domingo, 13 de enero de 2013

Ambiente interpersonal en el lugar de trabajo

El ambiente interpersonal en el lugar de trabajo puede ser un caldo de cultivo para la violencia. La discriminación y el acoso, formas de violencia en sí mismas según se define en este artículo, pueden provocar una violenta reacción de venganza. Por ejemplo, MSF, el sindicato británico que agrupa a trabajadores de los ámbitos de la gestión empresarial, científico y financiero, subraya que una de las características del estilo directivo de algunas organizaciones es la intimidación en el lugar de trabajo
(definida como comportamiento ofensivo, injurioso, intimidatorio, malicioso o insultante de carácter persistente; abuso de poder o imposición injusta de sanciones penales) (MFS 1995).
El acoso sexual se ha consolidado como una forma de agresión en el trabajo (SEIU 1995). Puede tratarse de tocamientos o caricias indeseadas, agresión física, insinuaciones u otras ofensas verbales, miradas insistentes o lascivas, solicitud de favores sexuales, invitaciones comprometedoras o de un ambiente de trabajo ofensivo a causa de la pornografía. Las situaciones en las que el trabajador considere que las condiciones de su puesto de trabajo dependen de su tolerancia ante las proposiciones o en las que el acoso cree un ambiente de trabajo intimidatorio, hostil u ofensivo son ilegales en Estados Unidos y se definen como una forma de discriminación sexual de acuerdo con lo dispuesto en el Título VII de la Ley de derechos civiles de 1964.
Si bien las mujeres son los objetivos más habituales, los varones son también objeto de acoso sexual, aunque con mucha menor frecuencia. Según una encuesta realizada entre trabajadores de la administración federal en Estados Unidos, un 42 % de las mujeres encuestadas y un 15 % de los varones declararon haber sido acosados sexualmente en el trabajo, y una encuesta de seguimiento realizada en 1987 reveló unos resultados similares (SEUI 1995). En Estados Unidos, la amplia cobertura que los medios de comunicación han dado a los casos de acoso a mujeres que se han “entrometido” en puestos y en lugares de trabajo ocupados tradicionalmente por varones, así como la notoriedad adquirida por destacadas figuras de la vida política y pública, que se han visto envueltos en presuntos casos de acoso, han provocado un aumento de las quejas presentadas ante los organismos estatales y las agencias federales que luchan contra la discriminación así como del número de demandas civiles presentadas.

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