jueves, 31 de julio de 2014

Incidencia (I)

La incidencia de mareo en un determinado entorno de movimiento depende de varios factores, en particular

• las características físicas del movimiento (su intensidad, frecuencia y dirección de actuación)
• la duración de la exposición;
• la susceptibilidad intrínseca del individuo;
• la tarea que se realiza,
• otros factores ambientales (p. ej., el olor).

No es de extrañar, por lo tanto, que la incidencia de mareo varíe ampliamente entre los diferentes entornos de movimiento. Por ejemplo: casi todos los ocupantes de lanchas salvavidas en mar agitado vomitan; el 60 % de los alumnos que se preparan para tripular aviones sufren mareo en algún momento durante su entrenamiento, mareo que en el 15 % de los casos es lo bastante intenso para perturbar su proceso de formación; en contraste, menos del 0,5 % de los pasajeros de aviones de trans- porte civiles resultan afectados, aunque la incidencia es mayor al volar a baja altitud y con turbulencia en aviones pequeños de itinerario pendular.
Estudios de laboratorio y de campo han evidenciado que en el caso del movimiento oscilatorio lineal vertical (o elevación vertical rápida), la oscilación a una frecuencia de aproximada- mente 0,2 Hz es la más provocadora de mareo (véase la Figura 50.6). Con una intensidad de oscilación (aceleración pico) dada, la incidencia de mareo disminuye con gran rapidez al aumentar la frecuencia por encima de 0,2 Hz; el potencial provocador de mareo del movimiento a 1 Hz es menos de la décima parte que a 0,2 Hz. Lo mismo sucede con el movimiento
a frecuencias inferiores a 0,2 Hz, aunque la relación entre incidencia y frecuencia no está bien definida debido a la falta de datos experimentales; desde luego, un entorno estable de 1-G y frecuencia cero no provoca mareo.

miércoles, 30 de julio de 2014

Adaptación

Con la exposición continuada o repetida a un determinado movimiento provocador de mareo, la mayoría de los individuos experimentan una reducción de la severidad de los síntomas; normalmente después de tres o cuatro días de exposición continua (por ejemplo a bordo de un barco o en un vehículo espacial) se han adaptado al movimiento y pueden realizar sus tareas habituales sin discapacidad. En relación con el modelo de
“discordancia”, esta adaptación o habituación representa el establecimiento de una nueva serie de “expectativas” en el sistema nervioso central. Ahora bien, al regresar a un entorno familiar, estas expectativas dejarán de ser adecuadas y puede que se repitan los síntomas de mareo (mareo del desembarque) hasta que se produzca la readaptación. Los individuos difieren considerable- 3 z mente en su velocidad de adaptación, en la forma de mantener ésta y en el grado en que pueden generalizar la adaptación protectora de un entorno de movimiento a otro. Lamentable- mente, una pequeña proporción de la población (probablemente alrededor del 5 %) no consigue adaptarse o lo hace con tal lentitud que continúa experimentando síntomas durante todo el período de exposición al movimiento provocador de mareo.


martes, 29 de julio de 2014

Síntomas

Ante la exposición al movimiento provocador, los signos y síntomas de mareo evolucionan en una secuencia determinada, en la que la escala temporal depende de la intensidad de los estimulos de movimiento y de la susceptibilidad del individuo. Hay, desde luego, considerables diferencias entre unos y otros indivi- duos, no solo de susceptibilidad sino también en el orden de aparición de determinados signos y síntomas, o en la total ausencia de éstos. Normalmente, el primer síntoma es malestar epigástrico, seguido de náuseas, palidez y transpiración, y suele ir acompañado de una sensación de calor corporal, aumento de la secreción de saliva y eructos (flato). Normalmente estos síntomas evolucionan con relativa lentitud, pero si continúa la exposición al movimiento se produce un rápido deterioro del bienestar y aumenta la intensidad de las náuseas, que finalmente desembocan en vómito o arcadas. El vómito puede proporcionar alivio pero lo más probable es que éste dure poco a menos que cese el movimiento.
El síndrome de mareo tiene también otras características más variables. Un síntoma de temprana aparición puede ser la alteración del ritmo respiratorio, con suspiros y bostezos, y también puede producirse hiperventilación, sobre todo en personas a quienes la causa o consecuencia de su discapacidad les provoca ansiedad. Se comunican casos de dolor de cabeza, tinnitus
(campanilleo) y vértigo, mientras que la apatía y la depresión son frecuentes en quienes padecen malestar agudo, y pueden ser de tal intensidad que lleguen a descuidarse la seguridad personal y la supervivencia. Tras el cese del movimiento provocador de mareo puede imponerse una sensación de letargo y somno- lencia, siendo éstos a veces los únicos síntomas en situaciones en las que la adaptación al movimiento inhabitual se produce sin malestar.

lunes, 28 de julio de 2014

Efectos biológicos (I)

Los riesgos profesionales que entrañan las formas de radiación visible e infrarroja para los ojos y la piel están limitados por la aversión de los ojos a la luz brillante y la sensación de dolor en la piel producida por un calentamiento radiante intenso. El ojo está bien adaptado para autoprotegerse contra lesiones por radiación óptica intensa (debidas a energía radiante ultravioleta, visible o infrarroja) procedente de la luz solar ambiental. Está protegido por una respuesta de aversión natural a la observación de fuentes de luz brillante que normalmente lo protege de lesiones por exposición a fuentes tales como el sol, las lámparas de arco y los arcos de soldadura, dado que esa aversión limita la duración de la exposición a una fracción de segundo (dos décimas aproximada- mente). No obstante, las fuentes con fuerte emisión IR sin un estí- mulo visual intenso pueden ser peligrosas para el cristalino en caso de exposición crónica. Uno también puede obligarse a mirar al sol, a un arco de soldadura o a un campo nevado y sufrir por ello una pérdida temporal (y a veces permanente) de visión. En una instalación industrial en la que hay luces brillantes a baja altura en el campo de visión, los mecanismos protectores del ojo son menos eficaces, por lo que es especialmente importante adoptar precauciones contra el riesgo.
Existen al menos cinco tipos distintos de riesgos para el ojo y la piel debidos a fuentes de luz intensa y radiación IR, y es preciso comprender cada uno de ellos para elegir las medidas protectoras. Además de los riesgos potenciales que presenta la radiación ultravioleta (RUV) de algunas fuentes de luz intensa, hay que tener en cuenta los siguientes: (Sliney y Wolbarsht 1980; OMS 1982):


domingo, 27 de julio de 2014

LUZ Y RADIACION INFRARROJA

La luz y la energía radiante infrarroja (IR) son dos formas de radiación óptica que, junto a la radiación ultravioleta, constituyen el espectro óptico. Dentro de este espectro, las distintas longitudes de onda tienen potenciales considerablemente diferentes para ocasionar efectos biológicos, por lo cual el espectro óptico puede subdividirse aún más.
El término luz debería reservarse para las longitudes de onda de energía radiante comprendidas entre 400 y 760 nm, que provocan una respuesta visual en la retina (CIE 1987). La luz es el componente esencial de la emisión de las lámparas de ilumi- nación, las pantallas de visualización y una gran variedad de dispositivos de alumbrado. A pesar de la importancia de la iluminación para la visión, algunas fuentes de luz pueden producir reacciones fisiológicas indeseadas, tales como discapa- cidad y molestias por deslumbramiento, parpadeo y otras formas de estrés ocular debido a un diseño ergonómico defi- ciente de las tareas del lugar de trabajo. La emisión de luz intensa es también un efecto secundario potencialmente peli- groso de algunos procesos industriales, como la soldadura al arco.
La radiación infrarroja (RIR, longitudes de onda de 760 nm a
1 mm) se denomina también comúnmente radiación térmica
(o calor radiante), y es emitida por todos los objetos calientes
(motores calientes, metales en fusión y otras fuentes de calor en fundiciones, superficies termotratadas, lámparas eléctricas incandescentes, sistemas de calefacción radiantes, etc). Es emitida asimismo por una gran variedad de equipos eléctricos, como motores, generadores y transformadores eléctricos y diversos equipos electrónicos.
La radiación infrarroja es uno de los factores que contribuyen al estrés por calor. Niveles elevados de temperatura y humedad ambientales y un bajo grado de circulación del aire pueden combinarse con el calor radiante y producir estrés por calor con el potencial riesgo de lesiones por calor. En ambientes más frescos, las fuentes de calor radiante molestas o mal diseñadas también pueden producir malestar, siendo ésta una considera- ción ergonómica a tener en cuenta.

sábado, 26 de julio de 2014

Conclusión Por lo general, la radiación infrarroja de las fuentes más comunes

Por lo general, la radiación infrarroja de las fuentes más comunes, tales como lámparas, o de la mayoría de las aplicaciones indus- triales, no supone ningún riesgo para los trabajadores. No obstante, en algunos lugares de trabajo puede entrañar un riesgo para la salud del trabajador. Además están aumentando rápida- mente la aplicación y utilización de lámparas con fines especiales y en procesos a alta temperatura en la industria, la ciencia y la medicina. Si la exposición a tales aplicaciones es lo bastante elevada, no pueden excluirse ciertos efectos perjudiciales (princi- palmente en los ojos pero también en la piel). Se espera que aumente la importancia de las normas sobre exposición a la radiación óptica internacionalmente reconocidas. Para proteger al trabajador de una exposición excesiva deberían ser obligatorias ciertas medidas como el apantallamiento (pantallas oculares) o la ropa protectora.
Los principales efectos biológicos adversos atribuidos a la radiación infrarroja son las cataratas, conocidas como cataratas de los sopladores de vidrio o de los operarios de hornos. La exposición de larga duración incluso a niveles relativamente bajos produce estrés por calor en el cuerpo humano. En tales condiciones de exposición deben tenerse en cuenta factores

adicionales, como la temperatura corporal y la pérdida de calor por evaporación, así como determinados factores ambientales.
En los países industrializados se han confeccionado algunas guías prácticas para informar e instruir a los trabajadores. Puede verse un compendio completo de las mismas en Sliney y Wolbarsht (1980).

viernes, 25 de julio de 2014

Medidas de protección

La protección normal más eficaz frente a la exposición a la radia- ción óptica es el confinamiento total de la fuente y de todas las vías de radiación que puedan partir de ella. En la mayoría de los casos, tales medidas permiten cumplir fácilmente los límites de exposición. De no ser así, deberá recurrirse a la protección indivi- dual. Por ejemplo, se utilizará protección ocular en forma de gafas o pantallas adecuadas, o bien ropa protectora. Si las condi- ciones de trabajo no permiten adoptar tales medidas, puede ser necesario ejercer un control administrativo y restringir el acceso a las fuentes muy intensas. En algunos casos, una medida para proteger al trabajador puede ser reducir la potencia de la fuente o bien el tiempo de trabajo (mediante pausas que le permitan recu- perarse del estrés por calor).

jueves, 24 de julio de 2014

Medición

Existen técnicas e instrumentos radiométricos que permiten analizar el riesgo para la piel y los ojos derivado de la exposición a fuentes de radiación óptica. Para caracterizar una fuente de luz convencional suele ser muy útil medir la radiancia. Para definir condiciones de exposición peligrosa a fuentes ópticas, son más importantes la irradiancia y la exposición radiante. La evaluación de fuentes de banda ancha es más compleja que la de fuentes que emiten en una sola longitud de onda o en bandas muy estrechas, ya que han de tenerse en cuenta las características espectrales y el tamaño de la fuente. El espectro de ciertas lámparas consiste en una emisión continua en una amplia banda de longitudes de onda, simultánea a la emisión en ciertas longitudes de onda indi- viduales (líneas). Si no se suma debidamente la fracción de energía de cada línea a la emisión continua, pueden introducirse considerables errores en la representación de esos espectros.
Para la evaluación del riesgo para la salud, los valores de exposición han de medirse sobre una abertura límite está debi- damente especificada en las normas de exposición. Normal- mente se considera que la abertura más pequeña posible en la práctica es de 1 mm. Las longitudes de onda superiores a
0,1 mm plantean dificultades debido a los considerables efectos de difracción que crea una abertura de 1 mm. Para esta banda de longitudes de onda se ha aceptado una abertura de 1 cm²
(11 mm de diámetro), ya que los puntos calientes en esta banda son mayores que en longitudes de onda más cortas. Para la evaluación de los riesgos retinianos, el tamaño de la abertura se determinó por el tamaño de una pupila media y de acuerdo con ello se eligió una abertura de 7 mm.
Por lo general, las mediciones en la región óptica son muy complejas. Las medidas tomadas por personal no formado pueden conducir a conclusiones carentes de validez. En Sliney y Wolbarsht (1980) puede verse un compendio detallado de proce- dimientos de medida.

miércoles, 23 de julio de 2014

DISEÑO DE PUESTOS DE TRABAJO PARA SEGURIDAD RADIOLOGICA

Características básicas del diseño de las instalaciones radiológicas
Los peligros que entrañan la manipulación y el uso de fuentes de radiación exigen características especiales de diseño y construc- ción de estas instalaciones que no se requieren en laboratorios o áreas de trabajo normales. Estas características especiales de diseño se incorporan de tal forma que los trabajadores no soporten incomodidades pero tengan la seguridad de que no están expuestos a peligros radiológicos externos o internos excesivos.
El acceso a todas las zonas en las que pueda producirse expo- sición a fuentes de radiación o a materiales radiactivos deberá estar controlado, y no sólo en relación con los trabajadores de la instalación a quienes se puede permitir la entrada en dichas áreas de trabajo, sino también con respecto al tipo de ropa o equipo protector que deben llevar y a las precauciones que deben adoptar en las zonas controladas. En la administración de estas medidas de control, sirve de gran ayuda clasificar las zonas de trabajo en función de que exista o no radiación ionizante, contaminación radiactiva o ambas. La introducción de estos conceptos clasificatorios de las zonas de trabajo en las primeras fases de la planificación permitirá que la instalación posea después todas las características necesarias para hacer menos peligrosas las operaciones con fuentes de radiación.

martes, 22 de julio de 2014

Materiales y productos de consumo de tecnología avanzada

En gran número de actividades de la vida moderna aparecen rayos X y materiales radiactivos, unos deseados y otros indesea- bles. En la Tabla 48.10 se enumeran estas fuentes de radiación.

lunes, 21 de julio de 2014

Radionucleidos producidos por máquinas

Los aceleradores de partículas pueden producir una gran variedad de radionucleidos en cantidades variables mediante reacciones nucleares. Las partículas aceleradas son protones, deuterones (núcleos de 2H), partículas alfa, mesones cargados, iones pesados y otros. Los materiales que hacen de blanco pueden ser de casi cualquier isótopo.
Los aceleradores de partículas son prácticamente la única fuente de radioisótopos emisores de positrones. (Los reactores nucleares tienden a producir radioisótopos ricos en neutrones que se desintegran por emisión de negatrones.) También se utilizan cada vez más para producir isótopos de vida corta desti- nados a aplicaciones médicas, en especial para tomografía por emisión de positrones (TEP).

domingo, 20 de julio de 2014

Radiación producida por máquinas

La utilización de rayos X en las artes curativas es la mayor fuente de exposición a la radiación producida por máquinas. Millones de sistemas de rayos X médicos están en uso en todo el mundo. La exposición media a estos sistemas de rayos X médicos depende en gran medida del acceso de una población a los servi- cios sanitarios. En los países desarrollados, la dosis efectiva media anual debida a radiación de rayos X por prescripción médica y a material radiactivo para diagnóstico y tratamiento es del orden de 1 mSv.
Los rayos X son un subproducto de la mayoría de los acelera- dores de partículas en la física de altas energías, sobre todo los que aceleran electrones y positrones. Sin embargo, un blindaje y unas medidas de seguridad adecuadas, más la escasa población en riesgo, convierten a esta fuente de exposición a la radiación en menos importante que las fuentes anteriores.

sábado, 19 de julio de 2014

Material radiactivo en el organismo

La acumulación de radionucleidos naturales en el cuerpo humano es sobre todo resultado de la inhalación e ingestión de estos materiales del aire, los alimentos y el agua. Entre estos nucleidos se encuentran radioisótopos de Pb, Po, Bi, Ra, K (potasio), C, H, U y Th. De ellos, el 40K es el contribuyente máximo. Los radionucleidos naturales depositados en el cuerpo contribuyen en unos 0,3 mSv a la dosis efectiva anual.

viernes, 18 de julio de 2014

Normas nacionales en materia de ruido (II)

La norma noruega especifica que los niveles de ruido no deben sobrepasar los 70 dBA en los ambientes de trabajo donde es necesaria la comunicación hablada. La norma alemana aboga por la reducción del ruido para la prevención de riesgos de acci- dente, y tanto Noruega como Alemania exigen un nivel de ruido máximo de 55 dBA para mejorar la concentración y prevenir el estrés durante la realización de tareas intelectuales.
Algunos países tienen normas especiales en materia de ruido para diferentes tipos de ambientes laborales. Por ejemplo, Finlandia y Estados Unidos tienen normas de ruido para cabinas de vehículos automóviles, Alemania y Japón especifican niveles de ruido para oficinas. Otros incluyen el ruido como uno de los muchos riesgos regulados en un proceso determinado. Otras normas son aplicables a tipos específicos de equipos o máquinas, como compresores de aire, sierras mecánicas y equipos de construcción.
Además, algunos países han promulgado normas específicas para regular los protectores auditivos (como la directiva comuni- taria, Países Bajos y Noruega) y los programas de conservación de la audición (como Francia, Noruega, España, Suecia y Estados Unidos).
Algunos estados utilizan enfoques innovadores para abordar el problema del ruido en el trabajo. Por ejemplo, Países Bajos tienen una norma específica para lugares de trabajo de nueva construcción, y Australia y Noruega ofrecen información a los empresarios destinada a que éstos den instrucciones a los fabri- cantes para que suministren equipos más silenciosos.
Existe poca información acerca del grado de cumplimiento de estas normas y reglamentaciones. Algunas especifican que los empresarios “deberían” tomar ciertas medidas (como en los códigos de práctica o directrices), mientras que la mayoría señalan que los empresarios “deberán”. Las normas imperativas son más susceptibles de ser obligatorias, pero varía mucho la capacidad e inclinación de cada país para obligar al cumpli- miento. Incluso dentro del mismo país, la aplicación de las normas laborales en materia de ruido pueden variar considera- blemente según el gobierno del momento.

FIN DE RUIDO

jueves, 17 de julio de 2014

Normas nacionales en materia de ruido (I)

La Tabla 47.1 indica algunas de las principales características de las normas de exposición al ruido de varios países. La mayoría de la información es actual al día de la fecha de esta publicación, pero algunas normas pueden haber sido revisadas recientemente. Se recomienda a los lectores que consulten las últimas versiones de las normas nacionales.
La Tabla 47.1 muestra claramente la tendencia de la mayoría de los países a utilizar un límite de exposición permisible (Permissible Exposure Limit, PEL) de 85 dBA, mientras que aproximadamente la mitad de las normas siguen utilizando 90 dBA para cumplir los requisitos de control técnico, tal comopermite la directiva comunitaria. La gran mayoría de los países indicados han adoptado el factor de acumulación de 3 dB, excepto Israel, Brasil y Chile, que utilizan de 5 dB con un criterio de nivel de 85 dBA. La otra excepción notable la consti- tuye Estados Unidos (en el sector civil), aunque tanto el Ejército como la Aviación han adoptado 3 dB.
Además de sus requisitos para proteger a los trabajadores de las pérdidas auditivas, varios países incluyen disposiciones para prevenir otros efectos perjudiciales del ruido. Algunos países establecen en sus reglamentaciones la necesidad de protección frente a los efectos extra-auditivos del ruido. Tanto la directiva comunitaria como la norma alemana reconocen que el ruido en el lugar de trabajo presenta un riesgo para la seguridad
y la salud de los trabajadores más allá de la pérdida auditiva, pero que los conocimientos científicos actuales sobre efectos extra-auditivos no permiten establecer niveles de seguridad precisos.

miércoles, 16 de julio de 2014

EL AIRE EN INTERIORES: IONIZACION

La ionización es una de las técnicas utilizadas para eliminar partículas del aire. Los iones actúan como núcleos de condensación para partículas pequeñas que, al aglutinarse, crecen y se preci- pitan.
La concentración de iones en espacios interiores cerrados es, como norma general y si no hay fuentes de iones adicionales, inferior a la existente en espacios abiertos. De ahí la creencia de que una mayor concentración de iones negativos mejora la calidad del aire en interiores.
Algunos estudios basados en datos epidemiológicos y en investigaciones experimentales planificadas afirman que el aumento de la concentración de iones negativos en ambientes de trabajo mejora la eficacia del trabajador y el ánimo de los empleados, mientras que los iones positivos tienen un efecto perjudicial.
Con todo, se han hecho estudios paralelos donde se demuestra que los datos sobre los efectos de la ionización negativa en la productividad de los trabajadores son incoherentes y contradic- torios. Por consiguiente, parece que todavía no es posible afirmar inequívocamente que la generación de iones negativos es realmente beneficiosa.

martes, 15 de julio de 2014

Sistemas de aire acondicionado (V)

Los problemas más frecuentes de estos tipos de sistemas son el exceso de calor o frío si el sistema no se regula para que responda a las variaciones de las cargas térmicas, o una falta de ventilación si el sistema no introduce una cantidad mínima de aire exterior para renovar el aire interior circulante. Con ello se crean ambientes interiores estancados en los que se deteriora la calidad del aire.
Los elementos básicos de todos los sistemas de aire acondicio- nado son (véase también la Figura 45.13):

• Unidades que retienen la materia sólida, habitualmente bolsas filtrantes o precipitadores electrostáticos.
• Unidades de calentamiento o enfriamiento del aire: en ellas se intercambia calor por intercambio térmico con agua fría o líquidos refrigerantes, por ventilación forzada en verano y por calefacción con bobinas eléctricas o por combustión en invierno.
• Unidades para controlar la humedad: en invierno, es posible añadir humedad inyectando directamente vapor de agua o por la evaporación directa del agua; en verano puede eliminarse por medio de bobinas refrigeradas que condensan el exceso de humedad del aire, o por medio de un sistema de agua refrige- rada por el que el aire húmedo fluye a través de una cortina de agua de gotas más frías que el punto de rocío del aire húmedo.

lunes, 14 de julio de 2014

Sistemas de aire acondicionado (IV)

En función del flujo de aire que estos sistemas bombean al interior del edificio, se clasifican de la manera siguiente:

• Volumen constante (CV, Constant Volume): estos sistemas bombean un flujo constante de aire a cada habitación. Los cambios de temperatura se efectúan calentando o enfriando el aire. Con frecuencia, estos sistemas mezclan un porcentaje de aire exterior con aire interior reciclado.
Volumen variable (VAV, Variable Air Volume): estos sistemas mantienen el confort térmico variando la cantidad de aire calentado o enfriado que suministran a cada recinto. Aunque funcionen principalmente por el principio de mezcla, también pueden combinarse con sistemas que cambien la temperatura del aire que introducen en la habitación.

domingo, 13 de julio de 2014

Sistemas de aire acondicionado (III)

En función de su cobertura, pueden clasificarse del modo siguiente:

• Sistemas para una sola zona: una unidad de tratamiento del aire sirve a varias habitaciones del mismo edificio, que tienen parecidas necesidades de calefacción, refrigeración y ventila- ción y que se regulan con un mando común (un termostato o dispositivo similar). Los sistemas de este tipo pueden acabar siendo inadecuados para proporcionar un nivel de confort adecuado para cada habitación si en el plan de diseño no se han tenido en cuenta las diferentes cargas térmicas de las habi- taciones de la misma zona. Por ejemplo, si aumenta la ocupa- ción de una habitación o si se añade iluminación u otras fuentes de calor, como ordenadores o máquinas fotocopia- doras, no previstas durante el diseño original del sistema. También puede sentirse incomodidad por los cambios

estacionales de la cantidad de radiación solar recibida por una habitación o incluso por los cambios de una habitación a otra durante la jornada.
• Sistemas para zonas múltiples: los sistemas de este tipo pueden suministrar aire a diferente temperatura y humedad a dife- rentes zonas, calentando, enfriando, humidificando o deshumi- dificando el aire de cada zona y variando el flujo de aire. Son sistemas que, aunque tengan en general una unidad de enfria- miento común y centralizada (compresor, evaporador, etc.), están equipados con diversos elementos, como dispositivos de control del flujo de aire, bobinas de calefacción y humidifica- dores. Son capaces de regular las condiciones de una habita- ción a partir de cargas térmicas específicas, que detectan por medio de sensores distribuidos en las habitaciones por toda su área de influencia.

sábado, 12 de julio de 2014

Sistemas de aire acondicionado (II)

Actualmente, los sistemas de ventilación y climatización tienden a cubrir, conjuntamente y a menudo utilizando la misma instalación, las necesidades de calefacción, refrigeración y acondicionamiento del aire de un edificio. Para los sistemas de refrigeración pueden utilizarse múltiples clasificaciones.
Según la configuración del sistema, pueden clasificarse de la manera siguiente:
• Unidades herméticamente selladas, con fluido refrigerante instalado en fábrica, que pueden abrirse y recargarse en un taller de reparación. Son las unidades de aire acondicionado utilizadas normalmente en oficinas, viviendas y similares.
• Unidades semiherméticas de tamaño medio, hechas en fábrica, de mayor tamaño que las unidades domésticas y que pueden repararse a través de aberturas diseñadas a tal efecto.
Sistemas segmentados para almacenes y grandes superficies, que constan de piezas y componentes claramente diferenciados
y físicamente separados (el compresor y el condensador están físicamente separados del evaporador y de la válvula de expan- sión). Se utilizan en grandes edificios de oficinas, hoteles, hospitales, grandes fábricas y edificios industriales.

viernes, 11 de julio de 2014

Efecto de la actividad física y el viento

Lotens y Havenith (1991) introdujeron también modificaciones, basadas en los datos publicados en la literatura, del aislamiento y la resistencia al vapor para tener en cuenta la actividad física y el viento. El aislamiento se reduce cuando la persona está sentada o de pie y esta reducción es mayor cuando mayor es el aislamiento proporcionado por la ropa. En cualquier caso, la actividad física reduce el aislamiento más que la postura, dependiendo del vigor de los movimientos. Al caminar se mueven los dos brazos y las dos piernas y el aislamiento se reduce más que cuando se monta en bicicleta, actividad en la que sólo se mueven las piernas. También en este caso, la reducción es mayor cuanto más gruesas sean las prendas de vestir. Cuanto más ligera sea la prenda, mayor será la reducción del aislamiento provocada por el viento. Tal vez esté en relación con la permeabilidad al aire de los tejidos interiores, que suelen ser prendas menos apropiadas para climas fríos.
En la Figura 42.12 se muestran algunos efectos típicos del viento y el movimiento del cuerpo en la resistencia al vapor de la ropa para la lluvia. No existe consenso en la literatura sobre la magnitud de estos efectos. La importancia de esta cuestión se refleja en el hecho de que algunas normas, como la ISO 7730 (1994), exigen que se tenga en cuenta el aislamiento resultante cuando se aplican a personas activasoa personas expuestas a un movimiento importante del aire, un requisito ignorado con frecuencia.

jueves, 10 de julio de 2014

Estimaciones con modelos articulados

Existen modelos más sofisticados para calcular el aislamiento y la resistencia al vapor de agua que los métodos antes explicados. Tales modelos calculan el aislamiento local aplicando las leyes físicas a distintas partes del cuerpo y sumando para obtener el aislamiento intrínseco de todo el cuerpo humano. Para ello, la forma del cuerpo humano se aproxima a un conjunto de cilindros articulados (Figura 42.11). El modelo de McCullough, Jones y Tamura (1989) exige obtener datos sobre cada una de las capas que componen el conjunto de prendas, especificados por segmento del cuerpo. El modelo CLOMAN de Lotens y Have- nith (1991) exige la entrada de un menor número de valores. Estos modelos tienen una exactitud similar y mejor que la de cualquiera de los otros métodos mencionados, con la excepción de la determinación experimental. No obstante, son modelos más complejos de lo que sería deseable para que fueran ampliamente utilizados.

miércoles, 9 de julio de 2014

Resistencia relativa al vapor

La resistencia a la evaporación se utiliza con menos frecuencia que Icl, ya que se han realizado pocas mediciones de Ccl (o Pcl ). Woodcock (1962) evitó este problema definiendo el índice de permeabilidad al vapor de agua i m como el cociente entre Icl y R, relacionado con el mismo cociente para una única capa de aire (este último cociente es casi constante y se conoce como constante psicrométrica S, 0,0165 K/Pa, 2,34 Km3/g o
2,2 K/torr); i m = Icl/(R•S ). Los valores típicos de i m para prendas sin revestimientos, medidos en maniquíes, varían entre 0,3 y 0,4 (McCullough, Jones y Tamura 1989). Los valores de im para tejidos superpuestos y el aire adyacente pueden medirse con relativa facilidad utilizando un calentador húmedo, pero el valor depende en realidad del flujo de aire sobre el aparato y de la reflectancia de la cabina sobre la que se instala. Algunas veces se intenta extrapolar el cociente entre R e Icl en personas vestidas obtenido de la medición de tejidos a conjuntos de prendas de vestir (DIN 7943-2 1992). Es un proceso que plantea dificultades técnicas, entre otras cosas porque R es sólo proporcional al componente convectivo de Icl, de manera que tienen que realizarse cuidadosas correcciones para tener en cuenta la transferencia de calor radiante. Otra razón es que el aire atra- pado entre capas superpuestas de distintas prendas de vestir y un único traje puede ser diferente. De hecho, la difusión de vapor y la transferencia de calor se tratan mejor por separado.

martes, 8 de julio de 2014

Estimación de la resistencia al vapor

La resistencia al vapor de un conjunto de prendas de vestir es la suma de la resistencia de la capas de aire y las capas de ropa. Normalmente, el número de capas varía según la parte del cuerpo y la mejor estimación es la media ponderada de las distintas partes del cuerpo, incluida la piel expuesta a la intemperie.

lunes, 7 de julio de 2014

Factor de la superficie cubierta por la ropa

Para calcular el aislamiento total tiene que estimarse fcl (véase el recuadro de la pág. 42.24). Una estimación experimental práctica consiste en medir la superficie cubierta por la ropa, introduciendo correcciones para tener en cuenta las prendas superpuestas, y dividir por la superficie cutánea total (DuBois y DuBois 1916). Otras estimaciones de distintos estudios demuestran que fcl aumenta linealmente con el aislamiento intrínseco.

miércoles, 2 de julio de 2014

Modificaciones del lugar de trabajo para reducir los delitos (I)

Las orientaciones dadas por la policía o por expertos en seguridad privada pueden sugerir cambios en los procedimientos de que lo hagan menos atractivo como objeto de intentos de robo. El Departamento de Justicia Penal de Virginia, en Estados Unidos, ha recurrido al modelo Prevención de delitos mediante el diseño medioambiental (CPTED), desarrollado por un consorcio de las escuelas de arquitectura del Estado, que propone: modificar la iluminación y la decoración interior y exterior, con especial aten- ción a las zonas de aparcamiento, huecos de escaleras y servicios; situar las zonas de venta y salas de espera de forma que sean visi- bles desde la calle; utilizar cajas de seguridad con buzón o cajas fuertes con sistema de apertura retardada para guardar el dinero; instalar sistemas de alarma, monitores de televisión y otros equipos de seguridad (Malcan 1993). El modelo CPTED se ha aplicado con éxito en establecimientos de productos de gran consumo, en bancos (sobre todo en cajeros automáticos en funcionamiento las 24 horas del día), en colegios y universidades, así como en el metropolitano de Washington, DC.
En la ciudad de Nueva York, donde los robos y asesinatos de taxistas son relativamente frecuentes en comparación con otras grandes ciudades, la Taxi and Limousine Commission elaboró un reglamento que obligaba a instalar una mampara transpa- rente antibalas entre el conductor y los pasajeros del asiento trasero, una plancha antibalas en el respaldo del asiento del conductor y una luz exterior de socorro que el conductor puede encender pero no es visible desde el interior del vehículo (NYC/TCL 1994). (Se ha disparado la cifra de lesiones en la cabeza y en el rostro de los pasajeros de los asientos traseros que, al no haberse abrochado el cinturón de seguridad, salían despe- didos hacia adelante cuando el taxi paraba bruscamente).

martes, 1 de julio de 2014

Evaluación de riesgos

Una inspección del lugar de trabajo, complementado por el análisis de incidentes previos o de información recogida en encuestas realizadas a los trabajadores permitirá que un experto evalúe los factores de riesgo de violencia y sugiera intervenciones preventivas oportunas. El análisis del estilo directivo y de supervi- sión imperante, así como de la organización del trabajo, revela si existen altos niveles de estrés laboral que puedan provocar violencia. El análisis de las interacciones con los clientes o pacientes pone de manifiesto características que pueden generar ansiedad, frustración o rabia innecesarias y provocar reacciones violentas.