domingo, 31 de agosto de 2014

Efectos biológicos (III)

Lesión fotoquímica de la retina por luz azul (riesgo asociado principalmente con la luz azul de 400 nm a 550 nm de longitud de onda) (Ham 1989). Esta lesión se denomina comúnmente fotorretinitis por “luz azul” y una forma espe- cial de ella recibe el nombre de retinitis solar debido a la fuente que la produce. La retinitis solar recibió en tiempos la deno- minación de “ceguera de los eclipses” con la correspondiente
“quemadura retiniana”. Sólo en los últimos años se ha descu- bierto que la fotorretinitis obedece a un mecanismo de lesión fotoquímico consecutivo a la exposición de la retina a longi- tudes de onda cortas del espectro visible, concretamente la luz violeta y azul. Hasta el decenio de 1970 se creía que obedecía a un mecanismo de lesión térmico. En contraste con la luz azul, la radiación IRA es muy poco eficaz como productora de lesiones retinianas (Ham 1989; Sliney y Wolbarsht 1980).

sábado, 30 de agosto de 2014

Efectos biológicos (II)

Lesión térmica de la retina, que puede producirse a longi- tudes de onda de 400 nm a 1400 nm. Normalmente el peligro de este tipo de lesión solo lo plantean los láseres, una fuente de arco de xenón muy intensa o un hongo nuclear. La quemadura local de la retina produce un punto ciego (esco- toma).

viernes, 29 de agosto de 2014

Planificación de instalaciones radiológicas (I)

Cuando se prevea una gradación de niveles de actividad, el labo- ratorio deberá estar situado de manera que el acceso a las zonas donde existan niveles elevados de radiación o de contaminación radiactiva tenga que ser gradual; es decir, que se entre primero a una zona sin radiación, después a otra de baja actividad, a conti- nuación a otra de actividad media, etc.
Puede evitarse la necesidad de controles de ventilación complejos en laboratorios pequeños si se utilizan campanas o cajas con guantes para manipular fuentes no selladas de material radiactivo. Pero el sistema de ventilación debe diseñarse de manera que facilite la circulación del aire en una dirección, de forma que el material radiactivo que pueda quedar suspendido en el aire se aleje del trabajador expuesto. La circulación del airedebe ser siempre desde una zona no contaminada hacia otra contaminada o que pueda estarlo.
Para la manipulación de fuentes no selladas de radiactividad baja o media, la velocidad media del aire por la abertura de la campana deberá ser de unos 0,5 ms–1. Si la radiotoxicidad es elevada o el nivel de radiactividad alto, la velocidad del aire por la abertura deberá aumentarse hasta una media de 0,6 a
1,0 ms–1. Ahora bien, se tendrá en cuenta que una velocidad excesiva del aire puede extraer materiales radiactivos de conte- nedores abiertos y contaminar toda la zona de la campana.



jueves, 28 de agosto de 2014

Emplazamiento de una instalación radiológica en un edificio

Cuando una instalación radiológica forma parte de un edificio grande, se deben aplicar los criterios siguientes en el momento de decidir su emplazamiento:

• La instalación radiológica debe situarse en una parte poco frecuentada del edificio, de manera que el acceso a la zona pueda controlarse con facilidad.
• El riesgo de incendio debe ser mínimo en la zona elegida.
• El emplazamiento de la instalación radiológica y de la calefac- ción y ventilación deben ser tales que sean mínimas las posibili- dades de difusión superficial y aérea de la contaminación radiactiva.
• El emplazamiento de la instalación radiológica debe elegirse con buen juicio, de manera que con un gasto mínimo en blin- daje, los niveles de radiación puedan mantenerse dentro de los límites establecidos en la proximidad inmediata.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Clasificación de las zonas de trabajo y los tipos de laboratorio (III)

La Tabla 48.12 describe los laboratorios por su tipo y pone ejemplos de cada uno de ellos. En la Tabla 48.13 se muestran los tipos de laboratorios junto con la clasificación de las zonas de trabajo y del control del acceso (OIEA 1973).
Los peligros que se derivan del trabajo con material radiactivo no sólo dependen del nivel de radiotoxicidad o de toxicidad química y de la actividad de los radionucleidos, sino también de la forma física y química del material radiactivo y de la natura- leza y complejidad de la operación o de los procedimientos que se realizan.

martes, 26 de agosto de 2014

Clasificación de las zonas de trabajo y los tipos de laboratorio (II)

Los laboratorios pueden dividirse en tres tipos amplios basán- dose en consideraciones relativas a la radiotoxicidad, en las cantidades de materiales radiactivos que se manipularán en la zona de trabajo y en el tipo de operaciones que se realizan.

lunes, 25 de agosto de 2014

Clasificación de las zonas de trabajo y los tipos de laboratorio (I)

La base de la clasificación de la zona de trabajo es la agrupación de los radionucleidos según sus radiotoxicidades relativas por unidad de actividad. En el grupo I deben entrar los radionu- cleidos de toxicidad muy alta, en el grupo II los de toxicidad moderada a alta, en el grupo III los radionucleidos de toxicidad moderada y en el grupo IV los de toxicidad baja. La Tabla 48.11 muestra la clasificación de numerosos radionucleidos por grupos de toxicidad.

domingo, 24 de agosto de 2014

Medición de iones

Los dispositivos medidores de iones se fabrican colocando dos placas conductivas con una separación entre ellas de 0,75 cm y aplicando una tensión variable. Los iones recogidos se miden con un picoamperímetro y se registra la intensidad de la corriente. Las tensiones variables permiten la medición de concentraciones de iones de diferente movilidad. La concentración de iones (N) se calcula a partir de la intensidad de la corriente eléctrica generada utilizando la fórmula siguiente:

N = I/(VqA)

donde I es la corriente en amperios, V es la velocidad del aire, q es la carga de un ion univalente (1,6  10–19) en culombios A es el área efectiva de las placas colectoras. Se presupone que todos los iones tienen una carga simple y que todos ellos quedan retenidos en el colector. Hay que tener en cuenta que este método tiene sus limitaciones debido a la corriente de fondo y a la influencia de otros factores, como la humedad y los campos de electricidad estática.

sábado, 23 de agosto de 2014

Generadores de iones

Los generadores ionizan el aire, con lo que suministran una gran cantidad de energía que puede proceder de una fuente de radia- ción alfa (como el tritio) o de una fuente de electricidad por apli- cación de una alta tensión a un electrodo de punta afilada. Las fuentes radiactivas están prohibidas en la mayoría de los países debido a sus problemas secundarios de radiactividad.
Los generadores eléctricos consisten en un electrodo aguzado rodeado por una corona; el electrodo recibe una tensión nega- tiva de miles de voltios y la corona se pone a masa. Los iones negativos son expulsados mientras que los positivos son atraídos hacia el generador. La cantidad de iones negativos generados aumenta en proporción a la tensión aplicada y al número de electrodos que contiene. Los generadores con mayor número de electrodos y que utilizan una tensión más baja son más seguros, porque cuando la tensión excede de 8.000 a 10.000 voltios, el generador no sólo produce iones, sino también ozono y algunos óxidos nitrosos. La diseminación de iones se consigue por repul- sión electrostática.
La migración de iones dependerá de la alineación del campo magnético generado entre el punto de emisión y los objetos que lo rodean. La concentración de los iones que rodean a los gene- radores no es homogénea y disminuye significativamente cuanto más lejos están de ellos. La instalación de ventiladores en estos equipos aumentará la zona de dispersión iónica. Conviene recordar que es preciso limpiar periódicamente los elementos activos de los generadores para asegurar su correcto funcionamiento.
Los generadores también pueden funcionar por atomización de agua, efectos termoeléctricos o rayos ultravioleta. Existen generadores de muchos tipos y tamaños. Pueden instalarse en techos y paredes o colocarse en cualquier sitio si son pequeños y portátiles.

viernes, 22 de agosto de 2014

Concentraciones de iones en el ambiente

Las concentraciones de iones varían según las condiciones ambientales y meteorológicas. En zonas con poca contaminación, como bosques y montañas, o en lugares situados a gran altitud, aumenta la concentración de iones pequeños; en zonas próximas
a fuentes radiactivas, saltos de agua o rápidos fluviales, las concentraciones pueden alcanzar miles de iones pequeños por centímetro cúbico. Por otra parte, en las proximidades del mar y cuando los niveles de humedad son altos, existe un exceso de iones grandes. En general, la concentración media de iones nega- tivos y positivos en aire limpio es de 500 y 600 iones por centí- metro cúbico respectivamente.
Algunos vientos pueden transportar grandes concentraciones de iones positivos: el föehn en Suiza, el Santa Ana en Estados Unidos, el siroco en Africa del Norte, el chinook en las Montañas Rocosas y el sharav en Oriente Medio.
En lugares de trabajo donde no hay factores de ionización significativos suele haber una acumulación de iones grandes. En especial, por ejemplo, en lugares herméticamente cerrados y en minas. La concentración de iones negativos disminuye bastante en espacios cerrados y en áreas contaminadas o polvorientas. Existen muchas razones por las que también se reduce la concentración de iones negativos en espacios interiores con sistemas de aire acondicionado. Una de ellas es que los iones negativos permanecen atrapados en conducciones y filtros de aire o son atraídos a superficies con carga positiva. Así, las pantallas de rayos catódicos y los monitores de ordenador tienen una carga positiva que crea en sus proximidades un microclima deficiente en iones negativos. Los sistemas de filtración de aire diseñados para “salas blancas”, que requieren que los niveles de contaminación con partículas se mantengan al mínimo, también parecen eliminar los iones negativos.
Por otra parte, un exceso de humedad condensa los iones, mientras que una falta de ella crea ambientes secos con grandes cargas electrostáticas. Tales cargas se acumulan en plásticos y fibras sintéticas, tanto en la habitación como en las personas.

jueves, 21 de agosto de 2014

Ionización artificial

La actividad humana modifica la ionización natural del aire. Los procesos industriales y nucleares y los incendios pueden provocar ionización artificial. Las partículas suspendidas en el aire favo- recen la formación de iones de Langevin (iones agregados en partículas). Los radiadores eléctricos aumentan considerable- mente la concentración de iones positivos. Los aparatos de aire acondicionado también aumentan la carga espacial del aire interior.
Los lugares de trabajo tienen maquinaria que produce iones positivos y negativos al mismo tiempo, como en el caso de las máquinas que son importantes fuentes locales de energía mecá- nica (prensas, máquinas hiladoras y tejedoras), energía eléctrica (motores, impresoras electrónicas, fotocopiadoras, instalaciones
y líneas de alta tensión), energía electromagnética (pantallas de rayos catódicos, televisores, monitores de ordenador) o energía radiactiva (terapia con cobalto-42). Son equipos que crean ambientes con mayores concentraciones de iones positivos debido a la mayor vida media de estos últimos en compara- ción con los iones negativos.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Ionización natural

Las moléculas individuales de gas en la atmósfera pueden ioni- zarse negativa o positivamente ganando o perdiendo respectiva- mente un electrón. Para que esto ocurra, primero es necesario que una molécula determinada adquiera energía suficiente —que habitualmente recibe el nombre de energía de ionización de esa molécula en particular—. En la naturaleza existen muchas fuentes de energía, de origen tanto cósmico como terrestre, capaces de producir este fenómeno: la radiación de fondo en la atmósfera; las ondas solares electromagnéticas (especialmente las ultravioletas), los rayos cósmicos, la atomización de líquidos —como la producida por los saltos de agua—, el movimiento de grandes masas de aire sobre la superficie de la tierra, fenómenos eléctricos como los rayos y las tormentas, el proceso de combus- tión y las sustancias radiactivas.
Las configuraciones eléctricas de los iones así formados, aunque todavía no se conocen por completo, parecen incluir los iones de la carbonatación y H+, H3O+, O+, N+, OH–, H2O– y O–2. Tales moléculas ionizadas pueden agregarse por adsorción a partículas suspendidas (niebla, sílice y otros contaminantes). Los iones se clasifican por su tamaño y movilidad. Esta última se define como la velocidad en un campo eléctrico y se expresa en centímetros por segundo por tensión por centímetro
(cm/s/V/cm), también expresado:

cm²/Vs

Los iones atmosféricos tienden a desaparecer por recombinación. Su vida media depende de su tamaño y es inversamente propor- cional a su movilidad. Los iones negativos son estadísticamente más pequeños y su vida media es de varios minutos, mientras que los iones positivos son más grandes y su vida media es de aproxi- madamente media hora. La carga espacial es el cociente de la concentración de iones positivos y de la concentración de iones negativos. El valor de esta relación es mayor que uno y depende de factores como el clima, la ubicación y la estación del año. En los espacios donde vive el ser humano, este coeficiente puede tener valores menores que uno. En la Tabla 45.14 se muestran las características.

martes, 19 de agosto de 2014

Simulación dinámica

Desde principios de siglo se han desarrollado numerosas normas e índices para clasificar las prendas de vestir y los climas. Casi todos ellos se referían a estados estables, condiciones en las que el clima y el trabajo se mantienen el tiempo suficiente como para que la persona conserve una temperatura corporal constante.

Hoy en día es raro que se produzca, como consecuencia de la mejora de las condiciones de trabajo y la medicina del trabajo. La atención se centra ahora en las exposiciones cortas a circunstan- cias extremas, casi siempre como consecuencia de una política calamitosa en materia de prendas protectoras.
Por ello son necesarias las simulaciones dinámicas de la trans- ferencia de calor a través de la ropa y el estrés térmico del portador (Gagge, Fobelets y Berglund 1986). Pueden realizarse con modelos informáticos dinámicos en un escenario concreto. Entre los modelos más sofisticados que existen en la actualidad destaca el THDYN (Lotens 1993), que permite una gran diver- sidad de especificaciones de prendas de vestir y que ha sido actualizado para considerar las características individuales de la persona simulada (Figura 42.13). En el futuro tendrán que proponerse nuevos modelos, pero lo que realmente se necesita es una evaluación experimental más amplia y la aplicación de esos modelos por parte de los expertos. Los modelos dinámicos basados en la termofísica y la transferencia de masas incorporan todos los mecanismos de transferencia de calor y sus interac- ciones (absorción de vapor, calor de fuentes radiantes, condensa- ción, ventilación, acumulación de humedad, etc.) para una gran variedad de prendas de vestir, incluidas las de diario, de trabajo
o protectoras.

lunes, 18 de agosto de 2014

Condensación

La ropa puede humedecerse por condensación del sudor evaporado en una determinada capa. La condensación se produce cuando la humedad es mayor de lo que permite la temperatura local. En climas calurosos, esto ocurre general- mente en el interior del tejido exterior, mientras que en climas de frío extremo ocurre incluso en las capas más profundas. La condensación hace que se acumule humedad, pero también aumenta la temperatura, como ocurre con la absorción. No obstante, la diferencia entre condensación y absorción es que ésta es un proceso que dura poco, mientras que la condensación puede prolongarse mucho más tiempo. La transferencia de calor latente durante la condensación puede realizar una importante contribución a la termolisis, un efecto no siempre deseable. La acumulación de humedad es en la mayoría de los casos una desventaja, debido a las molestias que produce y al riesgo de un enfriamiento tardío. En caso de intensa condensación, el líquido puede alcanzar de nuevo la piel y evaporarse otra vez. Es un ciclo que funciona como un tubo isotérmico y puede reducir considerablemente el aislamiento proporcionado por la ropa interior.

domingo, 17 de agosto de 2014

Absorción de agua

La retención de agua en los tejidos, muchas veces confundida con la absorción de vapor, obedece a reglas diferentes. El agua libre se une débilmente a los tejidos y se difunde en todas las direcciones
a través de capilares. Es un proceso conocido como “mecha”. La transferencia de líquido de una capa a otra tiene lugar sólo en tejidos húmedos y bajo presión. La ropa puede humedecerse por el sudor no evaporado (superfluo) que se absorbe de la piel. El contenido de líquido de un tejido puede ser elevado y su evaporación posterior pone en peligro el equilibrio térmico. Suele ocurrir durante los períodos de descanso después de un trabajo intenso y se conoce como enfriamiento tardío. La capacidad de retención de líquido de los tejidos depende más de la construc- ción del tejido que de la capacidad de absorción de la fibra, y en la práctica es normalmente suficiente con que absorba el sudor superfluo.

sábado, 16 de agosto de 2014

Capacidad de absorción de vapor

La capacidad de absorción de un tejido depende del tipo de fibra
y de la masa de tejido. La masa absorbida es aproximadamente proporcional a la humedad relativa, aunque mayor por encima del 90 %. La capacidad de absorción (llamada recuperación ) se expresa como la cantidad de vapor de agua que absorben 100 g de fibra seca con una humedad relativa del 65 %. Los tejidos
pueden clasificarse de la siguiente manera:
• absorción pequeña: tejidos acrílicos, poliéster (entre 1 y 2 g por
100 g)
• absorción intermedia: nylon, algodón, acetato (entre 6 y 9 g por
100 g)
• absorción grande: seda, lino, cáñamo, rayón, yute, lana (entre 11 y
15 g por 100 g).

viernes, 15 de agosto de 2014

Control de la humedad Efectos de la absorción de humedad

Cuando los tejidos pueden absorber vapor de agua, como es el caso de la mayoría de las fibras naturales, la ropa actúa como un regulador del vapor. Tal propiedad altera la transferencia de calor cuando se pasa de un ambiente a otro. Cuando una persona que lleva ropa no absorbente pasa de un ambiente seco a un ambiente húmedo, la evaporación de sudor se reduce brusca- mente. Si utiliza ropa higroscópica, el tejido absorbe vapor y el cambio en la evaporación se produce de manera gradual. Al mismo tiempo, el proceso de absorción libera calor al tejido, aumentando su temperatura. De esta forma se reduce la transfe- rencia de calor seco desde la piel. En una primera aproximación, ambos efectos se anulan entre sí, de manera que la transferencia total de calor no experimenta cambios. La diferencia con los trajes no higroscópicos es el cambio más gradual en la evapora- ción del sudor en la piel y, por consiguiente, un menor riesgo de acumulación de sudor.

martes, 12 de agosto de 2014

EL MEDIO AMBIENTE Y EL MUNDO • DEL TRABAJO: UN CONCEPTO INTEGRAL DEL DESARROLLO SOSTENIBLE, EL MEDIO AMBIENTE Y EL MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO (III)

Las prioridades de la política ambiental aplicada en los países industrializados han seguido una evolución muy semejante, desde las medidas de control hasta las estrategias de prevención, si bien esta transición se ha realizado en un período mucho más breve que en el caso de la salud y seguridad en el trabajo. En un principio, la conciencia ambiental se limitaba a la preocupación por la “contaminación” La atención se centraba principalmente en las emisiones a la atmósfera, al suelo y al agua generadas por los procesos productivos. Por consiguiente, las medidas de respuesta solían basarse en unas estrategias centradas en “el último eslabón de la cadena”, en las que se abordaba el problema de las emisiones locales. Por citar sólo un ejemplo, esta estrecha visión del problema inspiró soluciones como la construc- ción de chimeneas más altas que, en lugar de eliminar la conta- minación, la diseminaban a mucha mayor distancia de la planta emisora y de la comunidad local. Aunque estas soluciones resul- tasen satisfactorias para la comunidad local y los trabajadores que vivían y trabajaban en ella, se provocaban nuevos problemas ambientales, como el de la contaminación a larga distancia e, incluso, internacional, que en algunos casos provoca la denomi- nada “lluvia ácida”. Cuando los efectos secundarios de las estra- tegias centradas en el “ultimo eslabón de la cadena” se hicieron patentes, pasó bastante tiempo antes de que algunos responsables aceptasen que la solución de elevar la altura de las chimeneas tenía otras consecuencias gravemente negativas. El siguiente paso de este proceso de innovación consistió en instalar un complejo sistema de filtrado que bloquease las emisiones nocivas antes de que abandonasen la chimenea. Como se evidencia en este ejemplo, el interés de los responsables de la formulación de políticas se centraba más en la adopción de medidas de control de las emisiones que en la prevención de éstas. Hoy, en cambio, se asiste a un esfuerzo creciente por prevenir las emisiones a través del empleo de nuevos combustibles y de la mejora de las tecnologías de combustión, así como de la modificación de los propios procesos productivos mediante la implantación de las denominadas tecnologías productivas “limpias”.
Esta filosofía de prevención —que precisa, asimismo, un enfoque más global tiene, al menos, cuatro ventajas sustan- ciales para el mundo del trabajo y el medio ambiente.-

lunes, 11 de agosto de 2014

EL MEDIO AMBIENTE Y EL MUNDO • DEL TRABAJO: UN CONCEPTO INTEGRAL DEL DESARROLLO SOSTENIBLE, EL MEDIO AMBIENTE Y EL MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO (II)

Como el presente artículo se ha destinado específicamente a esta edición de la Enciclopedia de la salud y seguridad en el trabajo, no se ha concebido como un estudio exhaustivo de los problemas de salud y seguridad industrial asociados al medio ambiente, muchos de los cuales se tratan en otros capítulos de la Enciclopedia. De hecho, la salud y seguridad en el trabajo forma parte integrante de la actividad “ambiental” de toda empresa. Esto no implica que la protección del medio ambiente y la salud y seguridad en el trabajo sean perfectamente compatibles y mutuamente condicionantes en todos los casos; a veces, incluso, pueden resultar antagónicas. No obstante, el objetivo debe ser siempre encontrar los medios de proteger simultáneamente la salud y seguridad de los trabajadores y el medio ambiente general y evitar soluciones que impliquen la necesidad de optar por una u otro. La determinación de los problemas ambientales y las medidas de respuesta ha llevado con demasiada frecuencia a la formulación de falsas dicotomías: protección del medio ambiente o seguridad de los trabajadores, o seguridad ambiental contra seguridad en el puesto de trabajo. Si bien es cierto que tales contradicciones se pueden suscitar en casos muy específicos y atípicos, en la mayoría de los casos se hace imprescindible encontrar un equilibrio y diseñar una serie de estrategias a largo plazo para satisfacer ambos objetivos. Se infiere de esto que la colaboración entre la empresa y los trabajadores es una condi- ción imprescindible para mejorar los resultados de la política ambiental y de salud y seguridad en el trabajo.
Esta percepción del medio ambiente y del mundo del trabajo se expone especialmente de relieve si se considera que la actua- ción en materia de salud y seguridad en el trabajo debe orien- tarse más a la prevención que a una simple política de control y corrección. La prevención es un concepto fundamental para la futura mejora de la salud y seguridad en el trabajo y el medio ambiente. En los inicios del siglo XX, la política de salud y segu- ridad en el trabajo de los países industrializados solía inspirarse en una preocupación simplista por el control, esto es, por la protección de los trabajadores contra los riesgos para la salud y la seguridad. Se hacía hincapié en diseñar soluciones que limi- tasen los accidentes introduciendo en la maquinaria mejoras como, por ejemplo, la colocación de dispositivos de protección. A medida que aumentaban nuestros conocimientos de los efectos para la salud de la exposición de los trabajadores a deter- minados productos y sustancias químicas, la reacción “lógica” solía consistir, primero, en proteger al trabajador contra la expo- sición a esos agentes mejorando los sistemas de ventilación o colocando dispositivos de protección. Si bien se produjeron desde un principio importantes excepciones, particularmente en los países industrializados, sólo en los últimos decenios se ha observado un incremento notable del interés de diversos sectores industriales clave por eliminar o reemplazar los productos y sustancias químicas tóxicas o peligrosas por otros que sean sensi- blemente menos perjudiciales. Es de destacar que este hincapié en la prevención de las emisiones o en el empleo de determi- nados productos químicos ha crecido de forma paralela a la conciencia y la participación del público en la solución de los problemas ambientales. En el marco de esta nueva conciencia ambiental se han puesto de relieve las consecuencias, tanto inmediatas como mediatas, de la degradación del medio ambiente para nuestras economías y nuestras sociedades. Esta mayor sensibilización del público respecto al medio ambiente parece haber contribuido también a vigorizar el actual interés de los trabajadores por colaborar con las empresas en la mejora de la salud y seguridad en el trabajo. No obstante, es absolutamente evidente —sobre todo en los países en desarrollo y en las econo- mías en transición— que el trabajo más riguroso realizado hasta la fecha en relación con el medio ambiente y la salud y segu- ridad en el trabajo constituyen únicamente la punta del iceberg de los problemas ambientales y de higiene y seguridad industrial existentes en el planeta.

domingo, 10 de agosto de 2014

EL MEDIO AMBIENTE Y EL MUNDO • DEL TRABAJO: UN CONCEPTO INTEGRAL DEL DESARROLLO SOSTENIBLE, EL MEDIO AMBIENTE Y EL MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO (I)

Los profesionales de la salud y seguridad en el trabajo saben mejor que nadie que, si investigamos el origen de la mayor parte de los principales problemas que afectan a nuestro medio ambiente, llegamos al lugar de trabajo. De modo similar, las graves consecuencias de algunos productos y sustancias químicas para la salud y seguridad actúan como un sistema de alerta precoz de las posibles consecuencias para la salud ambiental más allá del lugar de trabajo.
A pesar de la evidente asociación entre el medio ambiente de trabajo y el medio ambiente general, muchos gobiernos, empresas y trabajadores continúan reaccionando a las causas y consecuencias de los problemas del medio ambiente laboral y general de forma acusadamente aislada y desigual. (Dada la importancia de distinguir entre el medio ambiente de trabajo y la dimensión ambientalmente más amplia que se expresa mediante adjetivos como físico, general o externo, en el presente artículo se empleará la expresión medio ambiente de trabajo para identificar globalmente a los problemas ambientales y de salud y seguridad que se suscitan en el lugar de trabajo, y la denomina- ción medio ambiente para designar los problemas ambientales que se producen más allá del lugar de trabajo). El objetivo del artí- culo es llamar la atención del lector hacia las importantes ventajas que pueden derivarse de reaccionar ante los problemas ambientales —dentro y fuera del lugar de trabajo— con crite- rios más integrales y estratégicos. Esto no sólo vale para los países industrializados —que han realizado progresos considera- bles en relación, tanto con la salud y seguridad en el trabajo, como con el medio ambiente—, sino también para los países en desarrollo y las economías en transición, que tienen todavía por delante un problema mucho más vasto y agobiante.

sábado, 9 de agosto de 2014

PANORAMA: LA SALUD Y LA SEGURIDAD EN EL TRABAJO Y EL MEDIO AMBIENTE: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA (II)

En el presente capítulo se describen algunas de las políticas y herramientas más eficaces en la solución de los problemas y difi- cultades ambientales y de salud y seguridad en el trabajo, aunque no sería exacto afirmar que la aplicación de estas polí- ticas y técnicas está universalmente extendida. Es importante, sin embargo, que los profesionales de la salud y seguridad en el trabajo de todo el mundo enriquezcan sus conocimientos de estas políticas y herramientas como requisito de la generaliza- ción de su aplicación y su adaptación práctica a distintas condi- ciones económicas y sociales.
En el primer artículo del presente capítulo se examinan some- ramente las relaciones entre la salud y seguridad en el trabajo y el medio ambiente, las políticas y los problemas laborales asociados al medio ambiente general y al concepto de “desa- rrollo sostenible”. Este concepto se convirtió en el principio rector de la Agenda XXI, esto es, el plan de actuación para el siglo XXI aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992. La vieja concepción simplista —y absolutamente errónea— de que no sólo era posible, sino también imprescindible, separar los problemas —y las respuestas— que se producen en el lugar de trabajo de los que se plantean fuera de los límites de la empresa se ha difuminado bastante. De hecho, hoy en día, tanto los trabaja- dores como las empresas y sus organizaciones representativas han empezado a reconocer expresamente que los muros de la empresa son todo menos impermeables a los efectos de las polí- ticas que se aplican y los problemas que se producen a ambos lados de esos muros.
En vista del reconocimiento generalizado de que los problemas de salud y seguridad en el trabajo se han abordado en el pasado de forma excesivamente aislada, en el presente capí- tulo se exponen de forma sucinta diversas cuestiones de política ambiental que pueden clarificar las ideas y facilitar la actividad de los profesionales de la salud y seguridad en el trabajo. Dos de los artículos del capítulo están dedicados al ordenamiento legal del medio ambiente y en ellos se describe su situación actual por lo que respecta a la rápida expansión de la respuesta legislativa en los ámbitos nacional e internacional a los actuales problemas y cuestiones ambientales.
En cuatro de los artículos del capítulo se examinan algunas de las principales herramientas de política ambiental que actual- mente se utilizan para mejorar los resultados de la actuación ambiental, no sólo en la industria, sino en la totalidad de los sectores económicos y en todas las sociedades. En estos artículos se examinan la evaluación de impacto ambiental, el análisis de los ciclos vitales, la evaluación y comunicación de riesgos y la auditoría ambiental. En la última sección del presente capítulo se ofrecen dos dimensiones de la prevención y el control de la contaminación: una de ellas tiende a convertir la prevención de la contaminación en una de las prioridades de la empresa; la otra consiste en la perspectiva sindical de la prevención de la contaminación y en el desarrollo de técnicas productivas limpias. El objetivo general del presente capítulo es brindar al lector una perspectiva y una percepción más amplias de la creciente relación entre la salud y seguridad en el trabajo y el medio ambiente de trabajo, de una parte, y los problemas ambientales que trascienden el lugar de trabajo, de otra. Es previsible que una mayor conciencia de esta vinculación produzca un inter- cambio de experiencia e información más amplio y efectivo entre los profesionales en la salud y seguridad en el trabajo y los expertos en el medio ambiente, con objeto de acrecentar nuestra capacidad de responder a los retos que se plantean en el lugar de trabajo y más allá.

viernes, 8 de agosto de 2014

PANORAMA: LA SALUD Y LA SEGURIDAD EN EL TRABAJO Y EL MEDIO AMBIENTE: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA (I)


La presente es la primera edición de la Enciclopedia de la salud y seguridad en el trabajo en la que se ha querido expresamente abarcar las cuestiones ambientales que afectan a esta materia. En el presente capítulo se ponen de relieve diversos aspectos fundamentales de la política ambiental que se asocian crecientemente a la salud y seguridad en el trabajo. Otros capítulos dedicados a los problemas del medio ambiente son Riesgos ambientales para la salud
y Control de la contaminación ambiental. Además, se ha tenido un especial cuidado en dedicar algunas secciones al medio ambiente en cada uno de los capítulos consagrados a los principales sectores industriales. Al considerar inicialmente la pertinencia de integrar las cuestiones ambientales en el contenido de la Enciclo- pedia, existía el objetivo, muy limitado, de incluir un único capí- tulo que fuese de utilidad como fuente de “remisión y consulta” y mostrase la creciente asociación de los problemas ambientales con el medio ambiente de trabajo y la salud y seguridad en el trabajo. Como la OIT ha venido repitiendo desde hace más de veinte años, el medio ambiente de trabajo y el entorno general constituyen las “dos caras de la misma moneda”.
Sin embargo, no es menos evidente que la dimensión e impor- tancia de las dificultades que esta “moneda de dos caras” plantea a los trabajadores de todo el mundo se han infravalo- rado y han recibido escasa atención en los planes de actuación. Existe el riesgo de que los éxitos descollantes que han atraído la atención y merecido elogios en esta Enciclopedia produzcan una falsa sensación de seguridad y confianza respecto a los conocimientos actuales sobre la salud y seguridad en el trabajo y el medio ambiente. Es cierto que las mejores tecnologías, políticas de gestión y herramientas existentes han permitido hacer progresos impresionantes en la prevención y subsanación de los problemas en diversos sectores fundamentales, sobre todo en los países industrializados. No es menos cierto, sin embargo que el ámbito de aplicación mundial de estas tecnologías, políticas de gestión y herramientas es claramente insuficiente y limitado, especialmente en los países en desarrollo y en las economías en transición.

jueves, 7 de agosto de 2014

Programas de asistencia a los empleados

Los Programas de asistencia a los empleados (PAE, también conocidos como Programas de Ayuda a los Afiliados o PAA, si su responsable es un sindicato) pueden ser muy eficaces en situa- ciones de crisis, ya que a través de ellos se presta consejo y apoyo
a las víctimas y a los testigos de incidentes violentos, se les remite
a profesionales de salud mental externos en los casos en los que es necesario, se vigila su evolución y se supervisan las medidas de protección que faciliten su reincorporación al trabajo.
También pueden buscar apoyo en los PAE los trabajadores cuya frustración y rabia es posible que culmine en un comporta- miento violento por estar sobrecargados de problemas relacio- nados con el trabajo, la familia o la comunidad. Si se dan varios casos así en una determinada zona del lugar de trabajo, los PAE pueden (respetando la confidencialidad de la información personal, que es fundamental para su desarrollo) servir de orien- tación a los directivos para que efectúen las modificaciones labo- rales oportunas que inutilicen el “polvorín” antes de que estalle la violencia.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Formación del personal

Trabajadores y supervisores deben estar preparados para detectar el aumento de la tensión y la inquietud y para devolver la calma con métodos no violentos. Los ejercicios de rol pueden ayudar a los trabajadores a tratar con individuos excesivamente agresivos u ofensivos evitando la provocación. En ciertas situaciones, es acon- sejable formar a los trabajadores en materia de defensa personal, auque se corre el peligro de que fomente en ellos un grado de autoconfianza que les lleve a retrasar la petición de socorro o incluso a no hacerlo en absoluto
Los guardias de seguridad, el personal de instituciones psiquiá- tricas o penitenciarias y otras personas con una gran probabilidad de tratar con individuos físicamente violentos, deben estar preparados para calmarlos y contenerlos con un riesgo mínimo de lesiones a terceros o a ellos mismos (SEUI 1995). Sin embargo, de acuerdo con Unison (1991), la formación nunca puede sustituir a una adecuada organización del trabajo y a una seguridad correcta.

martes, 5 de agosto de 2014

Controles de las prácticas de trabajo

Se deben revisar las prácticas de trabajo con regularidad y modi- ficarlas para reducir al mínimo la acumulación de estrés laboral. Ello implica vigilar los horarios y la carga de trabajo, el contenido del puesto y efectuar un seguimiento del rendimiento laboral. Se debe mantener un nivel de dotación de personal adecuado en las zonas de trabajo de alto riesgo, tanto para evitar los comporta- mientos violentos como para afrontarlos en caso de que ocurran. Adaptar la dotación de personal para atender a clientes o pacientes en los momentos de máximo flujo ayudará a reducir las molestas esperas y la acumulación de personas en las zonas de trabajo.

lunes, 4 de agosto de 2014

Sistemas de seguridad

Todos los lugares de trabajo deben estar dotados de un sistema de seguridad adecuadamente diseñado. La entrada de intrusos puede reducirse limitando el acceso a través de una zona de recepción en la que se compruebe la identidad de los visitantes y se les entreguen tarjetas identificativas que indiquen las zonas que se visitarán. En determinadas circunstancias, es aconsejable emplear detectores de metales que delaten a los visitantes que escondan armas.
Los sistemas de alarma activados por “botones de emer- gencia” estratégicamente situados emiten señales auditivas o visuales que alertan a otros compañeros de la existencia de un peligro y de forma que permitan reclamar socorro a un puesto de seguridad cercano. Estos sistemas de alarma pueden conec- tarse también a la policía local. Sin embargo, pueden ser de poca utilidad si los guardias y los compañeros de trabajo no han recibido una formación adecuada para reaccionar con prontitud
y precisión. Los monitores de televisión no sólo facilitan la vigi- lancia de protección, sino que graban los incidentes cuando ocurren y pueden ayudar en la identificación del causante. Huelga decir que esos sistemas electrónicos resultan de escasa utilidad si no cuentan con un mantenimiento adecuado y se prueban con una cierta regularidad para asegurarse de que funcionan correctamente.
Los radiotransmisores y teléfonos móviles pueden ser medidas de seguridad para el personal de campo y quienes trabajen en solitario. Son asimismo un medio para informar de su situación
y, en su caso, para pedir atención médica o de otro tipo.

domingo, 3 de agosto de 2014

Modificaciones del lugar de trabajo para reducir los delitos (II)

En caso de que el trabajo implique interacción con clientes o pacientes, se puede mejorar la seguridad de los trabajadores
mediante barreras (ventanillas, mostradores o mesas, mamparas transparentes a prueba de golpes) y puertas con cerraduras a prueba de golpes (CAL/OSHA, 1993). El mobiliario y los equipos se dispondrán de forma que se evite que los trabaja- dores puedan quedar atrapados y, si es preciso mantener un cierto grado de intimidad, ello no se hará a expensas de que el trabajador quede a solas con una persona potencialmente agre- siva o violenta en una zona cerrada y aislada.

sábado, 2 de agosto de 2014

Incidencia (III)

El MSDVz puede utilizarse asimismo para predecir el nivel de malestar. En una escala de cuatro puntos, de cero (me siento perfectamente) a tres (me siento fatal) la “clasificación de enfermedad” (I) viene dada por:
I = 0,02MSDVz
Teniendo en cuenta las grandes diferencias entre individuos en cuanto a su susceptibilidad al mareo, la relación entre MSDVz y la producción de vómito en experimentos de labora- torio y en pruebas en el mar (véase la Figura 50.7) es aceptable. Hay que señalar que las fórmulas se desarrollaron a partir de datos adquiridos en exposiciones de duración comprendida entre unos 20 minutos y seis horas, habiéndose producido el
vómito hasta en el 70 % de individuos(la mayoría sentados)
expuestos a movimiento de elevación rápida vertical.
El conocimiento que se posee de la efectividad de la oscilación lineal que actúa en otros ejes corporales y en direcciones distintas de la vertical, es relativo. Hay alguna evidencia, obte- nida en experimentos de laboratorio con grupos pequeños de sujetos, de que la oscilación lineal en un plano horizontal provoca más mareo, aproximadamente el doble, que la oscila- ción vertical de igual intensidad y frecuencia en sujetos sentados, pero menos, en la misma proporción, cuando el sujeto está en posición supina y el estímulo actúa en el eje longitudinal (z) del cuerpo. Por lo tanto, la aplicación de fórmulas y características de ponderación plasmadas en las normas respecto a la predic- ción de la incidencia de mareo, deberá realizarse con precau- ción y teniendo debidamente en cuenta las limitaciones antes señaladas.

viernes, 1 de agosto de 2014

Incidencia (II)

Las relaciones establecidas entre la incidencia de los síntomas de mareo y la frecuencia, magnitud y duración del movimiento de elevación vertical rápida (eje z ) han conducido al desarrollo de fórmulas sencillas que permiten predecir la incidencia cuando se conocen los parámetros físicos del movimiento. El concepto, plasmado en la Norma Británica 6841 (BSI 1987b)
y en el proyecto de Norma Internacional ISO 2631-1, es que la incidencia de los síntomas es proporcional al Valor de la Dosis de Mareo (MSDVz). El MSDVz (en m/s1.5) se define como sigue: