martes, 26 de mayo de 2009

TRANSPORTE DE MATERIALES PELIGROSOS: SUSTANCIAS QUIMICAS Y RADIACTIVAS (I)

La industria y la economía de los países dependen, en parte, del gran número de materiales peligrosos que se transportan desde el proveedor hasta el usuario y, en última instancia, hasta la planta de eliminación de residuos. Los materiales peligrosos se transportan por carretera, ferrocarril, vías navegables, aire, gasoductos y oleoductos, y en su gran mayoría llegan a destino con seguridad
y sin incidentes. La magnitud y el alcance del problema pueden ilustrarse con la industria del petróleo. En el Reino Unido, se distribuyen anualmente unos 100 millones de toneladas de productos a través de tuberías, carretera, ferrocarril y vías nave- gables. Aproximadamente un 10 % de las personas que trabajan en la industria química británica están relacionadas con la distribución (es decir, con el transporte y el almacenamiento).
Un material peligroso puede definirse como “una sustancia o material cuyo transporte puede plantear un riesgo desproporcionado para la salud, la seguridad o los bienes”. La expresión “riesgo desproporcionado” engloba un amplio espectro de consi- deraciones sanitarias, ambientales y en materia de incendios. Son materiales peligrosos los explosivos, los gases inflamables, los gases tóxicos, los líquidos altamente inflamables, los líquidos inflamables, los sólidos inflamables, las sustancias peligrosas en contacto con la humedad, las sustancias oxidantes y los líquidos tóxicos.
Los riesgos consisten directamente en la posibilidad de escapes, combustiones y otros incidentes durante el transporte de la sustancia o sustancias. Los accidentes más graves se producen en el transporte por carretera y ferrocarril y “pueden afectar tanto a los trabajadores como a la población en general”. El peligro existe tanto cuando los materiales se están cargando o descargando, como en ruta. La población de riesgo comprende las personas que viven cerca de la carretera o del ferrocarril, y las que van en otros vehículos o trenes que se vean implicados en un accidente grave. Entre las zonas de riesgo se encuentran los puntos de detención temporal, como las zonas de maniobras del ferrocarril o las zonas de estacionamiento de camiones en las áreas de servicio de las carreteras. Los riesgos marítimos se concentran en la entrada y salida de puerto de los barcos, y en la carga y descarga en él; también presenta riesgos el tráfico costero y el tráfico angosto, así como por las vías de navegación interior.
El tipo de incidentes que pueden producirse en relación con el transporte, tanto en tránsito como en instalaciones fijas, incluye el sobrecalentamiento químico, los derrames, los escapes, las emisiones de vapor o gas, los incendios y las explosiones. Dos de los sucesos fundamentales que ocasionan incidentes son las coli- siones y los incendios. En los camiones cisterna, otras causas de escape pueden ser fugas en válvulas o un exceso de llenado. En general, tanto en carretera como en ferrocarril, los incendios no provocados por choques son mucho más frecuentes que los provocados por éstos. Los incidentes asociados al transporte pueden producirse en zonas rurales, industriales o residenciales, y pueden implicar a vehículos o trenes solos o vigilados. En muy pocos casos la causa principal del incidente es un accidente.
El personal de emergencia debe ser consciente de la posibilidad de exposición y contaminación de los seres humanos a sustancias peligrosas en los accidentes de ferrocarril, en carre- teras y terminales de carga, en buques (tanto oceánicos como interiores) y sus correspondientes almacenes. Los gasoductos y oleoductos (tanto de larga distancia como de sistemas locales de distribución) pueden constituir un peligro si se producen daños o escapes, ya sea aisladamente o en asociación con otros inci- dentes. Los incidentes de transporte suelen ser más peligrosos que los que tienen lugar en instalaciones fijas. Puede ocurrir que los materiales implicados sean desconocidos, que las señales de aviso queden ocultas por un vuelco, humos o escombros, y que no haya especialistas o que éstos hayan sido víctimas del incidente. El número de personas expuestas depende de la densidad de población, tanto de día como de noche, de la proporción de personas dentro y fuera de las casas y del sector de población que pueda considerarse particularmente vulnerable. Además de la población que normalmente se encuentra en la zona, corre también peligro el personal de los servicios de emergencia que acuden al accidente. No es raro que, en un incidente de transporte de sustancias peligrosas, una proporción significativa de las víctimas pertenezcan a dichos servicios.

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