El proceso de enfriamiento controlado consiste en la introducción de un metal caliente en un tanque de aceite. La finalidad es endurecer o templar el material mediante un cambio metalúrgico.
La mayoría de los aceites de enfriamiento son minerales y combustibles y deben elegirse con cuidado para cada aplicación de forma que la temperatura de ignición del aceite sea superior a la temperatura de funcionamiento del tanque de inmersión.
Es fundamental que el aceite no rebose de la boca del tanque y se derrame por los laterales. Para ello se realizarán controles del nivel de líquido y drenajes adecuados.
La inmersión parcial de materiales calientes es la causa más común de incendio en los tanques de enfriamiento y puede evitarse controlando que la transferencia y el transporte del material sean los adecuados.
También deben realizarse controles para impedir que se alcancen temperaturas excesivas en el aceite y en la entrada de agua al tanque, que podrían provocar incendios graves por ebullición y derrames de líquido alrededor del tanque.
A menudo se utilizan sistemas de extinción con dióxido de carbono o productos químicos secos para proteger la superficie del tanque. Se recomienda asimismo proteger el edificio con rociadores automáticos de techo. En algunos casos puede ser necesario también disponer una protección especial para los técnicos que trabajen en las proximidades del tanque. A menudo se instalan sistemas de pulverización de agua para proteger a los trabajadores.
Pero, por encima de todo, es fundamental formar adecuadamente a los trabajadores para los casos de emergencia, incluyendo formación sobre el uso de los extintores portátiles.
La mayoría de los aceites de enfriamiento son minerales y combustibles y deben elegirse con cuidado para cada aplicación de forma que la temperatura de ignición del aceite sea superior a la temperatura de funcionamiento del tanque de inmersión.
Es fundamental que el aceite no rebose de la boca del tanque y se derrame por los laterales. Para ello se realizarán controles del nivel de líquido y drenajes adecuados.
La inmersión parcial de materiales calientes es la causa más común de incendio en los tanques de enfriamiento y puede evitarse controlando que la transferencia y el transporte del material sean los adecuados.
También deben realizarse controles para impedir que se alcancen temperaturas excesivas en el aceite y en la entrada de agua al tanque, que podrían provocar incendios graves por ebullición y derrames de líquido alrededor del tanque.
A menudo se utilizan sistemas de extinción con dióxido de carbono o productos químicos secos para proteger la superficie del tanque. Se recomienda asimismo proteger el edificio con rociadores automáticos de techo. En algunos casos puede ser necesario también disponer una protección especial para los técnicos que trabajen en las proximidades del tanque. A menudo se instalan sistemas de pulverización de agua para proteger a los trabajadores.
Pero, por encima de todo, es fundamental formar adecuadamente a los trabajadores para los casos de emergencia, incluyendo formación sobre el uso de los extintores portátiles.
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