viernes, 30 de enero de 2015

La evaluación del tipo de riesgo o elemento

La evaluación del tipo de riesgo o elemento de peligro indica no sólo las fuentes de exposición y otros factores nocivos que pueden provocar un accidente, sino también las circunstancias que dan lugar a la lesión o el daño. Por ejemplo, el trabajo realizado en un lugar elevado entraña un riesgo de caída que puede producir lesiones graves; lo mismo sucede en el trabajo con instrumentos cortantes respecto al contacto con piezas afiladas,
o el trabajo con máquinas muy ruidosas durante períodos prolongados, que puede generar daños en la capacidad auditiva.

jueves, 29 de enero de 2015

La medición del riesgo

La medición del riesgo ofrece un cálculo de la frecuencia de las lesiones y una medida de su gravedad. Puede definirse como el número de días de trabajo perdidos (o de fallecimientos) por número de trabajadores (p. ej., en Dinamarca el riesgo de morir en un accidente de trabajo es de 3 por cada 100.000 trabajadores).

miércoles, 28 de enero de 2015

Planes para el control de la calidad del aire (I)

La vigilancia de la calidad del aire tiene como objetivo conservar la pureza ambiental estableciendo los límites tolerables de conta- minación y dejando en manos de las administraciones locales y los contaminadores el diseño y la adopción de medidas para garantizar que no se supere ese grado de contaminación. Un ejemplo de este tipo de legislación es el establecimiento de normas sobre la calidad atmosférica basadas, en la mayoría de los casos, en directrices sobre la calidad atmosférica (OMS 1987) para los diferentes contaminantes. Estas normas suelen indicar los niveles máximos permisibles de contaminantes (o indicadores de la contaminación) por zonas (p. ej., a nivel del suelo en un lugar específico del municipio en cuestión) y pueden ser de tipo primario o secundario. Las normas primarias (OMS 1980) establecen los niveles máximos de contaminación compatibles con un margen de seguridad adecuado y con la protección de la salud pública, debiendo alcanzarse en un cierto plazo de tiempo. Las normas secundarias son aquellas que se juzgan necesarias para garantizar la protección contra efectos adversos, conocidos o previstos, de peligros que no afectan a la salud (sino principal- mente a la vegetación), debiendo cumplirse dentro de “un plazo de tiempo razonable”. Las normas sobre la calidad atmosférica establecen valores a corto, medio y largo plazo que deben mante- nerse 24 horas al día, siete días a la semana, para la exposición mensual, estacional o anual de todos los seres vivos (incluidos los más vulnerables, como niños, ancianos y enfermos) al igual que para objetos inanimados. Estas limitaciones contrastan con los máximos niveles permisibles de exposición en el trabajo, que se refieren a una exposición semanal parcial (p. ej., 8 horas al día,
5 días a la semana) de adultos y trabajadores supuestamente sanos.
Entre las medidas típicas de vigilancia de la calidad atmosférica se encuentran los controles de las propias fuentes como, por ejemplo, uso obligatorio de catalizadores en los vehículos o imposición de límites a las emisiones de los incineradores, plani- ficación del uso del suelo, cierre de fábricas o reducción de tráfico en condiciones climáticas desfavorables. El control óptimo de la calidad atmosférica exige que se reduzcan al mínimo las emisiones contaminantes a la atmósfera. Estos mínimos se definen básicamente como el nivel de contaminación que se permite a cada fuente emisora y pueden alcanzarse, por ejemplo, utilizando sistemas confinados o instalando colectores y depuradores de alta eficiencia. Un límite de emisión se expresa como la cantidad o la concentración de contaminante que se permite como máximo a una sola fuente. Este tipo de legislación implica la necesidad de decidir, para cada industria, la forma óptima de controlar las emisiones (es decir, fijando unos límites de emisión).

martes, 27 de enero de 2015

lunes, 26 de enero de 2015

Los contaminantes gaseosos

Los contaminantes gaseosos incluyen compuestos azufrados (p. ej., dióxido de azufre (SO2) y trióxido de azufre (SO3), monóxido de carbono, compuestos nitrogenados (p. ej., óxido nítrico (NO), dióxido de nitrógeno (NO2), amoníaco), compuestos orgánicos (p. ej., hidrocarburos (HC), compuestos orgánicos volátiles (COV), hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), aldehídos), compuestos halogenados y haluros (p. ej., HF y HCl), sulfuro de hidrógeno, bisulfuro de carbono y mercaptanos (olores). Estos compuestos pueden generar contaminantes secundarios a través de reacciones térmicas, químicas o fotoquímicas. Por ejemplo, por la acción del calor, el dióxido de azufre puede oxidarse, convirtiéndose en trióxido, que, disuelto en agua, da lugar a la formación de una niebla de ácido sulfúrico (catalizado reacciones fotoquímicas entre los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos reactivos pueden producir ozono (O3), formaldehído y nitrato de peroxia cetilo (PAN); asimismo, las reacciones entre formaldehído y el ácido clorhídrico forman el éter bisclorometílico.

Aunque es sabido que algunos olores son producidos por agentes químicos específicos, como el sulfuro de hidrógeno (H2S), el bisulfuro de carbono (CS2) y los mercaptanos (R-SH o R1-S-R2), otros son difíciles de definir químicamente.
En la Tabla 55.1 (Economopoulos 1993) se ofrecen algunos ejemplos de los principales contaminantes asociados a algunas fuentes de contaminación de origen industrial.

domingo, 25 de enero de 2015

Las partículas en suspensión (SPM, PM-10)

Las partículas en suspensión (SPM, PM-10) incluyen gases de escape de motores diesel, cenizas en suspensión, polvos mine- rales (carbón, amianto, caliza, cemento), polvos y humos metálicos (zinc, cobre, hierro, plomo), nieblas ácidas (ácido sulfúrico), fluoruros, pigmentos, nieblas de pesticidas, hollín y humos. Laspartículas en suspensión, además de sus efectos respiratorios corrosivos, cancerígenos, irritantes y destructores de la vida vegetal, producen también daños materiales (p. ej., acumulación de suciedad), interfieren con la luz del sol (p. ej., formación de nieblas que dificultan la penetración de los rayos solares) y actúan como superficies catalíticas para la reacción de las sustancias químicas adsorbidas

sábado, 24 de enero de 2015

Clases de contaminantes atmosféricos

Los contaminantes atmosféricos se clasifican normalmente en: partículas en suspensión (polvo, nieblas, humos), contaminantes gaseosos (gases y vapores) y olores.

viernes, 23 de enero de 2015

Legislación ambiental: un medio para un fin

La formulación de políticas diseñadas para conservar y mejorar el medio ambiente de trabajo y el entorno general constituye una condición previa del éxito de la gestión del medio ambiente. Sin embargo, un documento de política es un papel mojado a menos que se aplique, y su aplicación sólo es posible mediante la traduc- ción de los principios políticos en normas legales. Desde esta perspectiva, el derecho está al servicio de la política, a la que aporta concreción y una cierta permanencia a través de una normativa adecuada.
Por su parte, la legislación es un simple marco que sólo resulta útil se si cumple y ejecuta. A su vez, el cumplimiento y ejecución de la ley son una función del contexto sociopolítico en que se producen. Sin el apoyo del público, las leyes se convierten por regla general en letra muerta.
Por consiguiente, la promulgación, observancia y ejecución de la legislación ambiental es, en gran medida, una función del grado de conocimiento y aceptación de las normas por aquéllos
a quienes van destinadas, de lo que se infiere la importancia de difundir los conocimientos y la información ambiental, tanto entre los estamentos a los que van dirigidos, como entre el público en general.

jueves, 22 de enero de 2015

LEYES Y REGLAMENTOS

La relación entre la salud humana y el entorno del hombre se ha reconocido desde tiempo inmemorial. Este apotegma médico se remonta a Hipócrates, que enseñaba a sus discípulos a “prestar atención a los aires, las aguas y los lugares” para comprender las fuentes de la salud y la enfermedad de sus pacientes (Lloyd 1983).
Esta vieja concepción de la relación entre la salud humana y el medio ambiente ha perdurado. Tres factores han influido en el nivel de aceptación social de esa relación: el enriquecimiento de los conocimientos científicos del cuerpo humano, la mayor capacidad de curación de las distintas enfermedades, y la evolu- ción paralela de los conceptos científicos, religiosos y culturales. La Revolución Industrial suscitó un mayor interés por los factores ambientales como causa de la salud y enfermedad de sectores completos de la población. Esta tendencia se ha mante- nido hasta nuestros días, fomentada por el desarrollo de las cien- cias del medio ambiente y de las técnicas de determinación de
las relaciones de causalidad y de evaluación de los riesgos.
La asociación de la salud con el medio ambiente se estableció claramente por vez primera en el lugar de trabajo, donde también se experimentaron por primera vez los efectos del incre- mento de la cantidad y variedad de agentes contaminantes como consecuencia de la diversificación de los procesos industriales. Sin embargo, estos agentes contaminantes no se encuentran confinados al medio ambiente de trabajo. En efecto, una vez emitidos, resulta difícil seguir la pista de la dispersión de estos agentes, aunque a final terminan depositándose en el medio natural. Ciertamente, los agentes tóxicos ambientales se encuen- tran presentes en el suelo, el agua y el aire de los entornos natu- rales más remotos. A su vez, la salud humana se ve afectada por la contaminación del medio ambiente natural, con indepen- dencia de su origen local, nacional o internacional. Junto con otras clases de degradación del medio ambiente, que provocan un agotamiento de los recursos naturales a escala mundial, este fenómeno confiere una dimensión planetaria a la correlación entre las condiciones ambientales y la salud pública.
Se sigue la conclusión ineludible de que la calidad del medio ambiente de trabajo y la del medio natural se encuentran inex- tricablemente asociadas. Ninguno de estos problemas se puede resolver definitivamente a menos que ambos se aborden de modo simultáneo.


miércoles, 21 de enero de 2015

Conclusiones Los artículos de este capítulo se centran en la actuación a escala nacional e internacional

Los artículos de este capítulo se centran en la actuación a escala nacional e internacional, así como en las medidas concretas desti- nadas a mejorar los resultados de la política ambiental. Es evidente, sin embargo, que las principales políticas ambientales del futuro no se implantarán a escala nacional ni internacional, ni aun local, si bien cada una de estas dimensiones está llamada a desempeñar una función esencial. Los cambios reales se producirán a escala de la empresa y del lugar de trabajo. Los directivos de las grandes sociedades multinacionales, los gerentes de las pequeñas empresas familiares, los agricultores y los trabajadores por cuenta propia del sector no estructurado serán la verdadera fuerza motriz y los mentores del desarrollo sostenible. El cambio sólo será posible gracias a la sensibilización crecienteya la actua- ción coordinada de empresarios y trabajadores en el seno de la empresa y de otros agentes sociales (comunidades locales, organi- zaciones no gubernamentales, etc.) para integrar los objetivos ambientales y de salud y seguridad en el trabajo en los objetivos y prioridades de la empresa. A pesar de la magnitud del desafío, es previsible que todo el espectro de políticas formales e informales de salud y seguridad en el trabajo y protección ambiental a escala de la empresa se desarrolle, aplique y supervise en el marco de un proceso de colaboración entre la dirección, los trabajadores y otros agentes sociales.
La salud y seguridad en el trabajo tiene una clara influencia en el logro de nuestros objetivos económicos, globales y ambien- tales globales; por consiguiente, esta actividad debe constituir un elemento esencial del proceso complejo de integración necesario para lograr el desarrollo sostenible. Como consecuencia de la conferencia de la CNUMAD, se ha instado a todos los gobiernos nacionales a que elaboren sus propios planes y programas nacio- nales inspirados en la Agenda XXI para un desarrollo soste- nible. Los objetivos ambientales ya se han integrado en ese proceso. Sin embargo, queda mucho por hacer antes de que los objetivos sociales, de empleo y de salud y seguridad en el trabajo se integren expresamente en el proceso como parte inseparable del mismo, y de que se alcance el apoyo económico y político necesario para el logro de dichos objetivos.

La elaboración de este artículo ha sido posible gracias a la asistencia técnica, los útiles consejos y comentarios y el aliento constante ofrecidos por compañeros, gobiernos, empresas y trabajadores de todo el mundo, intere- sados en este campo y de reconocida competencia en el mismo, especialmente, por representantes cualificados de la Federación Internacional de Trabaja- dores de la Química, Energía e Industrias Diversas (ICEF); Canadian Labour Congress; Communications, Energy and Paper Worker’s Unions of Canada; y Labourers’ International Union of North America, que han hecho hincapié en la urgente necesidad de actuar en este campo.

martes, 20 de enero de 2015

Vínculos con el desarrollo sostenible (III)

El desarrollo sostenible supone que estos costes ambientales y sociales, que en el pasado han sido “externalizados” por la indus- tria y la sociedad en general, se “internalicen” en lo sucesivo y se reflejen en los costes de mercado de los bienes y servicios. Este proceso de internalización está siendo impulsado por los agentes del mercado y los grupos de consumidores, por la nueva regula- ción legal —incluidos los denominados instrumentos econó- micos— y por las propias empresas. Sin embargo, las posibilidades de éxito de este proceso de integración de los costes sociales y ambientales reales de la producción y el consumo estarán en función de la aplicación de nuevos esquemas de colaboración, comunicación y participación en el proceso de toma de decisiones. Las organizaciones sindicales y empresariales tienen una función vital que desempeñar en este proceso, concretamente, en las fases de diseño, aplicación y supervisión.
En este contexto, puede ser de utilidad llamar la atención del lector hacia las ingentes gestiones diplomáticas que se realizan en el marco del seguimiento de la CNUMAD con objeto de hacer posible el examen de los actuales desequilibrios en los esquemas mundiales de producción y consumo. En el capítulo 4 de la Agenda XXI, titulada “Esquemas de consumo cambiantes” se propugna la adopción de medidas tendentes al logro de los objetivos siguientes:
(a) Promover unos esquemas de producción y consumo que tiendan a reducir la presión sobre el medio ambiente y satisfaga las necesidades básicas de la humanidad.
(b) Mejorar el conocimiento de la función del consumo y del modo de crear unos hábitos de consumo sostenibles.
En el capítulo se reconoce asimismo abiertamente la nece- sidad de incrementar sustancialmente el consumo de productos básicos de millones de personas que viven en muchas regiones del mundo actualmente sumidas en la pobreza y estrechez más absolutas. Es previsible que los contactos y negociaciones que actualmente tienen lugar en el marco de la Comisión para el Desarrollo Sostenible sean lentos y laboriosos; sin embargo, podrían producir algunos cambios significativos en los actuales esquemas de producción y consumo, sobre todo en algunos de los sectores más críticos de la economía, como la química, la energía y el transporte. Estos contactos y negociaciones también repercutirán significativamente en los intercambios internacio- nales. Sin duda, todos estos cambios influirán de forma sustan- cial en la política ambiental y de salud y seguridad en el trabajo aplicada en los países industrializados y en las naciones en desa- rrollo, así como en otras áreas del mundo del trabajo, sobre todo en materia de empleo, ingresos y formación.
Aunque todas estas cuestiones se examinan actualmente en el ámbito mundial, es evidente que habrán de aplicarse en cada lugar de trabajo. Es, por lo tanto, imprescindible que este proceso de negociación a escala mundial sea un reflejo de la realidad, esto es, de las posibilidades y limitaciones existentes en el ámbito del lugar de trabajo en todo el mundo. En vista de la globalización de la economía y de la rápida transformación que experimentan la organización y las estructuras de nuestros lugares de trabajo (por ejemplo, la subcontratación, el trabajo a tiempo parcial y a domicilio y el teletrabajo), y de los cambios

que previsiblemente traerá el siglo XXI a nuestra percepción del trabajo, nuestro estilo de vida y el empleo mismo, la tarea no será fácil. Sin embargo, las perspectivas de éxito de este proceso dependerán del apoyo, en todas sus etapas, de un esquema de colaboración tripartita entre los gobiernos y las organizaciones sindicales y empresariales.

lunes, 19 de enero de 2015

Vínculos con el desarrollo sostenible (II)

Ante todo, debe subrayarse la existencia de un problema fundamental que condiciona prácticamente todas las discu- siones sobre la política ambiental: el de cómo compartir equitativamente los costos y beneficios de la política ambiental. “¿Quién ha de costear la mejora del medio ambiente?” Es un asunto que ha de discutirse y resolverse a todos los niveles, desde los puntos de vista del consumidor, los trabajadores y los empleadores, y desde la perspectiva de las instituciones locales, nacionales, regionales e internacionales. Para la OIT, las repercusiones sociales y humanas de cómo se compartirán los costos y beneficios de la política ambiental en cada país y entre los diferentes países pueden ser tan importantes como la misma política ambiental. Una injusta distribución de los costos y beneficios socioeconó- micos y ambientales del desarrollo, dentro de cada país y entre los diferentes países, no puede llevar a un desarrollo duradero general. Por el contrario, acentuaría la pobreza, la injusticia y la división.
En el pasado y, aún con demasiada frecuencia en nuestros días, los trabajadores se han visto obligados a soportar una parte desproporcionada de los costes sociales del desarrollo económico en forma de condiciones deplorables de salud y seguridad (como el trágico incendio de Kader Industrial Toy Company en Tailandia, que se cobró la vida de 188 trabajadores), unos sala- rios inadecuados (que suponen unos ingresos insuficientes para satisfacer las necesidades familiares básicas de alimentación, vivienda y educación), la denegación de la libertad de asociación e, incluso, la pérdida de la dignidad humana (tipificada en el recurso del trabajo forzado infantil). Del mismo modo, los trabajadores y sus comunidades locales han tenido que soportar buena parte de los costes, tanto de la degradación progresiva del medio ambiente, como del cierre de fábricas por considera- ciones ambientales. Tampoco hay que perder de vista que, mien- tras que la atención de los países industrializados ha estado centrada en evitar que la promulgación de leyes y reglamentos de protección ambiental provoque la destrucción de puestos de trabajo, millones de personas han perdido o han experimentado un grave quebranto de su medio de vida como consecuencia de la rampante desertización y deforestación, las inundaciones y la erosión del suelo.

domingo, 18 de enero de 2015

Medición de las propiedades de las fuentes

La característica más importante de cualquier fuente óptica es la distribución de su potencia espectral. Esta se mide utilizando un espectrorradiómetro, constituido por un sistema óptico de entrada adecuado, un monocromador y un fotodetector.
En muchas situaciones prácticas se utiliza un radiómetro óptico de banda ancha para seleccionar una región espectral determinada. Por razones de iluminación visible y de seguridad se configura la respuesta espectral del instrumento para adaptarla a una respuesta espectral biológica; por ejemplo, los luxó- metros se adaptan a la respuesta fotópica (visual) del ojo. Normalmente, si se exceptúan los medidores de riesgo de RUV, la medición y el análisis de riesgos de las fuentes de luz intensa y de las fuentes infrarrojas son demasiado complejos para los especialistas en salud y seguridad en el trabajo que realizan tareas de rutina. Se está trabajando en la normalización de las categorías de seguridad para las lámparas con el fin de que el usuario no necesite realizar mediciones para determinar los riesgos potenciales.

sábado, 17 de enero de 2015

Fuentes artificiales: Proyectores y otros dispositivos ópticos

En los proyectores de explo- ración, proyectores cinematográficos y otros dispositivos coli- madores de haces luminosos se utilizan fuentes de luz intensa que pueden entrañar un riesgo para la retina con el haz directo a distancias muy cortas.

viernes, 16 de enero de 2015

Fuentes artificiales: Alumbrado general.

Las lámparas fluorescentes emiten muy poca radiación infrarroja y generalmente no son lo suficiente- mente brillantes para entrañar un riesgo potencial para los ojos. Las lámparas incandescentes de tungsteno y de tungste- no-halogeno emiten una fracción considerable de su energía radiante en la región del infrarrojo. Además, la luz azul emitida por las lámparas de tungsteno-halogeno puede entrañar un riesgo para la retina si una persona mira al fila- mento. Afortunadamente la respuesta de aversión del ojo a la luz brillante previene lesiones agudas incluso a cortas distan- cias. Este riesgo debería minimizarse o eliminarse colocando filtros “de calor” de vidrio sobre estas lámparas.

jueves, 15 de enero de 2015

Fuentes artificiales:Tratamiento médico

En medicina se utilizan lámparas de infrarrojos para diversos fines diagnósticos y terapéuticos. Las exposiciones del paciente varían considerablemente según el tipo de tratamiento y las lámparas de IR requieren una utilización cuidadosa por parte del personal.

miércoles, 14 de enero de 2015

Fuentes artificiales: Lámparas infrarrojas

Estas lámparas emiten predominante- mente en el intervalo del IRA y suelen utilizarse para trata- miento por calor, secado de pintura y otras aplicaciones afines. No suponen ningún riesgo de exposición significativo para los humanos, ya que el malestar producido por la exposición limita ésta a un nivel seguro.

martes, 13 de enero de 2015

Blindaje de aparatos de rayos X médicos y no médicos (I)

El blindaje de aparatos de rayos X se considera bajo dos aspectos diferentes, blindaje de la fuente y blindaje estructural. El blindaje de la fuente suele ser efectuado por el fabricante o proveedor de la carcasa del tubo de rayos X.
Los reglamentos de seguridad especifican un tipo de carcasa protectora del tubo en las instalaciones de rayos X para diagnos- tico médico, y otro para las instalaciones de rayos X terapéu- ticos. Para aparatos de rayos X no médicos, la carcasa del tubo y otras partes del aparato de rayos X, como el transformador, se blindan para reducir la fuga de la radiación X a niveles aceptables.
Todas las máquinas de rayos X, médicas y no médicas, tienen carcasas protectoras del tubo diseñadas para limitar la radiación de fuga. La radiación de fuga, tal como se utiliza en estas especi- ficaciones de carcasas para tubos, significa toda la radiación procedente de la carcasa del tubo menos la del haz útil.
El blindaje estructural de una instalación de rayos X propor- ciona protección contra el haz de rayos X útil o primario, la radiación de fuga y la radiación dispersada. Abarca tanto el aparato de rayos X como el objeto que se irradia.

lunes, 12 de enero de 2015

Blindaje de fuentes gamma (V)

La intensidad o tasa de dosis absorbida para una fuente puntual sigue la ley del inverso de la distancia al cuadrado y puede calcularse del modo siguiente:
donde Ii es la intensidad de los fotones o tasa de dosis absorbida a la distancia di de la fuente.

domingo, 11 de enero de 2015

Blindaje de fuentes gamma (IV)

El espesor de un absorbente que, cuando se introduce en el haz de fotones primarios, reduce al décimo la tasa de dosis absorbida se llama capa del valor un décimo (TVL). Una TVL es igual a unas 3,32 HVL, puesto que:
Los valores de TVL y HVL han sido tabulados para diver- sas energías de fotón y varios materiales corrientes de blindaje
(p.ej., plomo, acero y hormigón) (Schaefer 1973).

sábado, 10 de enero de 2015

Blindaje de fuentes gamma (III)

El espesor de un absorbente que, cuando se introduce en el haz de fotones primarios, reduce a la mitad la tasa de dosis absorbida se llamada capa de hemirreducción (HVL) o espesor de hemirreducción (HVT). La HVL puede calcularse como sigue:
El espesor necesario de un blindaje antifotónico puede esti- marse suponiendo una geometría de haz estrecho o satisfactoria al calcular el blindaje preciso, para luego aumentar el valor hallado en una HVL en consideración a la acumulación

viernes, 9 de enero de 2015

Blindaje de fuentes gamma (II)

El espesor del blindaje para condiciones de geometría imper- fecta puede estimarse mediante el factor de acumulación B, cuyo valor puede calcularse del modo siguiente:
El factor de acumulación es siempre mayor que uno, y puede definirse como la relación entre la intensidad de la radiación fotónica en cualquier punto del haz, incluidas la radiación primaria y la dispersada, y la intensidad del haz primario única- mente en ese punto. El factor de acumulación puede aplicarse al flujo de radiación o a la tasa de dosis absorbida.
Se han calculado factores de acumulación para distintas energías de fotones y diversos absorbentes. Muchas de las gráficas o tablas indican el espesor del blindaje en longitudes de relajación. Una longitud de relajación es el espesor de un blindaje que atenúa un haz estrecho hasta 1/e (en torno al 37 %) de su inten- sidad original. Por consiguiente, una longitud de relajación viene dada por el valor numérico recíproco del coeficiente de atenua- ción lineal (es decir, 1/).

jueves, 8 de enero de 2015

Rendimiento (III)

En la Tabla 42.15 se indican las relaciones observadas entre el rendimiento físico y las temperaturas del organismo. Se supone que el rendimiento físico depende en gran medida de la temperatura de los tejidos y disminuye cuando la temperatura de los tejidos y órganos vitales desciende. Normalmente, la destreza manual depende críticamente de la temperatura de los dedos y las manos, así como del músculo del antebrazo. La locomotri- cidad gruesa se ve poco afectada por la temperatura superficial local, pero es muy sensible a la temperatura muscular. Puesto que algunas de estas temperaturas están relacionadas entre sí (p. ej., la temperatura interna y muscular), es difícil establecer relaciones directas.
El resumen de los efectos en el rendimiento que se ofrecen en las Tablas 42.14 y 42.15 es necesariamente muy esquemático. Tal información debería servir como base para la acción, enten- diendo por acción una evaluación detallada de las condiciones ambientales o la adopción de medidas preventivas.
Un importante factor que contribuye a reducir el rendimiento es la duración de la exposición. Cuando más dure la exposición al frío, mayor será el efecto en los tejidos profundos y en la función neuromuscular. Por otra parte, factores como la habitua- ción y la experiencia modifican los efectos nocivos y permiten recuperar en parte el nivel de rendimiento.

miércoles, 7 de enero de 2015

Rendimiento (II)

La conducta y la función mental son más susceptibles al efecto de la distracción, mientras que el rendimiento físico se ve más afectado por el enfriamiento. La compleja interacción de las respuestas fisiológicas y psicológicas (distracción, estado de alerta) a la exposición al frío no se conoce bien y en el futuro tendrán que realizarse más investigaciones en este campo.

martes, 6 de enero de 2015

Rendimiento (I)

La exposición al frío y las reacciones fisiológicas y de conducta asociadas influyen en el rendimiento humano a distintos niveles de complejidad. En la Tabla 42.14 se presenta un esquema de los diferentes tipos de efectos en el rendimiento que pueden preverse con una exposición leve o extrema al frío.
En este contexto, la exposición leve produce un enfriamiento nulo o despreciable del interior del cuerpo y un enfriamiento moderado de la piel y las extremidades. La exposición severa produce un equilibrio térmico negativo, un descenso de la temperatura interna y una marcada reducción de la temperatura de las extremidades.
Las características físicas de la exposición leve o intensa al frío dependen mucho del equilibrio entre la producción interna de calor corporal (como resultado del trabajo físico) y la pérdida de calor. Las prendas protectoras y las condiciones climáticas deter- minan la cantidad de calor perdido.
Como ya se ha mencionado antes, la exposición al frío causa distracción y enfriamiento (Figura 42.14). Ambos influyen en el rendimiento laboral, aunque la magnitud de efecto varía según el tipo de trabajo.

lunes, 5 de enero de 2015

Percepción del frío y bienestar térmico (III)

En particular, las personas que realizan una actividad muy ligera o sedentaria se hacen cada vez más susceptibles al enfria- miento local cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de 20 o 22 ºC. En tales condiciones, la velocidad del aire debe mantenerse reducida (por debajo de 0,2 m/s) y tienen que utilizarse prendas aislantes adicionales para cubrir las partes más sensibles del cuerpo (como cabeza, cuello, espalda y tobillos). El trabajo sentado con temperaturas inferiores a 20 ºC requiere un asiento y un respaldo aislantes para reducir el enfriamiento local causado por la compresión de las prendas de vestir.
Cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de
10 ºC, el concepto de bienestar es más difícil de aplicar. Las asimetrías térmicas se hacen “normales” (p. ej., rostro frío e inha- lación de aire frío). Aunque exista un equilibrio térmico corporal óptimo, estas asimetrías pueden ocasionar molestias y exigir una fuente de calor adicional para eliminarlas. El bienestar térmico en ambientes fríos, al contrario que en ambientes interiores térmicamente neutros, suele coincidir con una ligera sensación de calor, un hecho que debe recordarse a la hora de evaluar el estrés por frío utilizando el índice IREQ.

domingo, 4 de enero de 2015

Percepción del frío y bienestar térmico (II)

Una fórmula simplificada y razonablemente exacta para calcular la temperatura termoneutra (t) para una persona normal es:
en donde M es el calor metabólico medido en W/m2 e Icl el valor

del aislamiento proporcionado por la ropa medido en clo.
El aislamiento que debe proporcionar la ropa (valor clo) es mayor a +10ºC que el calculado con el método IREQ (valor calculado del aislamiento requerido) (ISO TR 11079, 1993). La razón de esta discrepancia es la aplicación de criterios diferentes de “bienestar” en los dos métodos. ISO 7730 se centra principal- mente en el bienestar térmico y permite una sudoración conside- rable, mientras que ISO TR 11079 contempla sólo una sudoración de “control” a niveles mínimos, necesaria en ambientes fríos. En la Figura 42.15 se muestra la relación entre el aislamiento proporcionado por la ropa, el nivel de actividad física (producción de calor) y la temperatura ambiente según la ecua- ción anterior y el método IREQ. Las áreas sombreadas corresponden a la variación esperada en el aislamiento requerido de la ropa como resultado de niveles diferentes de “bienestar”.
La información contenida en la Figura 42.15 sirve sólo como orientación para establecer las condiciones térmicas óptimas en ambientes interiores. Existe una variación considerable en la percepción que cada persona tiene del bienestar térmico y el malestar por frío. La variación se debe a diferencias en la ropa y el nivel de actividad física, aunque también contribuyen las preferencias subjetivas y la habituación.