Equipo: las superficies de trabajo, mesas y maquinaria deberán tener factores de reflexión de entre un 20 y un 40 %. Los equipos deberán tener un acabado duradero de un color puro —grises o marrones claros— y el material no deberá ser brillante.
El uso apropiado de los colores en el ambiente de trabajo contribuye al bienestar, aumenta la productividad y puede tener efectos positivos para la calidad. También puede contribuir a mejorar la organización y a prevenir accidentes.
Existe la creencia generalizada de que blanquear paredes y techos y suministrar niveles adecuados de iluminación es todo lo que puede hacerse por lo que se refiere al confort visual de los empleados. Pero estos factores de confort pueden mejorarse combinando el blanco con otros colores, evitando así la fatiga y el aburrimiento que caracterizan a los ambientes monocromá- ticos. Los colores también afectan al nivel de estímulo de una persona: los colores cálidos tienden a activar y relajar, mientras los colores fríos se utilizan para inducir al individuo a liberar su energía.
El color de la luz, su distribución y los colores utilizados en un espacio determinado son, entre otros, los principales factores que influyen en las sensaciones que tienen las personas. Dados los muchos colores y factores de confort existentes, es imposible establecer directrices precisas, especialmente teniendo en cuenta
que todos estos factores deben combinarse de acuerdo con las características y necesidades de un determinado puesto de trabajo. Por lo demás, es posible citar varias normas prácticas básicas y generales que pueden contribuir a crear un ambiente habitable.
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