martes, 6 de marzo de 2012

MEDIDAS DE SEGURIDAD EN AREAS AGRARIAS CONTAMINADAS POR RADIONUCLIDOS: LA EXPERIENCIA DE CHERNOBIL (II)

Como resultado del accidente de Chernóbil, se incorporaron al medio ambiente más de 50 millones de curios (Ci) de radionúclidos, en su mayoría volátiles. En la primera fase, que duró 2,5 meses (el período de semidesintegración del iodo), el iodo 131 ocasionó el mayor peligro biológico, con dosis significativas de radiación gamma de alta energía.
Durante el período de semidesintegración del iodo debe regu- larse estrictamente el trabajo en las tierras agrícolas. El iodo-131 se acumula en la glándula tiroides, dañándola. Tras el accidente de Chernóbil, en un radio de 30 km de la central se definió una zona de elevadísima intensidad de radiación, en la que no estaba permitido vivir ni trabajar.
Fuera de la zona prohibida, se distinguieron cuatro áreas con distintas proporciones de radiación gamma en el suelo, en función de los tipos de tareas agrarias que podían llevarse a cabo; durante el período de semidesintegración del iodo, las cuatro zonas presentaban los siguientes niveles de radiación, medidos en roentgen (R):
• zona 1: menos de 0,1 mR/h
• zona 2: 0,1 a 1 mR/h
• zona 3: 1,0 a 5 mR/h
• zona 4: 5 mR/h y más.

En realidad, debido a la contaminación “concentrada” de radionúclidos durante el período de semidesintegración del iodo, en estas zonas se llevaron a cabo las tareas agrarias con unos niveles de radiación gamma comprendidos entre 0,2 y 25 mR/h. Aparte de la desigual contaminación, la causa de la variación en los niveles de radiación gamma residió en las diferentes concentraciones de radionúclidos en los distintos cultivos. En particular, los cultivos forrajeros están expuestos a altos niveles de emisores de partículas gamma durante la cosecha, transporte, ensilaje y utilización como forraje.

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