La velocidad de una onda electromagnética en el espacio es igual a la velocidad de la luz, pero la velocidad en los materiales depende  de  las  propiedades  eléctricas  de  éstos,  es  decir,  de  su permitividad () y permeabilidad (). La permitividad está rela- cionada  con  las  interacciones  del  material  con  el  campo  eléc- trico,  en  tanto  que  la  permeabilidad  expresa  las  interacciones con  el  campo  magnético.  Las  permitividades  de  las  sustancias biológicas  difieren  considerablemente  de  las  que  se  dan  en  el espacio, pues dependen de la longitud de onda (especialmente en  el  intervalo  de  RF)  y  del  tipo  de  tejido.  En  cambio,  la permeabilidad de las sustancias biológicas es igual a la que se registra en el espacio.
En una onda plana, como la representada en la Figura 49.2, el  campo  eléctrico  es  perpendicular  al  campo  magnético  y  la dirección  de  propagación  es  perpendicular  a  ambos  campos, eléctrico y magnético.
En una onda plana, la relación entre el valor de la intensidad del campo eléctrico y el de la intensidad del campo magnético, que es constante, se denomina impedancia característica (Z):
Temas
- CALIDAD DEL AIRE INTERIOR
- CALOR Y FRIO
- CONTROL AMBIENTAL EN INTERIORES
- CONTROL DE LA CONTAMINACION AMBIENTAL
- DESASTRES NATURALES Y TECNOLOGICOS
- ELECTRICIDAD
- HORAS DE TRABAJO
- ILUMINACION
- INCENDIOS
- POLITICA EN MATERIA DE MEDIO AMBIENTE
- PRESION BAROMETRICA AUMENTO
- PRESION BAROMETRICA REDUCCION
- PREVENCION DE ACCIDENTES
- RADIACIONES IONIZANTES
- RADIACIONES NO IONIZANTES
- RIESGOS BIOLOGICOS
- RUIDO
- VIBRACIONES
- VIOLENCIA
sábado, 31 de marzo de 2012
viernes, 30 de marzo de 2012
Cantidades y unidades (II)
Existen   diversas   revisiones   de   los   conceptos,   cantidades, unidades  y  terminología  utilizados  en  la  protección  contra  la radiación  no  ionizante,  incluyendo  la  radiación  de  radiofre- cuencia (NCRP 1981; Polk y Postow 1986; OMS 1993).
El término radiación significa simplemente energía transmitida por ondas. Las ondas electromagnéticas son ondas de fuerzas eléctricas y magnéticas, cuyo movimiento ondulatorio se define como propagación de perturbaciones en un sistema físico. Todo cambio en el campo eléctrico va acompañado de un cambio en el campo magnético y viceversa. Estos fenómenos fueron descritos en 1865 por J.C. Maxwell en cuatro ecuaciones que ahora se conocen como ecuaciones de Maxwell.
Las ondas electromagnéticas se caracterizan por un conjunto de parámetros, que incluyen la frecuencia (f ), la longitud de onda (), la intensidad del campo eléctrico, la intensidad del campo magnético, la polarización eléctrica (P) (dirección del campo E ), la velocidad de propagación (c) y el vector de Poynting (S). La Figura 49.2 representa la propagación de una onda electromagnética en el espacio. La frecuencia se define como el número de cambios completos por segundo del campo eléctrico o magnético en un punto dado, y se expresa en hertzios (Hz). La longitud de onda es la distancia entre dos crestas o dos valles consecutivos de la onda (máximos o mínimos). La frecuencia, la longitud de onda y la velocidad de la onda (v) están en la siguiente relación:
El término radiación significa simplemente energía transmitida por ondas. Las ondas electromagnéticas son ondas de fuerzas eléctricas y magnéticas, cuyo movimiento ondulatorio se define como propagación de perturbaciones en un sistema físico. Todo cambio en el campo eléctrico va acompañado de un cambio en el campo magnético y viceversa. Estos fenómenos fueron descritos en 1865 por J.C. Maxwell en cuatro ecuaciones que ahora se conocen como ecuaciones de Maxwell.
Las ondas electromagnéticas se caracterizan por un conjunto de parámetros, que incluyen la frecuencia (f ), la longitud de onda (), la intensidad del campo eléctrico, la intensidad del campo magnético, la polarización eléctrica (P) (dirección del campo E ), la velocidad de propagación (c) y el vector de Poynting (S). La Figura 49.2 representa la propagación de una onda electromagnética en el espacio. La frecuencia se define como el número de cambios completos por segundo del campo eléctrico o magnético en un punto dado, y se expresa en hertzios (Hz). La longitud de onda es la distancia entre dos crestas o dos valles consecutivos de la onda (máximos o mínimos). La frecuencia, la longitud de onda y la velocidad de la onda (v) están en la siguiente relación:
jueves, 29 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
Efectos sobre los tejidos
Las  células  maduras  que  no  están  en división  son  relativamente  radiorresistentes,  pero  las  que  se dividen dentro de un tejido son radiosensibles, por lo que la irradiación intensiva puede matar un número suficiente para que el tejido se atrofie (Figura 48.7). La rapidez de esta atrofia depende de  la  dinámica  de  la  población  celular  dentro  del  tejido  afec- tado;  es  decir,  en  órganos  caracterizados  por  un  recambio celular lento, como el hígado y el endotelio vascular, el proceso es típicamente mucho más lento que en órganos caracterizados por  un  recambio  celular  rápido,  como  la  médula  ósea,  la epidermis  y  la  mucosa  intestinal  (CIPR  1984).  Por  otra  parte, conviene  subrayar  que  si  el  volumen  de  tejido  irradiado  es  lo bastante pequeño, o si la dosis se acumula con la lentitud sufi- ciente,  la  gravedad  de  la  lesión  puede  reducirse  notablemente por la proliferación compensatoria de las células supervivientes
martes, 27 de marzo de 2012
Efectos sobre la supervivencia celular.
Entre  las  reacciones  más tempranas  a  la  irradiación  figura  la  inhibición  de  la  división celular,  que  aparece  en  seguida  tras  la  exposición,  aunque  su grado  y  duración  varían  con  la  dosis  (Figura  48.5).  Si  bien  la inhibición de la mitosis es característicamente pasajera, la lesión radiológica  de  genes  y  cromosomas  puede  ser  letal  para  las células en división, que en conjunto son muy sensibles a la radiación (CIPR 1984). Medida en términos de capacidad prolifera- tiva, la supervivencia de las células en división tiende a disminuir exponencialmente con el aumento de la dosis, de manera que 1-2 Gy bastan por lo general para reducir la población superviviente en alrededor del 50 % (Figura 48.6).
lunes, 26 de marzo de 2012
El control del ruido en el diseño de fábricas y productos (III)
Además  de  la  elección  de  los  bienes  de  equipo,  es  esencial participar  desde  el  principio  en  la  distribución  de  éstos  en  la planta  de  fábrica.  Reubicar  equipos  sobre  el  papel  durante  la fase de diseño de un proyecto es evidentemente mucho más fácil que moverlos después físicamente, sobre todo una vez que están en funcionamiento. Una norma sencilla que debe cumplirse es mantener juntas las máquinas, los procesos y las áreas de trabajo que tengan un nivel de ruido aproximadamente igual; y separar las áreas más ruidosas de las más silenciosas por medio de zonas de interposición que tengan niveles de ruido intermedios.
La validación de los criterios de ruido como requisito absoluto exige un esfuerzo de cooperación entre el personal de departa- mentos de la empresa tales como ingeniería, jurídico, compras, higiene industrial y medio ambiente. Por ejemplo, los departamentos de higiene industrial, seguridad y/o personal pueden
determinar los niveles aconsejables de ruido de los equipos, así como realizar estudios de control de ruido para calificar los equipos. Después, los ingenieros de la empresa pueden redactar la especificación de compra y elegir equipos silenciosos. El personal de compras probablemente administrará el contrato y contará con la ayuda de los representantes de la asesoría jurídica para hacerlo cumplir. Todas las partes deben comenzar a impli- carse en el momento de la concepción del proyecto y continuar con las solicitudes de financiación, planificación, diseño, oferta, instalación y puesta en servicio.
Ni el documento de especificaciones más minucioso y conciso tiene gran valor si el proveedor o fabricante no asume la respon- sabilidad de su cumplimiento. Es preciso utilizar un lenguaje contractual claro para definir los medios de determinar el cumplimiento. Deben consultarse y cumplirse los procedimientos de la empresa concebidos para imponer garantías. Puede ser aconsejable incluir cláusulas de penalización por incumplimiento. Lo más importante de la estrategia de aplica- ción del contrato es que el comprador se comprometa a asegu- rarse del cumplimiento de los requisitos. La transigencia en los criterios de ruido a cambio de concesiones de coste, plazos de entrega, rendimiento o de otro tipo debe ser la excepción y no la norma.
La validación de los criterios de ruido como requisito absoluto exige un esfuerzo de cooperación entre el personal de departa- mentos de la empresa tales como ingeniería, jurídico, compras, higiene industrial y medio ambiente. Por ejemplo, los departamentos de higiene industrial, seguridad y/o personal pueden
determinar los niveles aconsejables de ruido de los equipos, así como realizar estudios de control de ruido para calificar los equipos. Después, los ingenieros de la empresa pueden redactar la especificación de compra y elegir equipos silenciosos. El personal de compras probablemente administrará el contrato y contará con la ayuda de los representantes de la asesoría jurídica para hacerlo cumplir. Todas las partes deben comenzar a impli- carse en el momento de la concepción del proyecto y continuar con las solicitudes de financiación, planificación, diseño, oferta, instalación y puesta en servicio.
Ni el documento de especificaciones más minucioso y conciso tiene gran valor si el proveedor o fabricante no asume la respon- sabilidad de su cumplimiento. Es preciso utilizar un lenguaje contractual claro para definir los medios de determinar el cumplimiento. Deben consultarse y cumplirse los procedimientos de la empresa concebidos para imponer garantías. Puede ser aconsejable incluir cláusulas de penalización por incumplimiento. Lo más importante de la estrategia de aplica- ción del contrato es que el comprador se comprometa a asegu- rarse del cumplimiento de los requisitos. La transigencia en los criterios de ruido a cambio de concesiones de coste, plazos de entrega, rendimiento o de otro tipo debe ser la excepción y no la norma.
domingo, 25 de marzo de 2012
El control del ruido en el diseño de fábricas y productos (II)
La primera de ellas (89/392/CEE) se conoce comúnmente como “Directiva sobre máquinas”. Obliga a los fabricantes de bienes de equipo a incluir el control del ruido como parte esencial de la seguridad  de  las  máquinas.  Lo  que  se  pretende  en  esencia  es exigir que, para que un equipo o máquina pueda venderse dentro de la UE, ha de cumplir los requisitos esenciales relativos al ruido. En  consecuencia,  desde  finales  del  decenio  de  1980,  los  fabricantes  interesados  en  vender  en  la  UE  han  dado  gran  importancia al diseño de equipos con bajo nivel de ruido.
El grado de éxito que puedan conseguir las empresas no europeas que intenten implantar un programa voluntario de “adqui- sición de productos sin ruido” dependerá en gran medida de la oportunidad y el compromiso de la dirección. El primer paso del programa  es  establecer  criterios  de  ruido  aceptables  para  la construcción de una nueva fábrica, la ampliación de las instalaciones  existentes  y  la  compra  de  nuevos  equipos.  Para  que  el programa  sea  eficaz,  tanto  el  comprador  como  el  vendedor deben  considerar  los  límites  de  ruido  especificados  como  un requisito absoluto. Si un producto no cumple otros parámetros de diseño, como el tamaño, el caudal, la presión, el aumento de
temperatura admisible, etc., la dirección de la empresa lo considera  inaceptable.  Este  mismo  compromiso  debe  asumirse  en relación con los niveles de ruido para que un programa de este tipo tenga éxito.
Por lo que se refiere al elemento de oportunidad ya mencionado, cuanto antes se tengan en cuenta los aspectos relativos al ruido en el proceso de diseño de un proyecto o en la compra de un  equipo,  mayores  serán  las  probabilidades  de  éxito.  En muchas  situaciones,  el  proyectista  de  fábrica  o  el  comprador pueden elegir entre varios tipos de equipos. El conocimiento de sus  respectivas  características  de  ruido  le  permitirá  especificar los más silenciosos.
sábado, 24 de marzo de 2012
El control del ruido en el diseño de fábricas y productos (I)
El uso de normas escritas para definir los requisitos de los bienes de equipo, su instalación y aceptación es una práctica normal en la actualidad. Una de las principales oportunidades que tiene el proyectista de fábrica en materia de control del ruido es influir en la elección, compra y distribución en la planta de nuevos equipos. Si se redacta y administra correctamente, la implantación de un programa de “adquisición de productos sin ruido” puede resultar ser un medio eficaz de control del ruido.
El  enfoque  más  proactivo  del  control  del  ruido  en  la  fase de diseño de las instalaciones y la compra de bienes de equipo es el existente en Europa. En 1985, los doce Estados miembros de la Comunidad Europea (CE) —actualmente Unión Europea (UE)— promulgaron una serie de directivas “de nuevo enfoque” que contemplan una amplia gama de bienes de equipo o maqui- naria, en lugar de establecer normas individuales para cada tipo de equipo. A finales de 1994 se habían publicado tres directivas de “nuevo enfoque” en las que se especifican requisitos sobre el ruido. Son las siguientes:
1.   89/392/CEE, modificada por 91/368/CEE y 93/44/CEE
2.   89/106/CEE, y
3.   89/686/CEE, modificada por 93/95/CEE.
viernes, 23 de marzo de 2012
Contraste y temperatura de diferentes colores (II)
Kruithof   definió,  a  través  de  observaciones  empíricas,  un diagrama de bienestar para diferentes niveles de iluminación y temperaturas colorimétricas en un ambiente determinado (véase la Figura 46.16). De este modo, demostró que es posible sentirse cómodo en ciertos ambientes con bajos niveles de iluminación si la  temperatura  colorimétrica  también  es  baja  (si  el  nivel  de iluminación es de una candela, por ejemplo, con una tempera tura colorimétrica de 1.750 K).
Los colores de las lámparas eléctricas pueden subdividirse en tres grupos en relación con sus temperaturas colorimétricas:
• blanco de luz diurna: alrededor de 6.000 K;
• blanco neutro: alrededor de 4.000 K,
• blanco cálido: alrededor de 3.000 K.
Los colores de las lámparas eléctricas pueden subdividirse en tres grupos en relación con sus temperaturas colorimétricas:
• blanco de luz diurna: alrededor de 6.000 K;
• blanco neutro: alrededor de 4.000 K,
• blanco cálido: alrededor de 3.000 K.
jueves, 22 de marzo de 2012
Contraste y temperatura de diferentes colores (I)
Los contrastes de color resultan afectados por el color de la luz elegida y, por esa razón, de ello dependerá la calidad de la ilumi- nación en una aplicación concreta. El color de la luz que se va a utilizar  deberá  decidirse  en  función  de  la  tarea  que  se  deba realizar   bajo   ella.   Si   el   color   es   próximo   al   blanco,   la reproducción  del  color  y  la  difusión  de  la  luz  serán  mejores. Cuanta más luz se aproxime al extremo rojo del espectro, peor será la reproducción del color, pero el ambiente será más cálido y atractivo.
La coloración de la iluminación no sólo depende del color de la luz, sino también de la intensidad luminosa. La temperatura colorimétrica  está  relacionada  con  las  diferentes  formas  de iluminación. La sensación de satisfacción con la iluminación de un ambiente determinado depende de esta temperatura. De este modo,   por   ejemplo,   la   temperatura   colorimétrica   de   una bombilla de filamento incandescente de 100 W es de 2.800 K, la de un tubo fluorescente es de 4.000 K y la de un cielo encapotado es de 10.000 K.
miércoles, 21 de marzo de 2012
Color: conceptos básicos
Elegir el color adecuado para un lugar de trabajo contribuye en gran medida a la eficiencia, la seguridad y el bienestar general de los empleados. Del mismo modo, el acabado de las superficies y de  los  equipos  que  se  encuentran  en  el  ambiente  de  trabajo contribuye a crear condiciones visuales agradables y un ambiente de trabajo agradable.
La luz ordinaria consiste en radiaciones electromagnéticas de diferentes longitudes de onda que corresponden a cada una de las bandas del espectro visible. Mezclando luz roja, amarilla y azul, podemos obtener la mayoría de los colores visibles, inclu- yendo  el  blanco.  Nuestra  percepción  del  color  de  un  objeto depende del color de la luz con la que se ilumina y de la manera en que el propio objeto refleja la luz.
Las   lámparas   pueden   clasificarse   en   tres   categorías,   en función de la coloración de la luz que emiten:
•  color  cálido:  para  usos  residenciales  se  recomienda  una  luz blanca de tono rojizo;
•  color  intermedio:  para  ambientes  de  trabajo  se  recomienda una luz blanca,
•  color frío: para tareas que requieren un alto nivel de iluminación o para climas calientes, se recomienda una luz blanca de tono azulado.
Los  colores  también  pueden  clasificarse  en  calientes  o  fríos según su tonalidad (véase la Figura 46.15).
martes, 20 de marzo de 2012
Ozonización
Es un método de mejora de la calidad del aire en interiores que se basa en el uso del gas ozono. El ozono se genera a partir del oxígeno  por  radiación  ultravioleta  o  descarga  eléctrica  y  se emplea para eliminar contaminantes dispersos en el aire. El gran poder oxidante de este gas lo hace adecuado como agente antimi- crobiano, desodorante y desinfectante y apto para eliminar gases y vapores nocivos. También se emplea para purificar espacios con altas  concentraciones  de  monóxido  de  carbono.  En  ámbitos industriales  se  utiliza  para  tratar  el  aire  de  cocinas,  cafeterías, plantas de elaboración de alimentos y pescado, plantas químicas, plantas de tratamiento de aguas residuales, plantas de transfor- mación del caucho, plantas de refrigeración, etcétera. En oficinas, se utiliza con instalaciones de aire acondicionado para mejorar la calidad del aire.
El  ozono  es  un  gas  azulado  con  un  penetrante  olor  carac- terístico.  En  altas  concentraciones  es  tóxico  e  incluso  mortal para   el   hombre.   Es   preciso   diferenciar   la   producción   de ozono  intencionada,  accidental  y  natural.  El  ozono  es  un  gas sumamente  tóxico  e  irritante  ya  sea  en  exposiciones  de  larga o  corta  duración.  Debido  al  modo  en  que  reacciona  en  el cuerpo,  no  se  conocen  niveles  que  no  tengan  efectos  biológicos.  En  la  sección  de  productos  químicos  de  la  Enciclopedia se trata más detalladamente esta cuestión.
Los  procesos  que  emplean  ozono  deben  llevarse  a  cabo  en espacios  cerrados  o  tener  un  sistema  de  extracción  localizado para  capturar  cualquier  liberación  de  gas  en  su  origen.  Los cilindros  de  ozono  deben  almacenarse  en  áreas  refrigeradas, lejos de agentes reductores, materiales inflamables o productos  que  puedan  catalizar  su  disgregación.  Hay  que tener  en  cuenta  que  si  los  ozonadores  funcionan  a  presiones negativas  y  tienen  dispositivos  de  paro  automático  en  caso de  avería,  se  minimiza  la  posibilidad  de  que  se  produzcan fugas.
lunes, 19 de marzo de 2012
Absorción de gases
Para eliminar gases y vapores por absorción se utiliza un sistema que fija las moléculas haciéndolas pasar a través de una solución absorbente con la que reaccionan químicamente. Es un método muy selectivo y utiliza reactivos específicos para el contaminante que se quiere capturar.
También  debe  reemplazarse  o  regenerarse  antes  de  que  se agote. Como el sistema se basa en que el contaminante pase del estado gaseoso al líquido, las propiedades físicas y químicas del mismo son muy importantes: su solubilidad y reactividad, el pH, la  temperatura  y  la  superficie  de  contacto  entre  el  gas  y  el líquido. Si el contaminante es muy soluble, será suficiente con hacerlo borbotear a través de la solución para fijarlo al reactivo. Si el contaminante no es tan soluble, el sistema que se emplee deberá asegurar una mayor superficie de contacto entre el gas y el  líquido.  En  la  Tabla  45.6  se  muestran  algunos  ejemplos  de absorbentes y los contaminantes para los que son especialmente adecuados.
domingo, 18 de marzo de 2012
Adsorción de gases
Es un método utilizado para eliminar gases y vapores contaminantes, como el formaldehído, el dióxido de azufre, el ozono, los óxidos de nitrógeno y los vapores orgánicos. La adsorción es un fenómeno físico por el que las moléculas de gas quedan atrapadas en  un  material  adsorbente  sólido  y  poroso,  de  superficie  muy extensa. Para eliminar este tipo de contaminante se hace pasar el aire  a  través  de  un  cartucho  lleno  del  material  adsorbente.  El material  más  utilizado  es  el  carbono  activado,  que  atrapa  una gran variedad de gases inorgánicos y compuestos orgánicos. Cabe citar  como  ejemplos  los  hidrocarburos  alifáticos,  clorados  y aromáticos, las cetonas, los alcoholes y los ésteres.
El  gel  de  sílice  es  asimismo  un  adsorbente  inorgánico  y  se utiliza   para   atrapar   compuestos   más   polares,   como   los compuestos aminados y el agua. También existen otros adsor- bentes  de  tipo  orgánico  compuestos  de  polímeros  porosos. Conviene  recordar  que todos  los  sólidos  adsorbentes  sólo atrapan una cierta cantidad de contaminante y después, una vez saturados,  tienen  que  ser  regenerados  o  reemplazados.  Otro método de captura a través de sólidos adsorbentes es utilizar una mezcla activa de alúmina y carbono impregnada con unos reac- tivos específicos. Por ejemplo, algunos óxidos metálicos capturan vapor  de  mercurio,  sulfuro  de  hidrógeno  y  etileno.  Hay  que tener en cuenta que no es posible retener el dióxido de carbono por adsorción.
sábado, 17 de marzo de 2012
Detección de polvo o partículas ambientales
Para  la  captura  y  análisis  de  partículas  y  fibras  en  el  aire  se dispone de una gran variedad de técnicas y equipos adecuados para la valoración de la calidad del aire interior. Los monitores que permiten una lectura directa de la concentración de partí- culas en el aire utilizan detectores de luz difusa, mientras que los métodos  basados  en  la  toma  de  muestras  y  análisis  utilizan  la pesada y el análisis con un microscopio. Es un tipo de análisis que requiere  un  separador,  como  un  ciclón  o  un  impactor,  para eliminar las partículas de mayor tamaño antes de poder utilizar un  filtro.  Los  métodos  que  emplean  un  ciclón  son  bastante precisos, pero requieren unos caudales de aire bajos, por lo que la toma de muestras requiere mucho tiempo. Los monitores pasivos ofrecen  una  precisión  excelente,  pero  están  influidos  por  la temperatura ambiente y tienden a dar valores más altos cuando las partículas son pequeñas.
viernes, 16 de marzo de 2012
Detección de plaguicidas
Los métodos empleados habitualmente para detectar plaguicidas en  el  aire  interior  consisten  en  la  toma  de  muestras  con adsorbentes   sólidos,   aunque   no   se   descarta   el   uso   de borboteadores y sistemas mixtos. El adsorbente sólido más utili- zado ha sido el polímero poroso Chromosorb 102, aunque cada vez es más frecuente el uso de espumas de poliuretano (EPU) que pueden capturar un mayor número de plaguicidas. Los métodos de  análisis  varían  de  acuerdo  con  el  método  de  muestreo  y  el plaguicida. Generalmente se analizan por cromatografía de gases con diferentes detectores específicos, desde captura de electrones hasta  espectrometría  de  masa.  La  capacidad  de  este  último método para identificar compuestos es considerable. El análisis de estos compuestos presenta varios problemas, como la contamina- ción de las partes de vidrio de los sistemas de toma de muestras con cantidades mínimas de bifenilos policlorados (BPC), ftalatos o plaguicidas.
jueves, 15 de marzo de 2012
Detección de compuestos orgánicos volátiles (COV)
Los métodos utilizados para medir o monitorizar los vapores orgánicos en el aire interior deben cumplir una serie de criterios: tener una sensibilidad del orden de partes por billón (ppb) a partes por trillón (ppt), los instrumentos utilizados para tomar la muestra o realizar la lectura directa deben ser portátiles y fáciles de manejar, y los resultados obtenidos deben ser precisos y susceptibles de duplicación. Son muchos los métodos que cumplen estos criterios, pero los más utilizados para analizar el aire interior se basan en la toma de muestras y el análisis. Existen métodos de detección directa que consisten  en  cromatógrafos  de  gases  portátiles  con  diferentes métodos de detección. Se trata de instrumentos caros, de manejo difícil y utilizables sólo por personal preparado. Para compuestos orgánicos polares y no polares con un punto de ebullición de entre
0 C y 300 C, el adsorbente más utilizado para sistemas de mues- treo pasivos y activos ha sido el carbón activado. También se emplean polímeros porosos y resinas poliméricas, como Tenax GC, XAD-2 y Ambersorb. El más utilizado de ellos es Tenax. Las mues- tras obtenidas con carbón activado se extraen con disulfuro de carbono y se analizan por cromatografía de gases con ionización de llama, captura de electrones o detectores de espectrometría de masa, seguido de un análisis cualitativo y cuantitativo. Las muestras obtenidas con Tenax suelen extraerse por desorción térmica con helio y se condensan en una trampa de nitrógeno líquido antes de introducirlas en el cromatógrafo. Otro método común consiste en obtener muestras directamente, utilizando bolsas o contenedores inertes, introduciendo el aire directamente en el cromatógrafo de gases o concentrando primero la muestra con un adsorbente y una trampa fría. Los límites de detección de estos métodos dependen del compuesto analizado, del volumen de muestra tomado, de la contaminación basal y de los límites de detección del instrumento empleado. Debido a que es imposible cuantificar todos y cada uno de los compuestos presentes, la cuantificación suele realizarse por familias, utilizando como referencia compuestos característicos de cada una de ellas. En la detección de COV en el aire interior es muy importante la pureza de los disolventes utilizados. Si se aplica desorción térmica, la pureza de los gases también es importante.
0 C y 300 C, el adsorbente más utilizado para sistemas de mues- treo pasivos y activos ha sido el carbón activado. También se emplean polímeros porosos y resinas poliméricas, como Tenax GC, XAD-2 y Ambersorb. El más utilizado de ellos es Tenax. Las mues- tras obtenidas con carbón activado se extraen con disulfuro de carbono y se analizan por cromatografía de gases con ionización de llama, captura de electrones o detectores de espectrometría de masa, seguido de un análisis cualitativo y cuantitativo. Las muestras obtenidas con Tenax suelen extraerse por desorción térmica con helio y se condensan en una trampa de nitrógeno líquido antes de introducirlas en el cromatógrafo. Otro método común consiste en obtener muestras directamente, utilizando bolsas o contenedores inertes, introduciendo el aire directamente en el cromatógrafo de gases o concentrando primero la muestra con un adsorbente y una trampa fría. Los límites de detección de estos métodos dependen del compuesto analizado, del volumen de muestra tomado, de la contaminación basal y de los límites de detección del instrumento empleado. Debido a que es imposible cuantificar todos y cada uno de los compuestos presentes, la cuantificación suele realizarse por familias, utilizando como referencia compuestos característicos de cada una de ellas. En la detección de COV en el aire interior es muy importante la pureza de los disolventes utilizados. Si se aplica desorción térmica, la pureza de los gases también es importante.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Indice de Estres por Calor (Heat Stress Index, HSI)
El Indice de Estrés por Calor es la proporción entre la evaporación  necesaria  para  mantener  el  equilibrio  térmico  (Ereq) y  la  evaporación  máxima  que  podría  conseguirse  en  ese  ambiente (Emax  ), expresada como porcentaje (Belding y Hatch 1955). En la Tabla 42.2 se indican las ecuaciones utilizadas.
El HSI está pues relacionado con el estrés, fundamentalmente en términos de sudoración corporal, para valores de entre 0 y 100. Con un HSI = 100, la evaporación necesaria es la máxima posible y representa el límite superior de la zona prescriptiva. Con un HSI >100, se almacena calor en el organismo y los tiempos de exposición permisibles se calculan en función de un aumento de 1,8 ºC de la temperatura interna del organismo (calor almacenado de 264 kJ). Con un HSI <0 existe un ligero estrés por calor; por ejemplo, cuando los trabajadores se están recuperando de la exposición al calor (véase la Tabla 42.3). Se asigna un límite superior de 390 W/m2 a Emax (sudoración de 1 l/h como la máxima tasa de sudoración mantenida durante 8 horas), se hacen supuestos sencillos sobre los efectos de la ropa (camisa de manga larga y pantalones) y se supone que la tempe- ratura cutánea se mantiene constante a 35 ºC.
El HSI está pues relacionado con el estrés, fundamentalmente en términos de sudoración corporal, para valores de entre 0 y 100. Con un HSI = 100, la evaporación necesaria es la máxima posible y representa el límite superior de la zona prescriptiva. Con un HSI >100, se almacena calor en el organismo y los tiempos de exposición permisibles se calculan en función de un aumento de 1,8 ºC de la temperatura interna del organismo (calor almacenado de 264 kJ). Con un HSI <0 existe un ligero estrés por calor; por ejemplo, cuando los trabajadores se están recuperando de la exposición al calor (véase la Tabla 42.3). Se asigna un límite superior de 390 W/m2 a Emax (sudoración de 1 l/h como la máxima tasa de sudoración mantenida durante 8 horas), se hacen supuestos sencillos sobre los efectos de la ropa (camisa de manga larga y pantalones) y se supone que la tempe- ratura cutánea se mantiene constante a 35 ºC.
martes, 13 de marzo de 2012
Indices de estrés por calor (II)
La mayoría de los índices de estrés por calor consideran, ya sea  directa  o  indirectamente,  que  el  principal  factor  de  estrés para  el  organismo  es  el  relacionado  con  la  sudoración.  Por ejemplo, cuanto más sudor tenga que perderse para mantener el equilibrio térmico y la temperatura corporal interna, mayor será el estrés impuesto al organismo. Para que un índice del estrés por  calor  refleje  el  ambiente  térmico  humano  y  sirva  para predecir el estrés por calor, se precisa un mecanismo que estime la  capacidad  de  una  persona  para,  a  través  de  la  sudoración, perder calor en un ambiente caluroso.
Los índices basados en la evaporación del sudor al ambiente son   útiles   cuando   las   personas   mantienen   la   temperatura corporal interna principalmente a través de la sudoración. En general, se dice que estas condiciones están en la zona prescriptiva (OMS  1969).  Así,  la  temperatura  corporal  interna  permanece relativamente constante, mientras que la frecuencia cardíaca y el nivel de sudoración aumentan con el estrés por calor. En el límite superior de la zona prescriptiva (LSZP), la regulación térmica es insuficiente para mantener el equilibrio térmico y la temperatura corporal   aumenta.   Se   denomina   zona   de   urgencia   ambiental
(OMS 1969). En esta zona, el almacenamiento de calor está rela- cionado con la temperatura corporal interna y puede utilizarse como  un  índice  para  determinar  los  tiempos  de  exposición permisibles (p. ej., basados en un límite de seguridad establecido para  mantener  una  temperatura  “interior”  de  38  °C;  véase  la Figura 42.4).
Los índices de estrés por calor pueden clasificarse como racionales,  empíricos  o  directos.  Los  índices  racionales  se  basan  en cálculos para los que se utiliza la ecuación del equilibrio térmico; los índices empíricos se basan en el uso de ecuaciones obtenidas a partir   de   las   respuestas   fisiológicas   de   los   seres   humanos (p. ej., pérdida de sudor); y los índices directos se basan en la medición (normalmente de la temperatura) de instrumentos utilizados para simular la respuesta del cuerpo humano. A continuación se describen los índices más importantes y más utilizados.
lunes, 12 de marzo de 2012
Indices de estrés por calor (I)
Un índice de estrés por calor es un único número que integra los efectos de seis parámetros básicos en cualquier ambiente térmico al que puede verse expuesto un ser humano, de tal manera que su valor varía dependiendo del estrés térmico experimentado por la persona  expuesta  a  un  ambiente  caluroso.  El  valor  del  índice (medido  o  calculado)  puede  utilizarse  para  diseñar  puestos de  trabajo  o  prácticas  de  trabajo  y  establecer  unos  límites  de seguridad.  Se  han  realizado  numerosas  investigaciones  para determinar  el  índice  definitivo  de  estrés  por  calor  y  no  existe acuerdo  sobre  cuál  es  el  mejor  de  todos  ellos.  Por  ejemplo, Goldman  (1988)  presenta  32  índices  de  estrés  por  calor  y  es probable que en todo el mundo se utilicen como mínimo el doble de ese número. Muchos índices no consideran los seis parámetros básicos,  aunque  todos  ellos  tienen  que  tenerlos  en  cuenta  a  la hora de su aplicación.
La utilización de uno u otro índice dependerá de cada contexto y de ahí que existan tantos índices diferentes. Algunos índices son teóricamente inadecuados, aunque su uso puede estar justificado para aplicaciones específicas por la experiencia de una industria en particular.
Según Kerslake (1972), “Es evidente que la manera de combinar los factores ambientales tiene que depender de las propiedades de la persona expuesta a ellos, pero ninguno de los índices de estrés por calor que se utilizan en la actualidad tienen esto en cuenta”. La reciente tendencia a la normalización [p. ej., ISO 7933 (1989b) e ISO 7243 (1989a)] ha creado presiones para que se adopten índices similares en todo el mundo. No obstante, será necesario adquirir experiencia con el uso de cualquier nuevo índice.
La utilización de uno u otro índice dependerá de cada contexto y de ahí que existan tantos índices diferentes. Algunos índices son teóricamente inadecuados, aunque su uso puede estar justificado para aplicaciones específicas por la experiencia de una industria en particular.
Según Kerslake (1972), “Es evidente que la manera de combinar los factores ambientales tiene que depender de las propiedades de la persona expuesta a ellos, pero ninguno de los índices de estrés por calor que se utilizan en la actualidad tienen esto en cuenta”. La reciente tendencia a la normalización [p. ej., ISO 7933 (1989b) e ISO 7243 (1989a)] ha creado presiones para que se adopten índices similares en todo el mundo. No obstante, será necesario adquirir experiencia con el uso de cualquier nuevo índice.
domingo, 11 de marzo de 2012
Sistemas de gas inerte
Por lo general los sistemas de gas inerte utilizan una mezcla de nitrógeno y argón como medio de extinción. En algunos casos en la mezcla de gas también se incluye un reducido porcentaje de dióxido de carbono. Las mezclas de gas inerte extinguen el fuego al reducir la concentración de oxígeno dentro del volumen protegido y su uso está indicado solamente en espacios cerrados. La característica  de  las  mezclas  de  gas  inerte  es  que  reducen  el oxígeno a una concentración lo suficientemente baja como para extinguir muchos tipos de incendios pero sin llegar a niveles que puedan  suponer  una  amenaza  para  los  ocupantes  de  la  zona protegida. Los gases inertes se comprimen y almacenan en depósitos  a  presión.  La  operación  del  sistema  es  similar  a  la  del dióxido de carbono pero dado que los gases inertes no pueden ser licuados por compresión, el número de depósitos de almacena- miento necesarios para proteger un determinado recinto cerrado es mayor que en el caso del dióxido de carbono.
sábado, 10 de marzo de 2012
Sistemas de dióxido de carbono
Estos  sistemas  utilizan  dióxido  de  carbono,  almacenado  como gas  licuado  comprimido  en  depósitos  a  presión  (véanse  las Figuras  41.9  y  41.10).  Los  depósitos  disponen  de  una  válvula automática que se abre en caso de incendio gracias a un sistema de detección independiente o mediante accionamiento manual. El dióxido de carbono, una vez liberado, se aplica al incendio a través de un sistema de tuberías y boquillas de descarga. El gas actúa  como  extintor  al  desplazar  el  oxígeno  del  incendio.  Los sistemas de dióxido de carbono están indicados para su uso en espacios abiertos como imprentas, o recintos cerrados como salas de  máquinas  de  barcos.  En  la  concentración  necesaria  para  la extinción  de  incendios  es  tóxico  para  las  personas,  por  lo  que antes  de  aplicarlo  es  necesario  tomar  medidas  especiales  de evacuación de las personas que se encuentren en la zona protegida. Al diseño del sistema deben incorporarse medidas de segu- ridad especiales como una alarma predescarga que alerte a las personas  que  trabajan  en  la  zona  protegida.  El  dióxido  de carbono  está  considerado  un  producto  de  extinción  limpio porque no produce efectos secundarios y no es conductor de la electricidad.
viernes, 9 de marzo de 2012
Sistemas de espuma
En un sistema de espuma se inyecta un concentrado líquido en el suministro de agua antes de la válvula de control. A continuación, se mezcla el concentrado de espuma con aire, bien mediante una descarga mecánica o aspirando aire en el dispositivo de descarga. El aire que entra en la solución de espuma produce una espuma expandida que, al ser menos densa que la mayoría de los hidro- carburos,  forma  una  capa  por  encima  del  líquido  inflamable. La capa de espuma reduce la propagación del vapor combustible. El agua, que representa casi el 97 % de la solución de espuma, aporta un efecto de enfriamiento que reduce aún más la propagación del vapor y enfría los objetos calientes que podrían actuar como fuente de reignición.
jueves, 8 de marzo de 2012
MEDIDAS DE SEGURIDAD EN AREAS AGRARIAS CONTAMINADAS POR RADIONUCLIDOS: LA EXPERIENCIA DE CHERNOBIL (IV)
Al  trabajar  en  tierras  agrícolas  contaminadas  por  radionú- clidos,  puede  producirse  absorción  física  de radionúclidos  por inhalación y contacto con el polvo del suelo y con los cultivos. Aquí, son extremadamente peligrosos los emisores de partículas tanto beta (estroncio 90) como alfa.
Como resultado de los accidentes en centrales nucleares, parte de   los   materiales   radiactivos   que   se   incorporan   al   medio ambiente son partículas del combustible del reactor muy activas
y de baja dispersión: “partículas calientes”.
Durante  las  tareas  agrarias  y  en  períodos  de  viento,  se generan  grandes  cantidades  de  polvo  con  partículas  calientes. Esta circunstancia se ha visto confirmada por los resultados de las investigaciones realizadas sobre los filtros de aire de tractores que trabajaban en tierras contaminadas.
La evaluación de la dosis en los pulmones de los trabajadores agrarios expuestos a partículas calientes puso de manifiesto que, fuera de la zona de los 30 km, ésta ascendía a varios milisieverts
(Loshchilov y cols. 1993).
Según los datos de Bruk y cols. (1989), la actividad total de cesio  137  y  cesio  134  en  el  polvo  inhalado  por  personas  que trabajaban  con  máquinas  fue  de  entre  0,005  y  1,5  nCi/m3. De acuerdo con sus cálculos, la dosis efectiva en los pulmones variaba de 2 a 70 cSv en el período total de trabajo.
Se estableció una relación entre la cantidad de contaminación por cesio 137 del suelo y la radiactividad del aire en la zona de trabajo. Según los datos del Instituto de salud en el trabajo de Kiev, cuando la contaminación del suelo por cesio 137 estaba comprendida entre 7,0 y 30,0 Ci/km2, la radiactividad del aire de la zona alcanzaba los 13,0 Bq/m3. En las zonas de control, donde la densidad de la contaminación era de 0,23 a 0,61 Ci/km3, la radiactividad del aire en la zona de trabajo variaba entre 0,1 y 1,0 Bq/m3 (Krasnyuk, Chernyuk y Stezhka 1993).
Los análisis médicos de los operadores de máquinas agrícolas en las zonas “limpias” y en las contaminadas pusieron de mani- fiesto  un  aumento  de  las  afecciones  cardiovasculares  en  estos últimos, en forma de cardiopatía isquémica y de distonía neuro- circulatoria.   Entre   otros   trastornos,   se   registró   una   mayor frecuencia de displasia de la glándula tiroides y un mayor nivel de monocitos en sangre.
miércoles, 7 de marzo de 2012
MEDIDAS DE SEGURIDAD EN AREAS AGRARIAS CONTAMINADAS POR RADIONUCLIDOS: LA EXPERIENCIA DE CHERNOBIL (III)
Tras  la  desintegración  espontánea  del  iodo  131,  el  mayor peligro para los trabajadores agrarios lo representan los núclidos de  vida  larga  de  cesio  137  y  estroncio  90.  El  cesio  137,  un emisor de partículas gamma, es un producto químico análogo al potasio; su ingesta por seres humanos o animales produce una distribución uniforme por todo el cuerpo y se expele con relativa rapidez con la orina y las heces. Así, en las zonas contaminadas, el estiércol representa una fuente adicional de radiación y debe eliminarse lo antes posible de las explotaciones ganaderas, alma- cenándolo en instalaciones especiales.
El estroncio 90, un emisor de partículas beta, es un producto químico análogo al calcio; se deposita en la médula ósea de los seres humanos y de los animales. El estroncio 90 y el cesio 137 pueden introducirse en el cuerpo humano a través de leche, carne o verduras contaminadas.
Tras la desintegración espontánea de los radionúclidos de vida corta, la división de las tierras agrícolas en zonas se lleva a cabo atendiendo a un principio diferente. En este caso, se tiene en cuenta no el nivel de radiación gamma, sino la medida de la contaminación del suelo por cesio 137, estroncio 90 y plutonio 239.
Cuando se dan niveles de contaminación particularmente graves, la población es evacuada y el trabajo en las explotaciones agrícolas se realiza siguiendo una rotación quincenal. En la Tabla 39.32 se muestran los criterios de delimitación zonal en las áreas contaminadas.
El estroncio 90, un emisor de partículas beta, es un producto químico análogo al calcio; se deposita en la médula ósea de los seres humanos y de los animales. El estroncio 90 y el cesio 137 pueden introducirse en el cuerpo humano a través de leche, carne o verduras contaminadas.
Tras la desintegración espontánea de los radionúclidos de vida corta, la división de las tierras agrícolas en zonas se lleva a cabo atendiendo a un principio diferente. En este caso, se tiene en cuenta no el nivel de radiación gamma, sino la medida de la contaminación del suelo por cesio 137, estroncio 90 y plutonio 239.
Cuando se dan niveles de contaminación particularmente graves, la población es evacuada y el trabajo en las explotaciones agrícolas se realiza siguiendo una rotación quincenal. En la Tabla 39.32 se muestran los criterios de delimitación zonal en las áreas contaminadas.
martes, 6 de marzo de 2012
MEDIDAS DE SEGURIDAD EN AREAS AGRARIAS CONTAMINADAS POR RADIONUCLIDOS: LA EXPERIENCIA DE CHERNOBIL (II)
Como resultado del accidente de Chernóbil, se incorporaron al medio ambiente más de 50 millones de curios (Ci) de radionúclidos,  en  su  mayoría  volátiles.  En  la  primera  fase,  que  duró 2,5 meses (el período de semidesintegración del iodo), el iodo 131 ocasionó el mayor peligro biológico, con dosis significativas de radiación gamma de alta energía.
Durante el período de semidesintegración del iodo debe regu- larse estrictamente el trabajo en las tierras agrícolas. El iodo-131 se acumula en la glándula tiroides, dañándola. Tras el accidente de Chernóbil, en un radio de 30 km de la central se definió una zona de elevadísima intensidad de radiación, en la que no estaba permitido vivir ni trabajar.
Fuera de la zona prohibida, se distinguieron cuatro áreas con distintas proporciones de radiación gamma en el suelo, en función de los tipos de tareas agrarias que podían llevarse a cabo; durante el período de semidesintegración del iodo, las cuatro zonas presentaban los siguientes niveles de radiación, medidos en roentgen (R):
• zona 1: menos de 0,1 mR/h
• zona 2: 0,1 a 1 mR/h
• zona 3: 1,0 a 5 mR/h
• zona 4: 5 mR/h y más.
En realidad, debido a la contaminación “concentrada” de radionúclidos durante el período de semidesintegración del iodo, en estas zonas se llevaron a cabo las tareas agrarias con unos niveles de radiación gamma comprendidos entre 0,2 y 25 mR/h. Aparte de la desigual contaminación, la causa de la variación en los niveles de radiación gamma residió en las diferentes concentraciones de radionúclidos en los distintos cultivos. En particular, los cultivos forrajeros están expuestos a altos niveles de emisores de partículas gamma durante la cosecha, transporte, ensilaje y utilización como forraje.
Durante el período de semidesintegración del iodo debe regu- larse estrictamente el trabajo en las tierras agrícolas. El iodo-131 se acumula en la glándula tiroides, dañándola. Tras el accidente de Chernóbil, en un radio de 30 km de la central se definió una zona de elevadísima intensidad de radiación, en la que no estaba permitido vivir ni trabajar.
Fuera de la zona prohibida, se distinguieron cuatro áreas con distintas proporciones de radiación gamma en el suelo, en función de los tipos de tareas agrarias que podían llevarse a cabo; durante el período de semidesintegración del iodo, las cuatro zonas presentaban los siguientes niveles de radiación, medidos en roentgen (R):
• zona 1: menos de 0,1 mR/h
• zona 2: 0,1 a 1 mR/h
• zona 3: 1,0 a 5 mR/h
• zona 4: 5 mR/h y más.
En realidad, debido a la contaminación “concentrada” de radionúclidos durante el período de semidesintegración del iodo, en estas zonas se llevaron a cabo las tareas agrarias con unos niveles de radiación gamma comprendidos entre 0,2 y 25 mR/h. Aparte de la desigual contaminación, la causa de la variación en los niveles de radiación gamma residió en las diferentes concentraciones de radionúclidos en los distintos cultivos. En particular, los cultivos forrajeros están expuestos a altos niveles de emisores de partículas gamma durante la cosecha, transporte, ensilaje y utilización como forraje.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

 








