domingo, 30 de junio de 2013

Eliminación del contaminante

Hay veces en que no es posible evitar las emisiones de ciertas fuentes de contaminación, como en el caso de las emisiones debidas a los ocupantes del edificio. Entre ellas se incluyen el dióxido de carbono y los efluvios biológicos, la presencia de mate- riales con propiedades no controladas de ninguna manera o la realización de las tareas diarias. En estos casos, una forma de reducir los niveles de contaminación es a través de sistemas de ventilación y otros medios utilizados para limpiar el aire interior.
La ventilación es una de las opciones en las que más se confía para reducir la concentración de contaminantes en espacios interiores. Claro está que la necesidad de ahorrar energía también requiere que la entrada de aire exterior para renovar el aire interior sea lo menor posible. Existen patrones a este respecto que especifican tasas de ventilación mínima, basadas en la renovación del volumen de aire interior por hora con aire del exterior, o que establecen una contribución mínima de aire por ocupante o unidad de espacio, o que tienen en cuenta la concen- tración de dióxido de carbono considerando las diferencias entre los espacios con y sin fumadores. En el caso de los edificios con

ventilación natural, también se han establecido los requisitos mínimos para las diferentes partes de un edificio, como las ventanas.
Entre las referencias citadas con mayor frecuencia por la mayoría de los patrones existentes, tanto nacionales como inter- nacionales —aunque no sean legalmente vinculantes— se encuentran las normas publicadas por la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Acondiciona- miento del Aire (American Society of Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers, ASHRAE). Se formularon para ayudar a los profesionales del acondicionamiento del aire en el diseño de sus instalaciones. En la norma 62-1989 de la ASHRAE (ASHRAE 1989), se especifican las cantidades mínimas de aire necesarias para ventilar un edificio, así como la calidad del aire interior aceptable para sus ocupantes con el fin de prevenir efectos adversos sobre la salud. Para el dióxido de carbono (un compuesto que la mayoría de los autores no consi- deran un contaminante dado su origen humano, pero que se utiliza como indicador de la calidad del aire interior para esta- blecer el correcto funcionamiento de los sistemas de ventilación), esta norma recomienda un límite de 1.000 ppm para cumplir los criterios de bienestar (olor). En esta norma también se especifica la calidad del aire atmosférico requerida para la renovación del aire interior.
En los casos en los que la fuente de contaminación —sea inte- rior o exterior— no es fácil de controlar y en los que es nece- sario utilizar un equipo especial para eliminarlo del medio ambiente, existen patrones para garantizar su eficacia, como los que definen métodos específicos para comprobar el funciona- miento de un cierto tipo de filtro.

sábado, 29 de junio de 2013

Control de las fuentes de contaminación (II)

Con respecto a las actividades que pueden tener lugar en un edificio, el principal foco de atención lo constituye el mantenimiento del edificio. En estas actividades, el control puede establecerse en forma de reglamentos sobre la realización de ciertas tareas, como recomendaciones relativas a la aplicación de plaguicidas o la reducción de exposición al plomo o al amianto durante la renovación o la demolición de un edificio.
Debido a que el humo del tabaco —generado por los ocupantes de un edificio— es muy a menudo causa de contaminación del aire interior, merece un tratamiento especial. Muchos países tienen leyes, a escala estatal, que prohíben fumar en ciertos lugares públicos, como restaurantes o teatros, pero son muy frecuentes otras disposiciones que permiten fumar en ciertas partes especialmente diseñadas de un edificio concreto. Cuando se prohíbe el uso de ciertos productos o materiales, estas prohibiciones se basan en sus efectos nocivos sobre la salud declarados, que están relativamente documentados para los niveles presentes en el aire interior. Otra dificultad es que a menudo no se dispone de suficiente información o conocimiento acerca de las propiedades de los productos que pudieran utili- zarse en su lugar.

viernes, 28 de junio de 2013

Control de las fuentes de contaminación (I)

Una de las formas más eficaces de reducir los niveles de concen- tración de un contaminante en el aire interior es controlar las fuentes de contaminación del interior del edificio. Entre ellas, los materiales utilizados en la construcción y la decoración, las activi- dades que tienen lugar dentro del edificio y los propios ocupantes. Si se juzga necesario regular las emisiones debidas a los mate- riales de construcción empleados, existen patrones que limitan directamente el contenido en estos materiales de compuestos para los que se han demostrado efectos nocivos para la salud. Algunos de estos compuestos se consideran cancerígenos, como el formaldehído, el benceno, algunos plaguicidas, el amianto, la fibra de vidrio y otros. Otro método es regular las emisiones estableciendo patrones de emisión.
Tal posibilidad presenta muchas dificultades prácticas, entre las que destacan la falta de acuerdo con respecto a cómo deter- minar estas emisiones, la falta de conocimiento acerca de sus efectos sobre la salud y el bienestar de los ocupantes del edificio,
y las dificultades inherentes de la identificación y la cuantifica- ción de los cientos de compuestos emitidos por los materiales en cuestión. Una forma de establecer patrones de emisión es a partir de un nivel aceptable de concentración del contaminante
y calcular una tasa de emisión que tenga en cuenta las condi- ciones ambientales —temperatura, humedad relativa, tasa de intercambio de aire, factor de carga, etc.— representativas de la forma en que se utiliza realmente el producto. La principal crítica a este método es que más de un producto puede generar el mismo compuesto contaminante. Los patrones de emisión se obtienen a partir de determinaciones realizadas en atmósferas controladas en las que las conducciones estás perfectamente definidas. Se han publicado normas para Europa (COST 613
1989 y 1991) y para Estados Unidos (ASTM 1989). Las críticas planteadas habitualmente contra estas normas se basan en los siguientes aspectos: a) la dificultad para obtener datos compara- tivos, y b) los problemas surgidos cuando un espacio de interior tiene fuentes intermitentes de contaminación.

jueves, 27 de junio de 2013

REGLAMENTOS, RECOMENDACIONES, • NORMAS Y PATRONES

La definición de normas y patrones específicos para el aire interior es producto de una política proactiva en este campo por parte de los organismos responsables de su establecimiento y del mantenimiento de la calidad del aire interior a niveles aceptables. En la práctica, las tareas se dividen y comparten entre numerosas entidades responsables de controlar la contaminación, mantener la salud, garantizar la seguridad de los productos, vigilar la higiene profesional y regular la edificación y la construcción.
El establecimiento de un reglamento está encaminado a limitar o reducir los niveles de contaminación en el aire interior. Tal objetivo puede alcanzarse controlando las fuentes de conta- minación existentes, diluyendo el aire interior con aire exterior y comprobando la calidad del aire disponible. Se requiere para ello el establecimiento de límites máximos específicos para los contaminantes presentes en el aire interior.
La concentración de cualquier contaminante en el aire interior sigue un modelo de masa equilibrado expresado en la siguiente ecuación:
Generalmente se observa que, en condiciones estáticas, la concentración de los contaminantes presentes dependerá en parte de la cantidad del compuesto liberado al aire por la fuente de contaminación y su concentración en el aire atmosférico, y de los diferentes mecanismos por los que se elimina el contami- nante. Los mecanismos de eliminación incluyen la dilución del contaminante y su “desaparición” con el tiempo. Todos los reglamentos, recomendaciones, normas y patrones que pueden establecerse para reducir la contaminación deben considerar estas posibilidades.

miércoles, 26 de junio de 2013

Fórmulas y definiciones

En general existe una relación de raíz cuadrada entre el grosor d de una capa de aire estático y la velocidad del aire v. La función exacta depende del tamaño y la forma de la superficie, pero para el cuerpo humano se puede realizar la siguiente aproximación:

martes, 25 de junio de 2013

Transferencia de calor por radiación

La radiación es otro importante mecanismo para la transferencia de calor. Todas las superficies irradian calor y absorben el calor irradiado por otras superficies. El flujo de calor radiante es aproximadamente proporcional a la diferencia de temperatura entre las dos superficies que participan en el intercambio. Una capa de ropa entre ambas superficies interferirá en la transferencia de calor radiante al interceptar el flujo de energía; la ropa alcanzará una temperatura próxima a la temperatura media de las dos superficies, reduciendo a la mitad la diferencia de temperatura entre ellas y, por consiguiente, reduciendo también a la mitad el flujo de calor radiante. Al aumentar el número de capas interpuestas, disminuye la velocidad de transferencia de calor.
Por consiguiente, las capas múltiples reducen la transferencia de calor radiante. Cuando se utilizan trajes de guata o de fibra, la radiación es interceptada por las fibras distribuidas, más que por una capa de tejido. La densidad del material de fibra (o más bien la superficie total de material de fibra por volumen de tejido) es un parámetro crítico para la transferencia de radiación dentro de esos trajes de fibra. A igualdad de peso, las fibras delgadas proporcionan más superficie que las fibras gruesas.

lunes, 24 de junio de 2013

Conducción de calor del aire inmóvil y en movimiento

El aire inmóvil actúa como una capa aislante que tiene una conductividad constante con independencia de la forma del material. Las alteraciones de las capas de aire produce una pérdida de grosor efectivo; estas alteraciones pueden estar causadas no sólo por el viento, sino también por el movimiento de la persona que lleva la ropa, desplazamiento de todo el cuerpo (un componente del viento) y movimiento de ciertas partes del cuerpo. A este efecto se suma la convección natural. En la Figura 42.7 se muestra un gráfico del efecto de la velocidad del aire en la capacidad aislante de una capa de aire.

domingo, 23 de junio de 2013

Capas de aire y movimiento del aire

La idea de que es el aire, y en particular el aire inmóvil, el que proporciona aislamiento, sugiere que las capas gruesas de aire aumentan el aislamiento. Y no deja de ser cierto, aunque el grosor de las capas de aire está físicamente limitado. Las capas se forman por adhesión de moléculas de gas a cualquier superficie, por cohe- sión de una segunda capa de moléculas a la primera, y así sucesivamente. Con todo, las fuerzas que unen a las sucesivas capas son cada vez más débiles, de manera que las moléculas exteriores se mueven incluso con movimientos externos de aire muy pequeños. Cuando el aire está inmóvil, las capas de aire pueden tener un grosor de hasta 12 mm, pero cuando el movimiento del aire aumenta, como en el caso de una tormenta, el grosor se reduce a menos de 1 mm. En general, existe una relación de raíz cuadrada entre el grosor de las capas de aire y el movimiento del aire (véase el recuadro de “Fórmulas y Definiciones”). La función exacta depende del tamaño y la forma de la superficie.

sábado, 22 de junio de 2013

Vertido controlado

Las zonas bajas o depresiones suelen utilizarse como vertedero de materiales residuales hasta que se nivelan con las áreas colin- dantes. Entonces, se aplastan los residuos, se cubren con tierra y se pasa una apisonadora. A continuación, el terreno puede utili- zarse para edificar o con otros fines.
Para que la operación de vertido controlado sea satisfactoria debe elegirse el lugar teniendo en cuenta la proximidad de tube- rías, desagües, cables de energía, pozos de petróleo y gas, minas
o cualquier otro peligro. Los residuos se mezclan con tierra y se distribuyen de forma homogénea en una depresión o una zanja amplia. Cada capa vertida debe compactarse mecánicamente antes de añadir la siguiente.
Normalmente, se añade una capa de 50 cm de tierra por encima de los residuos y se compacta, dejando suficientes respi- raderos en el suelo para que pueda salir el gas producido por la actividad biológica. También debe procurarse un drenaje adecuado del área de vertido controlado.

A veces, los residuos, dependiendo de sus constituyentes, pueden entrar en ignición en el vertedero. Por esta razón, deben vallarse estas áreas adecuadamente y mantener una vigilancia permanente hasta que se considere que ha pasado el peligro de ignición. También hay que tomar las medidas necesarias para extinguir un posible incendio de los residuos en el vertedero.

viernes, 21 de junio de 2013

Incineración

Es uno de los métodos más seguros y satisfactorios de eliminación de residuos, siempre que se utilice un incinerador bien diseñado y bajo control. Ahora bien, hay que vigilar que las sustancias puedan incinerarse de forma segura y sin causar problemas o peligros especiales. Casi todos los incineradores industriales disponen de un equipo de control de la contaminación, que debe ser cuidadosamente elegido e instalado teniendo en cuenta la composición del efluente de carga registrado por el incinerador durante la combustión de los residuos industriales.
Durante el funcionamiento del incinerador, hay que evitar que su temperatura se eleve de forma excesiva debido a la producción de una gran cantidad de gases volátiles o a la natu- raleza de los residuos incinerados. Puede producirse un fallo por una temperatura excesiva o, al cabo del tiempo, por corrosión. El depurador de gases también debe ser revisado periódica- mente para comprobar si presenta signos de corrosión por el contacto con ácidos, y es necesario realizar un mantenimiento regular del sistema de depuración de gases para garantizar su correcto funcionamiento.



jueves, 20 de junio de 2013

Enterramiento

Los residuos, especialmente los químicos, se eliminan a menudo mediante enterramiento. Es una práctica peligrosa tratándose de productos químicos activos porque, pasado un tiempo, las sustancias enterradas pueden quedar al descubierto o ser desenterradas
y arrastradas por la lluvia hasta los cursos de agua. La sustancia expuesta o el material contaminado pueden tener efectos fisiológicos negativos al entrar en contacto con el agua que ingieren personas o animales. Se han registrado casos de contaminación de agua a los 40 años de haber enterrado productos químicos peligrosos.

miércoles, 19 de junio de 2013

Biodegradación

Muchos productos químicos se destruyen totalmente en períodos que oscilan entre6y 24 meses si se mezclan con unos 15 cm de la capa superior del suelo. Este fenómeno se conoce como biodegradación y se debe a la acción de las bacterias existentes en el suelo. Pero no todas las sustancias se comportan de esta forma.

martes, 18 de junio de 2013

Recomendaciones sobre la preparación de Hospitales

Como sugiere lo anterior, la preparación de los hospitales para posibles catástrofes constituye un importante cometido de la Oficina para la preparación de emergencias y el socorro en catás- trofes de la OPS. En los últimos diez años, ha animado a los Estados miembros a emprender actividades con este objetivo, entre las que se incluyen las siguientes:

• clasificación de los hospitales en función de sus factores de riesgo y puntos débiles;
• desarrollo de planes de respuesta internos y externos para hospitales y formación del personal;
• desarrollo de planes de emergencia y establecimiento de medidas de seguridad para el personal profesional y técnico,
• refuerzo de los sistemas de apoyo que ayudan a los hospitales a funcionar en situaciones de emergencia.

Más en general, un objetivo capital de la actual Década de las
Naciones Unidas para la Reducción de las Catástrofes Naturales
(IDNDR) es atraer, motivar y comprometer a las autoridades sanitarias y políticas de todo el mundo para que refuercen los servicios sanitarios encargados de la asistencia en catástrofes y reduzcan su fragilidad en los países en desarrollo.

lunes, 17 de junio de 2013

Factores de riesgo en terremotos (II)

En junio de 1990, un terremoto en Irán provocó daños de importancia similar, ocasionó la muerte a unas 40.000 personas, hirió a otras 60.000, dejó sin hogar a 500.000 y derrumbó entre el 60 % y el 90 % de los edificios en las áreas afectadas (UNDRO 1990).
Para enfrentarse a este tipo de calamidades, se celebró en 1989 en Lima, Perú, un seminario internacional sobre la planificación, diseño, reparación y organización de hospitales en zonas propensas a los terremotos. Este seminario, patrocinado por la OPS, la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú y el Centro Peruano-Japonés de Investigación Sísmica (CISMID), reunió a arquitectos, ingenieros y gestores hospitalarios para estudiar los diversos aspectos de las instalaciones sanitarias localizadas en dichas zonas. El seminario aprobó una serie de recomendaciones y requisitos técnicos para realizar los análisis de vulnerabilidad de las infraestructuras hospitalarias, mejorar el diseño de las nuevas instalaciones y establecer medidas de seguridad en los hospitales ya existentes, con especial atención a los situados en zonas de alto riesgo sísmico (CISMID 1989)1

domingo, 16 de junio de 2013

Factores de riesgo en terremotos (I)

De los distintos tipos de catástrofes naturales repentinas, los terre- motos son, con mucho, los más dañinos para los hospitales. Natu- ralmente, cada terremoto presenta sus propias características en cuanto a epicentro, tipo de ondas sísmicas, naturaleza geológica del suelo por el que se propagan las ondas, etc. No obstante, los estudios han puesto de manifiesto la existencia de una serie de factores comunes que tienden a ocasionar muertes y lesiones, y algunos otros que tienden a impedirlas. Entre ellos se encuentran las características estructurales relacionadas con el derrumbe de edificios, factores asociados al comportamiento humano y deter- minadas características de los equipos no estructurales, mobiliario
y otros artículos, del interior de los edificios.
En los últimos años, estudiosos y planificadores han prestado especial atención a la identificación de los factores de riesgo en hospitales con la esperanza de elaborar mejores recomendaciones y normas para la construcción y organización de éstos en áreas muy vulnerables. Una breve enumeración de los factores de riesgo se muestra en la Tabla 39.38. Se ha obser- vado que estos factores de riesgo, y especialmente los relacionados con los aspectos estructurales, influyeron en las pautas de destrucción de un terremoto ocurrido en Armenia en diciembre de 1988, que ocasionó la muerte a unas 25.000 personas, afectó a 1.100.000 y destruyó o dañó gravemente 377 escuelas, 560 instalaciones sanitarias y 324 centros públicos y culturales (USAID 1989).

sábado, 15 de junio de 2013

Infraestructura sanitaria (IV)

Actualmente, la capacidad de muchos hospitales de América Latina para resistir a catástrofes sísmicas es incierta. Son muy numerosos los instalados en estructuras antiguas, algunas ellas de la época colonial española; y aunque otros muchos ocupan edificios contemporáneos de atractivo diseño arquitectónico, la laxa aplicación de las normas de construcción pone en duda su capacidad de resistencia a terremotos.

domingo, 9 de junio de 2013

Después del incidente

Algunas de las medidas de intervención que se han de adoptar inmediatamente después del incidente son:

sábado, 8 de junio de 2013

El trastorno por estrés postraumático (TEPT)

El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un síndrome psicológico concreto que puede desarrollarse después de grandes catástrofes y de casos de agresiones violentas, no sólo en las personas directamente implicadas en el incidente, sino en los testigos presenciales. Aunque suele estar relacionado con amenazas de muerte o accidentes mortales, el TEPT puede desencadenarse después de sufrir una agresión relativamente trivial, que se perciba como una amenaza de muerte (Foa y Rothbaum 1992). Los síntomas son: aparición de recuerdos y pesadillas recurrentes e intrusivos (escenas retrospectivas o flashbacks), que hacen revivir el incidente, sentimiento permanente de sobresalto y ansiedad, con tensión muscular, hiperacti- vidad autonómica, pérdida de concentración y reactividad exacerbada. Se suelen evitar consciente o inconscientemente las circunstancias que recuerdan el incidente. Aunque el período de discapacidad puede ser largo, los síntomas suelen responder a una psicoterapia de apoyo. Es posible evitarlos mediante un parte realizado lo antes posible tras el incidente, seguido de consejo psicológico a corto plazo, si es preciso (Foa y Rothbaum 1992).

viernes, 7 de junio de 2013

Efectos de la violencia en la víctima

El trauma resultante de la agresión física depende de la naturaleza del ataque y de las armas empleadas. Las víctimas suelen presentar magulladuras y cortes en las manos y en los antebrazos
si han intentado defenderse. Puesto que el rostro y la cabeza son objetivos habituales, las magulladuras y las fracturas de los huesos faciales son frecuentes y pueden causar traumas psicológicos, ya que la hinchazón y la equimosis resultan muy llamativas y tardan semanas en desaparecer (Mezey y Shepherd 1994).
Los efectos psicológicos causan más problemas que los trau- matismos, sobre todo si un trabajador sanitario ha sido agredido por un paciente. Las víctimas experimentan una pérdida de serenidad y de autoconfianza en su competencia profesional, a lo que se añade un sentimiento de culpa por haber provocado la agresión o por no haberla previsto. Persiste en ellas una cierta rabia, indiscriminada o personalizada, ante el aparente rechazo de sus bienintencionados esfuerzos profesionales y una pérdida de confianza en sí mismos, así como una desconfianza hacia sus compañeros y supervisores, que puede afectar a su rendimiento en el trabajo. Todo ello va acompañado de insomnio, pesadillas, aumento o disminución del apetito, mayor consumo de tabaco, alcohol o drogas, retraimiento social y absentismo laboral
(Mezey y Shepherd 1994).

jueves, 6 de junio de 2013

El trabajo en la asistencia sanitaria y en los servicios sociales

Además de los intentos de robo, como ya se ha indicado, el personal de asistencia sanitaria suele ser objeto de actos violentos por parte de pacientes en estado de ansiedad y con trastornos, sobre todo en departamentos de urgencias y ambulatorios, donde son frecuentes las largas esperas y el trato impersonal y donde la ansiedad y la rabia pueden desembocar en agresiones verbales o físicas. Pueden ser, asimismo, víctimas de las agresiones de fami- liares o amigos de pacientes que han sufrido un desenlace adverso que aquéllos, con razón o sin ella, atribuyen a negaciones, retrasos o errores en los tratamientos. En esos casos, pueden agredir al trabajador o trabajadores sanitarios que consideran responsable en particular, o bien pueden ejercer esa violencia de forma aleatoria contra cualquier miembro del personal del servicio médico.

miércoles, 5 de junio de 2013

Efectos no vasculares Esqueléticos

Las lesiones óseas y articulares inducidas por las vibraciones son objeto de controvertida. Diversos autores consideran que los tras- tornos de huesos y articulaciones en trabajadores que utilizan herramientas vibrantes de mano, no tienen carácter específico ni son similares a los originados por el proceso de envejecimiento y por el trabajo manual pesado. Por otra parte, algunos investigadores han comunicado que la exposición prolongada a vibraciones transmitidas a las manos puede producir alteraciones esqueléticas características en las manos, muñecas y codos. Estudios radiológicos realizados en un primer momento revelaron una alta prevalencia de vacuolas y quistes óseos en las manos y muñecas de trabajadores expuestos a vibraciones, pero otros estudios más recientes no han mostrado ningún aumento significativo con respecto a grupos de control integrados por trabajadores manuales. Se ha comunicado una prevalencia elevada de osteoartrosis de muñeca y artrosis y osteofitosis de codo en mineros del carbón, trabajadores de la construcción de carreteras y trabajadores del metal expuestos a choques y a vibración de baja frecuencia y gran amplitud producida por herramientas neumáticas de percusión. Por el contrario, hay poca evidencia de aumento de la prevalencia de trastornos óseos y articulares degenerativos en las extremidades superiores de los trabajadores expuestos a vibraciones de mediana o alta frecuencia procedentes de sierras de cadena o amoladoras. El esfuerzo físico intenso, un agarre con fuerza y otros factores biomecánicos pueden ser la causa de la mayor aparición de lesiones esqueléticas encontrada en trabajadores que utilizan herramientas de percusión. El dolor localizado, la hinchazón y la rigidez y deformidades de las articulaciones pueden estar relacionados con hallazgos radiológicos de degeneración ósea y articular. En unos cuantos países (Francia, Alemania e Italia entre ellos), se considera que los trastornos óseos y articulares que aparecen en trabajadores que utilizan herramientas de mano vibrantes, son una enfermedad de origen profesional, y los trabajadores afectados son indemnizados.

martes, 4 de junio de 2013

Perturbación de la actividad

La exposición aguda a vibraciones transmitidas a las manos puede causar un aumento temporal de los umbrales vibrotáctiles debido a una depresión de la excitabilidad de los mecanorrecep- tores de la piel. La magnitud de la variación temporal de estos umbrales, así como el tiempo de recuperación están sujetos a la influencia de distintas variables, tales como las características del estímulo (frecuencia, amplitud, duración), la temperatura y la edad y exposición anterior a la vibración del trabajador. La expo- sición al frío agrava la depresión táctil inducida por las vibra- ciones, debido a que la baja temperatura tiene un efecto vasoconstrictor en la circulación digital y reduce la temperatura de la piel de los dedos. En trabajadores expuestos a vibraciones que trabajan habitualmente en ambientes fríos, los episodios repetidos de deterioro agudo de la sensibilidad táctil puede conducir a una reducción permanente de la percepción sensorial
y a la pérdida de destreza de manipulación lo que, a su vez, puede interferir en la actividad laboral y elevar el riesgo de lesiones graves por accidentes.

lunes, 3 de junio de 2013

Efectos agudos Malestar subjetivo

La vibración es detectada por diversos mecanorreceptores de la piel, situados en los tejidos (epi)dérmicos y subcutáneos de la piel lisa y desnuda (glabra) de los dedos y manos. Tales receptores se clasifican en dos categorías —de adaptación lenta y rápida— según sus propiedades de adaptación y su campo receptor. En las unidades mecanorreceptoras de adaptación lenta se encuentran los discos de Merkel y las terminaciones de Ruffini, que responden a la presión estática y a pequeñas variaciones de pre- sión y son excitados a baja frecuencia (<16 Hz). Las unidades de adaptación rápida tienen los corpúsculos de Meissner y de Paci- nian, que responden a variaciones rápidas de los estímulos y se encargan de producir la sensación de vibración en la gama de frecuencia entre 8 y 400 Hz. La respuesta subjetiva a las vibraciones transmitidas a las manos se ha utilizado en varios estudios para obtener valores umbral, contornos de sensación equivalente
y límites de sensación desagradable o de tolerancia a los estímulos vibratorios a diferentes frecuencias (Griffin 1990). Los resultados experimentales indican que la sensibilidad humana a la vibración disminuye a medida que aumenta la frecuencia, tanto en lo que se refiere a los niveles de vibración confortables como molestos. La vibración vertical parece causar mayor malestar que la vibra- ción en otras direcciones. Se ha observado también que el malestar subjetivo está en función de la composición espectral de la vibración y de la fuerza de agarre ejercida sobre la empuñadura que vibra.

domingo, 2 de junio de 2013

Factores que influyen en la dinámica de los dedos y la mano

Cabe suponer que los efectos adversos de la exposición a las vibraciones están relacionados con la energía disipada en las extremidades superiores. La absorción de energía depende en gran medida de factores que afectan al acoplamiento del sistema dedos-mano a la fuente de vibraciones. Variaciones de la presión de agarre, fuerza estática y postura, modifican la respuesta dinámica del dedo, la mano y el brazo y, por consiguiente, la cantidad de energía transmitida y absorbida. Por ejemplo, la presión de agarre influye considerablemente en la absorción de energía y, en general, cuanto mayor es esta presión mayor es la fuerza transmitida al sistema de la mano y el brazo. Los datos de respuesta dinámica pueden suministrar infor- mación importante para valorar el potencial de las vibraciones de la herramienta para producir lesiones y para facilitar el desa- rrollo de dispositivos antivibración tales como empuñaduras
y guantes.




sábado, 1 de junio de 2013

Conclusiones Constantemente se producen daños moleculares

Constantemente se producen daños moleculares de los principales componentes celulares debidos a la exposición a la RUV pero existen mecanismos de reparación para contrarrestar la exposición de la piel y los tejidos oculares a la radiación ultravio- leta. Sólo cuando estos mecanismos de reparación se ven desbor- dados se producen lesiones biológicas agudas (Smith 1988). Por estas razones reducir la exposición a la RUV de origen profe- sional sigue siendo una importante preocupación para el personal de seguridad y salud en el trabajo.