Aunque no existen pruebas de que la alimentación influya en la adaptación al trabajo nocturno (Rosa y cols. 1990), se han ofrecido algunos consejos prudentes:
• Mientras se trabaje en el turno de noche, la comida principal debe hacerse antes de las 01:00 horas y ser más rica en proteínas que en carbohidratos, además de baja en grasas.
• Se recomienda tomar un refrigerio consistente en fruta fresca o productos lácteos entre las 04:00 y las 04:15 horas.
• Es mejor hacer las comidas a horarios regulares.
• Deben evitarse las comidas copiosas justo antes de irse a la cama. El trabajador debe aprender a interpretar las señales de su organismo y a juzgar su bienestar digestivo y sus niveles energéticos (Community Health Network 1984; Wedder- burn 1991; Knauth y cols. 1991).
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