La característica más importante de cualquier fuente óptica es la distribución de su potencia espectral. Esta se mide utilizando un espectrorradiómetro, constituido por un sistema óptico de entrada adecuado, un monocromador y un fotodetector.
En muchas situaciones prácticas se utiliza un radiómetro óptico de banda ancha para seleccionar una región espectral determinada. Por razones de iluminación visible y de seguridad se configura la respuesta espectral del instrumento para adaptarla a una respuesta espectral biológica; por ejemplo, los luxó- metros se adaptan a la respuesta fotópica (visual) del ojo. Normalmente, si se exceptúan los medidores de riesgo de RUV, la medición y el análisis de riesgos de las fuentes de luz intensa y de las fuentes infrarrojas son demasiado complejos para los especialistas en salud y seguridad en el trabajo que realizan tareas de rutina. Se está trabajando en la normalización de las categorías de seguridad para las lámparas con el fin de que el usuario no necesite realizar mediciones para determinar los riesgos potenciales.
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domingo, 18 de enero de 2015
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