La  medición  se  realiza  contando  el  número  de  vueltas  de  las aspas  durante  un  cierto  período  de  tiempo.  De  esta  forma,  se obtiene  la  velocidad  media  del  aire  durante  ese  período  de tiempo de una manera discontinua. Los anemómetros presentan dos principales desventajas:
1.   Son muy sensibles a la dirección del aire y tienen que orientarse estrictamente en la dirección del flujo de aire. Cuando la dirección del aire varía o se desconoce, tienen que realizarse mediciones en tres direcciones perpendiculares.
2.   El rango de medición se extiende de unos 0,3 m/s a 10 m/s. Las limitaciones  de  este  instrumento  con  velocidades  de  aire  bajas tienen importancia cuando, por ejemplo, se trata de analizar una situación de estrés térmico en la que no debe superarse una  velocidad  de  0,25  m/s.  Aunque  el  rango  de  medición puede ampliarse más allá de 10 m/s, rara vez es inferior a 0,3
o incluso a 0,5 m/s, lo que limita en gran medida las posibilidades de utilización de este aparato en ambientes próximos al bienestar, en donde las velocidades máximas permitidas son de 0,5 o incluso de 0,25 m/s.
 
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