miércoles, 19 de septiembre de 2007

Estudio clínico de la descarga eléctrica (II)

Las víctimas ocasionales que pierden la conciencia, al cabo de unos cuantos segundos de contacto aparecen pálidos o cianíticos, dejan de respirar, tienen un pulso apenas perceptible y presentan midriasis, indicativa de lesión cerebral aguda. Aunque por lo general se debe a la fibrilación ventricular, la patogénesis precisa de esta muerte aparente carece de importancia. Lo importante es iniciar con rapidez un tratamiento bien definido, puesto que se sabe desde hace algún tiempo que este estado clínico nunca conduce a muerte real. El pronóstico en estos casos de descarga eléctrica (en los cuales es posible la recuperación total) depende de la rapidez y calidad de los primeros auxilios. La estadística demuestra que lo más probable es que éstos sean administrados por personal no médico y, por lo tanto, se recomienda proporcionar formación a todos los electricistas para que puedan realizar las acciones básicas que garanticen la supervivencia.
En casos de muerte aparente tiene que darse prioridad al tratamiento. Pero en otros casos hay que conceder atención a los traumas múltiples resultantes de tétanos violentos, de caídas o de la proyección de la víctima por el aire. Una vez resuelto el peligro inmediato de que la víctima pierda la vida, se debe atender al trauma y las quemaduras, incluidas las provocadas por contactos de baja tensión.
Los accidentes derivados de altas tensiones dan lugar a quemaduras importantes, aparte de los efectos descritos en los accidentes de baja tensión. La conversión de energía eléctrica en calor ocurre en los espacios internos y externos. En un estudio de accidentes eléctricos realizado en Francia por el departamento médico de la empresa suministradora de energía EDF-GDF, casi el 80 % de las víctimas sufrieron quemaduras, que se clasifican en cuatro grupos:

1. quemaduras de arco, que suelen afectar a la piel expuesta y que en algunos casos se complican con quemaduras debidas a ropa ardiendo;
2. quemaduras electrotérmicas múltiples, extensas y profundas, originadas por contactos de alta tensión;
3. quemaduras clásicas, provocadas por ropa ardiendo y por la proyección de material en llamas,
4. quemaduras mixtas, provocadas por arcos, incendio y paso de corriente.

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