Existen procedimientos que reducen al mínimo el estímulo provocador de mareo o aumentan la tolerancia. Pueden prevenir el mareo en una determinada proporción de la población, pero ninguno, exceptuando la retirada del entorno de movimiento, es eficaz al 100 %. Al diseñar un vehículo, es beneficioso tener en cuenta los factores que elevan la frecuencia y reducen la magnitud de las oscilaciones (véase la Figura 50.6) que experi- mentan los ocupantes durante el funcionamiento normal. La provisión de apoyo para la cabeza y sujeción corporal para mini- mizar los movimientos de cabeza innecesarios es ventajosa, y se ve reforzada si el ocupante puede adoptar una posición reclinada
o de supinación. El mareo es menos intenso si el ocupante puede ver el horizonte; para quienes carecen de una referencia visual externa, cerrar los ojos reduce la discordancia visual/vestibular. También ayuda concentrarse en una tarea, especialmente el control del vehículo. Aunque estas medidas pueden aportar ventajas inmediatas, a la larga lo más beneficioso es desarrollar una adaptación protectora. Se consigue mediante una exposición continuada y repetida al entorno de movimiento, aunque puede facilitarse con ejercicios en tierra, en los que los estímulos provo- cadores de mareo se generan realizando movimientos con la cabeza mientras se gira en una mesa rotativa (tratamiento de desensibilización).
Hay varios fármacos que aumentan la tolerancia, aunque todos tienen efectos secundarios (en particular, sedación), por lo que no deben usarse cuando se ha de controlar un vehículo o es indispensable actuar con un rendimiento óptimo. Para una profilaxis a corto plazo (menos de cuatro horas), se recomienda de 0,3 a 0,6 mg de bromhidrato de hioscina (escopolamina); los antihistamínicos, clorhidrato de prometacina (25 mg), clorhi- drato de meclocina (50 mg), dimenhidrinato (50 mg) y cinaricina (30 mg) tienen una acción más duradera. La combinación de hioscina o prometacina con 25 mg de sulfato de efedrina aumenta el poder profiláctico al tiempo que reduce algo los efectos secundarios. Se puede conseguir un efecto profiláctico de hasta 48 horas utilizando un parche de escopolamina, que permite absorber lentamente el fármaco a través de la piel a una velocidad controlada. No se consiguen concentraciones efectivas del fármaco en el organismo hasta después de seis a ocho horas de la aplicación del parche, por lo que es preciso prever por anti- cipado la necesidad de este tipo de tratamiento.
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