La contaminación del aire puede proceder de fuentes que se encuentren cerca o lejos del solar elegido. Es un tipo de contaminación que incluye, principalmente, gases orgánicos e inorgánicos derivados de la combustión —ya sea de automóviles, fábricas o centrales eléctricas próximas al solar— y partículas suspendidas en el aire de origen diverso.
La contaminación del suelo incluye compuestos gaseosos procedentes de materias orgánicas enterradas y de las emanaciones de radón. Tales contaminantes pueden penetrar en el edificio a través de grietas de los materiales de construcción que estén en contacto con el suelo o por migración a través de materiales semipermeables.
La evaluación de los diferentes solares posibles deberá realizarse durante las fases de planificación de la construcción del edificio. Para que la elección del solar sea la más acertada deberán tenerse en cuenta los datos y circunstancias siguientes:
4. Información sobre el clima y la dirección predominante del viento en la zona, así como sobre las variaciones diarias y estacionales. Son aspectos importantes para decidir la orientación más adecuada del edificio.
Por otra parte, es preciso controlar las fuentes locales de contaminación utilizando diversas técnicas específicas, como el drenaje o limpieza del suelo, su despresurización o la utilización de pantallas arquitectónicas o paisajísticas.
La contaminación del suelo incluye compuestos gaseosos procedentes de materias orgánicas enterradas y de las emanaciones de radón. Tales contaminantes pueden penetrar en el edificio a través de grietas de los materiales de construcción que estén en contacto con el suelo o por migración a través de materiales semipermeables.
La evaluación de los diferentes solares posibles deberá realizarse durante las fases de planificación de la construcción del edificio. Para que la elección del solar sea la más acertada deberán tenerse en cuenta los datos y circunstancias siguientes:
1. Datos que demuestren los niveles de contaminación ambiental en la zona, para evitar fuentes de contaminación alejadas.Entre las medidas que pueden tomarse cabe citar el sellado eficaz de los canales de penetración o el diseño de sistemas de ventilación general que aseguren la creación de presión positiva en el futuro edificio.
2. Análisis de fuentes de contaminación adyacentes o próximas, teniendo en cuenta factores como la cantidad de tráfico rodado y las posibles fuentes de contaminación industrial, comercial o agrícola.
3. Niveles de contaminación en el suelo y en el agua, entre ellos los compuestos orgánicos volátiles o semivolátiles, el gas radón y otros compuestos radiactivos derivados de la desinte-ración del radón. Es una información de gran utilidad si hay que decidir sobre un cambio de solar o si hay que tomar medidas para mitigar la presencia de estos contaminantes en el futuro edificio.
4. Información sobre el clima y la dirección predominante del viento en la zona, así como sobre las variaciones diarias y estacionales. Son aspectos importantes para decidir la orientación más adecuada del edificio.
Por otra parte, es preciso controlar las fuentes locales de contaminación utilizando diversas técnicas específicas, como el drenaje o limpieza del suelo, su despresurización o la utilización de pantallas arquitectónicas o paisajísticas.
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