Muchos peces de este phylum poseen espinas dorsales, pectorales, caudales y anales, conectadas a un órgano venenoso cuya principal finalidad es la defensa. Si al pez se le molesta, se le pisa o se le agarra, eriza las espinas, que pueden penetrar en la piel e inyectar el veneno. Suelen atacar a los buceadores que están buscando peces, o si se les molesta por contacto accidental. Se han registrado numerosos incidentes de este tipo debido a que los peces de este phylum están muy extendidos, al que pertenece también el pez gato, presente tanto en aguas saladas como dulces (América del Sur, Africa occidental y los Grandes Lagos), el pez escorpión (Scorpaenidae), el pez traquino (Trachinus), el pez sapo, el pez cirujano y otros. Las heridas producidas por estos peces son generalmente dolorosas, sobre todo en el caso del pez gato y del pez traquino, que originan enrojecimiento o palidez, inflamación, cianosis, embotamiento, edema linfático y difusión hemorrágica en los tejidos circundantes. Puede aparecer gangrena o infección flebítica y neuritis periférica colateral con la herida. Otros síntomas son: desvanecimiento, náuseas, colapso, shock primario, asma y pérdida de conciencia. Todos ellos representan un grave peligro para los trabajadores subacuáticos. En el pez gato se ha identificado un veneno neurotóxico y hemotóxico, y en el caso del traquino se han aislado varias sustancias, como la
5-hidroxitriptamina, la histamina y la catecolamina. Algunos peces gato y peces astrónomo de aguas dulces, así como la anguila eléctrica (Electrophorus), poseen órganos eléctricos (véase el epígrafe Seláceos).
5-hidroxitriptamina, la histamina y la catecolamina. Algunos peces gato y peces astrónomo de aguas dulces, así como la anguila eléctrica (Electrophorus), poseen órganos eléctricos (véase el epígrafe Seláceos).
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