jueves, 1 de agosto de 2019

EVALUACIONES DE IMPACTO AMBIENTAL (III)


Además, durante los primeros cinco a seis años de vigencia de la Ley nacional de política ambiental se interpusieron numerosas demandas judiciales en las que los adversarios del proyecto impugnaron la idoneidad de las declaraciones de impacto ambiental por causas técnicas o, a veces, de procedimiento. Estos contenciosos también contribuyeron a demorar los proyectos. Sin embargo, a medida que adquiría experiencia y se emitían directrices más estrictas e inequívocas, el número de liti- gios judiciales se fue reduciendo significativamente. Lamentablemente, todos estos problemas contribuyeron a dar a muchos observadores independientes una impresión nítida de que la evaluación de impacto ambiental era una idea bien inten- cionada que, por desgracia, se había aplicado mal y había termi- nado por convertirse, más en un obstáculo que en una ayuda al desarrollo. Para muchas personas, parecía una actividad adecuada, si no absolutamente necesaria, para las autocomplacientes naciones industrializadas, pero para los países en desarrollo constituía un lujo costoso que no podían permitirse.
A pesar de las reacciones adversas iniciales registradas en algunos lugares, la difusión de la evaluación de impacto ambiental se reveló imparable. Desde que se inició en Estados Unidos en 1970, la EIA se extendió a Canadá, Australia y Europa. En varios países en desarrollo, como Filipinas, Indo- nesia y Tailandia, las técnicas de la EIA se implantaron antes que en muchas naciones de la Europa occidental. Curiosamente, los diversos bancos de desarrollo, como el Banco Mundial, fueron a la zaga de otras organizaciones en la incorporación de la EIA a sus respectivos sistemas de toma de decisiones. Ciertamente, hasta finales del decenio de 1980 y principios del siguiente los bancos y organismos de cooperación bilateral se pusieron al nivel del resto del mundo. No se tiene la impresión de que el ritmo de incorporación de las leyes y los reglamentos normativos de la evaluación de impacto ambiental a los distintos sistemas nacionales de toma de decisiones se esté desacelerando. Por el contrario, como consecuencia de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, la aplicación de la EIA ha ido creciendo gradualmente a medida que los organismos inter- nacionales y los gobiernos se esfuerzan por hacer efectivas las recomendaciones de Río respecto a la necesidad de perseguir un desarrollo sostenible.

Pg 29, 54

No hay comentarios:

Publicar un comentario