domingo, 30 de abril de 2017

FACTORES HUMANOS EN LOS MODELOS DE ACCIDENTES - La naturaleza del error (III)

Los diferentes tipos de error pueden clasificarse también en función de comportamientos basados o no en la destreza del individuo. Suele decirse que la formación es una solución a los problemas de error humano, ya que el comportamiento basado en la destreza permite ejecutar la secuencia de acciones perti- nente sin un proceso consciente y permanente de atención y reacción, y sólo exige comprobaciones conscientes intermitentes para asegurar que todo sigue su curso normal. La ventaja de este tipo de comportamiento es que, una vez que se pone en marcha, requiere poco esfuerzo del operador. Permite realizar otras actividades simultáneamente (por ejemplo, se puede conducir un automóvil y hablar al mismo tiempo) y hace posible que el operador haga planes sobre aspectos futuros de su actividad. Además, el comportamiento basado en la destreza suele ser previsible. Lamentablemente, aunque una cualificación mayor reduce la probabilidad de muchos tipos de error, aumenta la de otros. Los errores cometidos por personas diestras en una tarea son consecuencia de lapsus y distracciones o de actos involunta- rios, y son diferentes a las equivocaciones que comete alguien que no esté cualificado. El error basado en la cualificación suele estar vinculado a cambios en el grado de atención del control que se ejerce sobre las tareas. Puede aparecer durante un proceso consciente de comprobación o deberse a la conclusión de pautas similares de comportamiento basado en la destreza.
Una segunda característica de los errores es que no son ni aleatorios ni novedosos. Las formas de error son limitadas. Adoptan formas similares en todos los tipos de funciones. Por ejemplo, los errores “de distracción” ocurren en tareas que impliquen el habla o la percepción, y en actividades relacio- nadas con el conocimiento y con la resolución de problemas. De igual forma, no parece que la localización de los errores en la secuencia de causalidad de un accidente sea aleatoria, ni en el

tiempo ni en el espacio. Una peculiaridad importante del proce- samiento de información es que se expresa de la misma forma, sea cual sea la situación; lo que significa que los tipos de errores que se cometen cotidianamente en la cocina, por ejemplo, suceden de la misma forma en las actividades industriales de mayor riesgo. No obstante, las consecuencias de estos errores son muy diferentes y están determinadas por la situación en la que se presentan, más que por su propia naturaleza.

sábado, 29 de abril de 2017

Figura Modelo de causalidad de los accidentes


viernes, 28 de abril de 2017

FACTORES HUMANOS EN LOS MODELOS DE ACCIDENTES - La naturaleza del error (II)

Una de las características más importantes de la naturaleza del error es que no se trata de un fenómeno unitario. Aunque en el análisis tradicional de los accidentes suele interpretarse el error como si fuera una entidad singular que no admitiera un estudio ulterior, aquél puede producirse de diversas formas. Los errores difieren unos de otros por la función de procesa- miento de la información a la que afectan; por ejemplo, pueden adoptar la forma de sensaciones falsas debidas a una estimula- ción deficiente o atenuada de los órganos sensoriales, a fallos de atención debidos a la exigencia de una estimulación prolongada o compleja del entorno, a distintos tipos de lapsus de la memoria o a errores de juicio o de razonamiento. Todos estos tipos se diferencian por las características de la situación o de la actividad en la que ocurren. Representan una interrupción de diversas funciones de procesamiento de información y, por tanto, requieren enfoques diferentes para superar cada una de ellas.

jueves, 27 de abril de 2017

FACTORES HUMANOS EN LOS MODELOS DE ACCIDENTES - La naturaleza del error (I)

Así pues, un elemento fundamental para la prevención de los accidentes es el conocimiento de la naturaleza, la sincronización y las causas del error. Una de las características importantes y singulares del error, que lo distingue de otros factores que inter- vienen en un accidente, es que forma parte normal del comportamiento. El error es decisivo en el aprendizaje de nuevas destrezas
y comportamientos, así como en la conservación de estos últimos. Al poner a prueba los límites de nuestra interacción con el entorno, y, en consecuencia, cometer errores, aprendemos preci- samente lo que son esos límites. Es un proceso esencial no sólo para adquirir nuevas destrezas, sino también para actualizar y conservar otras ya aprendidas. El grado en el que ponemos a prueba los límites de nuestra habilidad está relacionado con el nivel de riesgo que estamos dispuestos a aceptar.
Parece que el error es una característica permanente de todo comportamiento. Los estudios muestran, además, que está presente en las causas de unas dos terceras partes de los acci- dentes de trabajo mortales. Por tanto, es fundamental desarrollar algunas ideas sobre la forma que suelen adoptar los errores, y sobre cuándo y por qué pueden ocurrir. Aunque todavía no se comprenden bien ciertos aspectos del error humano, el nivel actual de los conocimientos permite hacer algunas predicciones sobre los tipos de error. Es de esperar que el conocimiento de éstos nos ayude a prevenirlos o, al menos, a modificar sus conse- cuencias adversas.

miércoles, 26 de abril de 2017

FACTORES HUMANOS EN LOS MODELOS DE ACCIDENTES - Modelos de causalidad de los accidentes.

Los modelos recientes han ampliado el papel de los factores humanos más allá de los acontecimientos causales inmediatos al accidente y tienden a incorporar otros elementos en un conjunto general de circunstancias ligadas al accidente. En la Figura 56.3 se muestra con detalle este enfoque; por ejemplo, los factores humanos, como las prácticas de trabajo y la supervisión, pueden considerarse errores en la secuencia de acontecimientos que llevan de forma inmediata al accidente, por una parte, y elementos preexistentes que contribuyen a que se produzca esa secuencia, por otra. Debe entenderse que los dos componentes principales (factores concurrentes y secuencia de acontecimientos) de este modelo de los factores humanos ocurren en una misma línea temporal imaginaria, en la que el orden (primero los factores, luego la secuencia de errores) es fijo, pero la escala del tiempo en que ocurren, no. Ambos elementos son parte esencial de la causalidad de los accidentes.

martes, 25 de abril de 2017

FACTORES HUMANOS EN LOS MODELOS DE ACCIDENTES

Los factores humanos figuran entre las principales causas de accidentes en el lugar de trabajo. Las estimaciones sobre su alcance real varían enormemente, pero según los resultados de un estudio realizado a principios del decenio de 1980 sobre las causas del total de muertes por accidente de trabajo registradas en Australia en un período de tres años, los factores del comportamiento habían intervenido en más del 90 % de los accidentes mortales. A la vista de datos como éste, es importante conocer el papel que desempeñan en los accidentes los factores humanos, a los que los modelos tradicionales han concedido siempre escasa importancia; si los tenían en cuenta, era sólo como parte del error que ocurría en la secuencia inmediata de acontecimientos que daba lugar al acci- dente. Un conocimiento más completo de cómo, por qué y cuándo intervienen tales factores en los accidentes mejorará nuestra capacidad para predecir el papel que desempeñan aqué- llos y evitar éstos. Se han propuesto varios modelos para describir la intervención de los factores humanos en los accidentes.

lunes, 24 de abril de 2017

RESUMEN TEORIA DE LAS CAUSAS DE LOS ACCIDENTES

La causalidad de los accidentes es muy compleja y debe comprenderse de manera adecuada para mejorar su prevención. Puesto que la seguridad carece de una base teórica, no puede considerarse aún como una ciencia. Ahora bien, esta circuns- tancia no debe desalentarnos, ya que la mayoría de las disciplinas científicas (matemáticas, estadística, etc.) pasaron por fases de indecisión similares en un momento u otro. El estudio de las causas de los accidentes resulta muy prometedor para los intere- sados en la elaboración de una teoría. Por el momento, las que existen son de naturaleza conceptual y, como tales, su aplicación en la prevención y el control de accidentes es limitada. Con tanta diversidad de teorías no resulta difícil comprender que no exista una única considerada correcta y aceptada unánimemente. En cualquier caso, estas teorías son necesarias, aunque no suficientes, para establecer un marco de referencia que permita comprender la aparición de accidentes.

domingo, 23 de abril de 2017

Modelos de dispersión en terrenos complejos (II)

Para ello se utilizan estadísticas del viento geostrófico (datos sobre la capa superior de la atmósfera obtenidos con radiosondas).
En el caso de que sea necesario conocer con más detalle los sistemas térmicos del viento, se utilizarán los denominados modelos de pronóstico. Según la escala y la pendiente del área del modelo, puede que sea conveniente utilizar un modelo hidrostático o incluso un modelo no hidrostático de mayor complejidad (VDI 1981). Este tipo de modelos exigen un ordenador de gran potencia y una gran experiencia en su aplicación.

Por lo general, no sirven para determinar concentraciones basadas en medias anuales, pero pueden realizarse estudios del caso más desfavorable considerando sólo una dirección del viento y parámetros de velocidad de viento y estratificación obtenidos con los valores más altos de concentración a ras de suelo. Si estos valores del caso más desfavorable son inferiores a los establecidos por las normas sobre la calidad atmosférica, no será necesario realizar estudios más detallados.
En las Figuras 55.2, 55.3 y 55.4 se indica la manera de representar el transporte y la dispersión de contaminantes en relación con la influencia del terreno y los parámetros climatológicos del viento teniendo en cuenta las frecuencias de viento superficial y geostrófico.

jueves, 20 de abril de 2017

miércoles, 19 de abril de 2017

Modelos de dispersión en terrenos complejos (I)

Cuando se tienen que determinar las concentraciones de contaminantes en un terreno estructurado, a veces es necesario incluir los efectos topográficos en los modelos de dispersión de los contaminantes. Estos efectos son, por ejemplo, el transporte según la topografía o los sistemas de vientos térmicos como brisas marinas o vientos de montaña, que cambian su dirección en el transcurso del día.
Si estos efectos tienen lugar a una escala mucho mayor que el área del modelo, su influencia puede considerarse utilizando datos meteorológicos que reflejen las características locales. Si no se dispone de este tipo de datos, puede obtenerse la estruc- tura tridimensional del flujo en la topografía utilizando un modelo de flujo adecuado. A partir de estos datos se obtiene un modelo de dispersión suponiendo que existe homogeneidad horizontal, como se describió antes para el modelo gaussiano de penacho. Sin embargo, cuando las condiciones del viento varían de forma significativa dentro del área del modelo, el modelo de dispersión debe tener en cuenta el flujo tridimensional afectado por la estructura topográfica. Como hemos visto ya, esto puede realizarse con un modelo gaussiano de ráfaga o con un modelo de Lagrange. Otra alternativa es utilizar el modelo más complejo de Euler.
Para determinar la dirección del viento de acuerdo con la estructura topográfica del terreno, puede utilizarse un modelo de flujo de diagnóstico o de masa constante (Pielke 1984). En estos modelos, el flujo se adapta a la topografía modificando al mínimo los valores iniciales y manteniendo su masa constante. Puesto que con este modelo se obtienen resultados rápidos, puede utilizarse también para calcular estadísticas del viento en un determinado lugar cuando no se dispone de observaciones.

martes, 18 de abril de 2017

EVALUACIONES DE IMPACTO AMBIENTAL (II)

Lamentablemente, en inglés, como en otros idiomas, la voz “impacto” no tiene una connotación positiva. La noción de impacto se asocia casi por antonomasia a la de daño. Por consi- guiente, cuando la práctica de evaluar el impacto ambiental se extendió de Estados Unidos a Canadá, Europa, Asia suroriental y Oceanía, numerosos gobiernos —y sus asesores— prefirieron desmarcarse de las connotaciones negativas del término “impacto” y nació la expresión “evaluación ambiental” (EA). Así, la evaluación de impacto ambiental y la evaluación ambiental son conceptos idénticos, excepto en Estados Unidos y un reducido grupo de países que han adoptado el sistema norte- americano, en los que EIA y EA poseen unos significados precisos y diferenciados. Aunque en el presente artículo se menciona únicamente la evaluación de impacto ambiental, el lector no debe olvidar que su contenido es aplicable en su tota- lidad a la evaluación ambiental y que ambas expresiones se utilizan internacionalmente.
Además de la elección del término “impacto”, el contexto en que se aplicó la evaluación de impacto ambiental (especialmente en Estados Unidos y Canadá) influyó en ciertas concepciones de la EIA que eran —y, en algunos casos, son todavía— comunes entre los políticos, altos funcionarios y “promotores inmobilia- rios” de los sectores público y privado. La planificación de la explotación del suelo era escasa en Estados Unidos y Canadá, y los trabajos de preparación, tanto de las declaraciones sobre impactos ambientales, como de los informes de EIA, eran a menudo “secuestrados” por grupos interesados y prácticamente convertidos en una labor de planificación. Esto alentó la produc- ción de voluminosos documentos de varios tomos, laboriosos y costosos de producir y, por supuesto, virtualmente imposibles de leer y de tomarse como base de actuación. A veces, los proyectos se demoraban hasta la finalización de esta actividad, con la consiguiente irritación de promotores e inversores.

lunes, 17 de abril de 2017

EVALUACIONES DE IMPACTO AMBIENTAL (I)

La expresión utilizada como título del presente artículo, “evalua- ciones de impacto ambiental” ha sido reemplazada de forma creciente, aunque no generalizada, por la de “evaluaciones ambientales”. Un análisis somero de la razón de este cambio de denominación nos ayudará a definir el carácter esencial de la actividad que unos y otros nombres designan, así como uno de los principales factores que subyacen en la oposición o la reti- cencia al empleo del término “impacto”.
En 1970 se promulgó en Estados Unidos la Ley nacional de política ambiental, en la que se fijan los objetivos de la política ambiental de la administración federal y se reconoce la nece- sidad de tomar en consideración los factores ambientales en la toma de decisiones. Ciertamente, es fácil formular objetivos polí- ticos, pero más difícil alcanzarlos. Para darle más “mordiente” al texto legal, el legislador introdujo en él una disposición por la que se exigía que la administración federal elaborase una “Declaración de impacto ambiental” para cada actuación prevista “capaz de alterar sustancialmente la calidad del medio ambiente humano”. Habría que examinar el contenido de este documento antes de tomar una decisión sobre el inicio de la actuación prevista. El trabajo de preparación de la Declaración de impacto ambiental dio en denominarse “evaluación de impacto ambiental” (EIA), dado que comprendía la identifica- ción, predicción y evaluación de impacto de las actuaciones federales previstas.

domingo, 16 de abril de 2017

Conclusiones - CONVENIOS INTERNACIONALES SOBRE EL MEDIO AMBIENTE

Como se ha intentado poner de relieve en este breve examen, en los dos últimos decenios se ha producido un cambio sustancial en la actitud de la comunidad internacional ante a la conservación y ordenación del medio ambiente. Parte de este cambio ha sido el sustancial incremento del número y el alcance de los acuerdos internacionales sobre el medio ambiente. La prolifera- ción de nuevos convenios ha estado acompañada por la apari- ción de nuevos principios e instituciones. El principio de que el que contamina paga, el principio cautelar (Churchill y Frees- tone 1991; Freestone y Hey 1996) y la preocupación por los dere- chos de las futuras generaciones se han reflejado en los convenios internacionales anteriormente citados. La importancia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y de las secretarías creadas con objeto de supervisar y gestionar el volumen creciente de ordenamientos nacidos de los tratados ha inducido a los tratadistas a reconocer que, al igual que ha ocurrido, por ejemplo, con el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional ambiental ha emergido como una rama autónoma del derecho de gentes (Freestone 1994). La CNUMAD, que ha prestado una contribu- ción sustancial a este proceso, ha elaborado una importante agenda, buena parte de la cual no se ha materializado. Quedan por adoptarse algunos protocolos detallados que confieran sustantividad al marco creado con el Convenio sobre el cambio climático y, quizás también, al Convenio sobre Biodiversidad. La preocupación por el impacto ambiental de las pesquerías de altura inspiraron el Acuerdo de las Naciones Unidas sobre los bancos de peces pelágicos y altamente migratorios, suscrito en 1995. También en 1995 se celebró una Conferencia de las Naciones Unidas sobre las fuentes terrestres de la ontaminación marina, que, según se reconoce en la actualidad, causan más del
70 % de la contaminación total de los océanos. Las repercusiones ambientales del comercio internacional y de la deforestación y la desertización constituyen otros tantos problemas que habrá que abordar en el futuro en el ámbito mundial, mientras prosigue el esfuerzo por enriquecer nuestro conocimiento de impacto de la actividad humana en los ecosistemas mundiales. El reto que deberá afrontar este derecho internacional ambiental emergente no consiste simplemente en reaccionar con un aumento del número de convenios sobre el medio ambiente, sino también en ampliar sus efectos y su eficacia.


sábado, 15 de abril de 2017

Efectos transnacionales de los accidentes industriales

En el Convenio sobre efectos transnacionales de los accidentes industriales, adoptado igualmente en Helsinki en marzo de 1992, se regula la previsión, prevención y respuesta a los accidentes industriales capaces de producir efectos transfronterizos. Las obli- gaciones básicas consisten en la cooperación y el intercambio de información con los demás Estados contratantes. En una serie de trece anexos pormenorizados se establecen métodos de identifica- ción de las actividades peligrosas con repercusiones transnacio- nales, para el desarrollo de una evaluación de impacto ambiental con una perspectiva transnacional (de conformidad con el Convenio de Espoo de 1991), para la toma de decisiones sobre la ubicación de las actividades potencialmente peligrosas. En el documento se prevé igualmente la previsión de situaciones de urgencia y el acceso del público y de las demás partes contra- tantes a la información.

viernes, 14 de abril de 2017

Regulación del aprovechamiento de las corrientes fluviales internacionales

El Convenio de Helsinki sobre protección y uso de las corrientes fluviales transnacionales y los lagos internacionales se adoptó con la finalidad de establecer un marco de cooperación para la super- visión y evaluación comunes, la investigación y desarrollo conjuntos y el intercambio de información entre los Estados ribe- reños. En el convenio se impone a dichos Estados una serie de obligaciones básicas de prevenir, controlar y reducir los impactos transnacionales sobre los recursos compartidos, en especial por lo que respecta a la contaminación del agua, mediante la aplicación de unas técnicas correctas de gestión, incluida la evaluación de impacto ambiental, y la previsión de contingencias, así como a través de la adopción de tecnologías de bajo o nulo nivel de generación de residuos y la reducción de la contaminación generada por fuentes, tanto puntuales como difusas

miércoles, 12 de abril de 2017

CAMPOS DE RADIOFRECUENCIA Y MICROONDAS - Teléfonos móviles

El uso de radioteléfonos personales está aumentando rápidamente, con el aumento consiguiente del número de estaciones base, a menudo situadas en zonas públicas. No obstante, la expo- sición del público a estas estaciones es baja. Normalmente los sistemas funcionan a frecuencias cercanas a los 900 MHz o 1,8 GHz y utilizan tecnología analógica o digital. Los terminales son radiotransmisores pequeños de baja potencia que se sostienen muy cerca de la cabeza cuando se utilizan. Parte de la energía radiada por la antena es absorbida por la cabeza. Cálculos numéricos y mediciones realizados en cabezas simuladas indican que los valores de SAR pueden ser del orden de algunos W/kg (véase también la declaración de la ICNIRP de 1996). Actual- mente ha aumentado la preocupación pública por el riesgo que puedan suponer los campos electromagnéticos para la salud y se han dedicado varios programas de investigación a estudiar esta posibilidad (McKinley y cols., informe no publicado). Están en curso varios estudios epidemiológicos en relación con el uso de teléfonos móviles y el cáncer cerebral. Hasta ahora solo se han publicado los resultados de un estudio con animales (Repacholi y cols. 1997), concretamente ratones transgénicos expuestos una hora diaria durante 18 meses a una señal similar a la que se utiliza en la comunicación móvil digital. Al finalizar los experi- mentos, 43 de 101 animales expuestos presentaban linfomas, frente a 22 de 100 en el grupo de control de exposición simulada. El incremento era estadísticamente significativo (p > 0,001). No es fácil interpretar estos resultados como relevantes para la salud humana, por lo que será necesario seguir investigando.

lunes, 10 de abril de 2017

CAMPOS DE RADIOFRECUENCIA Y MICROONDAS - Efectos biológicos (III)

Apenas existen pruebas de que la radiación de RF pueda desencadenar cáncer en humanos. No obstante, en un estudio se sugiere que puede actuar como promotor del cáncer en animales (Szmigielski y cols. 1988). Los estudios epidemiológicos de personal expuesto a campos de RF son escasos y por lo general de ámbito limitado (Silverman 1990; NCRP 1986; OMS 1981). En la antigua Unión Soviética y en países del Este de Europa se han realizado varios estudios de trabajadores expuestos en el lugar de trabajo (Roberts y Michaelson 1985), sin bien estos estudios no son concluyentes en cuanto a los efectos para la salud.
Evaluaciones y estudios epidemiológicos en operarios de equipos de sellado por RF en Europa (Kolmodin-Hedman y cols. 1988; Bini y cols. 1986) han dado como resultado la posible presentación de los siguientes problemas específicos:
• quemaduras por RF o por contacto con superficies calientes;
• entumecimiento (es decir, parestesia) de manos y dedos; perturbación o alteración de la sensibilidad táctil;
• irritación ocular (posiblemente a causa de vapores emanados de material que contenía vinilo),
• calentamiento y malestar significativos en las piernas (debido quizá al flujo de corriente a tierra a través de las piernas).

domingo, 9 de abril de 2017

CAMPOS DE RADIOFRECUENCIA Y MICROONDAS - Efectos biológicos (II)


También se producen efectos biológicos cuando el calenta- miento por RF no es un mecanismo adecuado ni posible. Estos efectos suelen estar relacionados con campos de RF modulada y longitudes de onda milimétricas. Se han propuesto diversas hipótesis, pero aún no han aportado información útil para esta- blecer límites de exposición en humanos. Es necesario entender los mecanismos de interacción fundamentales ya que no es factible explorar cada uno de los campos de RF para determinar sus interacciones biofísicas y biológicas características.
Los estudios en humanos y en animales indican que los campos de RF pueden causar efectos biológicos nocivos debido al calentamiento excesivo de los tejidos internos. Los sensores térmicos corporales están situados en la piel y no detectan fácil- mente el calentamiento de zonas profundas del cuerpo. Por lo tanto, los trabajadores pueden absorber cantidades significativas de energía de RF sin percatarse inmediatamente de la presencia de campos de fuga. Existen notificaciones de que personal expuesto a campos de RF producidos por equipos de radar, calentadores y selladores de RF y torres de emisoras de radio y televisión ha experimentado una sensación de calentamiento algún tiempo después de haber estado expuesto.

sábado, 8 de abril de 2017

CAMPOS DE RADIOFRECUENCIA Y MICROONDAS - Efectos biológicos (I)

Como magnitud dosimétrica se utiliza ampliamente la tasa de absorción específica (SAR, medida en watios por kilogramo), de la cual pueden derivarse los límites de exposición. La SAR de un organismo biológico depende de parámetros de exposición tales como la frecuencia de la radiación, la intensidad, la polarización, la configuración de la fuente radiante y del cuerpo, las superficies de reflexión y tamaño y la forma y propiedades eléctricas del cuerpo. Además, la distribución espacial de la SAR en el interior del cuerpo presenta una marcada falta de uniformidad. Esta distribución no uniforme de la energía provoca un calentamiento no uniforme de las partes profundas del cuerpo y puede producir gradientes de temperatura internos. A frecuencia superiores a 10 GHz, la energía se deposita cerca de la superficie corporal. El máximo valor de SAR se da a aproximadamente 70 MHz en el sujeto estándar y a unos 30 MHz cuando la persona se encuentra de pie y en contacto con tierra de RF. En condi- ciones extremas de humedad y temperatura, valores de SAR de 1 a 4 W/kg a 70 MHz en todo el cuerpo suelen originar un aumento de temperatura interno de 2 ºC aproximadamente en seres humanos sanos, en una hora.
El calentamiento por RF es un mecanismo de interacción que ha sido estudiado en profundidad. Se han observado efectos térmicos a menos de 1 W/kg, pero en general no se han deter- minado umbrales de temperatura para estos efectos. Al evaluar efectos biológicos debe tenerse en cuenta el perfil tiempo-temperatura.

viernes, 7 de abril de 2017

SEGURIDAD RADIOLOGICA - Dosimetría (I)

La dosimetría se utiliza para indicar los equivalentes de dosis que los trabajadores reciben de los campos de radiación externos a los que puedan estar expuestos. Los dosímetros se caracterizan por el tipo de dispositivo, por el tipo de radiación que miden y por la parte del cuerpo para la que se indicará la dosis absorbida.

jueves, 6 de abril de 2017

SEGURIDAD RADIOLOGICA - Normas de seguridad radiológica

Existen normas sobre exposición radiológica de los trabajadores y del público en general y sobre límites anuales de incorporación (LAI) de radionucleidos. De los LAI pueden deducirse normas que regulen las concentraciones de radionucleidos en el aire y en el agua.
La CIPR ha publicado numerosas tabulaciones de los LAI y de las concentraciones correspondientes en el aire y en el agua. En la Tabla 48.15 ofrece un resumen de los límites de dosis recomendados.

miércoles, 5 de abril de 2017

SEGURIDAD RADIOLOGICA - Principios de la seguridad radiológica (II)

3. La exposición de individuos resultante de la combinación de todas las prácticas pertinentes debe someterse a límites de dosis, o a algún control del riesgo en el caso de exposiciones potenciales, con el fin de garantizar que nadie se exponga por causa de estas prácticas a riesgos radiológicos que se consi- deren inaceptables en circunstancias normales. No todas las fuentes son susceptibles de control mediante acción en la misma fuente, y es necesario especificar las fuentes que se incluirán como pertinentes antes de seleccionar un límite de dosis (límites de dosis y de riesgo individuales ).

martes, 4 de abril de 2017

SEGURIDAD RADIOLOGICA - Principios de la seguridad radiológica (I)

La Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones (CIPR) ha propuesto los principios siguientes, que deben informar la utilización de la radiación ionizante y la aplicación de las normas de seguridad radiológica:
1. No debe adoptarse ninguna práctica que implique exposiciones a la radiación a menos que produzca un beneficio a los individuos expuestos o a la sociedad suficiente para com- pensar el perjuicio que ocasiona la radiación (la justificación de una práctica).
2. En relación con cualquier fuente particular dentro de una práctica, la magnitud de las dosis individuales, el número de personas expuestas y la probabilidad de incurrir en exposi- ciones cuando no exista seguridad de que vayan a recibirse deben mantenerse todas tan bajas como razonablemente se pueda (ALARA), teniendo en cuenta factores económicos y sociales. Este procedimiento debe estar limitado por restric- ciones sobre la dosis a individuos (restricciones de dosis), de manera que se limite la desigualdad que pueda resultar de los juicios económicos y sociales inherentes (la optimización de la protección).

lunes, 3 de abril de 2017

SEGURIDAD RADIOLOGICA

En este artículo se describen aspectos de los programas de segu- ridad radiológica. El objetivo de la seguridad radiológica es eliminar o limitar al mínimo los efectos nocivos de la radiación ionizante y del material radiactivo en los trabajadores, el público y el medio ambiente sin obstaculizar su empleo en actividades beneficiosas.
Casi ningún programa de seguridad radiológica tendrá que implantar todos y cada uno de los elementos que se describen a continuación. El diseño de un programa de seguridad radioló- gica depende de los tipos de fuentes de radiación ionizante que intervengan y de la forma en que se utilicen.

domingo, 2 de abril de 2017

Salud y frío - Estrés psicológico

La exposición al frío, sobre todo cuando se combina con factores relacionados con el frío y la vida en lugares muy apartados, impone a la persona un estrés no sólo fisiológico, sino también psicológico. Cuando se trabaja en ambientes fríos, con mal tiempo, en lugares apartados y quizás en situaciones potencialmente peligrosas, el estrés psicológico puede alterar o incluso deteriorar la función psicológica de la persona de tal manera que le impida realizar con seguridad gran parte del trabajo.

sábado, 1 de abril de 2017

Salud y frío - La acrocianosis

La acrocianosis se manifiesta por cambios cianóticos en el color de la piel tras la exposición al frío. Otros síntomas pueden consistir en disfunción de la mano y los dedos en la zona acro- cianótica. Los síntomas son muy comunes y con frecuencia se reducen a un nivel aceptable al disminuir la exposición al frío (por ejemplo, con unas prendas de abrigo adecuadas) o el consumo de nicotina.