El malestar causado por la aceleración de la vibración depende de la frecuencia de vibración, la dirección de la vibración, el punto de contacto con el cuerpo y la duración de la exposición a la vibración. En la vibración vertical de personas sentadas, el malestar causado por la vibración vertical a cualquier frecuencia aumenta en proporción a la magnitud de la vibración: si se reduce ésta a la mitad, el malestar tenderá a reducirse a la mitad. Puede predecirse el malestar que producirá las vibraciones utilizando ponderaciones en frecuencia adecuadas (véase abajo)y describirse mediante una escala semántica de malestar. No existen límites prácticos en cuanto al malestar causado por las vibraciones: el malestar tolerable varía de unos ambientes a otros.
Las magnitudes tolerables de vibraciones en edificios están próximas a los umbrales de percepción de la vibración. Se supone que los efectos de las vibraciones en edificios sobre los humanos dependen del uso del edificio, además de la frecuencia, dirección y duración de las vibraciones. Directrices para la evaluación de las vibraciones en edificios se dan en diversas normas, tales como la Norma Británica 6472 (1992), que define un procedimiento para la evaluación de las vibraciones y los choques en los edificios.
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