martes, 30 de octubre de 2007

Efectos fisiopatológicos de la reducción de la presión barométrica: Edema cerebral de las grandes alturas

El edema cerebral de las grandes alturas constituye la fase extrema del mal de montaña agudo, que ha progresado hasta causar una disfunción cerebral generalizada. Su incidencia no se conoce con seguridad, ya que resulta difícil diferenciar un caso grave del mal de montaña agudo de un caso leve de edema cere- bral. Su patogenia es una ampliación de la patogenia de aquélla: la hipoventilación incrementa el flujo sanguíneo cerebral y la presión intracraneal, lo que deriva en edema cerebral. Sus síntomas iniciales son también idénticos. A medida que el edema progresa, aparecen otros síntomas neurológicos, como irritabilidad grave e insomnio, ataxia, alucinaciones, parálisis, convulsiones y, en último término, coma. La exploración ocular suele revelar tumefacción del disco óptico o edema de papila. También son frecuentes las hemorragias retinianas. Además, muchos casos de edema cerebral se asocian a edema pulmonar.
El tratamiento del edema cerebral de las grandes alturas es similar al de otros trastornos provocados por la altitud, y la medida más recomendable es el descenso. Debe administrarse oxígeno para mantener la saturación de la hemoglobina por encima del 90 %. La formación de edema puede reducirse con corticosteroides como la dexametasona; se han empleado también los diuréticos, aunque su eficacia es incierta. Los pacientes en coma pueden precisar tratamiento adicional, con mantenimiento de la respiración. La respuesta al tratamiento es variable, ya que los déficit neurológicos y el coma persisten durante días o semanas después del traslado a altitudes más bajas. La prevención del edema cerebral es similar a la de otros trastornos de las alturas.

domingo, 28 de octubre de 2007

Instrucciones para los trabajadores en entornos de aire comprimido. (II)

• Si está resfriado o tiene un ataque de alergia, es preferible no someterse a la
compresión hasta que lo haya superado. Los resfriados dificultan o hacen
imposible equilibrar los oídos o senos nasales.
• En raras ocasiones, algunas personas pueden sentir dolor en un diente
empastado. Sucede así si existe aire bajo el empaste que no puede equilibrarse
fácilmente. Si le comenta el problema a su dentista, él encontrará la solución. Los
dientes no empastados, incluso si tienen caries, no suelen presentar problemas.
• Los dientes postizos y las lentes de contacto blandas, así como las gafas
normales, pueden utilizarse con total seguridad en el entorno de aire comprimido.
• Si alguien llegase a sufrir una lesión grave en el pecho, en la espalda o en la
caja torácica mientras trabaja en el túnel presurizado, deberá tener especial
cuidado antes y durante la descompresión. Si la víctima tiene una costilla rota
que ha perforado el pulmón, el aire puede escapar del pulmón y colapsar el
pulmón sano al expandirse en la caja torácica durante la descompresión.
Cualquier persona de la que se sospeche que pueda tener una lesión de este tipo
debe ser examinada por el médico especialista en aire comprimido antes de
someterse a la descompresión. La descompresión deberá realizarse bajo la
supervisión del médico.
• Durante la descompresión, el aire de la esclusa se enfriará. Se conoce como
“enfriamiento por descompresión” y es un fenómeno completamente normal.
También puede producirse niebla en la cámara. La temperatura volverá a ser
normal y la niebla desaparecerá en cuanto la presión deje de variar y llegue a la
superficie.
• Es muy importante que respire normalmente durante la descompresión y no
retenga la respiración por ningún motivo; el aire debe entrar y salir libremente de
los pulmones para evitar que se quede atrapado. Si esto sucediese, los pulmones
se expandirían excesivamente y, en teoría, podrían romperse, lo que produciría la
entrada de aire en el torrente sanguíneo, con consecuencias muy graves para el
cerebro. Se conoce como embolismo por aire. Aunque se presenta en algunos
buzos, nunca se ha demostrado que ocurra en los trabajadores de túneles. Sin
embargo, debe saber que existe la posibilidad teórica y cuáles son los síntomas:
pérdida de consciencia, parálisis de un lado del cuerpo, o una pupila de mayor
tamaño que la otra. Si aparecen los síntomas, lo hacen inmediatamente (en
segundos) después de la descompresión y no es posible que ocurran después. Si
alguien pierde la consciencia al salir de la cámara, será llevado inmediatamente a
la cámara de recompresión indicada y se notificará al médico especialista en aire
comprimido.
• Si sigue sintiendo dolor, debilidad u hormigueo en cualquier parte del cuerpo
después de salir de la cámara de descompresión, puede ser un indicio de
enfermedad por descompresión. Si tiene sensación de “pinchazos” en las piernas
o torpeza en las manos, los brazos y las piernas, debe considerarse como
enfermedad por descompresión con burbujas en la médula espinal mientras no se
demuestre lo contrario. Otros síntomas pueden ser vértigo y náuseas (“vahídos”)
o dificultad para respirar (“ahogo”). Si presenta cualquiera de estos síntomas,
comuníqueselo inmediatamente al médico de la cámara de recompresión.
• Evite el uso de relojes con carátula redonda en la cámara de trabajo a menos que
indiquen expresamente que son resistentes a la presión. En ocasiones, el aire
comprimido puede introducirse en un reloj “impermeable” y al expandirse durante
la descompresión, hacer que la carátula se caiga. Los relojes cuadrados son
suficientemente permeables y esto no ocurre.
• No vuele en aviones comerciales o privados durante al menos 24 horas después
de la descompresión de un turno de trabajo. No practique el submarinismo
durante 24 horas antes y después del trabajo en aire comprimido.

jueves, 25 de octubre de 2007

Teoría de la extinción de incendios

La extinción y supresión de los incendios puede estudiarse a la luz de la exposición anterior sobre la teoría de los incendios. Los procesos de combustión de fase gaseosa (p. ej., reacciones de llama) son muy sensibles a los inhibidores químicos. Algunas de las sustancias ignífugas empleadas para mejorar el comporta- miento ante el fuego de los materiales se basan en el hecho de que la liberación de pequeñas cantidades de un inhibidor entre los vapores del combustible impiden el mantenimiento de la llama. La presencia de una sustancia ignífuga no convierte un material combustible en incombustible, pero dificulta su ignición e incluso puede llegar a impedirla totalmente si la fuente de ignición es pequeña. En cambio, en un incendio ya activo, acabará ardiendo, pues el elevado flujo de calor anula el efecto ignífugo.
Un incendio puede extinguirse de diferentes formas:
1. cortando el suministro de vapores combustibles;
2. apagando la llama con extintores químicos (inhibición);
3. cortando el suministro de aire (oxígeno) del incendio (sofoca- ción),
4. insuflando aire.

martes, 23 de octubre de 2007

Convenio de la OIT sobre la prevención de accidentes industriales mayores, 1993 (No. 174) PARTE II. PRINCIPIOS GENERALES (II)

Artículo 4
1. Todo Miembro deberá formular, adoptar y revisar periódicamente, habida cuenta de la legislación, las condiciones y la prác- tica nacionales, y en consulta con las organizaciones más representativas de empleadores y de trabajadores y con otras partes interesadas que pudieran ser afectadas, una política nacional coherente relativa a la protección de los trabajadores, la población y el medio ambiente, contra los riesgos de accidentes mayores.
2. Esta política deberá ser aplicada mediante disposiciones preventivas y de protección para las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores y, cuando sea posible, deberá promover la utilización de las mejores tecnologías de seguridad disponibles.

Artículo 5
1. La autoridad competente o un organismo aprobado o reconocido por la autoridad competente deberá, previa consulta con las organizaciones más representativas de empleadores y de trabaja- dores y con otras partes interesadas que pudieran ser afectadas, establecer un sistema para la identificación de las instalaciones expuestas a riesgos de accidentes mayores según se definen en el artículo 3, c), basado en una lista de sustancias peligrosas o de categorías de sustancias peligrosas, o de ambas, que incluya sus cantidades umbrales respectivas, de conformidad con la legislación nacional o las normas internacionales.
2. El sistema de clasificación al que se hace referencia en el párrafo 1 anterior deberá ser revisado y actualizado regularmente.

Artículo 6
La autoridad competente, después de consultar a las organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores interesadas, deberá tomar disposiciones especiales para proteger las informaciones confidenciales que le son transmitidas o puestas a su disposición de conformidad con cualquiera de los artículos 8, 12, 13 o 14, cuya revelación pudiera causar perjuicio a las actividades de un empleador, siempre y cuando dicha confidencialidad no implique un peligro grave para los trabajadores, la población o el medio ambiente.

lunes, 22 de octubre de 2007

Características y comportamiento de los animales acuaticos: Seláceos (Condrictios).

). Entre los animales pertenecientes a este phylum se encuentran los tiburones, las rayas y las mantas. Los tiburones viven en aguas poco profundas, en donde buscan a sus presas y pueden atacar a las personas. Muchas variedades tienen una o dos espinas largas y venenosas delante de la aleta dorsal, que contienen un veneno débil todavía no identificado. Las espinas producen una herida que ocasiona un dolor inmediato e intenso con irritación, inflamación y edema. Otro gran peligro de estos animales es su mordedura, ya que la disposición de sus dientes afilados en varias filas puede causar laceraciones y desga- rros graves que producen un shock inmediato, hemorragia aguda y ahogamiento de la víctima. El peligro que representan los tiburones ha sido objeto de un intenso debate y todas las variedades parecen ser particularmente agresivas. Es muy difícil predecir su comportamiento, aunque se cree que se sienten atraídos por el movimiento y por el color claro de los nada- dores, así como por la sangre y las vibraciones que producen los peces u otras presas tras ser atrapadas. Las rayas y las mantas son organismos grandes y planos con una larga cola provista de una o más espinas o sierras que pueden ser venenosas. El veneno contiene serotonina, 5-nucleotidasa y fosfodiesterasa, y puede causar vasoconstricción generalizada y parada cardiorrespira- toria. Rayas y mantas viven en regiones arenosas de aguas costeras, en donde pueden esconderse bien, siendo fácil que los bañistas pisen alguna sin darse cuenta. La raya reacciona levantando la cola y proyectando la espina contra la víctima. De esta forma pueden causar heridas profundas en alguna extremidad o incluso penetración en un órgano interno, como el peritoneo, el pulmón, el corazón o el hígado, especialmente en el caso de niños. La herida puede originar también dolor intenso, inflamación, edema linfático y otros síntomas generales como shock primario y colapso cardiocirculatorio. Las lesiones en órganos internos pueden ocasionar la muerte en un plazo de horas. Los incidentes con rayas y mantas son unos de los más frecuentes, produciéndose cerca de 750 todos los años en Estados Unidos. Son animales igualmente peligrosos para los pescadores, a los que se recomienda que les corten la cola tan pronto como los suban a bordo. Algunas especies de rayas, como la torpedo y la narcine, poseen órganos eléctricos en el dorso que, cuando se les estimula por simple contacto, producen descargas eléctricas de entre 8 y 220 voltios, suficientes para atontar e inmovilizar momentáneamente a la víctima, aunque ésta suele recuperarse sin complicaciones.

jueves, 18 de octubre de 2007

Efectos fisiopatológicos de la reducción de la presión barométrica: Edema pulmonar de las grandes alturas

El edema pulmonar de las grandes alturas afecta aproximadamente a un 0,5 a un 2,0 % de las personas que ascienden a altitudes superiores a 2.700 m y es la causa más frecuente de muerte por enfermedad en las grandes alturas. Este edema aparece de
6 a 96 horas después del ascenso. Los factores de riesgo son similares a los del mal de montaña agudo y entre sus manifestaciones precoces más comunes deben citarse algunos síntomas de esta enfermedad, además de peor tolerancia al esfuerzo, mayor tiempo de recuperación después del ejercicio, disnea de esfuerzo y tos seca persistente. A medida que progresa, el paciente desarrolla disnea de reposo, signos audibles de congestión pulmonar y cianosis de las uñas y los labios. La patogenia de este trastorno no se conoce por completo, pero probablemente guarda relación con un aumento de la presión microvascular o con un aumento de la permeabilidad de la microvascularización que lleva al desarrollo de edema. Aunque la hipertensión pulmonar ayudaría a explicar esta patogenia, se ha observado elevación de la presión arterial pulmonar debida a la hipoxia, en todas las personas que ascienden a grandes altitudes, incluidas las que no desarrollan edema pulmonar. Desde luego, las personas propensas podrían desarrollar una constricción hipóxica desigual de las arterias pulmonares que provocara una mayor perfusión de la microvascularización en áreas localizadas donde la vasoconstricción hipóxica fuera escasa o nula. El aumento resultante de la presión y de las fuerzas de cizallamiento lesionaría las membranas capilares y traería consigo la formación de edema. Este mecanismo explica el carácter desigual y el aspecto que refleja en las exploraciones radiográficas del pulmón. Al igual que sucede en el mal de montaña agudo, las personas con menores RVH son las más propensas a desarrollar el edema pulmonar de las alturas, pues su saturación de oxihemoglobina es menor y, por tanto, su constricción pulmonar hipóxica es mayor.
La prevención del edema pulmonar de las grandes alturas es similar a la del mal de montaña agudo y comprende el ascenso gradual y el uso de acetazolamida. Recientemente se ha demos- trado que el relajante muscular liso nifedipino resulta también beneficioso para la prevención de este trastorno en las personas con antecedentes de edema pulmonar de las alturas. Además, es posible que el reposo sirva también como medida preventiva, aunque probablemente sólo en las personas que sufren ya grados subclínicos de la enfermedad.
El mejor tratamiento del edema pulmonar de las grandes alturas es el que se hace mediante evacuación asistida a una altitud menor, teniendo en cuenta que el afectado debe limitar sus esfuerzos. Tras el descenso, se produce una rápida mejoría y no suelen ser necesarias medidas adicionales, excepto el reposo en cama y la administración de oxígeno. Cuando el descenso es imposible, el tratamiento con oxígeno puede ser útil. Se han intentado numerosos tratamientos medicamentosos, y los que mejores resultados han dado son el diurético furosemida y la morfina. Ambos deben utilizarse con precaución, pues pueden causar deshidratación, descenso de la presión arterial y depresión respiratoria. Pese a la efectividad terapéutica del descenso, la mortalidad se mantiene en un 11 % proximadamente. Esta elevada tasa de mortalidad podría reflejar la ausencia de diagnóstico precoz o la imposibilidad de descender, asociada a la carencia de otros tratamientos.

martes, 16 de octubre de 2007

Instrucciones para los trabajadores en entornos de aire comprimido.

• Nunca “acorte” el tiempo de descompresión indicado por su superior y por el
código oficial de descompresión utilizado. El tiempo que se gana no compensa
el riesgo de enfermedad por descompresión (ED), una enfermedad que puede
causar la muerte o discapacidades.
• No se siente en una posición “encogida” durante la descompresión. Así se
favorece la acumulación de burbujas de nitrógeno en las articulaciones y, por lo
tanto, aumenta el riesgo de ED. Debido a que seguirá eliminando nitrógeno de
su organismo después de que haya salido del trabajo, evite también dormir
o descansar en esta posición.
• Utilice agua tibia para ducharse o bañarse hasta seis horas después de la
descompresión; el agua muy caliente puede originar o empeorar una situación
de enfermedad por descompresión.
• La fatiga excesiva, la falta de sueño y el exceso de alcohol la noche previa
también pueden contribuir a que se produzca la enfermedad por descompresión.
Nunca debe ingerirse alcohol o aspirina como “tratamiento” para el dolor
producido por la enfermedad por descompresión.
• La fiebre y las enfermedades, como un fuerte resfriado, aumentan el riesgo de
enfermedad por descompresión. Asimismo, las tensiones musculares y las
lesiones en fibras y ligamentos son sitios “favoritos” para que se inicie la ED.
• Si se presenta enfermedad por descompresión fuera del lugar de trabajo,
póngase inmediatamente en contacto con el médico de la empresa o con un
médico que tenga experiencia en tratar esta enfermedad. Lleve puestos en todo momento su brazalete o insignia de identificación.
• Deje todos los artículos de fumar en su taquilla. El aceite hidráulico es
inflamable y en caso de iniciarse un incendio en el entorno cerrado del túnel,
podrían producirse grandes daños y el cierre del trabajo, lo cual le dejaría sin
empleo. Debido a que el aire es más denso en el interior del túnel por la
compresión, los cigarrillos conducen el calor y se calientan tanto que no es
posible sostenerlos a medida que se consumen.
• No lleve termos con el almuerzo a menos que recuerde aflojar la tapa durante
la compresión; si no lo hace, el tapón se introducirá en la botella. Durante la
descompresión, también debe aflojar la tapa para que la botella no explote.
Los termos con un vidrio muy frágil pueden implosionar cuando se aplica
presión, aunque la tapa esté suelta.
• Una vez que se cierra la compuerta de aire y comienza a aumentar la presión,
observará que el aire se calienta. Esto se conoce como “calor de compresión”
y es normal. Cuando deja de variar la presión, el calor se disipará y la
temperatura volverá a ser normal. Durante la compresión, lo primero que
notará es que se le taponan los oídos. A menos que logre “destaparlos”
tragando, bostezando o tapándose la nariz e intentando “expulsar el aire por
los oídos”, sentirá dolor de oídos durante la compresión. Si no logra destaparse
los oídos, indíqueselo al jefe de turno inmediatamente para que detenga la
compresión, pues podría llegar a romperse el tímpano o experimentar una
compresión grave del oído. Una vez que se haya alcanzado la presión máxima,
ya no tendrá problemas con los oídos durante el resto del turno.
• Si tras la compresión siente en los oídos un zumbido, un pitido o sordera
persistente durante varias horas, indíqueselo al médico especialista en aire
comprimido para que evalúe la situación. En situaciones extremadamente
graves, aunque muy poco frecuentes, puede resultar afectada una parte de la
estructura del oído medio distinta al tímpano, si tiene mucha dificultad para
destapar los oídos; en ese caso, el problema debe corregirse quirúrgicamente en
los dos o tres primeros días para evitar un problema permanente.

lunes, 15 de octubre de 2007

Propagación de la llama

Un factor básico del aumento de dimensiones de un incendio es la velocidad de propagación de una llama por las superficies combustibles adyacentes. La propagación de la llama puede representarse como un frente de avance de la ignición en donde el extremo frontal de la llama actúa como fuente de ignición del combustible que todavía no está ardiendo. La velocidad de propagación viene determinada, por un lado, por las propiedades del material, de las que depende la facilidad de ignición y, por otro, por la interacción entre la llama existente y la superficie de avance del frente. La propagación vertical en sentido ascendente es la más rápida, pues la flotabilidad garantiza que las llamas se desplacen hacia arriba, y así la superficie superior al área de combustión queda expuesta a la transferencia directa del calor de las llamas. Compárese esta situación con la propagación en una superficie horizontal, en que las llamas del área de combustión se elevan verticalmente, lejos de la superficie. Realmente, la expe- riencia demuestra que la propagación vertical es la más peligrosa
(p. ej., propagación de llamas en cortinas y sábanas o en ropas sueltas como camisones).
La velocidad de propagación también depende del flujo de calor radiante aplicado. El volumen de un incendio en el interior de una habitación crecerá con mayor rapidez al aumentar el nivel de radiación generado a medida que se extiende el incendio, lo que contribuirá a acelerar su propagación.

sábado, 13 de octubre de 2007

Estudio clínico de la descarga eléctrica (IV)

Hay una amplia variedad de complicaciones neurológicas posibles. La más temprana en aparecer es el accidente cerebro- vascular, con independencia de que la víctima experimente al principio pérdida de conciencia. La fisiopatología de estas complicaciones comprende trauma craneal (cuya presencia debe comprobarse), el efecto directo de la corriente sobre la cabeza o la modificación de la circulación sanguínea cerebral y la inducción de un edema cerebral retardado. Además, el trauma o la acción directa de la corriente eléctrica pueden provocar complicaciones medulares y periféricas secundarias.
Los trastornos sensoriales afectan el ojo y a los sistemas audio vestibular o coclear. Es importante examinar lo antes posible la córnea, el cristalino y el fondo del ojo, y seguir la evolución de las víctimas de arcos y de contacto directo en la cabeza por si hubiera efectos retardados. Pueden desarrollarse cataratas después de un período de varios meses sin síntomas. Los trastornos vestibulares y la pérdida de audición se deben sobre todo a efectos de estallido y, en víctimas de descargas atmosféricas transmitidas por líneas telefónicas, a trauma eléctrico (Gourbiere y cols. 1994).
Las mejoras en las prácticas de urgencia móvil han hecho disminuir en gran medida la frecuencia de complicaciones renales, en especial la oligoanuria, en víctimas de electrización de alta tensión. La rehidratación temprana y cuidadosa y la alcalinización intravenosa es el tratamiento preferente en víctimas de quemaduras graves. Se han comunicado algunos casos de albuminuria y de hematuria microscópica persistente.

viernes, 12 de octubre de 2007

Perforación de túneles con aire comprimido (II)

En los túneles grandes, de más de cuatro metros de diámetro, deben existir dos esclusas: una, denominada compuerta de tierra, para el paso de los vagones de tierra y la otra, la esclusa del personal, colocada por lo general sobre la anterior, para el paso de los trabajadores. En los proyectos grandes, la esclusa del personal consta generalmente de tres compartimientos, de forma que los ingenieros, los electricistas, etc. puedan bloquear o desbloquear el acceso para cada cambio de turno que debe someterse a descompresión. Las grandes esclusas para el personal suelen construirse fuera del muro de sostén de hormigón principal, de manera que no tengan que soportar la fuerza compresora externa de la presión del túnel al abrirlas al aire exterior.
En los grandes túneles subacuáticos se levanta una pantalla de seguridad, que abarca la mitad superior del túnel, para propor- cionar cierto grado de protección en caso de que el túnel se inunde repentinamente debido a una explosión durante la perforación bajo un río o un lago. La pantalla de seguridad suele colocarse lo más cerca posible del frente, lejos de la maquinaria de excavación. Se coloca un puente o paso colgante entre la pantalla y las esclusas, de manera que pase al menos un metro por debajo del borde inferior de la pantalla. Con ello se permite a los trabajadores el acceso a la esclusa del personal en caso de inundación repentina. La pantalla de seguridad también se utiliza para atrapar los gases ligeros que pueden ser explosivos; Puede pasarse una línea de limpieza a través de la pantalla y acoplarse a una línea de succión o extracción. Si se produce un fallo de la válvula, esto puede ayudar a purgar los gases ligeros del ambiente de trabajo. Debido a que la pantalla de seguridad se extiende hasta casi la mitad del túnel, sólo puede emplearse en túneles de al menos 3,6 m. Debe advertirse a los trabajadores que se mantengan alejados del extremo abierto de la línea de limpieza, ya que pueden producirse accidentes graves si el tubo succiona la ropa que llevan puesta.
En la Tabla 36.1 se muestra una lista de instrucciones que deben proporcionarse a los trabajadores la primera vez que acceden al entorno de aire comprimido.
El médico o profesional de la salud en el trabajo para el proyecto del túnel tiene la responsabilidad de garantizar que se aplican las normas sobre pureza del aire así como todas las medidas de seguridad. El cumplimiento de los programas de descompresión elaborados también debe vigilarse cuidadosa- mente mediante un examen periódico de las gráficas de registro de presión del túnel y de las esclusas del personal.

lunes, 8 de octubre de 2007

Características y comportamiento de los animales acuaticos: Platelmintos y Polizoos (Briozoos).

Platelmintos. A esta clase pertenecen el Eirythoe complanata y el Hermodice caruncolata, conocidos como “gusanos espinosos”. Están cubiertos por numerosos apéndices en forma de espina o púa que contienen un veneno (nereistotoxina) con efecto neurotóxico
e irritante tópico.
Polizoos (Briozoos). Este grupo está constituido por animales que forman colonias con aspecto de planta, semejantes a los musgos gelatinosos y que se incrustan con frecuencia en rocas y conchas. Una variedad, conocida como Alcyonidium, produce una dermatitis urticante en los brazos y el rostro de los pescadores al retirar este “musgo” de sus redes. También puede causar un eczema alérgico.

viernes, 5 de octubre de 2007

Fuentes de ignición (II)

En los materiales propensos a la combustión sin llama puede darse también un fenómeno de autocalentamiento (Bowes 1984), que se produce cuando se guardan grandes cantidades de material, de forma que el calor generado por la lenta oxidación superficial no puede escapar y da lugar a un aumento de la temperatura dentro de la masa. En determinadas condiciones se inicia un proceso incontrolado que puede conducir a una reacción de combustión sin llama en el interior del material.

jueves, 4 de octubre de 2007

Efectos fisiopatológicos de la reducción de la presión barométrica: Mal de montaña agudo

El mal de montaña agudo (MMA) es el trastorno más frecuente en entornos de gran altitud y afecta a dos terceras partes de los que los visitan. Su incidencia depende de múltiples factores, tales como la velocidad del ascenso, la duración de la exposición, el grado de actividad y la sensibilidad individual. Es fundamental identificar a los afectados, a fin de evitar la progresión del proceso hacia un edema cerebral o pulmonar. La identificación se consigue mediante el reconocimiento de los signos y síntomas característicos que se producen en el entorno adecuado. En general, aparece dentro de las primeras horas siguientes a un rápido ascenso a altitudes superiores a 2.500 m. Los síntomas más frecuentes son: cefalea, que es más intensa por la noche; pérdida de apetito, que puede ir acompañada de náuseas y vómitos; alteraciones del sueño y fatiga. Las personas con MMA suelen manifestar sensación de ahogo, tos y síntomas neuroló- gicos, como déficit de memoria y alteraciones visuales o auditivas. La exploración física puede ser anodina, si bien la retención de líquidos es a menudo un signo precoz. Es posible que la patogenia de esta enfermedad guarde relación con una hipoventilación relativa, que incrementa el flujo sanguíneo cerebral y la presión intracraneal a través del aumento de la PCO2 arterial y la reducción de la PO2 arterial. Así se explicaría que las personas con mayor RVH tengan menos tendencia a desarrollarla. Los mecanismos de la retención de líquidos no se comprenden por completo, pero podrían estar relacionados con la alteración de los niveles del plasma para las proteínas las hormonas que regulan la excreción renal de agua; estos mecanismos reguladores podrían responder a la mayor actividad del sistema nervioso simpático observada en los pacientes con el mal de montaña agudo. La acumulación de agua, a su vez, conlleva el desarrollo de edema o tumefacción de los espacios intersticiales de los pulmones. Los casos más graves pueden evolucionar hacia el edema pulmonar o cerebral.
El ascenso lento y gradual previene el desarrollo del mal de montaña agudo, ya que permite el tiempo suficiente para lograr una aclimatación adecuada. Puede ser decisivo para personas muy susceptibles o con antecedentes de haber padecido el tras- torno. Además, la administración de acetazolamida antes o durante el ascenso puede prevenir o mejorar los síntomas de la enfermedad. La acetazolamida inhibe la acción de la anhidrasa carbónica en el riñón y provoca un aumento de la excreción de iones bicarbonato y agua, causando acidosis sanguínea. La acidosis estimula la respiración, por lo que aumenta la saturación de la hemoglobina arterial y se reduce la respiración periódica durante el sueño. Gracias a este mecanismo, la acetazolamida acelera el proceso natural de aclimatación.
El tratamiento más eficaz del mal de montaña agudo es el descenso. El ascenso a altitudes aún mayores está contraindicado. Cuando no sea posible hacer descender al afectado, puede administrársele oxígeno. Otra posibilidad es llevar cámaras hiperbá- ricas ligeras en los equipos de las expediciones a las grandes alturas. Las bolsas hiperbáricas son muy útiles cuando no se dispone de oxígeno y el descenso es imposible. Existen también varios fármacos que mejoran los síntomas del mal de montaña agudo, como la acetazolamida y la dexametasona. El mecanismo de acción de esta última no se conoce con seguridad, pero es posible que actúe disminuyendo la formación de edema.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Perforación de túneles con aire comprimido

Debido al crecimiento de la población, los túneles son cada vez más importantes, tanto para la eliminación de aguas residuales, como para la construcción de vías rápidas y servicios ferroviarios subterráneos en los grandes centros urbanos. Y a menudo han de atravesar tierras blandas a una profundidad considerablemente inferior al nivel freático local. Cuando el túnel debe pasar por debajo de un río o un lago, la única forma de garantizar la seguridad de los trabajadores es llenando de aire comprimido el túnel. Esta técnica, conocida como “cámara de empuje”, utiliza un escudo hidráulico en la parte anterior, con aire comprimido para retener el agua. Bajo los grandes edificios de los centros urbanos también es necesario el aire comprimido para evitar que ceda la superficie; de lo contrario, pueden cuartearse los cimientos y producirse hundimientos de las aceras y calles y daños en las tuberías y otros servicios.
Para presurizar un túnel se construyen muros de sostén transversales para proporcionar los límites de presión. En los túneles más pequeños, de menos de 3 metros de diámetro, se utiliza una esclusa simple o combinada para el acceso de trabajadores y materiales y para retirar la tierra excavada. Las puertas incluyen secciones de vía desmontables, de forma que puedan accionarse sin que se lo impidan los raíles de los vagones de tierra. Los muros de sostén tienen varias perforaciones para permitir el paso de aire a alta presión para las herramientas, y a baja presión para presurizar el túnel; de mangueras extintoras, de los cables de los barómetros, de las líneas de comunicaciones, de los cables de suministro eléctrico para el alumbrado y de la maqui- naria y los tubos de succión para la ventilación y para la extracción del agua. A estos últimos se les denomina líneas de extracción o “líneas de limpieza”.
El tubo de suministro de aire a baja presión, de 15 a 35 cm de diámetro, según el tamaño del túnel, debe llegar hasta el frente del área de trabajo para garantizar una buena ventilación para los trabajadores. Un segundo tubo de aire a baja presión, del mismo tamaño, debe extenderse también a través de ambos muros de sostén y terminar en el interior del muro interno, para suministrar aire en caso de una ruptura u obstrucción en el tubo principal de aire. Los tubos deben estar provistos de válvulas de aleteo que se cierran automáticamente para evitar la despresuri- zación del túnel si se rompe el tubo de suministro. El volumen de aire necesario para ventilar eficazmente el túnel y mantener bajos los niveles de CO2 varía mucho en función de la porosidad del suelo y de la proximidad del recubrimiento de hormigón al escudo. En ocasiones, los microorganismos del suelo producen grandes cantidades de CO2, lo que hace necesario más aire. Otra propiedad útil del aire comprimido es que tiende a extraer de los muros los gases explosivos, como el metanoya expulsarlos del túnel. Esto es importante cuando se desea colocar minas en áreas en las que se han derramado solventes como gasolina o desengrasantes y han saturado el suelo.
La norma general, desarrollada por Richardson y Mayo (1960), es que el volumen de aire necesario puede calcularse multiplicando el área del frente de trabajo en metros cuadrados por seis y añadiendo seis metros cúbicos por trabajador. De esta forma se obtienen los metros cúbicos de aire necesarios por minuto. Si se utiliza esta cifra, pueden cubrirse prácticamente la mayor parte de las eventualidades.
La manguera contra incendios también debe extenderse hasta la parte anterior y estar provista de conexiones para mangueras cada seis metros, para utilizarse en caso de incendio. Debe haber treinta metros de manguera imputrescible acoplada a las salidas principales de agua contra incendios.

lunes, 1 de octubre de 2007

Convenio de la OIT sobre la prevención de accidentes industriales mayores, 1993 (No. 174) (I)

PARTE I. CAMPO DE APLICACION Y DEFINICIONES

Artículo 1
1. El presente Convenio tiene por objeto la prevención de accidentes mayores que involucren sustancias peligrosas y la limitación de las consecuencias de dichos accidentes.…

Artículo 3
A los efectos del presente Convenio:
a) la expresión “sustancia peligrosa” designa toda sustancia o mezcla que, en razón de propiedades químicas, físicas o toxicológicas, ya sea sola o en combinación con otras, entrañe un peligro;
b) la expresión “cantidad umbral” designa respecto de una sustancia
o categoría de sustancias peligrosas la cantidad fijada por la legislación nacional con referencia a condiciones específicas que, si se sobrepasa, identifica una instalación expuesta a riesgos de accidentes mayores;
c) la expresión “instalación expuesta a riesgos de accidentes mayores” designa aquella que produzca, transforme, manipule, utilice, deseche, o almacene, de manera permanente o transitoria, una o varias sustancias o categorías de sustancias peligrosas, en cantidades que sobrepasen la cantidad umbral;
d) la expresión “accidente mayor” designa todo acontecimiento repentino, como una emisión, un incendio o una explosión de gran magnitud, en el curso de una actividad dentro de una instalación expuesta a riesgos de accidentes mayores, en el que estén implicadas una o varias sustancias peligrosas y que exponga a los trabajadores, a la población o al medio ambiente a un peligro grave, inmediato o diferido;
e) la expresión “informe de seguridad” designa un documento escrito que contenga la información técnica, de gestión y de funciona- miento relativa a los peligros y los riesgos que comporta una insta- lación expuesta a riesgos de accidentes mayores y a su prevención, y que justifique las medidas adoptadas para la seguridad de la instalación,
f) el término “cuasiaccidente” designa cualquier acontecimiento repentino que implique la presencia de una o varias sustancias peligrosas y que, de no ser por efectos, acciones o sistemas atenuantes, podría haber derivado en un accidente mayor.