También exige que todos los edificios cuenten con el sufi- ciente número de salidas y otros medios de salvaguardia del tamaño suficiente y en los puntos adecuados para ofrecer una vía de escape a todos los ocupantes. Dichas salidas deben ser las adecuadas para la estructura o el edificio concreto, habida cuenta de su empleo, del número de ocupantes y la capacidad de los mismos, de la protección contra incendios disponible, de la altura y tipo de construcción y de cualquier otro factor necesario para ofrecer a todos los ocupantes un nivel razonable de seguridad. Obviamente, este no era el caso de la fábrica Kader, donde las llamas bloquearon uno de los dos huecos de escaleras del edificio Uno, lo que obligó a unas 1.100 personas a huir de los pisos tercero y cuarto por la misma escalera.
Además, las salidas deben organizarse y mantenerse de forma que ofrezcan una vía libre y sin obstáculos para salir de todas las partes del edificio, siempre que esté ocupado. Las salidas deben ser bien visibles y el camino que conduce a ellas ha de estar indi- cado de tal modo que todos los ocupantes del edificio física y mentalmente capacitados conozcan la dirección de escape desde cualquier punto.
Todas las salidas o aperturas verticales entre pisos de un edificio deben estar aisladas o protegidas del modo necesario para que los ocupantes estén razonablemente a salvo mientras salen y para impedir que el fuego, el humo o las emanaciones se propaguen de unos pisos a otros antes de que aquéllos hayan podido utilizar las salidas.
En el resultado de los incendios de Triangle y de Kader influyó significativamente la falta de unas separaciones o sectorizaciones horizontales y verticales adecuadas. Las dos fábricas se organizaron y construyeron de tal modo que un incendio en un piso inferior podía extenderse rápidamente a los superiores, atrapando a un gran número de trabajadores.
En las instalaciones industriales son característicos los espacios de trabajo grandes y abiertos; para frenar la propagación del fuego, deben instalarse y mantenerse suelos y muros revestidos resistentes contra incendios. También debe impedirse que el incendio se extienda por fuera, a través de las ventanas de un piso a las de otro piso, como ocurrió en el incendio de Triangle. El modo más eficaz de limitar la propagación vertical del fuego es aislar las escaleras, los ascensores y otras aberturas verticales entre pisos. El hecho de que la fábrica Kader dispu- siera de unos montacargas de barrotes abre serias dudas sobre la capacidad de la protección pasiva contra incendios del edificio para impedir la propagación vertical del fuego y el humo.
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