Para determinar el dióxido de azufre, SO2, en un ambiente interior se utiliza un método espectrofotométrico. Se hace borbotear la muestra de aire a través de una solución de tetracloromercuriato para formar un complejo estable que, a su vez, se determina espectrofotométricamente después de reaccionar con pararosanilina. Otros métodos se basan en la fotometría de llama y en la fluorescencia ultravioleta pulsante, y también existen métodos basados en la derivación de la determinación antes del análisis espectroscópico. Es un tipo de detección utilizado para monitores de aire atmosférico, aunque no es adecuado para el análisis del aire interior debido a la falta de especificidad y a que muchos de estos monitores requieren un sistema de ventilación para eliminar los gases que generan. Dado que se han reducido enormemente las emisiones de SO2 y a que este compuesto no es considerado un contaminante importante del aire interior, el desarrollo de monitores para su detección no ha avanzado mucho. Ahora bien, existen instrumentos portátiles en el mercado que pueden detectar el SO2 basándose en la detección de pararosanilina (Freixa 1993).
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