La operación adecuada de las instalaciones eléctricas exige que la maquinaria, el equipo y las líneas y circuitos eléctricos estén protegidos de los peligros causados tanto por factores internos
(es decir, que surgen dentro de la instalación) como externos
(Andreoni y Castagna 1983).
Las causas internas comprenden:
(es decir, que surgen dentro de la instalación) como externos
(Andreoni y Castagna 1983).
Las causas internas comprenden:
• tensiones excesivas;
• cortocircuitos;
• modificación de la forma de onda de la corriente;
• inducción;
• interferencia;
• corrientes excesivas;
• corrosión, que provoca fugas de corriente eléctrica a tierra;
• calentamiento de materiales conductores y aislantes, que pueden producir quemaduras en el operador, emisiones de gases tóxicos, incendio de componentes y, en atmósferas infla- mables, explosiones;
• fugas de líquidos aislantes, como el aceite,
• generación de hidrógeno o de otros gases que favorezcan la formación de mezclas explosivas.
Cada combinación peligro-equipo exige medidas protectoras específicas, algunas de las cuales son obligatorias en virtud de leyes o de reglamentos técnicos internos. Los fabricantes tienen la responsabilidad de conocer las estrategias técnicas específicas capaces de reducir riesgos.
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