Los contaminantes químicos del aire interior pueden tomar forma de gases y vapores (inorgánicos y orgánicos) y de partículas, y pueden haber penetrado al interior desde el ambiente exterior o bien haberse formado dentro del edificio. La importancia relativa del origen interior o exterior varía según los distintos contaminantes y en función del tiempo.
He aquí los contaminantes químicos principales y más comunes en el aire interior:
1. dióxido de carbono (CO2), un producto metabólico que se utiliza a menudo como indicador del nivel general de contaminación del aire en relación con la presencia de seres humanos en el interior;
2. monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y dióxido de azufre (SO2), gases de combustión inorgánicos formados fundamentalmente durante la combustión de combustibles y de ozono (O3), producto de reacciones foto- químicas en atmósferas contaminadas aunque también puede
ser liberado por algunas fuentes de interiores;
3. compuestos orgánicos que se originan a partir de diversas fuentes interiores y del exterior. En el aire interior hay cientos de compuestos químicos orgánicos, aunque la mayoría están presentes a concentraciones muy bajas. Tales compuestos pueden agruparse en función de su punto de ebullición; en la Tabla 44.1 se muestra una clasificación muy utilizada que identifica cuatro grupos de compuestos orgá- nicos: a) compuestos orgánicos muy volátiles (COMV); b) compuestos orgánicos volátiles (COV); c) compuestos orgá- nicos semivolátiles (COSV), y d) compuestos orgánicos asociados a partículas (COAP). Los compuestos orgánicos de fase particulada se disuelven o adsorben en partículas. Pueden transformarse en vapor o en partículas, dependiendo de su volatilidad. Por ejemplo, los hidrocarburos poliaromá- ticos (HPA) constituidos por dos anillos de benceno fusio- nados (p. ej., el naftaleno) se encuentran principalmente en la fase de vapor y los constituidos por cinco anillos (p. ej., el benz[a]pireno) predominantemente en la pase particulada.
Una característica importante de los contaminantes del aire interior es que sus concentraciones varían espacial y temporalmente más que las del exterior. Esto es debido a la gran variedad de fuentes, al funcionamiento intermitente de algunas de ellas y en los diversos desagües existentes.
Las concentraciones de contaminantes generados principalmente por fuentes de combustión están sometidas a grandes variaciones temporales y tienen un carácter intermitente. Las liberaciones esporádicas de compuestos orgánicos volátiles debidas a actividades humanas como la pintura, también varían enormemente con el tiempo. Otras emisiones, como la liberación de formaldehído a partir de productos con base de madera, varían con los cambios de temperatura y de humedad del edificio, pero tienen un carácter continuo. La emisión de compuestos químicos orgánicos a partir de otros materiales puede depender menos de las condiciones de temperatura y humedad, pero sus concentraciones en el aire interior dependerán en gran medida de las condiciones de ventilación.
Las variaciones espaciales dentro de una habitación suelen ser menos pronunciadas que las temporales. Dentro de un edificio puede haber grandes diferencias por lo que se refiere a fuentes localizadas: es el caso de las fotocopiadoras en una oficina central, los hornos de gas en la cocina de un restaurante y las zonas restringidas para el consumo de tabaco.
He aquí los contaminantes químicos principales y más comunes en el aire interior:
1. dióxido de carbono (CO2), un producto metabólico que se utiliza a menudo como indicador del nivel general de contaminación del aire en relación con la presencia de seres humanos en el interior;
2. monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y dióxido de azufre (SO2), gases de combustión inorgánicos formados fundamentalmente durante la combustión de combustibles y de ozono (O3), producto de reacciones foto- químicas en atmósferas contaminadas aunque también puede
ser liberado por algunas fuentes de interiores;
3. compuestos orgánicos que se originan a partir de diversas fuentes interiores y del exterior. En el aire interior hay cientos de compuestos químicos orgánicos, aunque la mayoría están presentes a concentraciones muy bajas. Tales compuestos pueden agruparse en función de su punto de ebullición; en la Tabla 44.1 se muestra una clasificación muy utilizada que identifica cuatro grupos de compuestos orgá- nicos: a) compuestos orgánicos muy volátiles (COMV); b) compuestos orgánicos volátiles (COV); c) compuestos orgá- nicos semivolátiles (COSV), y d) compuestos orgánicos asociados a partículas (COAP). Los compuestos orgánicos de fase particulada se disuelven o adsorben en partículas. Pueden transformarse en vapor o en partículas, dependiendo de su volatilidad. Por ejemplo, los hidrocarburos poliaromá- ticos (HPA) constituidos por dos anillos de benceno fusio- nados (p. ej., el naftaleno) se encuentran principalmente en la fase de vapor y los constituidos por cinco anillos (p. ej., el benz[a]pireno) predominantemente en la pase particulada.
Una característica importante de los contaminantes del aire interior es que sus concentraciones varían espacial y temporalmente más que las del exterior. Esto es debido a la gran variedad de fuentes, al funcionamiento intermitente de algunas de ellas y en los diversos desagües existentes.
Las concentraciones de contaminantes generados principalmente por fuentes de combustión están sometidas a grandes variaciones temporales y tienen un carácter intermitente. Las liberaciones esporádicas de compuestos orgánicos volátiles debidas a actividades humanas como la pintura, también varían enormemente con el tiempo. Otras emisiones, como la liberación de formaldehído a partir de productos con base de madera, varían con los cambios de temperatura y de humedad del edificio, pero tienen un carácter continuo. La emisión de compuestos químicos orgánicos a partir de otros materiales puede depender menos de las condiciones de temperatura y humedad, pero sus concentraciones en el aire interior dependerán en gran medida de las condiciones de ventilación.
Las variaciones espaciales dentro de una habitación suelen ser menos pronunciadas que las temporales. Dentro de un edificio puede haber grandes diferencias por lo que se refiere a fuentes localizadas: es el caso de las fotocopiadoras en una oficina central, los hornos de gas en la cocina de un restaurante y las zonas restringidas para el consumo de tabaco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario