Por desgracia, los esfuerzos realizados no siempre han dado como resultado los objetivos apetecidos. En efecto, la flexibilidad para atraer la inversión de capital, la falta de una normativa sólida en materia de seguridad industrial y protección ambiental, la negligencia en el funcionamiento de las fábricas industriales, el uso de tecnologías obsoletas y otros factores han contribuido a aumentar el riesgo de accidentes tecnológicos en determinadas zonas.
Además, la falta de reglamentación sobre el establecimiento de asentamientos humanos en las inmediaciones de las indus- trias es un factor de riesgo adicional. En las principales ciudades latinoamericanas, es común ver asentamientos humanos prácti- camente en torno a los complejos industriales, y los habitantes de esos asentamientos no están al corriente de los posibles riesgos (Zeballos 1993a).
Para evitar accidentes como el sucedido en Guadalajara
(México) en 1992, se sugieren las siguientes líneas directrices para el establecimiento de industrias químicas, al objeto de proteger a los trabajadoresya la población en general:
• elección de la tecnología adecuada y estudio de alternativas;
• localización apropiada de las plantas industriales;
• reglamentación de los asentamientos humanos en las inmedia- ciones de las industrias;
• consideraciones de seguridad para la transferencia de tecnología;
• inspección sistemática de las plantas por parte de las autori- dades locales;
• conocimientos y experiencias aportados por agencias especializadas;
• papel de los trabajadores en la observancia de las normas de seguridad;
• legislación estricta;
• clasificación de materiales tóxicos y estricta supervisión de su utilización;
• educación de la población y formación de los trabajadores;
• establecimiento de mecanismos de reacción en caso de emergencia,
• formación de los trabajadores sanitarios en planes de emergencia para accidentes tecnológicos.
Temas
- CALIDAD DEL AIRE INTERIOR
- CALOR Y FRIO
- CONTROL AMBIENTAL EN INTERIORES
- CONTROL DE LA CONTAMINACION AMBIENTAL
- DESASTRES NATURALES Y TECNOLOGICOS
- ELECTRICIDAD
- HORAS DE TRABAJO
- ILUMINACION
- INCENDIOS
- POLITICA EN MATERIA DE MEDIO AMBIENTE
- PRESION BAROMETRICA AUMENTO
- PRESION BAROMETRICA REDUCCION
- PREVENCION DE ACCIDENTES
- RADIACIONES IONIZANTES
- RADIACIONES NO IONIZANTES
- RIESGOS BIOLOGICOS
- RUIDO
- VIBRACIONES
- VIOLENCIA
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jueves, 17 de abril de 2014
martes, 1 de abril de 2014
Cuestiones relacionadas con los accidentes tecnológicos
En las dos últimas décadas, los países en desarrollo han entablado una intensa competencia para conseguir el desarrollo industrial.
Las principales razones de esa competencia son las siguientes:
Las principales razones de esa competencia son las siguientes:
- atraer inversión de capital y generar puestos de trabajo;
- satisfacer la demanda interna de productos a menor coste y reducir la dependencia del mercado internacional;
- competir con mercados internacionales y subregionales,
- sentar las bases del desarrollo.
martes, 18 de junio de 2013
Recomendaciones sobre la preparación de Hospitales
Como sugiere lo anterior, la preparación de los hospitales para posibles catástrofes constituye un importante cometido de la Oficina para la preparación de emergencias y el socorro en catás- trofes de la OPS. En los últimos diez años, ha animado a los Estados miembros a emprender actividades con este objetivo, entre las que se incluyen las siguientes:
• clasificación de los hospitales en función de sus factores de riesgo y puntos débiles;
• desarrollo de planes de respuesta internos y externos para hospitales y formación del personal;
• desarrollo de planes de emergencia y establecimiento de medidas de seguridad para el personal profesional y técnico,
• refuerzo de los sistemas de apoyo que ayudan a los hospitales a funcionar en situaciones de emergencia.
Más en general, un objetivo capital de la actual Década de las
Naciones Unidas para la Reducción de las Catástrofes Naturales
(IDNDR) es atraer, motivar y comprometer a las autoridades sanitarias y políticas de todo el mundo para que refuercen los servicios sanitarios encargados de la asistencia en catástrofes y reduzcan su fragilidad en los países en desarrollo.
• clasificación de los hospitales en función de sus factores de riesgo y puntos débiles;
• desarrollo de planes de respuesta internos y externos para hospitales y formación del personal;
• desarrollo de planes de emergencia y establecimiento de medidas de seguridad para el personal profesional y técnico,
• refuerzo de los sistemas de apoyo que ayudan a los hospitales a funcionar en situaciones de emergencia.
Más en general, un objetivo capital de la actual Década de las
Naciones Unidas para la Reducción de las Catástrofes Naturales
(IDNDR) es atraer, motivar y comprometer a las autoridades sanitarias y políticas de todo el mundo para que refuercen los servicios sanitarios encargados de la asistencia en catástrofes y reduzcan su fragilidad en los países en desarrollo.
lunes, 17 de junio de 2013
Factores de riesgo en terremotos (II)
En junio de 1990, un terremoto en Irán provocó daños de importancia similar, ocasionó la muerte a unas 40.000 personas, hirió a otras 60.000, dejó sin hogar a 500.000 y derrumbó entre el 60 % y el 90 % de los edificios en las áreas afectadas (UNDRO 1990).
Para enfrentarse a este tipo de calamidades, se celebró en 1989 en Lima, Perú, un seminario internacional sobre la planificación, diseño, reparación y organización de hospitales en zonas propensas a los terremotos. Este seminario, patrocinado por la OPS, la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú y el Centro Peruano-Japonés de Investigación Sísmica (CISMID), reunió a arquitectos, ingenieros y gestores hospitalarios para estudiar los diversos aspectos de las instalaciones sanitarias localizadas en dichas zonas. El seminario aprobó una serie de recomendaciones y requisitos técnicos para realizar los análisis de vulnerabilidad de las infraestructuras hospitalarias, mejorar el diseño de las nuevas instalaciones y establecer medidas de seguridad en los hospitales ya existentes, con especial atención a los situados en zonas de alto riesgo sísmico (CISMID 1989)1
Para enfrentarse a este tipo de calamidades, se celebró en 1989 en Lima, Perú, un seminario internacional sobre la planificación, diseño, reparación y organización de hospitales en zonas propensas a los terremotos. Este seminario, patrocinado por la OPS, la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú y el Centro Peruano-Japonés de Investigación Sísmica (CISMID), reunió a arquitectos, ingenieros y gestores hospitalarios para estudiar los diversos aspectos de las instalaciones sanitarias localizadas en dichas zonas. El seminario aprobó una serie de recomendaciones y requisitos técnicos para realizar los análisis de vulnerabilidad de las infraestructuras hospitalarias, mejorar el diseño de las nuevas instalaciones y establecer medidas de seguridad en los hospitales ya existentes, con especial atención a los situados en zonas de alto riesgo sísmico (CISMID 1989)1
domingo, 16 de junio de 2013
Factores de riesgo en terremotos (I)
De los distintos tipos de catástrofes naturales repentinas, los terre- motos son, con mucho, los más dañinos para los hospitales. Natu- ralmente, cada terremoto presenta sus propias características en cuanto a epicentro, tipo de ondas sísmicas, naturaleza geológica del suelo por el que se propagan las ondas, etc. No obstante, los estudios han puesto de manifiesto la existencia de una serie de factores comunes que tienden a ocasionar muertes y lesiones, y algunos otros que tienden a impedirlas. Entre ellos se encuentran las características estructurales relacionadas con el derrumbe de edificios, factores asociados al comportamiento humano y deter- minadas características de los equipos no estructurales, mobiliario
y otros artículos, del interior de los edificios.
En los últimos años, estudiosos y planificadores han prestado especial atención a la identificación de los factores de riesgo en hospitales con la esperanza de elaborar mejores recomendaciones y normas para la construcción y organización de éstos en áreas muy vulnerables. Una breve enumeración de los factores de riesgo se muestra en la Tabla 39.38. Se ha obser- vado que estos factores de riesgo, y especialmente los relacionados con los aspectos estructurales, influyeron en las pautas de destrucción de un terremoto ocurrido en Armenia en diciembre de 1988, que ocasionó la muerte a unas 25.000 personas, afectó a 1.100.000 y destruyó o dañó gravemente 377 escuelas, 560 instalaciones sanitarias y 324 centros públicos y culturales (USAID 1989).
y otros artículos, del interior de los edificios.
En los últimos años, estudiosos y planificadores han prestado especial atención a la identificación de los factores de riesgo en hospitales con la esperanza de elaborar mejores recomendaciones y normas para la construcción y organización de éstos en áreas muy vulnerables. Una breve enumeración de los factores de riesgo se muestra en la Tabla 39.38. Se ha obser- vado que estos factores de riesgo, y especialmente los relacionados con los aspectos estructurales, influyeron en las pautas de destrucción de un terremoto ocurrido en Armenia en diciembre de 1988, que ocasionó la muerte a unas 25.000 personas, afectó a 1.100.000 y destruyó o dañó gravemente 377 escuelas, 560 instalaciones sanitarias y 324 centros públicos y culturales (USAID 1989).
sábado, 15 de junio de 2013
Infraestructura sanitaria (IV)
Actualmente, la capacidad de muchos hospitales de América Latina para resistir a catástrofes sísmicas es incierta. Son muy numerosos los instalados en estructuras antiguas, algunas ellas de la época colonial española; y aunque otros muchos ocupan edificios contemporáneos de atractivo diseño arquitectónico, la laxa aplicación de las normas de construcción pone en duda su capacidad de resistencia a terremotos.
martes, 30 de abril de 2013
Infraestructura sanitaria (III)
Estas instalaciones de asistencia sanitaria son muy vulnerables a huracanes y terremotos, lo que ha quedado sobradamente demostrado en experiencias anteriores en América Latina y el Caribe. Por ejemplo, como se muestra en la Tabla 39.35, sólo tres catástrofes del decenio de 1980 dañaron 39 hospitales y destruyeron unas 11.332 camas de hospital en El Salvador, Jamaica y México. Además de los daños físicos ocasionados a estas instalaciones en momentos críticos, hay que tener en cuenta la pérdida de vidas humanas (incluida la muerte de profesionales locales altamente cualificados con un futuro prometedor) (véanse las Tablas 39.36 y 39.37).
lunes, 29 de abril de 2013
Infraestructura sanitaria (II)
Los hospitales y otras instalaciones de asistencia sanitaria presentan una alta densidad de ocupación. Alojan a pacientes, personal y visitas, y funcionan 24 horas al día. Los pacientes pueden estar rodeados de equipos especiales o conectados a sistemas de mantenimiento de la vida que dependen del suministro de energía. Según documentos en poder del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (comunicación personal, Tomas Engler, BID), el coste estimado de una cama en un hospital especializado varía de un país a otro, pero la media oscila entre 60.000 y 80.000 dólares de EE.UU., y es mayor para instalaciones altamente especializadas. En Estados Unidos, y especialmente en California, con su amplia experiencia en inge- niería de resistencia a seísmos, el coste de una cama de hospital puede superar los 110.000 dólares de EE.UU.. En suma, los hospitales modernos son instalaciones muy complejas que combinan la función de hoteles, oficinas, laboratorios y alma- cenes (Peisert y cols. 1984; FEMA 1990).
domingo, 28 de abril de 2013
Infraestructura sanitaria (I)
En cualquier emergencia desencadenada por una catástrofe grave, la primera prioridad es salvar vidas y prestar inmediatamente asistencia de emergencia a los heridos. Entre los servicios médicos de emergencia movilizados por estos motivos, los hospi- tales desempeñan una función esencial. De hecho, en países con un sistema normalizado de respuesta a emergencias (donde el concepto de “servicios médicos de emergencia” engloba la asistencia de emergencia por medio de la coordinación de subsis- temas independientes entre los que se incluyen paramédicos, bomberos y equipos de rescate), los hospitales constituyen el componente principal de dicho sistema (OPS 1989).
sábado, 27 de abril de 2013
Repercusión económica
En las últimas décadas, la CEPAL ha llevado a cabo un amplio trabajo de investigación sobre los efectos sociales y económicos de las catástrofes. Dicho trabajo ha demostrado claramente que las catástrofes tienen consecuencias negativas para el avance social y económico de los países en desarrollo. De hecho, las pérdidas monetarias causadas por una catástrofe grave superan con frecuencia los ingresos brutos anuales del país afectado. No es sorprendente que estos sucesos puedan paralizar países y poten- ciar las turbulencias generalizadas en los terrenos político y social. En esencia, las catástrofes tienen tres tipos de efectos económicos:
• efectos directos sobre los bienes de la población afectada;
• efectos indirectos ocasionados por la pérdida de producción económica y de servicios,
• efectos secundarios que se hacen visibles tras la catástrofe: por
ejemplo, reducción de la renta nacional, aumento de la inflación, problemas de comercio exterior, aumento del gasto financiero, déficit fiscal, reducción de las reservas monetarias, etc. (Jovel 1991).
En la Tabla 39.34 se ofrece una estimación de las pérdidas ocasionadas por seis graves catástrofes naturales. Aunque no parezcan especialmente devastadoras para países desarrollados con economías fuertes, pueden tener una repercusión impor- tante y duradera sobre las frágiles y debilitadas economías de los países en desarrollo (OPS 1989).
• efectos directos sobre los bienes de la población afectada;
• efectos indirectos ocasionados por la pérdida de producción económica y de servicios,
• efectos secundarios que se hacen visibles tras la catástrofe: por
ejemplo, reducción de la renta nacional, aumento de la inflación, problemas de comercio exterior, aumento del gasto financiero, déficit fiscal, reducción de las reservas monetarias, etc. (Jovel 1991).
En la Tabla 39.34 se ofrece una estimación de las pérdidas ocasionadas por seis graves catástrofes naturales. Aunque no parezcan especialmente devastadoras para países desarrollados con economías fuertes, pueden tener una repercusión impor- tante y duradera sobre las frágiles y debilitadas economías de los países en desarrollo (OPS 1989).
sábado, 16 de marzo de 2013
CONSECUENCIAS DE LAS CATASTROFES: LECCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA MEDICA
América Latina y el Caribe no se han ahorrado su cuota de catás- trofes naturales. Casi todos los años, sucesos catastróficos provocan muertos, heridos y un enorme perjuicio económico. Se estima que, en esta zona, las catástrofes naturales más graves de los dos últimos decenios ocasionaron pérdidas de bienes que afectaron a casi 8 millones de personas y provocaron unos 500.000 heridos y unos 150.000 muertos. Se trata de cifras basadas esencialmente en fuentes oficiales. (Es bastante difícil obtener información precisa sobre las catástrofes repentinas, pues existen múltiples fuentes pero no un sistema normalizado de información.) La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que cada año, por término medio, las catástrofes en América Latina y el Caribe cuestan 1.500 millones de dólares de EE.UU. y se cobran 6.000 vidas humanas(Jovel 1991).
En la Tabla 39.33 se recogen las principales catástrofes naturales que se abatieron sobre países de esta región del mundo en el período de 1970 a 1993. Hay que señalar que no se incluyen las catástrofes lentas, como sequías e inundaciones.
En la Tabla 39.33 se recogen las principales catástrofes naturales que se abatieron sobre países de esta región del mundo en el período de 1970 a 1993. Hay que señalar que no se incluyen las catástrofes lentas, como sequías e inundaciones.
viernes, 15 de marzo de 2013
Principios de protección contra incendios (II)
Si los edificios de Kader hubiesen estado equipados con rocia- dores automáticos de agua y con alarmas de incendios en buen estado, la pérdida de vidas humanas podría no haber sido tan grande. Si las salidas del edificio Uno hubieran estado mejor diseñadas, se podrían haber evitado cientos de heridos al saltar de los pisos tercero y cuarto. Si hubieran existido separaciones o sectorizaciones horizontales y verticales, el incendio podría no haberse propagado tan rápidamente a todo el edificio. Si los elementos de acero de la estructura hubieran estado revestidos, los edificios podrían no haberse derrumbado.
En palabras del filósofo George Santayana, “quienes olvidan el pasado están condenados a repetirlo”. En muchos aspectos, el incendio de Kader de 1993 fue, lamentablemente, una repeti- ción del incendio de Triangle Shirtwaist de 1911. Mirando al futuro, tenemos que hacer todo lo necesario, como sociedad global, para impedir que la historia vuelva a repetirse.
En palabras del filósofo George Santayana, “quienes olvidan el pasado están condenados a repetirlo”. En muchos aspectos, el incendio de Kader de 1993 fue, lamentablemente, una repeti- ción del incendio de Triangle Shirtwaist de 1911. Mirando al futuro, tenemos que hacer todo lo necesario, como sociedad global, para impedir que la historia vuelva a repetirse.
jueves, 14 de marzo de 2013
Principios de protección contra incendios (I)
Entre los principios de protección contra incendios que han sido objeto de una mayor atención a raíz del incendio de Kader se encuentran el diseño de las salidas, la formación de los ocupantes en seguridad contra incendios, los sistemas de detección automá- tica y de supresión, las separaciones o sectorizaciones contra incendios y la integridad estructural. Estas enseñanzas no son nuevas. Se aprendieron hace más de 80 años con el incendio de Triangle Shirtwaist y, más recientemente, en otros incendios fatales de lugares de trabajo, como: la fábrica de procesamiento de pollos de Hamlet, Carolina del Norte, EE.UU., en el que pere- cieron 25 trabajadores; la fábrica de muñecas en Kuiyong, China, con 81 trabajadores muertos; y la central eléctrica de Newark, New Jersey, EE.UU., donde fallecieron los 3 trabajadores de la central (Grant y Klem 1994; Klem 1992; Klem y Grant 1993).
En particular, los incendios de Carolina del Norte y New Jersey demuestran que la mera existencia de códigos y normas actualizados, como el Código de salvamento del NFPA, no impide la pérdida de vidas humanas. Para que surtan efecto, estos códigos
y normas deben también adoptarse y aplicarse rigurosamente.
Las autoridades nacionales, estatales y locales deben analizar la aplicación de las normas en materia de construcción y de incendios para determinar si es necesario adoptar nuevos códigos o actualizar los existentes. Al llevar a cabo esta revisión, deberían comprobar también si se ha implantado un plan de revisión e inspección de edificios para garantizar el respeto de las normas. Por último, hay que proceder a una inspección periódica de seguimiento de los edificios existentes, para garan- tizar que se mantiene el más alto nivel de protección contra incendios a lo largo de toda la vida del edificio.
También los propietarios y gestores de edificios deben ser conscientes de su responsabilidad a la hora de garantizar un entorno laboral seguro para sus trabajadores. Como mínimo, deberían aplicarse los conocimientos actuales en protección contra incendios, tal como se reflejan en los códigos y normas, para minimizar la posibilidad de un incendio catastrófico.
En particular, los incendios de Carolina del Norte y New Jersey demuestran que la mera existencia de códigos y normas actualizados, como el Código de salvamento del NFPA, no impide la pérdida de vidas humanas. Para que surtan efecto, estos códigos
y normas deben también adoptarse y aplicarse rigurosamente.
Las autoridades nacionales, estatales y locales deben analizar la aplicación de las normas en materia de construcción y de incendios para determinar si es necesario adoptar nuevos códigos o actualizar los existentes. Al llevar a cabo esta revisión, deberían comprobar también si se ha implantado un plan de revisión e inspección de edificios para garantizar el respeto de las normas. Por último, hay que proceder a una inspección periódica de seguimiento de los edificios existentes, para garan- tizar que se mantiene el más alto nivel de protección contra incendios a lo largo de toda la vida del edificio.
También los propietarios y gestores de edificios deben ser conscientes de su responsabilidad a la hora de garantizar un entorno laboral seguro para sus trabajadores. Como mínimo, deberían aplicarse los conocimientos actuales en protección contra incendios, tal como se reflejan en los códigos y normas, para minimizar la posibilidad de un incendio catastrófico.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Integridad estructural del edificio
La diferencia más notable entre el incendio de Triangle y el de Kader reside en el efecto del fuego sobre la integridad de la estructura. Aunque el incendio de Triangle destruyó los tres pisos superiores de un edificio de diez, su estructura permaneció intacta. En cambio, los edificios de Kader se derrumbaron con relativa facilidad, porque los soportes estructurales de acero no estaban revestidos contra incendios y no podían resistir altas temperaturas. En la inspección de los restos del incendio no se encontró evidencia alguna de que los elementos de acero pudieran haber estado revestidos contra el fuego.
Obviamente, el derrumbe de un edificio en un incendio representa una gran amenaza tanto para sus ocupantes como para los bomberos. Desde luego, no está claro que el colapso de los edificios de Kader incidiera directamente en el número de víctimas mortales, pues éstas posiblemente habían fallecido ya cuando el edificio se vino abajo. Si los trabajadores de los pisos superiores del edificio Uno hubieran tenido una protección contra los productos de la combustión y el calor cuando trataban de escapar, el derrumbe del edificio habría contribuido más directamente en la pérdida de vidas humanas.
Obviamente, el derrumbe de un edificio en un incendio representa una gran amenaza tanto para sus ocupantes como para los bomberos. Desde luego, no está claro que el colapso de los edificios de Kader incidiera directamente en el número de víctimas mortales, pues éstas posiblemente habían fallecido ya cuando el edificio se vino abajo. Si los trabajadores de los pisos superiores del edificio Uno hubieran tenido una protección contra los productos de la combustión y el calor cuando trataban de escapar, el derrumbe del edificio habría contribuido más directamente en la pérdida de vidas humanas.
martes, 12 de marzo de 2013
Formación en seguridad contra incendios y otros factores
Otro factor que contribuyó a la enorme pérdida de vidas humanas en los incendios de Triangle y Kader fue la falta de una formación adecuada en seguridad contra incendios y los rígidos procedimientos de seguridad de ambas empresas.
Tras el incendio en el edificio Kader, los supervivientes notifi- caron que los ejercicios de evacuación y la formación en segu- ridad contra incendios habían sido mínimos; los guardias de seguridad sí habían recibido, al parecer, una formación elemental. La fábrica de Triangle Shirtwaist no contaba con ningún plan de evacuación y no se llevaban a cabo ejercicios de evacuación. Es más, los supervivientes de Triangle informaron tras el incendio que, por motivos de seguridad, se les solía detener cuando salían del edificio al final del día. Según varias acusaciones de los supervivientes de Kader, también en este caso los mecanismos de seguridad entorpecieron la salida; estas acusaciones aún se están investigando. Sea como fuere, la falta de un plan de evacuación bien entendido parece haber sido un importante factor de la elevada mortalidad del incendio de Kader. En el capítulo 31 del Código de salvamento se contemplan los ejercicios de evacuación y la formación contra incendios.
La ausencia de sistemas fijos de protección automática contra incendios también influyó en el resultado de los incendios de Triangle y Kader. Ninguna de las dos instalaciones contaba con rociadores automáticos de agua, aunque los edificios de Kader sí disponían de un sistema de alarma de incendio. Según el Código de salvamento, deben instalarse alarmas de incendios en aquellos edificios cuyas dimensiones, organización u ocupación hacen improbable que los propios ocupantes adviertan inmediata- mente un incendio. Por desgracia, según los informes, las alarmas no llegaron a funcionar en el edificio Uno, lo que provocó un considerable retraso en la evacuación. No se produ- jeron fallecimientos en los edificios Dos y Tres, en los que el sistema de alarma funcionó bien.
Los sistemas de alarma de incendios deben diseñarse, insta- larse y mantenerse siguiendo las normas establecidas en docu- mentos como NFPA 72, el Código nacional de alarma de incendio (NFPA 72, 1993). Los sistemas de rociado de agua deben diseñarse e instalarse con arreglo a documentos como NFPA 13, Installation of Sprinkler Systems y mantenerse de acuerdo con NFPA 25, Inspection, Testing, and Maintenance of Water-Based Fire Protection Systems (NFPA 13, 1994; NFPA 25, 1995).
Los materiales iniciales de combustión en ambos incendios, Triangle y Kader, fueron similares. El incendio de Triangle se inició en contenedores de restos textiles y se propagó rápidamente a telas y ropas combustibles, antes de prender en los muebles, algunos de los cuales estaban impregnados de aceite de máquinas. El material inicial de combustión de la fábrica Kader consistió en telas de poliéster y algodón, plásticos y otros mate- riales utilizados para la fabricación de juguetes de trapo, muñecas de plástico y productos similares. Son materiales que prenden con gran facilidad, que pueden contribuir a un rápido crecimiento del fuego y que tienen un alta tasa de liberación de calor.
Probablemente, la industria manipulará siempre materiales difíciles de proteger contra el fuego, pero los fabricantes debe- rían tener en cuenta estas características y tomar las precau- ciones necesarias para minimizar los riesgos que entrañan
Tras el incendio en el edificio Kader, los supervivientes notifi- caron que los ejercicios de evacuación y la formación en segu- ridad contra incendios habían sido mínimos; los guardias de seguridad sí habían recibido, al parecer, una formación elemental. La fábrica de Triangle Shirtwaist no contaba con ningún plan de evacuación y no se llevaban a cabo ejercicios de evacuación. Es más, los supervivientes de Triangle informaron tras el incendio que, por motivos de seguridad, se les solía detener cuando salían del edificio al final del día. Según varias acusaciones de los supervivientes de Kader, también en este caso los mecanismos de seguridad entorpecieron la salida; estas acusaciones aún se están investigando. Sea como fuere, la falta de un plan de evacuación bien entendido parece haber sido un importante factor de la elevada mortalidad del incendio de Kader. En el capítulo 31 del Código de salvamento se contemplan los ejercicios de evacuación y la formación contra incendios.
La ausencia de sistemas fijos de protección automática contra incendios también influyó en el resultado de los incendios de Triangle y Kader. Ninguna de las dos instalaciones contaba con rociadores automáticos de agua, aunque los edificios de Kader sí disponían de un sistema de alarma de incendio. Según el Código de salvamento, deben instalarse alarmas de incendios en aquellos edificios cuyas dimensiones, organización u ocupación hacen improbable que los propios ocupantes adviertan inmediata- mente un incendio. Por desgracia, según los informes, las alarmas no llegaron a funcionar en el edificio Uno, lo que provocó un considerable retraso en la evacuación. No se produ- jeron fallecimientos en los edificios Dos y Tres, en los que el sistema de alarma funcionó bien.
Los sistemas de alarma de incendios deben diseñarse, insta- larse y mantenerse siguiendo las normas establecidas en docu- mentos como NFPA 72, el Código nacional de alarma de incendio (NFPA 72, 1993). Los sistemas de rociado de agua deben diseñarse e instalarse con arreglo a documentos como NFPA 13, Installation of Sprinkler Systems y mantenerse de acuerdo con NFPA 25, Inspection, Testing, and Maintenance of Water-Based Fire Protection Systems (NFPA 13, 1994; NFPA 25, 1995).
Los materiales iniciales de combustión en ambos incendios, Triangle y Kader, fueron similares. El incendio de Triangle se inició en contenedores de restos textiles y se propagó rápidamente a telas y ropas combustibles, antes de prender en los muebles, algunos de los cuales estaban impregnados de aceite de máquinas. El material inicial de combustión de la fábrica Kader consistió en telas de poliéster y algodón, plásticos y otros mate- riales utilizados para la fabricación de juguetes de trapo, muñecas de plástico y productos similares. Son materiales que prenden con gran facilidad, que pueden contribuir a un rápido crecimiento del fuego y que tienen un alta tasa de liberación de calor.
Probablemente, la industria manipulará siempre materiales difíciles de proteger contra el fuego, pero los fabricantes debe- rían tener en cuenta estas características y tomar las precau- ciones necesarias para minimizar los riesgos que entrañan
lunes, 3 de diciembre de 2012
Análisis del incendio (II)
También exige que todos los edificios cuenten con el sufi- ciente número de salidas y otros medios de salvaguardia del tamaño suficiente y en los puntos adecuados para ofrecer una vía de escape a todos los ocupantes. Dichas salidas deben ser las adecuadas para la estructura o el edificio concreto, habida cuenta de su empleo, del número de ocupantes y la capacidad de los mismos, de la protección contra incendios disponible, de la altura y tipo de construcción y de cualquier otro factor necesario para ofrecer a todos los ocupantes un nivel razonable de seguridad. Obviamente, este no era el caso de la fábrica Kader, donde las llamas bloquearon uno de los dos huecos de escaleras del edificio Uno, lo que obligó a unas 1.100 personas a huir de los pisos tercero y cuarto por la misma escalera.
Además, las salidas deben organizarse y mantenerse de forma que ofrezcan una vía libre y sin obstáculos para salir de todas las partes del edificio, siempre que esté ocupado. Las salidas deben ser bien visibles y el camino que conduce a ellas ha de estar indi- cado de tal modo que todos los ocupantes del edificio física y mentalmente capacitados conozcan la dirección de escape desde cualquier punto.
Todas las salidas o aperturas verticales entre pisos de un edificio deben estar aisladas o protegidas del modo necesario para que los ocupantes estén razonablemente a salvo mientras salen y para impedir que el fuego, el humo o las emanaciones se propaguen de unos pisos a otros antes de que aquéllos hayan podido utilizar las salidas.
En el resultado de los incendios de Triangle y de Kader influyó significativamente la falta de unas separaciones o sectorizaciones horizontales y verticales adecuadas. Las dos fábricas se organizaron y construyeron de tal modo que un incendio en un piso inferior podía extenderse rápidamente a los superiores, atrapando a un gran número de trabajadores.
En las instalaciones industriales son característicos los espacios de trabajo grandes y abiertos; para frenar la propagación del fuego, deben instalarse y mantenerse suelos y muros revestidos resistentes contra incendios. También debe impedirse que el incendio se extienda por fuera, a través de las ventanas de un piso a las de otro piso, como ocurrió en el incendio de Triangle. El modo más eficaz de limitar la propagación vertical del fuego es aislar las escaleras, los ascensores y otras aberturas verticales entre pisos. El hecho de que la fábrica Kader dispu- siera de unos montacargas de barrotes abre serias dudas sobre la capacidad de la protección pasiva contra incendios del edificio para impedir la propagación vertical del fuego y el humo.
domingo, 2 de diciembre de 2012
Análisis del incendio (I)
Durante 82 años, el incendio declarado en 1911 en la fábrica Triangle Shirtwaist, en la ciudad de Nueva York, fue el peor incendio industrial con pérdida de vidas humanas, en el que las víctimas se limitaron al edificio en que se originó el fuego. Con 188 fallecidos, la fábrica Kader ha sustituido al incendio de Triangle en los libros de marcas.
Al analizar el incendio de Kader, la comparación directa con el incendio de Triangle ofrece algunas referencias útiles. Ambos edificios se parecían en varias cosas. La situación de las salidas era incorrecta, los sistemas fijos de protección contra incendios fueron insuficientes o ineficaces, los materiales iniciales de combustión prendieron fácilmente y las separaciones o sectorizaciones de incendios horizontales y verticales eran inadecuadas. Además, ninguna de las dos empresas había ofrecido a sus trabajadores una formación adecuada de seguridad contra incendios. Ahora bien, existe una clara diferencia entre estos dos incendios: el edificio de la fábrica Triangle Shirtwaist no se derrumbó, a diferencia del de Kader.
La situación inadecuada de los puntos de salida es, tal vez, el factor más significativo de la elevada mortalidad de los incendios de Kader y Triangle. Si las disposiciones en materia de salidas de la NFPA 101, el Código de salvamento , que se adoptaron como resultado directo del incendio de Triangle, se hubieran aplicado en el edificio Kader, se habrían perdido muchas menos vidas humanas (NFPA 101, 1994).
Muchos requisitos básicos del Código de salvamento se aplican directamente al incendio de Kader. Por ejemplo, dicho código exige que cualquier edificio o estructura se construya, organice y gestione de modo que sus ocupantes no corran ningún peligro indebido por fuego, humo, emanaciones o pánico que pueda surgir durante una evacuación o en el tiempo que se tarda en socorrerles.
sábado, 1 de diciembre de 2012
El incendio (III)
Aun empleando seis grandes grúas hidráulicas que se trasladaron al lugar para facilitar la búsqueda de las víctimas, pasaron varios días hasta que se recuperaron todos los cadáveres. No se registraron muertos entre los bomberos, aunque sí un herido.
El tráfico circundante, que normalmente está congestionado, dificultó el traslado de las víctimas al hospital. Casi 300 trabajadores heridos fueron trasladados al cercano hospital Sriwichai II, pero muchos de ellos fueron enviados a otros centros médicos cuando el número de víctimas superó la capacidad del hospital.
Al día siguiente, el hospital Sriwichai II informó que había acogido a 111 víctimas del incendio. El hospital Kasemrat ingresó a 120; Sriwichai Pattanana a 60; Sriwichai I a 50; Rata- nathibet I a 36; Siriraj a 22; y Bang Phai a 17. Otros 53 trabaja- dores heridos fueron llevados a otros centros médicos de la zona. En total, 22 hospitales de Bangkok y de la provincia de Nakhon Pathom participaron en el tratamiento de las víctimas del siniestro.
El hospital Sriwichai II notificó que el 80 % de las 111 víctimas que había acogido sufría lesiones graves y el 30 % precisaba intervención quirúrgica. La mitad de los pacientes adolecían únicamente de inhalación de humo, pero el resto sufrían también quemaduras y fracturas que iban desde tobillos rotos hasta fracturas de cráneo. Al menos el 10 % de los trabaja- dores de Kader hospitalizados en el Sriwichai II corrían peligro de sufrir parálisis permanente.
Determinar el origen de este incendio fue todo un desafío, pues la parte de las instalaciones en que se inició el fuego quedó totalmente destruida y los supervivientes proporcionaron infor- maciones contradictorias. Dado que el incendio se declaró cerca de un gran cuadro de mandos eléctricos, los investigadores pensaron, en un principio, que la causa pudo haber sido algún problema en el sistema eléctrico. Se consideró también la posibi- lidad de un incendio provocado. Por lo demás, en la actualidad, las autoridades tailandesas opinan que la fuente de ignición pudo haber sido un cigarrillo arrojado descuidadamente.
viernes, 30 de noviembre de 2012
El incendio (II)
El fuego se propagó rápidamente a todo el edificio Uno y pronto resultó imposible permanecer en los pisos superiores. Las llamas bloquearon el hueco de la escalera del extremo sur del edificio, de modo que la mayor parte de los trabajadores acudieron rápidamente a la escalera norte. Esto quiere decir que había aproximadamente 1.100 personas tratando de abandonar los pisos tercero y cuarto por una sola escalera.
Los primeros bomberos llegaron a las 4.40 p.m.; habían tardado más de lo normal debido a la localización relativamente lejana de la instalación y a las condiciones del tráfico de Bangkok. Cuando llegaron, el edificio Uno era ya pasto de las llamas y empezaba a derrumbarse, mientras la gente saltaba de los pisos tercero y cuarto.
A pesar de los esfuerzos de la brigada de incendios, el edificio Uno se vino completamente abajo hacia las 5.14 p.m. Los fuertes vientos que soplaban hacia el norte extendieron rápidamente las llamas a los edificios Dos y Tres antes de que los bomberos pudieran impedirlo. Según se notificó, el edificio Dos se derrumbó a las 5.30 p.m. y el edificio Tres a las 6.05 p.m.
La brigada de incendios logró evitar que el fuego entrara en el edificio Cuatro y en el pequeño taller situado allí cerca, y los bomberos consiguieron controlar el incendio a las 7.45 p.m. En la batalla se emplearon aproximadamente 50 equipos de lucha contra el fuego. Al parecer, las alarmas de incendios de los edificios Dos y Tres funcionaron bien, y todos los trabajadores que se encontraban en ellos salieron con vida. Los trabajadores del edificio Uno no tuvieron tanta suerte. Muchos de ellos saltaron desde los pisos superiores. En total, fueron trasladados al hospital 469 trabajadores, de los que murieron 20. Los demás muertos fueron encon- trados en la búsqueda posterior al incendio en las ruinas de la escalera norte del edificio. Muchos de ellos habían fallecido a causa de productos de combustión letales, antes o durante el derrumbe del edificio. Según los últimos datos disponibles, 188 personas, en su mayoría mujeres, murieron como consecuencia de este incendio.
La brigada de incendios logró evitar que el fuego entrara en el edificio Cuatro y en el pequeño taller situado allí cerca, y los bomberos consiguieron controlar el incendio a las 7.45 p.m. En la batalla se emplearon aproximadamente 50 equipos de lucha contra el fuego. Al parecer, las alarmas de incendios de los edificios Dos y Tres funcionaron bien, y todos los trabajadores que se encontraban en ellos salieron con vida. Los trabajadores del edificio Uno no tuvieron tanta suerte. Muchos de ellos saltaron desde los pisos superiores. En total, fueron trasladados al hospital 469 trabajadores, de los que murieron 20. Los demás muertos fueron encon- trados en la búsqueda posterior al incendio en las ruinas de la escalera norte del edificio. Muchos de ellos habían fallecido a causa de productos de combustión letales, antes o durante el derrumbe del edificio. Según los últimos datos disponibles, 188 personas, en su mayoría mujeres, murieron como consecuencia de este incendio.
domingo, 16 de septiembre de 2012
El incendio
El lunes 10 de mayo era un día normal de trabajo en la fábrica Kader. Aproximadamente a las 4.00 p.m., cuando iba a terminar el turno de día, se descubrió un pequeño incendio en el primer piso, cerca del extremo sur del edificio Uno. Esta zona se utili- zaba para empaquetar y almacenar los productos acabados, de modo que contenía una considerable carga de combustible (véase la Figura 39.14). Todos los edificios de la fábrica contenían una carga combustible compuesta de telas, plásticos y materiales de relleno, así como de otros materiales normales de trabajo.
Los guardias de seguridad cercanos al incendio trataron de extinguir las llamas sin éxito; a las 4.21 p.m. llamaron a la brigada de bomberos de la policía local. Las autoridades reci- bieron dos llamadas más, a las 4.30 p.m. y a las 4.31 p.m. A pesar de que la fábrica Kader se encuentra justo fuera del territorio jurisdiccional de Bangkok, respondieron a la llamada tanto los bomberos de Bangkok como los de la provincia de Nakhon Pathom.
Mientras los trabajadores y los guardias de seguridad trataban en vano de extinguir el fuego, el edificio empezó a llenarse de humo y de productos de combustión. Los supervivientes contaron que en el edificio Uno no llegó a sonar la alarma de incendio, pero que muchos trabajadores se alarmaron al ver humo en los pisos superiores. Parece ser que, a pesar del humo, los guardias de seguridad dijeron a algunos trabajadores que permanecieran en sus puestos de trabajo, ya que se trataba de un incendio menor que no tardarían en controlar.
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