domingo, 5 de abril de 2009

Características clínicas del golpe de calor

El golpe de calor se define por tres criterios:

1. hipertermia severa con una temperatura interna (corporal profunda) normalmente superior a 42 ºC;
2. alteraciones del sistema nervioso central,
3. piel caliente y seca con cese de la sudoración.


El diagnóstico de golpe de calor se establece fácilmente cuando se cumplen estos tres criterios. Desde luego, puede pasarse por alto cuando uno de esos criterios no se cumple, no está claro o se ignora. Por ejemplo, a no ser que la temperatura interna se mida correctamente y sin demora, es posible que no se detecte una hipertermia profunda; o en los estadios iniciales de un golpe de calor inducido por el esfuerzo puede persistir la sudoración o incluso ésta ser profusa, manteniendo la piel húmeda.
El golpe de calor suele aparecer de manera brusca y sin síntomas precursores, aunque algunos pacientes con riesgo inminente de golpe de calor pueden presentar síntomas de alteraciones del sistema nervioso central, como cefalea, náuseas, atontamiento, debilidad, somnolencia, confusión, ansiedad, desorientación, apatía, conducta irracional, temblores, espasmos
y convulsiones. Una vez que se produce el golpe de calor, las alte- raciones del sistema nervioso central están presentes en todos los casos. El nivel de consciencia suele estar deprimido, siendo frecuente el coma profundo. Los temblores aparecen en la mayoría de los casos, especialmente en personas con buena preparación física. Los signos de disfunción del cerebelo son evidentes y pueden persistir como secuela. Las pupilas dilatadas constituyen otra observación frecuente en estos pacientes. En las personas que sobreviven a un golpe de calor pueden quedar secuelas como ataxia cerebelosa (ausencia de coordinación muscular), hemiplejía (parálisis en un lado del cuerpo), afasia e inestabilidad emocional.
También son frecuentes los vómitos y la diarrea. La taquipnea (respiración acelerada) suele presentarse en los primeros estadios y el pulso puede ser débil y rápido. La hipoten- sión, una de las complicaciones más comunes, se produce como resultado de una marcada deshidratación, una vasodilata- ción periférica intensa y la depresión transitoria del músculo cardíaco. En algunos casos se observa insuficiencia renal aguda, especialmente cuando el golpe de calor está provocado por un esfuerzo.
En los casos graves se producen hemorragias en todos los órganos parenquimáticos, en la piel (petequia) y en el tracto gastrointestinal. Las manifestaciones hemorrágicas clínicas son melanorragia (heces de color oscuro), hematemesis (vómitos con sangre), hematuria (sangre en la orina), hemoptisis (sangre en los esputos), epistaxis (hemorragia nasal), púrpura (manchas moradas), equimosis (marcas negras y azules) y hemorragia conjuntival. Con frecuencia se produce coagulación intravascular. La diatesis hemorrágica (tendencia a sangrar) suele asociarse a coagulación intravascular diseminada (CID). La CID ocurre principalmente en las personas que sufren un golpe de calor inducido por el esfuerzo y en las que aumenta la actividad fibrinolítica (disolvente de coágulos) del plasma. Por otra parte, la hipertermia de todo el organismo reduce el recuento de plaquetas, prolonga el tiempo de protrombina, disminuye los factores de la coagulación y eleva la concentración de los productos de degradación de la fibrina (PDF). Los pacientes con signos de CID y hemorragia presentan una mayor temperatura interna, una menor presión arterial, un menor pH, una menor pO2, en la sangre arterial y una mayor incidencia de oliguria, anuria y shock, así como una mayor tasa de mortalidad.
El shock es también una complicación frecuente. Se atribuye a una insuficiencia circulatoria periférica que se agrava con la CID, causando la diseminación de coágulos en el sistema microcirculatorio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario