Como ya se ha indicado, la gran mayoría de los homicidios relacionados con el trabajo se producen durante el transcurso de un robo u otro delito cometidos por personas normalmente desconocidas para la víctima. Los factores de riesgo que entrañan esos incidentes figuran en la Tabla 51.3.
Cerca del 4 % de los homicidios en el lugar de trabajo se producen durante el enfrentamiento de la víctima con un familiar o conocido que le ha seguido hasta su lugar de trabajo. Alrededor del 21 % están originados por un enfrentamiento relacionado con el lugar de trabajo: las dos terceras partes de éstos son cometidos por trabajadores o antiguos empleados que guardan rencor a algún directivo o compañero, y el resto, por clientes descontentos (Toscano y Windau 1994). En estos casos, el objetivo puede ser el directivo o compañero cuyas acciones provocaron la agresión o, en caso de que el rencor se dirija contra la organización, el propio lugar de trabajo y cualquier trabajador o visitante que se encuentre en ese lugar en ese preciso momento. En algunos casos, los agresores pueden sufrir trastornos emocionales, como Joseph T. Weisbecker, un trabajador con una discapacidad de larga duración de Louisville (Kentucky) por enfermedad mental, que mató a ocho compañeros e hirió a otros doce antes de quitarse la vida (Kuzmits 1990).
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