domingo, 19 de junio de 2016

Hipotermia Tratamiento prehospitalario (II)

Por el contrario, en la hipotermia por agotamiento, la víctima se encuentra en una situación mucho más peligrosa. Las reservas calóricas se han consumido, el equilibrio electrolítico está alte- rado y, sobre todo, la persona está deshidratada. La diuresis por frío se inicia inmediatamente después de la exposición al frío; la lucha contra el frío y el viento aumenta la sudoración, aunque ésta no se percibe en un ambiente frío y seco; por último, la víctima no siente sed. El paciente con hipotermia por agota- miento no debe nunca ser recalentado rápidamente sobre el terreno o durante su traslado al hospital, debido al riesgo de que sufra un choque hipovolémico. Un estado prolongado de hipo- termia estacionaria es preferible a los denodados esfuerzos por recalentar a la víctima en unas circunstancias que, de producirse complicaciones, éstas no podrán controlarse. Es fundamental mover al paciente con suavidad para reducir al mínimo el riesgo de una posible fibrilación ventricular.
Incluso al personal médico con la debida formación le resulta muchas veces difícil saber si una persona hipotérmica está viva o no. Un colapso cardiovascular aparente puede ser, en realidad, tan sólo una depresión del gasto cardíaco. En muchos casos es necesaria la palpación o auscultación durante al menos un minuto para detectar pulsos espontáneos.
La decisión de recurrir o no a la reanimación cardiopulmonar (RCP) es difícil de tomar sobre el terreno. Si existe algún signo de vida, la RCP está contraindicada. Las compresiones prematuras del tórax pueden provocar fibrilación ventricular. No obstante, la RCP debe iniciarse inmediatamente si se produce una parada cardíaca o cuando las circunstancias permiten realizar los proce- dimientos de una manera razonable y continua.

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