lunes, 30 de junio de 2014

Definición de una política

Se debe formular y publicar una política que proscriba de forma explícita los comportamientos discriminatorios y ofensivos, así como el uso de la violencia para la resolución de disputas, que debe estar acompañada por medidas disciplinarias concretas en los casos de infracción (incluso el despido).

domingo, 29 de junio de 2014

Estrategias preventivas

Prevenir la violencia en el lugar de trabajo es, principalmente, responsabilidad de la empresa. Lo ideal sería desarrollar e implantar una política y un plan de actuación formales antes de que algún trabajador sea víctima de ella. Se trata de un proceso en el que no sólo deben intervenir los departamentos de recursos humanos, seguridad, asuntos legales y de salud y seguridad de los trabajadores, sino también los directivos de línea y otros represen- tantes de los trabajadores. Para ello, se han publicado unas guías (véase la Tabla 51.4), de carácter genérico, cuyo objetivo es que se adapten a las circunstancias de cada lugar de trabajo o sector. Los denominadores comunes son:


sábado, 28 de junio de 2014

Amenazas de violencia

Todas las amenazas de violencia deben ser tomadas en serio, ya se dirijan a individuos concretos o a toda la organización. En primer lugar, se deben adoptar las medidas oportunas para proteger a las personas elegidas como objetivo. A continuación, si es posible, se debe identificar al agresor. Si esa persona no perte- nece a la plantilla, se debe informar a las autoridades encargadas de la ley. Si pertenece a la organización, es aconsejable consultar con un profesional de salud mental cualificado para que asesore sobre la forma de afrontar la situación o para que trate directa- mente con el agresor.

viernes, 27 de junio de 2014

Etiología

La característica esencial de los estímulos que producen mareo inducido por el movimiento es que éstos generan información discordante en los sistemas sensoriales que suministran al cerebro información acerca de la orientación espacial y el movimiento del cuerpo. El aspecto principal de esta discordancia es una desadap- tación entre las señales suministradas, principalmente, por los ojos y el oído interno, y las que el sistema nervioso central “espera” recibir y que estén correlacionadas.
Pueden distinguirse varias categorías de desadaptación. La desadaptación más importante es la de las señales procedentes del aparato vestibular (laberinto) del oído interno, en el que los canales semicirculares (los receptores especializados de las acele- raciones angulares) y los otolitos (los receptores especializados de las aceleraciones lineales) no suministran información concor- dante. Por ejemplo, cuando se efectúa un movimiento de cabeza en un coche o un avión que está girando, los canales semicircu- lares y los otolitos son estimulados de manera atípica y suminis- tran información errónea e incompatible, que difiere sustancialmente de la generada por ese mismo movimiento de cabeza en un entorno estable, de gravedad 1-G. De igual modo, las aceleraciones lineales de baja frecuencia (inferior a 0,5 Hz), como las que se producen a bordo e un barco en aguas agitadas o en un avión que atraviesa una turbulencia, generan también señales vestibulares contradictorias y, por lo tanto, son una causa potencial de mareo.
También puede ser un factor contribuyente importante el desacuerdo de la información visual y vestibular. Es más probable que se maree el ocupante de un vehículo en movi- miento que no puede ver el exterior que uno que dispone de una buena referencia visual externa. El pasajero que viaja bajo cubierta o en la cabina de un avión percibe el movimiento del vehículo mediante claves vestibulares, pero solo recibe informa- ción visual de su movimiento relativo dentro del vehículo. También la ausencia de una señal “esperada” y concordante en una modalidad sensorial determinada se considera la caracterís- tica esencial del mareo inducido visualmente, dado que las claves visuales de movimiento no van acompañadas de las señales vestibulares que el individuo “espera” que se produzcan cuando está sometido al movimiento indicado por la presenta- ción visual.

jueves, 26 de junio de 2014

Movimientos que producen el mareo inducido por el movimiento

Hay muchos tipos diferentes de movimiento que provocan el síndrome denominado mareo inducido por el movimiento. La mayoría de ellos están relacionados con medios de locomo- ción—en particular, barcos, aerodeslizadores, aviones, automó- viles y trenes, y con menor frecuencia, elefantes y camellos. Las complejas aceleraciones generadas por atracciones mecánicas de feria tales como columpios, tiovivos, montañas rusas, etc., pueden provocar intenso mareo. Además, muchos astronautas/cosmo- nautas padecen mareo (mareo espacial) cuando efectúan movi- mientos con la cabeza por primera vez en el entorno, sometido a fuerzas anormales (ingravidez) del vuelo orbital. También producen el síndrome del mareo ciertos estímulos visuales en movimiento, sin ningún movimiento físico del observador; son ejemplos de ello la visualización del mundo visual externo de los simuladores de base fija (mareo en simulador) o la proyección en pantalla gigante de escenas filmadas de un vehículo en movi- miento (mareo en Cinerama o en IMAX).

miércoles, 25 de junio de 2014

MAREO INDUCIDO POR EL MOVIMIENTO


El mareo inducido por el movimiento, o cinetosis, no es un proceso patológico, sino una respuesta normal a ciertos estímulos de movimiento con los que el individuo no está familiarizado y a los que, por lo tanto, no se encuentra adaptado; solo son verdade- ramente inmunes quienes carecen de aparato vestibular funcional del oído interno.

martes, 24 de junio de 2014

Prevención

La prevención de lesiones o trastornos causados por vibraciones transmitidas a las manos exige la implantación de procedimientos técnicos, médicos y administrativos (ISO 1986; BSI 1987a). También debería facilitarse asesoramiento adecuado a los fabri- cantes y usuarios de herramientas vibrantes. Las medidas admi- nistrativas deberían incluir una información y formación adecuadas para enseñar a los operarios que trabajan con maquinaria vibrante a adoptar métodos de trabajo correctos y seguros. Dado que se cree que la exposición continua a las vibraciones aumenta el riesgo por vibración, los horarios de trabajo deberían establecerse incluyendo períodos de descanso. Las medidas técnicas deberían incluir la elección de herramientas con la mínima vibración y con un diseño ergonómico apropiado. Según la Directiva CE para la seguridad de las máquinas (Consejo de las Comunidades Europeas 1989), el fabricante deberá declarar si la aceleración ponderada en frecuencia de la vibración transmitida a las manos excede de 2,5 m/s2, mediante la oportuna determi- nación por medio de los códigos de ensayo adecuados tal como se indica en la Norma Internacional ISO 8662/1 y los correspon- dientes documentos para las herramientas específicas (ISO 1988). Las condiciones de mantenimiento de las herramientas deberían comprobarse cuidadosamente mediante medidas periódicas de vibración. Deberían realizarse reconocimientos médicos previos a la realización del trabajo y exámenes clínicos periódicos subsiguientes de los trabajadores expuestos a vibraciones. Los objetivos de la vigilancia médica son informar al trabajador del riesgo potencial asociado con la exposición a las vibraciónes, evaluar el estado de salud y diagnosticar precozmente los tras- tornos inducidos por las vibraciones. En el primer reconoci- miento debería prestarse especial atención a cualquier proceso que pueda agravarse por exposición a las vibraciones (p. ej., tendencia constitucional a enfermedad del dedo blanco, algunas formas del fenómeno secundario de Raynaud, daños anteriores en los miembros superiores, trastornos neurológicos). Después de considerar la severidad de los síntomas y las caracte- rísticas del proceso de trabajo en su totalidad, debería decidirse entre evitar o reducir la exposición a las vibraciones del traba- jador afectado. El trabajador debería ser informado sobre el uso de ropa adecuada para mantener caliente todo el cuerpo y debería evitar o minimizar el consumo de tabaco y el uso de algunos fármacos que pueden afectar la circulación periférica. Los guantes pueden ser útiles para proteger los dedos y las manos de traumatismos y para mantenerlos calientes. Los llamados guantes antivibración pueden proporcionar algo de aislamiento frente a las componentes de alta frecuencia de la vibración producida por algunas herramientas.



lunes, 23 de junio de 2014

Medida y evaluación de la exposición

Las medidas de vibración se llevan a cabo para contribuir al desarrollo de nuevas herramientas, comprobar la vibración de las herramientas en el momento de su adquisición, verificar las condiciones de mantenimiento y valorar la exposición humana a la vibración en el lugar de trabajo. El equipo de medida de la vibración consiste generalmente en un transductor (casi siempre un acelerómetro), un dispositivo amplificador, filtro (filtro de paso de banda y/o red de ponderación en frecuencia) e indicador o registrador de amplitud o nivel. Las medidas de vibración deberían realizarse en la empuñadura de la herramienta o en la pieza, cerca de la superficie de la(s) mano(s), donde la vibración penetra en el cuerpo. Para obtener resultados precisos se requiere una cuidadosa selección de los acelerómetros (p. ej., tipo, masa, sensibilidad) y métodos apropiados de montaje del acelerómetro en la superficie vibrante. Las vibraciones transmitidas a las manos deberían medirse y registrarse en las direcciones adecuadas de un sistema de coordenadas ortogonales (véase la Figura 50.4). La medición debería efectuarse sobre un rando de frecuencia de 5 a 1.500 Hz como mínimo, y el contenido de frecuencia de acelera- ción de la vibración en uno o más ejes puede presentarse en bandas de octava con frecuencias centrales de 8 a 1.000 Hz o en bandas de tercio de octava con frecuencias centrales de 6,3 a 1.250 Hz. También puede expresarse la aceleración como aceleración ponderada en frecuencia utilizando una red de ponderación que reúna las características especificadas en las Normas ISO 5349 o BS 6842.
Las medidas en el lugar de trabajo indican que pueden darse magnitudes de vibración y espectros de frecuencia diferentes en herramientas del mismo tipo o cuando se utiliza una misma herramienta de diferente forma. En la Figura 50.5 se refleja el valor medio y el rango de distribución de aceleraciones ponde- radas medidas en el eje dominante de herramientas a motor utilizadas en trabajos forestales y en la industria (AISS, Sección Internacional de Investigación 1989). En varias normas la expo- sición a las vibraciones transmitidas a las manos se valora en términos de cuatro u ocho horas de aceleración equivalente ponderada en frecuencia calculada mediante las ecuaciones anteriores. En el método de obtención de la aceleración equiva- lente se supone que el tiempo de exposición diaria necesario para producir efectos adversos sobre la salud es inversamente proporcional al cuadrado de la aceleración ponderada en frecuencia (p. ej., si se divide por dos la magnitud de la vibra- ción, el tiempo de exposición puede multiplicarse por cuatro). Tal dependencia temporal se considera razonable a efectos de normalización y es adecuada para la instrumentación, pero hay que señalar que no está totalmente respaldada por datos epide- miológicos (Griffin 1990).

domingo, 22 de junio de 2014

Para evitar posibles efectos retardados sobre el cristalino

Para evitar posibles efectos retardados sobre el cristalino, tales como formación retardada de cataratas, y proteger la córnea de una sobreexposición, la radiación infrarroja a longitudes de onda superiores a 770 nm deberá limitarse a 100 W/m² para períodos superiores a 1.000 s, y a:

para períodos más cortos.

sábado, 21 de junio de 2014

Para proteger la retina de los riesgos de exposición de las lámparas de calor

Para proteger la retina de los riesgos de exposición de las lámparas de calor por infrarrojos o de cualquier fuente del IR próximo en ausencia de un fuerte estímulo visual, la radiancia infrarroja en el intervalo de longitudes de onda de 770 a 1.400 nm tal como es observada por el ojo (sobre la base de un diámetro de pupila de 7 mm) en condiciones de visión de duración prolongada deberá limitarse a:



Este límite se basa en un diámetro de pupila de 7 mm, ya que en este caso la respuesta de aversión (por ejemplo, cerrar los ojos) puede no existir debido a la ausencia de luz visible.

viernes, 20 de junio de 2014

Para la protección de la retina contra lesiones térmicas en caso de exposición a luz

Para la protección de la retina contra lesiones térmicas en caso de exposición a luz visible (por ejemplo, en el caso de fuentes luminosas potentes, la radiancia espectral L en W/(m² sr nm) ponderada con respecto a la función de riesgo térmico para la retina R (véase la Tabla 49.2) sobre el intervalo de longitudes de onda  y sumada sobre la gama de longitudes de onda de 400 a 1.400 nm, no deberá exceder de:



siendo t la duración de visión limitada a intervalos de 10-3 a 10 segundos (es decir, en condiciones de visión accidentales, no de visión fija) y  el ángulo subtendido para la fuente en radianes calculado para  = máxima extensión de la fuente/distancia a la fuente R  (Tabla 49.2).

jueves, 19 de junio de 2014

Normas de exposición

Los efectos biológicos de la exposición a la IR que dependen de la longitud de onda y de la duración de la exposición, sólo son intolerables si se sobrepasan ciertos valores umbral de intensidad o de dosis. Como protección frente a tales condiciones de exposición intolerables, organizaciones internacionales como la Organi- zación Mundial de la Salud (OMS), la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), el Comité Internacional de Radiación no Ionizante de la Asociación Internacional de Protección contra la Radiación (INIRC/IRPA) y su sucesora la Comisión Interna- cional de Protección contra la Radiación no Ionizante (ICNIRP), así como la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH), han propuesto límites de exposición a la radiación infrarroja de fuentes ópticas tanto coherentes como incoherentes. La mayoría de las propuestas nacionales e interna- cionales sobre guías para limitar la exposición humana a la radia- ción infrarroja se basan en los valores límites umbral (TLV) publicados por la ACGIH (1993/1994) o coinciden exactamente con ellos. Dichos límites están ampliamente aceptados y se aplican con frecuencia en situaciones profesionales. Se basan en el estado actual del conocimiento científico y están destinados a prevenir lesiones térmicas de la retina y de la córnea y a evitar posibles efectos retardados en el cristalino.
La revisión de 1994 de los límites de exposición de la ACGIH se expresa así:

miércoles, 18 de junio de 2014

Efectos sobre la piel

La radiación infrarroja no penetra en la piel a mucha profundidad, por lo que la exposición de la piel a una IR muy intensa puede producir efectos térmicos de distinta intensidad e incluso quemaduras graves. Los efectos sobre la piel dependen de las propiedades ópticas de ésta, tales como la profundidad de pene- tración en función de la longitud de onda (Figura 49.6). Particu- larmente, a longitudes de onda más largas, una exposición extensa puede provocar un gran aumento de temperatura local y quemaduras. Debido a las propiedades físicas de los procesos de transporte térmico en la piel, los valores umbral para estos efectos dependen del tiempo. Por ejemplo, una irradiación de 10 kWm–2 puede causar una sensación dolorosa al cabo de 5 segundos, mientras que una exposición de 2 kWm–2 no producirá la misma reacción en períodos de duración inferior a 50 segundos aproximadamente.
Si la exposición se prolonga durante períodos muy largos, incluso con valores muy inferiores al umbral de dolor, el cuerpo humano puede sufrir una elevada carga térmica, en especial si la exposición abarca la totalidad del cuerpo como por ejemplo delante de acero fundido. Esto puede provocar un desequilibrio del sistema de termorregulación, en otro caso fisiológicamente bien equilibrado. El umbral de tolerancia de tales exposi- ciones depende de las diferentes condiciones individuales y ambientales, tales como la capacidad individual del sistema de termorregulación, el metabolismo del cuerpo durante la exposición o la temperatura ambiente, la humedad y el movimiento del aire (velocidad del viento). En ausencia de trabajo físico puede tolerarse una exposición de 300 Wm–2 como máximo durante ocho horas en determinadas condiciones ambientales, pero este valor disminuye a 140 Wm–2 aproximada mente durante el trabajo físico pesado.

martes, 17 de junio de 2014

Lluvia radiactiva

Desde el decenio de 1940 hasta el de 1960, se realizaron nume- rosas pruebas de armas nucleares sobre la superficie terrestre. Estas pruebas produjeron grandes cantidades de materiales radiactivos y los distribuyeron al medio ambiente de todo el mundo en forma de lluvia radiactiva. Aunque muchos de estos desechos se han transformado desde entonces en isótopos esta- bles, las pequeñas cantidades que permanecen serán todavía una fuente de exposición durante muchos años. Además, las naciones que siguen realizando pruebas ocasionales de armas nucleares en la atmósfera añaden radiactividad a las existencias mundiales.
Los contribuyentes principales de la lluvia radiactiva a la dosis efectiva son en la actualidad el estroncio 90 (90Sr) y el cesio 137
(137Cs), los dos con períodos de semidesintegración de alrededor de 30 años. La dosis efectiva media anual debida a la lluvia radiactiva es de unos 0,05 mSv.

lunes, 16 de junio de 2014

Radionucleidos cosmógenos

Los rayos cósmicos producen radionucleidos cosmógenos en la atmósfera. Los más destacados de éstos son el tritio (3H), el berilio 7 (7Be), el carbono 14 (14C) y el sodio 22 (22Na). Son producidos por rayos cósmicos que interactúan con gases atmosféricos. Los radionucleidos cosmógenos entregan una dosis efectiva anual de unos 0,01 mSv, que en su mayor parte procede del 14C.


domingo, 15 de junio de 2014

Rayos cósmicos

La radiación cósmica se compone de partículas energéticas de origen extraterrestre que inciden en la atmósfera de la Tierra (fundamentalmente partículas y en su mayor parte protones). También incluye partículas secundarias, casi todas fotones, neutrones y muones generados por las interacciones de las partí- culas primarias con gases de la atmósfera.
En virtud de estas interacciones, la atmósfera sirve de escudo contra la radiación cósmica, y cuanto más delgado sea este escudo, mayor será la tasa de dosis efectiva. Es decir, la tasa de dosis efectiva de rayos cósmicos aumenta con la altitud. Por ejemplo, la tasa de dosis a 1.800 metros de altura es alrededor del doble que al nivel del mar.
Como la radiación cósmica primaria consta esencialmente de partículas cargadas, recibe la influencia del campo magnético terrestre. Así, los habitantes de latitudes altas reciben dosis eficaces de radiación cósmica mayores que los que se encuentran más cerca del Ecuador. La variación debida a este efecto es del orden del 10 %.
Por último, la tasa de dosis efectiva de rayos cósmicos varía con la modulación de la salida de rayos cósmicos desde el Sol. En promedio, los rayos cósmicos contribuyen en alrededor de 0,3 mSv a la dosis efectiva de radiación de fondo en todo el cuerpo.

sábado, 14 de junio de 2014

Fuentes de radiación ionizante Radionucleidos primordiales (II)

Sin contar el Rn, los radionucleidos primordiales externos al cuerpo humano entregan una dosis efectiva media de unos 0,3 mSv anuales a la población humana. La dosis efectiva real anual varía entre límites amplios y está determinada sobre todo por la concentración de uranio y torio en el suelo local. En algunas partes del mundo en que son corrientes las arenas de monacita, la dosis efectiva anual recibida por un miembro de la población es de hasta unos 20 mSv. En otros lugares, como en atolones de coral y cerca de la orilla del mar, este valor puede bajar hasta 0,03 mSv (véase la Figura 48.17).
El radón suele considerarse por separado de otros radionu- cleidos terrestres presentes en la naturaleza. Aflora al aire desde el suelo. Una vez en el aire, el Rn se desintegra aún más a isótopos radiactivos de Po, bismuto (Bi) y Pb. Esta progenie de radionucleidos se une a partículas de polvo que pueden ser respiradas y quedar atrapadas en los pulmones. Como son emisores alfa, ceden casi toda su energía de radiación a los pulmones.
Se estima que la dosis equivalente media anual recibida por los pulmones debida a esta exposición se sitúa en torno a 20 mSv. Esta dosis equivalente en los pulmones es comparable con una dosis efectiva de unos 2 mSv en todo el cuerpo. Es evidente que el Rn y su progenie de radionucleidos son los contribuyentes más importantes a la dosis efectiva de radiación de fondo (véase la Figura 48.17).

viernes, 13 de junio de 2014

Fuentes de radiación ionizante Radionucleidos primordiales (I)

En la naturaleza se encuentran radionucleidos primordiales porque sus períodos de semidesintegración son comparables con la edad de la Tierra. En la Tabla 48.9 se recogen los radionu- cleidos primordiales más importantes.
Los isótopos del uranio y del torio encabezan una larga cadena de radioisótopos descendientes que están presentes también en la naturaleza. La Figura 48.17, A-C, ilustra las cadenas de desintegración de 232Th, 238U y 235U, respectiva- mente. Como la desintegración alfa es común para números másicos superiores a 205 y el número másico de la partícula alfa es 4, hay cuatro cadenas de desintegración distintas de los núcleos pesados. Una de estas cadenas (véase la Figura 48.17, D), la del 237Np, no ocurre en la naturaleza, debido a que no contiene un radionucleido primordial (es decir, ningún radionucleido de esta cadena tiene un período de semi- desintegración comparable con la edad de la Tierra).
Obsérvese que en todas las cadenas hay isótopos del radón (Rn) (219Rn, 220Rn y 222Rn). Como el Rn es un gas, una vez que se produce Rn éste tiene la oportunidad de escapar a la atmós- fera desde la matriz donde se formó. Ahora bien, el período de semidesintegración del 219Rn es demasiado corto para que lleguen cantidades significativas del mismo a una zona donde se le puede respirar. El relativamente corto período de semidesinte- gración del 220Rn lo suele convertir en un peligro para la salud menor que el representado por el 222Rn.

jueves, 12 de junio de 2014

Presentación de los criterios de riesgo-daño

Los criterios de pérdida auditiva inducida por ruido pueden presentarse de dos maneras: desviación permanente del umbral inducida por ruido (Noise-Induced Permanent Threshold Shift, NIPTS) o riesgo porcentual. El criterio NIPTS es el grado de desviación permanente del umbral que persiste en una población después de restar la desviación del umbral que se produciría “normalmente” por causas distintas del ruido en el trabajo. El riesgo porcentual es el porcentaje de una población con un cierto grado de deterioro auditivo inducido por ruido después de restar el porcentaje de una población similar no expuesta a ruido en el trabajo. Este concepto se denomina a veces exceso de riesgo. Lamen- tablemente, ninguno de los dos métodos carece de problemas.
El problema que presenta utilizar sólo el NIPTS es que resulta difícil resumir los efectos del ruido sobre la audición. Los datos suelen exponerse en una gran tabla que presenta la desviación del umbral inducida por ruido para cada frecuencia audiomé- trica en función del nivel de ruido, los años de exposición y el centil de población. El concepto de riesgo porcentual es más atractivo porque utiliza simples números y parece fácil de comprender. Pero el problema del riesgo porcentual es que puede variar enormemente en función de diversos factores, en especial la altura de la barrera del umbral auditivo y las frecuen- cias utilizadas para definir el deterioro auditivo (o deficiencia auditiva).
Con ambos métodos, el usuario necesita estar seguro de que las poblaciones expuestas y no expuestas están cuidadosamente equiparadas en lo referente a factores tales como la edad y la exposición a ruidos de carácter no laboral.

miércoles, 11 de junio de 2014

Notas a la tabla 47.1.

1 Los niveles para controles técnicos, las pruebas de audición y otros elementos del programa de conservación de la audición se definen en un código de Recomendaciones prácticas.
2 Existen ciertas variaciones entre las distintas provincias canadienses: Ontario, Quebec y Nueva Brunswick utilizan 90 dBA con un factor de acumulación de 5 dB; Alberta, Nueva Escocia y Terranova utilizan 85 dBA con un factor de acumulación de 5 dB; y la Columbia Británica utiliza 90 dBA con un factor de acumulación de 3 dB. Todas ellas exigen controles técnicos a nivel del PEL. Manitoba exige ciertas prácticas de conservación de la audición por encima de 80 dBA, protectores auditivos y formación según demanda por encima de 85 dBA, y controles técnicos por encima de 90 dBA.
3 El Consejo de las Comunidades Europeas (86/188/CEE) y Alemania (UVV Larm-1990) establecen que no es posible indicar un límite
preciso para la eliminación de riesgos para la audición y del riesgo de sufrir otros deterioros de la salud a causa del ruido. Por consiguiente,
el empresario viene obligado a reducir el nivel de ruido al máximo posible, teniendo en cuenta los avances técnicos y la disponibilidad de medidas de control. Puede que otros estados comunitarios hayan adoptado también este enfoque.
4 Los países integrantes de la Comunidad Europea se vieron obligados como mínimo a armonizar sus normas con la directiva comuni-
taria el 1 de enero de 1990.
5 China exige diferentes niveles para diferentes actividades: p. ej., 70 dBA para líneas de montaje de precisión, talleres de transformación y salas de ordenadores; 75 dBA para salas de servicio, observación y descanso; 85 dBA para talleres nuevos, y 90 dBA para talleres existentes.
6 Alemania también tiene normas de ruido de 55 dBA para tareas intelectualmente estresantes y de 70 dBA para trabajos administrativos
mecanizados.
7 Recomendación.
8 La legislación holandesa en materia de ruido requiere el control técnico del ruido a 85 dBA “a menos que esto no pueda exigirse razona- blemente”. Deben facilitarse protectores auditivos por encima de 80 dBA y los trabajadores están obligados a llevarlos a niveles superiores a
90 dBA.
9 Nueva Zelanda exige un máximo de 82 dBA para una exposición de 16 horas. Deberán llevarse orejeras con niveles de ruido supe- riores a 115 dBA.
10 Noruega exige un PEL de 55 dBA para trabajos que requieran un alto grado de concentración mental, 85 dBA para trabajos
que requieran comunicación verbal o gran precisión y atención, y 85 dBA para otros ambientes de trabajo ruidosos. Los límites recomen- dados son 10 dB inferiores. Los trabajadores expuestos a niveles de ruido superiores a 85 dBA deberán llevar protectores auditivos.
11 Estos niveles son aplicables a la norma OSHA en materia de ruido, que comprende a los trabajadores de la industria en general y de los
gremios marítimos. Los servicios militares de Estados Unidos imponen normas algo más exigentes. El ejército y las fuerzas aéreas estadouni- denses utilizan un PEL de 85 dBA y un factor de acumulación de 3 dB.

martes, 10 de junio de 2014

Criterios de riesgo-daño (II)

En general, a medida que las definiciones incluyen frecuencias más altas y “barreras” o umbrales auditivos más bajos, se reduce el riesgo aceptable y es más alto el porcentaje de población expuesta que parece encontrarse en situación de riesgo a causa de niveles determinados de ruido. Si la intención fuera que no existiera ningún riesgo de pérdida auditiva a causa de la exposición al ruido, ni siquiera en los miembros más sensibles de la población expuesta, el límite de exposición permisible tendría que ser de 75 dBA. De hecho, la directiva comunitaria ha esta- blecido que el nivel al que el riesgo es despreciable es un nivel equivalente (Leq) de 75 dBA, nivel que también ha sido propuesto como objetivo para las instalaciones de producción de Suecia (Kihlman 1992).
Por lo general, la idea preponderante en este tema es que resulta aceptable que un grupo de trabajo expuesto a ruido pierda capacidad auditiva hasta cierto punto, pero no en exceso. No existe consenso por el momento sobre lo que se considera excesivo. Lo más probable es que la mayoría de los países adopten normas y reglamentaciones en un intento de mantener el riesgo al mínimo teniendo en cuenta la viabilidad técnica y económica al mismo tiempo, pero sin alcanzar un consenso sobre cuestiones tales como las frecuencias, la barrera o el porcentaje de población a proteger.

lunes, 9 de junio de 2014

Criterios de riesgo-daño (I)

El término criterios de riesgo-daño se refiere al riesgo de deterioro auditivo derivado de diversos niveles de ruido. Son muchos los factores que influyen en la elaboración de estos criterios y normas además de los datos que describen el grado de pérdida auditiva derivado de un cierto grado de exposición al ruido. Las conside- raciones son tanto técnicas como políticas.
Las siguientes cuestiones son buenos ejemplos de consideraciones políticas: ¿Qué proporción de la población expuesta al ruido debe ser protegida y qué pérdida auditiva constituye un riesgo aceptable? ¿Debemos proteger de todo grado de pérdida auditiva incluso a los miembros más sensible de la población expuesta? ¿O sólo debemos protegerles de una deficiencia auditiva compensable? Esto viene a ser una cuestión de qué fórmula de pérdida auditiva debe utilizarse y las decisiones tomadas por diferentes organismos gubernativos han sido muy variadas.

En los primeros años, se tomaron decisiones normativas que permitían grados de pérdida auditiva importantes como riesgo aceptable. La definición más común solía ser un umbral auditivo medio (o “barrera inferior”) de 25 dB o más, a frecuencias audiométricas de 500, 1.000 y 2.000 Hz. Desde entonces, las definiciones de “deterioro auditivo” o “deficiencia auditiva” han sido más restrictivas, con diferentes países o grupos de consenso abogando por diferentes definiciones. Por ejemplo, ciertas agencias gubernativas estadounidenses utilizan ahora 25 dB a 1.000, 2.000 y 3.000 Hz. Otras definiciones pueden incorporar una barrera inferior de 20 o 25 dB a 1.000, 2.000 y 4.000 Hz, y pueden incluir una gama de frecuencias más amplia.

domingo, 8 de junio de 2014

Normas de consenso

Una de las normas más utilizadas en materia de ruido es la ISO 1999, titulada “Acústica: determinación de la exposición al ruido en el trabajo y estimación del deterioro auditivo inducido por ruido (Acoustics: Determination of Occupational Noise Exposure and Estimate of Noise-Induced Hearing Impairment, ISO 1990). Esta norma de consenso internacional es una revisión de una versión anterior, menos detallada, y puede utilizarse para predecir el grado de pérdida auditiva esperado en varios centiles de la población expuesta a diversas frecuencias audiométricas en función del nivel de la exposición y su duración, de la edad y del sexo.
La ISO es normalmente muy activa en el campo de la norma- lización en materia de ruido. Su comité técnico TC43, bajo el epígrafe “Acústica”, está trabajando en una norma para evaluar la eficacia de los programas de conservación de la capacidad auditiva. Según von Gierke (1993), el subcomité 1º del TC43
(SC1) tiene 21 grupos de trabajo, algunos de los cuales tienen cada uno más de tres normas en estudio. El TC43/SC1 ha publicado 58 normas en materia de ruido y 63 normas adicio- nales se encuentran en fase de revisión o preparación
(von Gierke 1993).

sábado, 7 de junio de 2014

Sistemas de aire acondicionado (I)

La experiencia demuestra que los ambientes industriales próximos a la zona de confort durante los meses de verano aumentan la productividad, tienden a registrar un menor número de accidentes, tienen un menor índice de absentismo y, en general, contribuyen a mejorar las relaciones humanas. En el caso de los establecimientos de venta al por menor, los hospitales y los edificios con grandes superficies, la finalidad del aire acondi- cionado suele ser proporcionar confort térmico cuando las condi- ciones exteriores así lo requieren.

En ciertos ambientes industriales cuyas condiciones externas son muy duras, el objetivo de los sistemas de calefacción es proporcionar calor suficiente para evitar posibles efectos perjudi- ciales para la salud, más que para conseguir un ambiente térmico confortable. Factores que requieren una atención espe- cial son el mantenimiento y el uso apropiados del equipo de aire acondicionado, en particular si está provisto de humidificadores, ya que pueden convertirse en fuentes de contaminación micro- biana, con los riesgos que estos contaminantes tienen para la salud del ser humano.

viernes, 6 de junio de 2014

Sistemas de calefacción (II)

Si la calefacción se suministra por medio de quemadores sin chimeneas de escape, será preciso prestar especial atención a la inhalación de los productos de la combustión. Por lo común, cuando los materiales combustibles son petróleo, gas o carbón de calefacción, producen dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y otros productos de combustión. Existen límites a la exposición del ser humano a estos compuestos que es preciso controlar, en particular en espacios cerrados donde puede aumentar rápidamente la concentración de esos gases cuando disminuye la eficacia de la reacción de combustión. Planificar un sistema de calefacción supone siempre conseguir el equilibrio entre varias cuestiones, como un bajo coste inicial, la flexibilidad del servicio, la eficacia energética y la aplicabi- lidad. Por consiguiente, el consumo de electricidad durante las horas en que sea más económico, por ejemplo, podría rentabi- lizar el uso de calefactores eléctricos. Otra opción sería utilizar sistemas químicos de almacenamiento de calor que puedan utili- zarse después durante las horas punta de demanda (utilizando sulfato sódico, por ejemplo). Asimismo es posible estudiar la instalación conjunta de varios sistemas diferentes que funcionen de modo que se optimicen los costes.
La instalación de calefactores capaces de utilizar gas o petróleo de calefacción es especialmente interesante. El uso directo de electricidad implica un consumo de energía de primera clase que puede resultar cara en muchos casos, pero que puede aportar la flexibilidad necesaria en ciertas circunstancias. Las bombas de calor y otros sistemas de cogeneración que apro- vechan el calor residual, pueden aportar soluciones muy venta- josas desde el punto de vista financiero. El problema de estos sistemas es su alto coste inicial.
Hoy en día la tendencia en el ámbito de los sistemas de cale- facción y aire acondicionado es conseguir un funcionamiento óptimo ahorrando energía. Por consiguiente, los nuevos sistemas tienen sensores y controles distribuidos por los espacios que se van a calentar, con lo que se suministra calor sólo durante los tiempos necesarios para lograr confort térmico. Tales sistemas pueden ahorrar hasta un 30 % de los costes energéticos de la calefacción. En la Figura 45.12 se ilustran algunos sistemas de calefacción, con sus ventajas y sus inconvenientes.

jueves, 5 de junio de 2014

Sistemas de calefacción (I)

El diseño de cualquier sistema de calefacción debe estar directa- mente relacionado con el trabajo que se va a realizar y con las características del edificio en el que se instalará. En los edificios industriales es difícil encontrar proyectos en los que se tengan en cuenta las necesidades de calefacción de los trabajadores, a menudo porque aún están sin definir los procesos y los puestos de trabajo. Normalmente, los sistemas se diseñan con un criterio muy abierto, contemplando sólo las cargas térmicas que existirán en el edificio y la cantidad de calor que es preciso suministrar para mantener una temperatura determinada en el edificio, sin tener en cuenta la distribución del calor, la situación de los puestos de trabajo ni otros factores parecidos de carácter menos general. Tales deficiencias en el diseño de ciertos edificios se traducen en carencias, como puntos fríos, corrientes de aire, un número insuficiente de elementos de calefacción y otros problemas.

Para conseguir un buen sistema de calefacción en la planificación de un edificio, se indican a continuación algunas de las cosas que será preciso tener en cuenta:

• La correcta colocación del aislamiento para ahorrar energía y para minimizar los gradientes de temperatura en el edificio.
• La máxima reducción de la infiltración de aire frío en el edificio para minimizar las variaciones de temperatura en las áreas de trabajo.
• El control de la contaminación del aire por medio de sistemas de extracción localizada y de ventilación por desplazamiento o difusión.
• El control de las emisiones de calor procedentes de los procesos utilizados en el edificio y su distribución en las áreas ocupadas del edificio.

miércoles, 4 de junio de 2014

Fórmula de confort: el método de Fanger

El método desarrollado por P. O. Fanger se basa en una fórmula que relaciona variables de temperatura ambiente, temperatura radiante media, velocidad relativa del aire, presión del vapor de agua en el aire ambiental, nivel de actividad y resistencia térmica de la ropa. En la Tabla 45.13 se presenta un ejemplo obtenido con la fórmula del confort que puede utilizarse en aplicaciones prácticas para obtener una temperatura confortable en función de la ropa, de la tasa metabólica de la actividad realizada y de la velocidad del aire.

martes, 3 de junio de 2014

Zona de confort térmico en un diagrama psicrométrico

La zona del diagrama psicrométrico correspondiente a las condi- ciones en las que un adulto percibe el confort térmico ha sido estudiado atentamente y definido en la norma de la ASHRAE a partir de la temperatura efectiva o temperatura medida con un termómetro seco en un recinto uniforme con un 50 por ciento de humedad relativa. En este recinto las personas tendrían el mismo intercambio de calor por energía radiante, convección y evaporación que tendrían con el nivel de humedad en el ambiente local dado. La ASHRAE define la escala de temperatura efectiva para un nivel de ropa de 0,6 clo (unidad de aislamiento; 1 clo corres- ponde al aislamiento que proporciona un conjunto de prendas normal), lo que supone un nivel de aislamiento térmico de 0,155 K m2W-1, donde K es el intercambio de calor por conduc- ción medido en vatios por metro cuadrado (W m–2) para un movimiento de aire de 0,2 m s–1 (en reposo), para un tiempo de exposición de una hora, en una actividad sedentaria elegida de 1 met (unidad metabólica = 50 Kcal/m2h). En la Figura 45.11 puede verse esta zona de confort y utilizarse en ambientes térmicos donde la temperatura del calor radiante sea aproxima- damente igual a la temperatura medida con un termómetro seco
y donde la velocidad del aire sea inferior a 0,2 m s–1 para personas vestidas con ropa ligera y que realicen actividades sedentarias.

lunes, 2 de junio de 2014

Normas y directrices existentes (IV)

Por último, debe recordarse que los valores de referencia se establecen, en general, basándose en los efectos conocidos de las diferentes sustancias sobre la salud. Aunque esto puede representar a menudo una ardua tarea en el caso del análisis del aire interior, no tiene en cuenta los posibles efectos sinérgicos de ciertas sustancias. Entre éstas se encuentran, por ejemplo, los compuestos orgánicos volátiles (COV). Algunos autores han apuntado la posibilidad de definir los niveles totales de concen- tración de compuestos orgánicos volátiles (COVT) al que los ocupantes de un edificio pueden comenzar a reaccionar. Una de las principales dificultades estriba en que, desde el punto de vista del análisis, la definición de COVT todavía no se ha resuelto para satisfacción de todos.

En la práctica, el futuro establecimiento de valores de referencia en el relativamente nuevo campo de la calidad del aire interior estará determinado por el desarrollo de políticas ambientales. Ello dependerá de los avances del conocimiento en cuanto a los efectos de los contaminantes y de las mejorías en las técnicas analíticas que puedan ayudarnos a determinar estos valores.

domingo, 1 de junio de 2014

Estimaciones obtenidas de tablas

Otros métodos utilizan valores obtenidos de tablas de prendas de vestir medidas previamente en maniquíes. Para investigar un conjunto de prendas de vestir, éste tiene que separarse en sus distintos componentes y buscar en la tabla el valor correspondiente a cada uno de ellos. Si se hace una elección incorrecta de la prenda más parecida que aparece en la tabla, pueden introdu- cirse errores. Para estimar el aislamiento intrínseco de un conjunto de prendas, los valores del aislamiento proporcionado por cada prenda tienen que introducirse en una ecuación sumatoria (McCullough, Jones y Huck 1985).