sábado, 4 de abril de 2009

Trastornos sistémicos: Golpe de calor

El golpe de calor es una urgencia médica grave que puede provocar la muerte. Es un cuadro clínico complejo caracterizado por una hipertemia incontrolada que causa lesiones en los tejidos. Semejante elevación de la temperatura corporal se produce inicialmente por una intensa congestión por calor debida a una carga térmica excesiva. La hipertermia resultante provoca una disfunción del sistema nervioso central y, entre otras cosas, un fallo en el mecanismo normal de regulación térmica, acelerando así el aumento de la temperatura corporal. Existen dos tipos principales de golpe de calor: golpe de calor clásico y golpe de calor inducido por el esfuerzo. El primero suele afectar a personas muy jóvenes, personas de edad avanzada, personas obesas o personas con escasa preparación física cuando realizan actividades normales con exposición prolongada a elevadas temperaturas, mientras que el segundo se produce en adultos jóvenes cuando realizan esfuerzos físicos. Además, existe una modalidad mixta de golpe de calor que combina los rasgos de las dos formas anteriores.
Las personas de edad avanzada, sobre todo las que padecen un trastorno crónico, como enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus o alcoholismo, o las que tienen que recibir ciertos medi- camentos, especialmente fármacos psicotrópicos, presentan un elevado riesgo de sufrir un golpe de calor clásico. Por ejemplo, durante olas prolongadas de calor se ha observado que la tasa de mortalidad de la población mayor de 60 años es diez veces mayor que la de la población con 60 o menos años. También se ha observado un aumento similar de la mortalidad de la población musulmana mayor de 60 años durante el peregrinaje a la Meca, predominando en este caso el tipo mixto de golpe de calor. Los factores que predisponen a las personas de edad avanzada a un golpe de calor, excluidas las enfermedades crónicas mencio- nadas antes, son: percepción térmica reducida, inhibición de las respuestas vasomotoras y sudomotoras (reflejo de sudoración)a cambios en la carga térmica y menor capacidad de aclimatación al calor.
Las personas que trabajan o realizan esfuerzos físicos intensos en ambientes calurosos y húmedos corren un alto riesgo de sufrir un trastorno por calor inducido por el esfuerzo, ya sea agotamiento por calor o golpe de calor. Los atletas que se someten a un intenso esfuerzo físico pueden desarrollar hipertermia si producen calor metabólico a una gran velocidad, incluso aunque el ambiente no sea muy caluroso y, como resultado, desarrollan con frecuencia una patología asociada al estrés por calor. Las personas con peor preparación física corren menos riesgo en este sentido, ya que con más conscientes de su propia capacidad y no realizan esfuerzos tan grandes. Claro está que las personas que practican deportes por diversión y que se sienten altamente moti- vadas y eufóricas, intentan con frecuencia esforzarse más allá de su capacidad física y pueden sucumbir a un trastorno por calor (normalmente agotamiento por calor). Una mala aclimatación, una hidratación inadecuada, un atuendo poco apropiado, el consumo de alcohol y las enfermedades cutáneas que causan anhidrosis (reducción o ausencia de sudoración), principalmente sarpullidos (véase más adelante), agravan los síntomas.
Los niños son más propensos a sufrir agotamiento por calor o golpe de calor que los adultos. Producen más calor metabólico por unidad de masa y su capacidad de disipación del calor es menor por su capacidad relativamente pequeña de producir sudor.

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