Las lesiones por ruido en un entorno de aire comprimido pueden ser graves, ya que los motores de aire, los martillos neumáticos y los taladros nunca están adecuadamente equipados con silencia- dores. Se han medido niveles de ruido superiores a 125 dB en cajones de aire comprimido y en túneles, cuyos efectos son dolor físico y lesiones permanentes al oído interno. El eco en el interior de un túnel o de un cajón de aire comprimido empeora el problema.
Muchos trabajadores en entornos de aire comprimido se muestran reacios al uso de protección para los oídos, con el argumento de que bloquear el sonido de un vagón de tierra que se aproxima puede ser peligroso. Su argumento no tiene una base real, ya que la protección para los oídos, en el mejor de los casos, atenúa el sonido pero no lo elimina. Además, el trabajador puede percibir la proximidad de los vagones de tierra en movimiento no sólo por el ruido, sino por otros indicios, como las sombras en movimiento y la vibración del suelo. Sí sería motivo de preocupación una oclusión hermética del conducto auditivo mediante protectores u orejeras que ajustasen perfectamente. Si se impide el paso del aire al canal auditivo externo durante la compresión, puede producirse la compresión del oído externo, ya que el tímpano se ve impulsado hacia el exterior por el aire que entra al oído medio a través de las trompas de Eustaquio. Las orejeras protectoras habituales no suelen ser completa- mente herméticas. Durante la compresión, que representa una fracción mínima del tiempo total del turno de trabajo, pueden soltarse ligeramente en caso de que existan problemas para equi- librar la presión. Los tapones de fibra moldeados que se ajustan a la forma del canal externo protegen sin ser herméticos.
El objetivo es evitar un nivel medio de ruido superior a 85 dBA durante mucho tiempo. Todos los trabajadores de entornos de aire comprimido deberían someterse a una audiometría antes de iniciar el trabajo, de forma que pudiera controlarse la pérdida de audición causada por el alto nivel de ruido.
Los tubos de suministro de aire de las cámaras hiperbáricas y de las esclusas de descompresión pueden equiparse con silenciadores eficaces. Es importante insistir sobre este punto, ya que el ruido de la ventilación puede resultar tan molesto a los trabajadores que dejen de ventilar adecuadamente la cámara. Es posible mantener una ventilación continua con un silenciador en la fuente de suministro que no produzca más de 75 dB, aproximadamente el nivel de ruido en una oficina normal.
Muchos trabajadores en entornos de aire comprimido se muestran reacios al uso de protección para los oídos, con el argumento de que bloquear el sonido de un vagón de tierra que se aproxima puede ser peligroso. Su argumento no tiene una base real, ya que la protección para los oídos, en el mejor de los casos, atenúa el sonido pero no lo elimina. Además, el trabajador puede percibir la proximidad de los vagones de tierra en movimiento no sólo por el ruido, sino por otros indicios, como las sombras en movimiento y la vibración del suelo. Sí sería motivo de preocupación una oclusión hermética del conducto auditivo mediante protectores u orejeras que ajustasen perfectamente. Si se impide el paso del aire al canal auditivo externo durante la compresión, puede producirse la compresión del oído externo, ya que el tímpano se ve impulsado hacia el exterior por el aire que entra al oído medio a través de las trompas de Eustaquio. Las orejeras protectoras habituales no suelen ser completa- mente herméticas. Durante la compresión, que representa una fracción mínima del tiempo total del turno de trabajo, pueden soltarse ligeramente en caso de que existan problemas para equi- librar la presión. Los tapones de fibra moldeados que se ajustan a la forma del canal externo protegen sin ser herméticos.
El objetivo es evitar un nivel medio de ruido superior a 85 dBA durante mucho tiempo. Todos los trabajadores de entornos de aire comprimido deberían someterse a una audiometría antes de iniciar el trabajo, de forma que pudiera controlarse la pérdida de audición causada por el alto nivel de ruido.
Los tubos de suministro de aire de las cámaras hiperbáricas y de las esclusas de descompresión pueden equiparse con silenciadores eficaces. Es importante insistir sobre este punto, ya que el ruido de la ventilación puede resultar tan molesto a los trabajadores que dejen de ventilar adecuadamente la cámara. Es posible mantener una ventilación continua con un silenciador en la fuente de suministro que no produzca más de 75 dB, aproximadamente el nivel de ruido en una oficina normal.
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