Los trabajadores que manejan herramientas vibrantes pueden sufrir hormigueo y adormecimiento de dedos y manos. Si la exposición a las vibraciones continúa, estos síntomas tienden a empeorar y pueden interferir con la capacidad de trabajo y las actividades de su vida diaria. Los trabajadores expuestos a vibraciones pueden presentar umbrales vibratorios, térmicos y táctiles más elevados en los reconocimientos clínicos. Se ha suge- rido que la exposición continua a las vibraciones no solo puede deprimir la excitabilidad de los receptores de la piel sino también inducir alteraciones patológicas en los nervios de los dedos, tales como edema perineural, seguido de fibrosis y pérdida de fibra nerviosa. Estudios epidemiológicos de trabajadores expuestos a vibraciones señalan que la prevalencia de trastornos neurológicos periféricos varía desde un pequeño porcentaje hasta más del
80 por ciento, y que la pérdida de sensibilidad afecta a usuarios de una amplia variedad de tipos de herramientas. Parece ser que la neuropatía por vibración se desarrolla con independencia de otros trastornos inducidos por las vibraciones. En el Taller de Estocolmo (Stockholm Workshop) 86 (1987) se propuso una escala del componente neurológico de síndrome de HAV, consis- tente en tres fases según los síntomas y los resultados del reconocimiento clínico y las pruebas objetivas (Tabla 50.4). Se requiere un diagnóstico diferencial cuidadoso para distinguir la neuropatía por vibraciones de neuropatías por compresión, tales como el síndrome del túnel carpiano (CTS), un trastorno debido a compresión del nervio mediano a su paso por un túnel anatómico de la muñeca. El CTS parece ser un trastorno común en algunos grupos profesionales que utilizan herramientas vibrantes, tales como los perforadores, los chapistas y los trabajadores forestales. Se cree que los factores de estrés ergonómicos que actúan sobre la mano y la muñeca (movimientos repetitivos, agarre con fuerza, malas posturas), unidos a las vibraciones, pueden causar CTS en trabajadores que manejan herramientas vibrantes. La electroneu- romiografía, que mide las velocidades de los nervios sensoriales y motores, ha demostrado ser útil para diferenciar el CTS de otros trastornos neurológicos.
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