Complementando lo anteriormente comentado, otro de los instrumentos de que disponen los gobiernos para reducir los efectos adversos del consumo de tabaco sobre la salud en la población es la educación de los fumadores con el fin de que fumen “mejor” y de que reduzcan su consumo de cigarrillos. Tales medidas deben ir encaminadas a disminuir el consumo diario de cigarrillos, a inhibir la inhalación de humo en la mayor medida posible, a no fumar las colillas de los cigarrillos (la toxicidad del tabaco aumenta hacia el final del cigarrillo), a no mantener el cigarrillo constantemente en los labios y a adoptar preferencias por marcas con menor contenido de alquitrán y nicotina.
Es un tipo de medidas que evidentemente no reducen el número de fumadores, pero sí el daño sufrido por éstos por su hábito. Se han propuesto argumentos en contra de esta clase de medidas debido a que pueden dar la impresión de que fumar no es un hábito intrínsecamente malo, ya que se dice a los fuma- dores cómo se fuma mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario