mezcla entra ambas zonas es mínima.
Por consiguiente, la eficacia de la ventilación depende de la ubicación y las características de los elementos que suministran
y extraen el aire y de la ubicación y las características de las fuentes de contaminación. Además, depende también de la temperatura y de los volúmenes de aire suministrados. Es posible calcular la eficacia de un sistema de ventilación por simulación numérica o realizando mediciones. Si no se dispone de datos, pueden utilizarse los valores de la Figura 45.8 para diferentes sistemas de ventilación. Son valores de referencia que tienen en cuenta la repercusión de la distribución del aire, pero no la ubicación de las fuentes de contaminación, ya que suponen que están uniformemente distribuidas por todo el espacio ventilado.




martes, 14 de mayo de 2013

Calidad del aire exterior

Otra premisa, que ultima los datos necesarios para la creación de normas de ventilación en el futuro, es la calidad del aire exterior. La publicación Air Quality Guidelines for Europe (Directrices de calidad del aire para Europa), editada por la OMS (1987), recoge los valores recomendados de exposición a ciertas sustancias, tanto en espacios interiores como en exteriores.
En la Tabla 45.11 se indican los niveles de calidad percibida del aire exterior, así como las concentraciones de varios conta- minantes químicos típicos presentes en exteriores.
Es conveniente tener en cuenta que, en muchos casos, la calidad del aire exterior puede ser peor que los niveles indicados en la tabla o en las directrices de la OMS. Entonces será preciso depurar el aire antes de introducirlo en los espacios ocupados.


lunes, 13 de mayo de 2013

La carga sensorial

La carga de contaminación que perciben los sentidos surge de las fuentes de contaminación que afectan a la calidad percibida del aire. El valor dado de esta carga sensorial puede calcularse sumando todos los olf de las diferentes fuentes de contaminación existentes en un espacio determinado. Como en el caso anterior, todavía no se dispone de mucha información sobre los olf por metro cuadrado (olf/m2) de muchos materiales. Por esa razón resulta más práctico calcular la carga sensorial de todo el edificio, incluidos los ocupantes, el mobiliario y el sistema de ventilación.
En la Tabla 45.8 se presenta la carga de contaminación en unidades olf creada por los ocupantes del edificio a medida que realizan diferentes tipos de actividades, en función de quienes fuman y quienes no fuman, así como la producción de varios compuestos como el dióxido de carbono (CO2), el monóxido de carbono (CO) y el vapor de agua. En la Tabla 45.9 se presentan varios ejemplos de porcentajes de ocupación típicos en diferentes tipos de espacios. Y por último, en la Tabla 45.10 se exponen los resultados de la carga sensorial —medida en olf por metro cuadrado— presente en diferentes edificios.




domingo, 12 de mayo de 2013

Control de los microorganismos en ambientes de interior (II)

En los sistemas CVAA (Nathanson 1993), debe evitarse la acumulación de agua estancada, por ejemplo, en las bandejas de drenaje o debajo de los serpentines de refrigeración. En los casos en los que los sistemas CVAA contienen mechas o tanques de agua calentados para la humidificación, es necesario limpiarlos y desinfectarlos de forma periódica para limitar el crecimiento microbiano. La humidificación por vapor seco probablemente reduce en gran medida el riesgo de crecimiento microbiano. Los filtros deben sustituirse periódicamente debido a que pueden acumular suciedad y humedad y, por tanto, proporcionar sitios de cultivo para el crecimiento microbiano. Los microorganismos también crecen en el aislamiento acústico poroso utilizado para revestir conductos, si éste se humedece. La solución es aplicar el aislamiento al exterior y no al interior; las superficies internas deben ser lisas y no deben proporcionar un medio ambiente que favorezca el crecimiento. Tales medidas de control generales controlarán el crecimiento de Legionella en sistemas CVAA, pero se han recomendado otras medidas, como la instalación de un filtro de aire particulado de alta eficacia (HEPA) en la entrada de aire (Feeley 1988). Además, los sistemas de agua deben asegurar que el agua se caliente de manera uniforme a 60 C, que no hay áreas en las que se estanque el agua y que ningún accesorio contiene materiales que favorezcan el crecimiento de Legionella.
En los casos en los que las medidas de control han sido insuficientes y se ha producido el crecimiento de moho, es necesario tomar medidas de corrección. Es fundamental eliminar y desechar todos los materiales orgánicos porosos, como alfombras y otros elementos de decoración blandos, tejas y material de aislamiento, en los que exista crecimiento. Las superficies lisas deben lavarse con lejía de hipoclorito sódico o un desinfectante apropiado. No deben utilizarse biocidas que puedan convertirse en aerosoles en los sistemas CVAA.
Durante las medidas de corrección, debe tenerse cuidado siempre de no aerosolizar los microorganismos presentes sobre o en materiales contaminados. En los casos de grandes áreas de crecimiento de mohos (10 metros cuadrados o más) puede ser necesario contener el riesgo potencial, manteniendo una presión negativa en el área de contención durante la corrección y dispo- niendo áreas de bloqueo/descontaminación del aire entre el área de contención y el resto del edificio (Morey 1993a, 1993b; Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York 1993). El polvo presente antes de la eliminación del material contami- nado en contenedores herméticos o generados durante este procedimiento deben recogerse utilizando una aspiradora con un filtro APAE. Durante su trabajo, el personal especialista en corrección debe llevar protección respiratoria APAE facial total y ropa, calzas y guantes protectores desechables (Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York 1993). En los casos de áreas más pequeñas de crecimientos de mohos, puede utilizarse el personal de mantenimiento habitual después de una prepara- ción adecuada. En tales casos, no se considera necesaria la contención, pero el personal debe llevar protección respiratoria completa y guantes. En todos los casos, deberá informarse del peligro a los ocupantes habituales y al personal que va a llevar a cabo la corrección. El personal no debe padecer asma, alergia ni trastornos inmunosupresores (Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York 1993).

sábado, 11 de mayo de 2013

Control de los microorganismos en ambientes de interior (I)

El determinante fundamental del crecimiento microbiano y la producción de células y esporas que pueden convertirse en aero- soles en ambientes de interior es el agua, y el control debe conseguirse reduciendo la posibilidad de humedad en lugar de utilizar biocidas. El control requiere un mantenimiento apropiado y una reparación adecuada del edificio, lo que incluye un secado rápido y la eliminación de las causas de escapes e inundaciones (Morey 1993a). Aunque a menudo se cita el mantenimiento de la humedad relativa de las habitaciones a un nivel inferior al 70 % como medida de control, ésta sólo es eficaz si la temperatura de las paredes y de otras superficies está próxima a la temperatura del aire. En la superficie de las paredes con escaso aislamiento, la temperatura puede estar por debajo del punto de condensación,
por lo que se desarrolla condensación y crecen hongos hidrófilos e incluso bacterias (Flannigan 1993). Una situación similar puede producirse en climas tropicales o subtropicales húmedos en los que la humedad del aire que penetra la cubierta de un edificio con aire acondicionado se condensa en la superficie interna del refrigerador (Morey 1993b). En estos casos, el control depende del diseño y del uso correcto de las barreras de aisla- miento y del vapor. Junto con rigurosas medidas de control de la humedad, los programas de mantenimiento y limpieza deben asegurar la eliminación del polvo y otros productos de desecho que proporcionan nutrientes para el crecimiento y que actúan como reservorios de microorganismos.

viernes, 10 de mayo de 2013

Normas y directrices (II)

Aunque organismos influyentes, como el Comité de Aerosoles Biológicos de la ACGIH, no han establecido directrices numé- ricas, una guía canadiense sobre los edificios de oficinas (Nathanson 1993), basado en unos cinco años de investigación de aproximadamente 50 edificios del gobierno federal con aire acondicionado, incluye algunas orientaciones sobre estos valores.

Entre los principales puntos se encuentran los siguientes:
1. La flora del aire “normal” debe ser cuantitativamente inferior, pero cualitativamente similar, a la del aire atmosférico.
2. La presencia de una o más especies de hongos a niveles significativos en las muestras de aire interior pero no en las muestras del exterior indica la existencia de un cultivo en el interior.
3. Los hongos patógenos como Aspergillus fumigatus, Histoplasma y Cryptococcus no deben estar presentes en cantidades importantes.
4. La persistencia de los mohos tóxicos como Stachybotrys atra y Aspergillus versicolor en una cantidad significativa requiere una investigación y emprender acciones.
5. Un valor superior a 50 unidades de formación de colonias por metro cúbico (UFC/m3) puede ser preocupante si sólo existe una especie (diferente a los hongos comunes de exterior que habitan en las hojas); un valor de hasta 150 CFU/m3 es aceptable si las especies presentes reflejan la flora del exterior; un valor de hasta 500 CFU/m3 es aceptable en verano si los hongos de exterior que habitan en las hojas son el principal componente.
Tales valores numéricos se basan en muestras de aire de cuatro minutos recogidas con un muestreador centrífugo Reuter. Debe destacarse el hecho de que estos valores no pueden trasla- darse a otros procedimientos de muestreo, a otros tipos de edifi- cios o a otras regiones climáticas o geográficas. La norma o lo que es aceptable sólo puede basarse en investigaciones extensas de un tipo de edificios en una región concreta utilizando proce- dimientos bien definidos. No se pueden establecer valores límite umbral para la exposición a los mohos en general ni a una especie en particular.