viernes, 10 de abril de 2015

Medidas de control y su coste (II)

Los colectores húmedos (torres de lavado) pueden utilizarse para retirar simultáneamente contaminantes gaseosos y otras partí- culas. También algunos aparatos de combustión pueden quemar gases y vapores, así como aerosoles combustibles. Dependiendo del tipo de efluente, se puede utilizar un tipo de colector o una combinación de varios de ellos.
El control de los olores que son químicamente identificables se basa en el control de los agentes químicos de los que emanan (p. ej., por absorción o por incineración). Cuando un olor no está definido químicamente, o el agente que lo produce se encuentra en concentraciones extremadamente pequeñas, pueden utili- zarse otras técnicas que lo enmascaran (con un agente de olor más fuerte, agradable e inofensivo) o contrarrestan (mediante un aditivo que neutraliza, al menos en parte, su olor desagradable).

Debe tenerse en cuenta que el manejo y el mantenimiento correctos del colector son condiciones indispensables para conseguir la eficacia esperada. Estas circunstancias deben ser analizadas a la hora de diseñar las instalaciones, tanto desde el punto de vista técnico como financiero. El consumo de energía es otro factor que debe considerarse. Cualquier sistema de puri- ficación del aire no sólo debe ser elegido por su coste inicial, sino teniendo en cuenta sus costes operativos y de mantenimiento. Cuando se trate de contaminantes radiactivos o de alta toxi- cidad, se requiere el mayor grado de eficacia purificadora, así como procedimientos especiales para el almacenamiento y la evacuación de los residuos.

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