La Historia habla del uso del fuego para calentar y cocinar, pero también de los importantes daños causados por el mismo en muchas ciudades. Casas, edificios y hasta ciudades enteras han quedado destruidas por incendios.
Una de las primeras medidas preventivas que se instauraron fue el decreto que obligaba a apagar todos los fuegos domésticos antes de la caída de la noche. Así, en 872 en Oxford, Inglaterra, las autoridades ordenaron que se tocase una campana de toque de queda a la caída del día para recordar a los ciudadanos que apagasen todos los fuegos (Bugbee, 1978). Realmente, la palabra inglesa curfew (toque de queda) se deriva de la francesa couvre feu , que significa literalmente “cubre fuego”.
La causa de los incendios suele ser un error humano al poner en contacto un combustible con una fuente de ignición (p. ej., papel de desecho almacenado cerca de un calentador o líquidos inflamables que se utilizan cerca de una llama abierta). Para que se produzca un incendio es necesario un combustible, una fuente de ignición y algún mecanismo que ponga en contacto el combustible con la fuente de ignición en presencia de aire o de otro oxidante. Desarrollando estrategias para reducir los riesgos del combustible, eliminar las fuentes de ignición o impedir la interacción entre combustible e ignición, se pueden reducir las pérdidas personales y materiales causadas por los incendios.
En los últimos años, cada vez es mayor la preocupación por la prevención de los incendios como una de las maneras más efectivas desde el punto de vista económico de tratar este tema. Suele resultar más fácil (y más económico) evitar que se produzca un incendio que controlarlo o extinguirlo una vez iniciado.
Así lo ilustra el Fire Safety Concepts Tree (NFPA 1991;
1995a) desarrollado por el NFPA en Estados Unidos. Este enfoque sistemático de la seguridad contra incendios demuestra que es posible reducir las víctimas mortales por incendio en el lugar de trabajo evitando la ignición de los mismos o contro- lando su repercusión.
La prevención de incendios exige modificar el comporta- miento humano, y para ello es necesario impartir una formación de seguridad frente a incendios a cargo de la dirección, utilizando los últimos avances en materia de formación y normativa, así como otros materiales pedagógicos. En muchos países, estas estrategias son de obligado cumplimiento por ley y las empresas están obligadas a cumplir la normativa legal de prevención de incendios como parte de su compromiso de seguridad frente a los trabajadores.
La formación en prevención de incendios se analiza en la sección siguiente. Actualmente, en los sectores comercial e industrial se reconoce la importancia de la prevención de incendios. A escala internacional se están utilizando mucho las siguientes pu- blicaciones: Lees, Loss Prevention in the Process Industries, volúmenes 1 y 2 (1980); NFPA 1—Fire Prevention Code (1992); The Management of Health and Safety at Work Regulations (ECD, 1992) y Fire Protection Handbook del NFPA (Cote, 1991), a las que hay que añadir gran número de reglamentos y normativas, así como el material de formación desarrollado por gobiernos, empresas y compañías de seguros de distintos países con el fin de minimizar las pérdidas personales y materiales.
Una de las primeras medidas preventivas que se instauraron fue el decreto que obligaba a apagar todos los fuegos domésticos antes de la caída de la noche. Así, en 872 en Oxford, Inglaterra, las autoridades ordenaron que se tocase una campana de toque de queda a la caída del día para recordar a los ciudadanos que apagasen todos los fuegos (Bugbee, 1978). Realmente, la palabra inglesa curfew (toque de queda) se deriva de la francesa couvre feu , que significa literalmente “cubre fuego”.
La causa de los incendios suele ser un error humano al poner en contacto un combustible con una fuente de ignición (p. ej., papel de desecho almacenado cerca de un calentador o líquidos inflamables que se utilizan cerca de una llama abierta). Para que se produzca un incendio es necesario un combustible, una fuente de ignición y algún mecanismo que ponga en contacto el combustible con la fuente de ignición en presencia de aire o de otro oxidante. Desarrollando estrategias para reducir los riesgos del combustible, eliminar las fuentes de ignición o impedir la interacción entre combustible e ignición, se pueden reducir las pérdidas personales y materiales causadas por los incendios.
En los últimos años, cada vez es mayor la preocupación por la prevención de los incendios como una de las maneras más efectivas desde el punto de vista económico de tratar este tema. Suele resultar más fácil (y más económico) evitar que se produzca un incendio que controlarlo o extinguirlo una vez iniciado.
Así lo ilustra el Fire Safety Concepts Tree (NFPA 1991;
1995a) desarrollado por el NFPA en Estados Unidos. Este enfoque sistemático de la seguridad contra incendios demuestra que es posible reducir las víctimas mortales por incendio en el lugar de trabajo evitando la ignición de los mismos o contro- lando su repercusión.
La prevención de incendios exige modificar el comporta- miento humano, y para ello es necesario impartir una formación de seguridad frente a incendios a cargo de la dirección, utilizando los últimos avances en materia de formación y normativa, así como otros materiales pedagógicos. En muchos países, estas estrategias son de obligado cumplimiento por ley y las empresas están obligadas a cumplir la normativa legal de prevención de incendios como parte de su compromiso de seguridad frente a los trabajadores.
La formación en prevención de incendios se analiza en la sección siguiente. Actualmente, en los sectores comercial e industrial se reconoce la importancia de la prevención de incendios. A escala internacional se están utilizando mucho las siguientes pu- blicaciones: Lees, Loss Prevention in the Process Industries, volúmenes 1 y 2 (1980); NFPA 1—Fire Prevention Code (1992); The Management of Health and Safety at Work Regulations (ECD, 1992) y Fire Protection Handbook del NFPA (Cote, 1991), a las que hay que añadir gran número de reglamentos y normativas, así como el material de formación desarrollado por gobiernos, empresas y compañías de seguros de distintos países con el fin de minimizar las pérdidas personales y materiales.
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