miércoles, 7 de marzo de 2012

MEDIDAS DE SEGURIDAD EN AREAS AGRARIAS CONTAMINADAS POR RADIONUCLIDOS: LA EXPERIENCIA DE CHERNOBIL (III)

Tras la desintegración espontánea del iodo 131, el mayor peligro para los trabajadores agrarios lo representan los núclidos de vida larga de cesio 137 y estroncio 90. El cesio 137, un emisor de partículas gamma, es un producto químico análogo al potasio; su ingesta por seres humanos o animales produce una distribución uniforme por todo el cuerpo y se expele con relativa rapidez con la orina y las heces. Así, en las zonas contaminadas, el estiércol representa una fuente adicional de radiación y debe eliminarse lo antes posible de las explotaciones ganaderas, alma- cenándolo en instalaciones especiales.
El estroncio 90, un emisor de partículas beta, es un producto químico análogo al calcio; se deposita en la médula ósea de los seres humanos y de los animales. El estroncio 90 y el cesio 137 pueden introducirse en el cuerpo humano a través de leche, carne o verduras contaminadas.
Tras la desintegración espontánea de los radionúclidos de vida corta, la división de las tierras agrícolas en zonas se lleva a cabo atendiendo a un principio diferente. En este caso, se tiene en cuenta no el nivel de radiación gamma, sino la medida de la contaminación del suelo por cesio 137, estroncio 90 y plutonio 239.
Cuando se dan niveles de contaminación particularmente graves, la población es evacuada y el trabajo en las explotaciones agrícolas se realiza siguiendo una rotación quincenal. En la Tabla 39.32 se muestran los criterios de delimitación zonal en las áreas contaminadas.

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