Debido al peligro y al estrés físico y mental inherentes a la lucha contra el fuego, los bomberos no deben trabajar más de 21 días seguidos, con un día libre por cada 7 días trabajados. Además de llevar un equipo de protección adecuado, deben aprender los factores de seguridad, como planificar vías de escape, mantenerse en comunicación, estar alerta ante peligros, estar pendientes del clima, confirmar las instrucciones y actuar antes de que una situación se haga crítica. Entre las órdenes habituales de lucha contra el fuego destacan: saber cuál es el desarrollo del incendio, colocar torres de vigilancia y dar unas instrucciones claras y comprensibles (Fuller 1991).
Entre los factores relacionados con la prevención de incendios forestales provocados por rayos se incluye reducir la presencia de materiales combustibles, como maleza y leña seca o árboles fácilmente combustibles como los eucaliptos, impedir la cons- trucción en zonas con alta probabilidad de incendios y procurar una detección precoz de los incendios forestales. La detección precoz se ha visto facilitada por el desarrollo de nuevas tecnologías, como un sistema de infrarrojos que se monta en helicópteros para vigilar si las caídas de rayos notificadas por la vigilancia aérea y por los sistemas de detección han provocado incendios, y para establecer puntos de actuación para los efectivos de tierra y para el lanzamiento de agua desde helicópteros (Fuller 1991).
Es necesario contar con más información sobre el número y circunstancias de las muertes y lesiones asociadas a los incendios forestales provocados por rayos.
Entre los factores relacionados con la prevención de incendios forestales provocados por rayos se incluye reducir la presencia de materiales combustibles, como maleza y leña seca o árboles fácilmente combustibles como los eucaliptos, impedir la cons- trucción en zonas con alta probabilidad de incendios y procurar una detección precoz de los incendios forestales. La detección precoz se ha visto facilitada por el desarrollo de nuevas tecnologías, como un sistema de infrarrojos que se monta en helicópteros para vigilar si las caídas de rayos notificadas por la vigilancia aérea y por los sistemas de detección han provocado incendios, y para establecer puntos de actuación para los efectivos de tierra y para el lanzamiento de agua desde helicópteros (Fuller 1991).
Es necesario contar con más información sobre el número y circunstancias de las muertes y lesiones asociadas a los incendios forestales provocados por rayos.
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