Características generales. La carcinogenicidad de la radiación ioni- zante, que se manifestó por primera vez a principios de este siglo cuando aparecieron cánceres de la piel y leucemias en las primeras personas que trabajaron con la radiación (Upton 1986), ha sido documentada desde entonces sin lugar a dudas por los excesos proporcionales a las dosis de numersosos tipos de neoplasias en pintores de esferas con radio, en mineros de galerías de roca viva, en supervivientes de la bomba atómica, en pacientes sometidos a radioterapia y en animales irradiados en experimentos de laboratorio (Upton 1986; NAS 1990).
Los tumores benignos y malignos inducidos por la irradiación se caracterizan porque tardan años o decenios en manifestarse y no presentan ningún rasgo conocido que permita distinguirlos de los producidos por otras causas. Es más, con pocas excep- ciones, su inducción sólo ha podido detectarse después de dosis equivalentes relativamente grandes (0,5 Sv), y ha variado con el tipo de neoplasia, así como con la edad y sexo de las personas expuestas (NAS 1990).
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